Las berlinas “camperas” siguen siendo la alternativa ideal para quienes buscan un automóvil perfectamente válido para circular tanto dentro como fuera del asfalto, sin sacrificar el estilo, la elegancia y el sentido práctico de un break. Visto el éxito de Audi con sus legendarios A6 Allroad y A4 Allroad, Mercedes decidió copiarles la fórmula; primero con el Clase E All-Terrain que os presentamos a finales de 2016, y ahora, cinco años después, con su nuevo automóvil multiusos: el Mercedes-Benz Clase C Estate All-Terrain.
La receta es, una vez más, la misma que marca el libro: tomemos la variante familiar de una berlina, elevemos su chasis para alejarlo del suelo y protejamos su carrocería en las zonas más vulnerables. Y así es como, a partir del Mercedes-Benz Clase C Estate, obtenemos un Clase C Estate All-Terrain listo para su estreno. Y eso es justo lo que hemos hecho nosotros: estrenarlo por los caminos del centro de pruebas de Mercedes-Benz en Immendingen (Alemania) y por las carreteras circundantes.
Un Clase C "familiar" preparado para salir del asfalto
Las mencionadas diferencias respecto del modelo Estate “a secas” tienen como consecuencia un ligerísimo crecimiento en dimensiones. Las protecciones de plástico aplicadas sobre los paragolpes y los pasos de rueda, así como la incorporación de ruedas de mayor diámetro y la consiguiente extensión del recorrido de las suspensiones, dan lugar a unas medidas de 4,76 metros de largo (+0,4 centímetros) por 1,84 m de ancho (+2,1 cm) y 1,49 m de alto (+4 cm). El maletero preserva la misma capacidad de carga: desde 490 litros con las cinco plazas en uso hasta 1.510 litros después de plegar los tres respaldos traseros.
Otros elementos que distinguen al C Estate All-Terrain son su parrilla con lama sencilla perforada sobre láminas negras verticales, las molduras de aluminio brillante situadas en la zona inferior de las puertas, las planchas protectoras de los paragolpes delantero y trasero -este último con los inevitables “escapes falsos”- y, por supuesto, los diseños exclusivos de las llantas de aleación. Las de serie montan neumáticos 225/55/R17 si bien se ofrecen como opción otros diseños en medidas 245/45/R18 y 245/40/R19.
El habitáculo es igual por dimensiones y prácticamente idéntico por diseño a cualquier otro modelo de la Clase C. Podemos elegir entre tres tonalidades dominantes (negro, beige y marrón) y acabados mates o brillantes para el salpicadero. Las pantallas digitales son las que ya conocemos, con medidas de hasta 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos y de 11,9” para la tableta central; la diferencia está en que el sistema de infoentretenimiento MBUX incluye informaciones y grafías específicas de la conducción offroad, como los indicadores ángulo de giro de las ruedas y de inclinación frontal y lateral del vehículo, además de la ubicación GPS y una brújula de estilo clásico.
La selección de motores del Clase C All-Terrain está limitada a dos opciones turboalimentadas de cuatro cilindros: por un lado, el gasolina C 200 con 204 CV de potencia y 300 Nm de par; y por otro, el diésel C 220 d con 200 CV y 440 Nm. Ambos motores cuentan con una transmisión automática 9G-Tronic y se integran en un sistema híbrido ligero de 48V, cuyo diminuto motor eléctrico permite entregar 15 kW de potencia extra durante unos breves segundos. Como es de recibo, tanto el C 200 como el C 220 d traen de serie el sistema de tracción total 4Matic; en este caso, una variante que permite destinar al eje delantero hasta un 45% del empuje del motor.
Lo que no ofrece ninguno de estos modelos, ni siquiera como extra, es la posibilidad de incorporar amortiguación adaptativa ni la tecnología Airmatic de suspensión neumática: las suspensiones son por tanto de tarado fijo, si bien con mayor recorrido y unos elementos elásticos de tarado más suave que en los Clase C “convencionales”.
Bueno en carretera y bueno fuera de ella
El evento de presentación dinámica organizado en Alemania por Mercedes-Benz nos dio la (muy breve) oportunidad de conducir las dos variantes mecánicas del nuevo Clase C All-Terrain. El primero que pude probar fue el C 200, con el que la escasa media hora de recorrido por carretera me sirvió para, cuando menos, extraer algunas conclusiones preliminares.
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Del motor de gasolina de 1.5 litros y 204 CV destacaría su más que digna capacidad de aceleración, su correcto empuje a cualquier régimen y el buen tándem que hace con la caja automática de convertidor de par, especialmente al ritmo del tráfico. Eso sí, el nivel de ruido y vibraciones que llega al habitáculo -y aquí discrepo un tanto de lo comentado por mi querido compañero Néstor Abarca en su prueba del nuevo Mercedes-Benz Clase C 200- me parece algo superior a lo esperado. Sí se cumplió, en cambio, el comportamiento que esperaba del chasis. Si el Clase C ya es un automóvil rutero y que tiende a filtrar mucho la carretera, la mayor suavidad y extensión de las suspensiones del modelo All-Terrain subrayan la orientación al confort de este vehículo, cuya versión “campera” intercambia un punto de dinamismo por otro de comodidad.
Nuestra segunda mini-prueba de conducción nos permitió experimentar -y disfrutar- la otra cara de la moneda. Al volante de un C 220 d, recorreríamos un circuito offroad no particularmente exigente pero sí más que comprometedor para una berlina al uso. Aquí pudimos constatar la capacidad de tracción del sistema 4Matic, la tranquilidad que da el hecho de contar con 4 cm extras de recorrido de suspensiones, la importancia de que los elementos elásticos sean lo bastante… elásticos, y la ventaja que supone contar con un buen motor y una buena dotación electrónica. En cuanto a lo primero, el 2.0 diésel de 200 CV tiene como “arma secreta” unos destacables 440 Nm de par disponibles desde solo 1.800 Nm, de manera que es fácil encontrarlos sin necesidad de sobrerrevolucionarlo. Lo que le falta a este propulsor en refinamiento lo compensa con mucho empuje a bajo régimen.
Pasando a la electrónica, el C Estate All Terrain suma al selector de programas de conducción Dynamic Select los modos específicos Offroad y Offroad+. El primero de ellos, ideal para circular por pistas y caminos de baja dificultad con gravilla o algo de arena, ajusta la respuesta del acelerador, el comportamiento del motor y la caja de cambios, y la actuación del sistema de tracción 4Matic a las circunstancias del terreno para asegurar el avance del vehículo. A falta de probarlo a fondo, sí me ha transmitido confianza a la hora de conducir a velocidad media sobre terrenos algo rotos.
Por su parte, el modo Offroad+, diseñado para afrontar secciones complicadas y grandes pendientes, incorpora un selector de control de velocidad de ascenso y descenso que funciona de manera totalmente automática sin que necesitemos intervenir sobre los pedales del freno y el acelerador. Puedo afirmar que funciona en toda circunstancia según lo indicado, por muy marcada que sea la pendiente; y del mismo modo debo avisaros de que, la primera vez que lo uséis, puede que esos dos o tres segunditos que tarda en ajustarse a la velocidad programada se nos hagan muy largos. A la segunda, ya veréis que no había de qué preocuparse.
En definitiva: el Mercedes-Benz Clase C Estate All-Terrain es una opción tan válida como un SUV -o tal vez más- para convertirse en el único automóvil de la familia, ya que ofrece al mismo tiempo casi todo lo bueno de una berlina (calidad de marcha, espacio interior y maletero) y casi todo lo bueno de un todocamino (un adecuado sistema de tracción total, buenas ayudas electrónicas y suficiente empuje del motor). ¿Quién sabe? Tal vez la próxima moda sea dejar atrás a los SUV…
Lo único que nos falta por saber son los precios para el mercado español, que en cualquier caso serán anunciados próximamente. Hasta entonces, recordad que en coches.net tenemos la mayor oferta de coches, Mercedes inclusive: aquí tenéis todos los Mercedes-Benz Clase C nuevos a la venta en coches.net, y aquí todos los Mercedes-Benz Clase C de segunda mano.
Una verdadera belleza de la única estrella del mundo del motor que brilla más que el Sol.