Hemos probado casi en exclusiva la nueva berlina de lujo 100% eléctrica de Mercedes-Benz. Hablo del EQE, algo parecido a un Mercedes EQS en miniatura con una autonomía superior a los 650 km con una sola carga de batería.
Hace unos meses mi compañero Jaume Gustems ya os contó la todas las novedades de este nuevo modelo eléctrico, lo podéis ver en este enlace: Nuevo Mercedes EQE. Poco después, Juan Carlos Grande os contaba todo sobre las versiones más deportivas: Mercedes-AMG EQE 43 4Matic y 53 4Matic+.
En el momento del lanzamiento, a mediados de este mismo año, estarán disponibles las variantes EQE 350+, con 215 kW de potencia (292 CV), y el Mercedes-AMG 43 4Matic con 350 kW de potencia (475 CV). Más adelante estarán disponibles las versiones EQE 500 4Matic y el EQE 53 4Matic+, con 408 y 625 CV respectivamente.
Como os comentaba al principio, gracias a una batería de 90 kWh, esta berlina es incluso apta para realizar largos viajes. La versión de acceso, la 350, la menos potente pero también la más eficiente, logra un registro de casi 660 km de autonomía con una sola carga de batería según el ciclo WLTP.
El vehículo está equipado con un sistema de carga rápida de corriente contínua con una potencia de carga de hasta 170 kW. Esto significa que en apenas 15 minutos podríamos recargar la suficiente energía como para recorrer otros 250 km.
Al volante es un coche de categoría. El ambiente interior es excelente, tanto por el diseño, igual que el del EQS, como por los materiales elegidos para cada uno de los detalles o por el inmenso aporte tecnológico. Es un modelo muy espacioso, tanto delante como en las plazas traseras, aptas para adultos de gran estatura sin ningún tipo de problema. El maletero ofrece una capacidad de carga de 450 litros, que no está mal tratándose de un eléctrico. Y es que, aunque os he dicho que es un “mini-EQS”, pequeño no es.
Mide 4,9 metros de largo y ese es un tamaño ya considerable. Sin embargo, al volante se percibe un coche mucho más dinámico y ágil de lo que podríamos esperar. Gran parte de la “culpa” la tiene el eje trasero direccional, con un ángulo de giro de las ruedas traseras muy significativo que hace que las maniobras, los giros y los cambios de carril sean prácticamente los de un compacto.
He podido probar las versiones 350+ y 500 4Matic y tanto la primera como la segunda cumplen sobradamente con las expectativas. Es más, me han sorprendido mucho y para bien. Los 292 CV de la primera son más que suficientes para mover con bastante energía a este modelo de más de 2 toneladas de peso. El par instantáneo hace que las reacciones sean muy directas y parece tener más potencia de la que declara. Por su parte, el 500 4Matic va sobrado, acelera con una contundencia sobresaliente y corre, corre mucho, y no te das cuenta porque el aislamiento acústico del interior es espectacular.
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Hay varios modos de conducción, Eco, Comfort y Sport, e incluso hay varios modos de regeneración de la energía que podremos seleccionar mediante las levas situadas detrás del volante. Por un lado hay 3 grados de retención, uno más o menos normal, otro muy fuerte, que permite prácticamente la conducción sólo con el acelerador ya que frena muchísimo y el tercer modo es el de conducción a vela. Es decir, no hay retención y a la hora de circular por vías rápidas es tremendamente efectivo.
Además, y por si fuera poco, el EQE ofrece otro modo de regeneración completamente automático. Es decir, mediante las distintas cámaras y radares que conforman el sistema de vigilancia del coche, éste es capaz de determinar qué grado de retención es el adecuado en cada momento. Lee las señales de tráfico, detecta si nos precede algún coche, mediante la cartografía sabe si nos acercamos a una rotonda o a un cruce, y con todo ello es capaz incluso de detener por completo el vehículo. Además, cuenta con conducción semi-autónoma.
En cuanto a la conducción, como ya os he comentado, sorprende. Se percibe algo pesado, sí, pero tened en cuenta que el centro de gravedad está muy bajo por la situación de las baterías en el piso, y eso hace que el aplomo que ofrece es muy bueno. La suspensión aporta un grado de confort excelente. Lo filtra absolutamente todo. Sin embargo, a la hora de tomar las curvas el balanceo de la carrocería no es demasiado acusado y la estabilidad y nivel de tracción es incluso mejor de lo esperado.
No os voy a hablar de consumos porque ni he tenido el tiempo suficiente ni tampoco era el momento para comprobarlo. Este apartado lo trataremos en profundidad cuando Mercedes nos ceda una unidad de pruebas durante una semana y le podamos hacer todas las pruebas pertinentes.
Lo cierto es que durante esta toma de contacto me ha sorprendido muchísimo el nuevo Mercedes EQE. Algunos de vosotros sabéis que me está costando entrar en el mundo del coche eléctrico, pero cuando pruebas uno así, tan bien hecho, con un aporte tecnológico tan destacado y sobre todo, con una autonomía y una potencia que permite viajar prácticamente sin problemas, hace que empiece a cambiar mi percepción.
Maravilloso, elegante, tecnológico, brillante y con clase y con más de 650 kilómetros de autonomía. Mercedes Benz la única estrella del motor que brilla más que el Sol.