"Lobo con piel de cordero"
Este es el titular que escogió el reputado periodista de motor de nuestro país Arturo de Andrés cuando publicó su prueba del Mercedes-Benz 500 E. Desde que lo ví en ese número de la revista Automóvil quedé prendado de esta mezcla entre elegancia y deportiva tan bien conseguida.
Basado en la generación W124 de la Clase E Mercedes-Benz presentó el 500 E en el Salón de París de 1990. Aunque a simple vista era bastante discreto y podía pasar como un W124 más se trataba de una de las berlinas más veloces del momento.
Bajo su capó delantero escondía un motor V8 de 5 litros con cuatro válvulas por cilindro basado en el que había estrenado el deportivo 500 SL (R129). Esta mecánica contaba con una nueva centralita electrónica Bosch LH-Jetronic y con cambios en el interior del bloque. Pasaba a tener la misma altura interior que la versión de 4,2 litros, el cigüeñal situado en una posición más baja y bielas más cortas.
Su motor con código interno M119 tenía una cilindrada de 4.973 c.c., rendía 326 CV a 5.700 rpm y entregaba 480 Nm a 3.900 rpm. Según Daimler esta berlina de 1.700 kilos era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y alcanzaba una punta autolimitada a 250 km/h.
Echando un vistazo detenido a su carrocería podemos apreciar los detalles que lo distinguían del resto de la gama W124. Lo que más salta a la vista son sus aletas sobredimensionadas, una de sus principales señas de identidad.
Made by Porsche
Una de las grandes curiosidades de esta berlina deportiva es que fue un proyecto conjunto entre Mercedes-Benz y Porsche, tanto en lo que a diseño como a producción se refiere. Dado que se trataba de un modelo muy exclusivo que disfrutaba de una baja demanda esta fue la mejor solución que Daimler encontró para llevarlo a la serie.
Las carrocerías partían ya pintadas de la factoría de Mercedes-Benz en Sindelfingen, del mismo modo los principales componentes salían de las fábricas de Sindelfingen y Untertürkheim hacia la planta de Porsche en Zuffenhausen donde se llevaba a cabo el ensamblaje del vehículo completo.
De hecho, el 500 E es uno de los pocos automóviles que no lleva el escudo de Porsche y que forma parte de la colección de vehículos históricos de la marca. La última vez que visité el almacén en el que Porsche guarda los más de 400 coches de calle, de competición y prototipos que no caben en la zona de exposición de su museo allí había un 500 E junto a un Audi 80 Avant RS2, otra creación de Porsche.
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De sus esculturales pasos de rueda asomaban unas atractivas llantas de 8 agujeros calzadas con neumáticos de 225/55 ZR 16. La primera generación del modelo fabricada hasta 1993 contaba con discos de freno de 300 mm delante y 278 mm detrás. Las unidades producidas entre 1993 y 1995 disponían de discos de 320 y 300 mm, respectivamente.
Su carrocería estaba 23 mm más cerca del suelo gracias a un sistema de suspensión deportivo que incluía un nivelador hidroneumático para el tren posterior. De serie también contaba con contol de tracción ASR.
En 1990 un Mercedes-Benz 500 E costaba en España 13 millones de Pesetas, el equivalente a aproxidamente 80.000 euros. Sin embargo, una unidad equipada con todos los extras que se ofrecían podía alcanzar los 20 millones de Pesetas (120.000 euros).
Restyling en 1993
En 1993 el 500 E pasó a llamarse E 500 aprovechando el restyling al que fue sometido el W124, generación que recibió por primera vez la designación de Clase E. En octubre de 1992 la potencia de su V8 de 5 litros había bajado a 320 CV para reducir tanto su consumo como sus emisiones contaminantes.
A nivel estético, además de los intermitentes delanteros blancos y los posteriores de color gris fueron varios los cambios que introdujo el E 500 en 1993. La calandra pasó a ser más pequeña y a quedar integrada dentro del capó. Del mismo modo, en el portón del maletero el hueco para la matrícula fue modificado y pasó a contar con una lama cromada sobre la misma.
En abril de 1995 se fabricó la última unidad del E 500. Según Daimler entre 1993 y 1995 fabricó 10.479 unidades del 500 E y del E 500, dentro de esta cifra también se incluyen los pocos E 60 AMG producidos entre 1993 y 1994 con un V8 de 6 litros.
Hoy en día es un vehículo de colección cuya cotización sigue al alza. Si bien hace 4 años se podían encontrar unidades por debajo de 10.000 euros, actualmente es difícil dar con uno por menos de 20.000 euros. Las mejores unidades pueden llegar a rondar los 50.000 euros.
Un cochazo que fue, es y seguirá siendo para siempre. De lo mejor que se ha hecho nunca en el mundo de la automoción.
#50 I SELL MY 1992 E 500 KM 92000