Si incluso el veteranísimo Mercedes-Benz G tiene derecho no a una sino a dos variantes desarrolladas por AMG, era lógico que también el GL, recientemente remodelado, dispusiera de una versión de altas prestaciones con uno de los V8 biturbo bajo el capó. Dicho y hecho. Los ingenieros de la división deportiva de la marca de la estrella han creado la versión más potente del gran todoterreno de siete plazas que recibe ahora el motor que también utilizan otros modelos de la marca con el número 63 en su denominación.
Se trata de un ocho cilindros de 5,5 litros dotado de doble turbo con una potencia de 537 CV y un par motor de 760 Nm acoplado a la habitual caja de cambios automática de siete velocidades de los Mercedes AMG y al sistema de tracción integral 4Matic que en condiciones normales de adherencia privilegia al eje trasero en proporción 60/40. La caja dispone de tres modos de funcionamiento; uno eco con Stop/Start, otro Sport y otro que permite su uso secuencial como si se tratara de un cambio manual. Con este motor, el GL se convierte en una especie de drágster todoterreno capaz de acelerar de 0 a 100 km/h. en sólo 4,9 segundos y de lanzar sus más de dos toneladas y media de peso a 250 km/h., velocidad a la que la limitación electrónica que incorpora entra en acción. El consumo homologado por Mercedes es de 12,3 litros/100 km.
Para garantizar un aprovechamiento máximo de las cualidades del motor, este GL de altos vuelos tiene diferentes adaptaciones en el chasis. La suspensión adaptativa tiene tres modos de funcionamiento; Confort, Sport y Sport Plus y el coche dispone de serie de barras estabilizadoras activas para eliminar el balanceo en curva. Entre sus numerosas ayudas electrónicas, destaca un sistema llamado Crosswind Assist que compensa la incidencia del viento lateral a base de actuar sobre los frenos.
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El equipo de ruedas está a la altura del potencial del coche con llantas de 21 pulgadas calzadas con neumáticos de asfalto en medidas 295/40 R 21. Como os podeis imaginar, con semejantes ruedas y una distancia al suelo rebajada, la circulación fuera del asfalto ha dejado de ser una prioridad para este GL. Estéticamente, el GL 63 AMG se distingue, además de por las llantas, por una serie de cambios estéticos en el frontal (parachoques y parrilla) y en la trasera (colas de escape) mientras que en el interior, el coche monta asientos de corte deportivo y un volante y unos pedales específicos. En el equipamiento de serie destacan los faros de xenón adaptativos, el detector de fatiga o el sistema de prevención de colisiones que actúa frenando el coche cuando circula a baja velocidad y sin que el conductor intervenga. Como es habitual en la marca, el listado de opcionales permite configurar un coche a medida del presupuesto del cliente que, eso sí, deberá ser muy elevado de entrada. Con un precio de 150.320 euros, el GL 63 AMG es el todoterreno más caro del mercado. Su hermano pequeño, el ML 63 AMG se queda en poco más de 120.000 y ni el BMW X5M ni el Range Rover Supercharged llegan a los 130.000. El que más se le acerca es el Porsche Cayenne Turbo, que supera ligeramente los 140.000 euros.
esto pa los jeques arabes que son los unicos que pueden darle de comer