Un Clase A para aventureros
Mercedes ha desarrollado su primer SUV compacto, un coche que parece todo menos un SUV. Este GLA es, ciertamente, más alto que un Clase A pero observándolo con detalle parece justamente eso, un Clase A más elevado. Y cuidado, no quiero decir con eso que no funcione estupendamente como un SUV, que lo hace como veremos más adelante, digo, simplemente, que está alejado de la idea que hasta ahora teníamos de un SUV, al menos a nivel estético.
Quiero decir, en definitiva, que a primer golpe de vista no tienen nada que ver con un Audi Q3, un Range Rover Evoque o un BMW X1 que los ves y dices, mira, un SUV. Éste no. Quizás al SUV que más se parezca así, a bote pronto, es al Subaru XV, que no deja de ser un Impreza levantado. Esa es la misma sensación, por tanto, con el GLA; un Clase A levantado.
Bien. Mercedes, por tanto, ha reinventado el SUV dándole una estética similar a la de un turismo compacto y, sobre todo, aprovechando las ventajas de esa estética, esencialmente en el tema aerodinámico. La marca de la estrella ha conseguido un cx (coeficiente de resistencia al aire) de sólo 0,29, un valor muy bueno para un coche de este tipo. El consumo es el principal beneficiario del cuidado con que la marca ha trabajado la aerodinámica (retrovisores, morro, carenado de bajos, aislamientos...).
Estéticamente, por tanto, sigue la línea marcada por el Clase A -y el CLA, por supuesto-, y destaca por su morro largo, con la estrella en la parrilla, el capó con un doble nervio y un perfil con muy poca superficie acristalada. La trasera es muy parecida a la de su hermano, con un portón que puede ser eléctrico en opción y unos pilotos con un diseño 3D muy atractivos cuando están iluminados.
El GLA tiene el mismo defecto que el Clase A en el apartado de habitabilidad; tiene unas plazas traseras justas. Es cierto que son algo más holgadas que las de su hermano compacto pero eso no es ningún logro importante ya que las del Clase A son realmente pequeñas. Y si en el Clase A este defecto puede maquillarse en cierta medida por la deportividad del modelo, en un coche como este, de vocación más familiar, ya es más difícil de justificar.
Las plazas traseras son lo que menos me gustó del coche. De entrada, el acceso no es cómodo ya que el corte de la puerta, sin llegar a ser el del Clase A, que obliga a practicar el contorsionismo para entrar y salir, no facilita el acceso. La puerta no abre en exceso pero, además, hay que agachar mucho la cabeza y levantar mucho las piernas para entrar atrás.
Una vez dentro, el espacio para las piernas es solo correcto y la banqueta no es muy ancha y tiene unas formas claramente biplaza. Además, es fija aunque opcionalmente, puede encargarse con el respaldo reclinable. Esta funcionalidad, sin embargo, no está pensada para que los niños duerman más cómodos en sus sillitas. La reclinación gana 15 grados pero en vertical, de manera que, si se opta por utilizarla, el respaldo queda perpendicular a la banqueta. La idea con ello es ampliar el maletero, en ningún caso ofrecer más confort a los pasajeros.
Ya que hablamos de maletero, deciros que ofrece 431 litros, ampliables a 481 si reclinamos hacia delante la banqueta y a 1.235 si abatimos los asientos traseros partidos por mitades asimétricas. No es un maleterazo pero está bien. Cumplirá para la mayoría de clientes de un coche así y los que quieran más maletero, deberán irse a un segmento mayor. Por supuesto, gana en capacidad al Clase A, que ofrece sólo unos justitos 341 litros.
El GLA, por cierto, mide 4,41 metros de largo por 1,80 de ancho y 1,49 de alto. Respecto a un Clase A es 12 cm más largo, y 6 cm más alto (fijaros que tres de esos cm ya los gana en altura libre al suelo), pero respecto a un Clase B, que tiene 52 litros más de maletero, es 6 cm más largo y... 6 cm más bajo lo que confirma de nuevo que la marca no ha buscado para nada hacer un SUV al uso.
Vamos con la mecánica
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El Clase GLA dispone de la misma plataforma que sus tres hermanos ya existentes; el Clase B, que fue el primero en estrenarla, el Clase A y el CLA. Y habrá un quinto integrante, según la marca que, con casi toda seguridad será un CLA Shooting Brake, una versión a escala del espectacular CLS Shooting Brake. Esta plataforma es de tracción delantera y con los motores en posición transversal. No es la primera vez que Mercedes hace algo así ya que el Clase A anterior, aunque con una plataforma diferente, también era de tracción delantera.
Al ser un chasis de motor y tracción delanteros, el GLA existirá en versiones con eje delantero motriz pero también en variantes con tracción a las cuatro ruedas, como corresponde a un SUV. La gama inicial estará compuesta por cuatro versiones de motor distintas de las que tres se ofrecerán con ambos tipos de tracción.
La gama de gasolina estará integrada por el GLA 200, con motor de 1,6 litros y 156 CV y el GLA 250 de 211 CV, en versión normal o 4Matic. Los dos diesel tienen motor de 2,2 litros (no, aquí, de momento, no existe una variante 1.5 con motor Renault) con potencias de 136 CV (GLA 200 CDi) y 170 CV (GLA 220 CDI) y variantes de tracción delantera para el más modesto y delantera o 4 Matic en el caso del 220.
La caja de cambios de serie es una caja manual de seis velocidades mientras que, opcionalmente, podrá encargarse el coche con una caja de cambios de doble embrague de 7 velocidades. Esta caja es de serie en los 250 y 220 CDi. Tiene tres modos de uso; confort, sport y manual y puede disponer en algunos casos de levas tras el volante.
La gama se completará más adelante con la llegada de la versión deportiva GLA 45 AMG al que dedicaremos un artículo aparte en unos días ya que también tuvimos ocasión de probarlo en la presentación.
Respecto al chasis, hay que decir que la marca, además de las alternativas de tracción delantera o integral, ofrecerá también versiones con chasis deportivo o con programa off-road. El chasis deportivo endurece los muelles y rebaja en 15 mm la altura libre al suelo mientras que el chasis off-road eleva la altura libre en 3 cm -hasta los 19 cm- e incluye una serie de elementos para facilitar los movimientos del coche fuera del asfalto.
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Más campero de lo esperado
La verdad es que este GLA es uno de los SUV compactos más camperos del mercado. En este apartado supera claramente a sus dos grandes rivales, el BMW X1 y el audi Q3 aunque no al Evoque que, con su sistema de control de tracción Terrain Response, es claramente más eficaz que el Mercedes que queda, por lo tanto, en un buen término medio, más cerca del Range que de sus compatriotas alemanes.
El paquete off-road incluye un botón en el salpicadero que activa una serie de parámetros pensados para ese uso fuera de carretera. Cambia la cartografía del motor -esencialmente a bajas revoluciones- y del cambio -rapidez de cambio y punto de cambio- y se dispone del sistema de control de descensos, particularmente eficaz, además, de lógicamente, cambiar el modo de uso del control de tracción y establidad.
En Granada, escenario de la presentación, probamos un 220 CDi 4Matic en un circuito off-road trazado en una rambla. No era extraordinariamente complicado -pista algo rota, algunas pendientes laterales suaves, algún escalón, un par de subidas de tierra suelta mojadas, pistas de piedras y una bajada final- pero la verdad es que el GLA lo superó sin aparente esfuerzo.
Con el pack off-road, el coche gana altura libre y mejora apreciablemente los ángulos de ataque y salida y como la batalla no es muy larga, demuestra una cierta agilidad en el franqueo de cortaaguas y escalones. La tracción es también muy buena. El sistema de reparto de par reparte entre ejes y entre ruedas en función de la adherencia de cada una de ellas, frena las que quedan en el aire para que no se escape el par por ellas y consigue que el coche avance con suavidad. Lo menos agradable es que la suspensión, al ser bastante firme, hace que el coche no resulte muy confortable sobre pistas malas pero es un SUV con el que poder afrontar pistas de todo tipo con solvencia y, por tanto y, pese a su aspecto, se gana esa etiqueta de todocamino de la que muchos presuntos SUV presumen sin llegar a justificarla.
Y de la tierra al asfalto. Las sensaciones a bordo del GLA es que llevas un Clase A en el que vas sentado más alto y balancea un pelín más en curva. El comportamiento se parece mucho al de su hermano menor pero es menos ágil ya que pesa más y tiene el centro de gravedad más arriba. Sinceramente os diré que me gustó más el Clase B que el GLA pese a que el B es más alto pero no "empieza" tan arriba.
En cualquier caso, es un coche asfáltico. De los que probé, el que más me gustó fue el 220 CDi. El 200 CDi va casi igual pero se le notan los caballos de menos, especialmente al recuperar en marchas largas o en subidas prolongadas. Si vais a usar mucho el coche cargado u optais por el 4Matic (más adelante llegará el 200 CDi 4 Matic), que supone un ligero incremento de peso, es mejor optar por el 220 CDi, con una reserva de potencia interesante y un mayor desahogo, lo que obliga a trabajar menos al cambio. Eso sí, es bastante más caro ya que, además, es obligatoriamente automático. En cuanto a consumos, gastan lo mismo (4,3 el menos potente y 4,4 el 220) y 4,9 ambos en formato 4 Matic pero, como es habitual en estos casos, en uso corriente, acaba gastando menos el más potente ya que va más desahogado y se le exige menos.
De los gasolina sólo probé el 250 y el AMG del que hablaré en otro artículo. El 250 tiene un motor muy lineal y agradable de utilizar pero sin excesivo vigor a bajo régimen. Además, es un coche algo descompensado que seguramente necesitará el chasis deportivo si se le va a sacar de vez en cuando el potencial que lleva dentro. En este tipo de coches, cuanto más posibilidades hay de ir deprisa -por motor- menos a gusto se encuentra el chasis -pensado, recordad, para funcionar también en pista de vez en cuando- y en el 250 pasa eso. Va bien, tracciona bien y se aguanta pero las inercias se notan más que en los diesel y no tiene el agrado de uso del 220 CDi, para mí el más equilibrado de la gama.
Los precios arrancan en los 31.150 euros y son los que siguen:
GLA 200: 35.600 € GLA 250: 43.000 € GLA 250 4 MATIC: 45.500 € GLA 200 CDI: 31.150 € GLA 220 CDI: 36.900 € GLA 220 CDI 4 MATIC: 39.400 €
El equipamiento no está nada mal teniendo en cuenta la fama que arrastraba la marca y que va cambiando poco a poco. Lleva detector de fatiga, aviso de colisión por alcance (sin frenada ya que eso es opcional), capó activo para minimizar las consecuencias de un atropello, airbag de rodillas, que se añade a los frontales, laterales delanteros y de techo, climatizador, faros bixenón con faros de día de LED, volante de cuero, equipo de audio con USB y Bluetooth y llantas de aleación de 18 pulgadas.
Entre los opcionales, como siempre, un montón de cosas, algunas que están muy bien para la lista de opciones, como las de personalización, y otras que deberían ser de serie en un coche de este precio. Veamos. En el primer caso hay varias líneas de diseño. La elegante Style (cromados, moldura del salpicadero de carbono y asientos en tela/cuero), la deportiva Urban (doble escape, protectores de bajos en cromado oscuro, asientos deportivos con apoyacabezas integrados), la más deportiva AMG Line (suspensión deportiva, llantas distintas, kit estético exterior, moldura en aluminio, asientos deportivos, volante achatado por debajo), la curiosa Night (láminas de parrilla, llantas, retrovisores y barras de techo negro brillante y cristales oscurecidos) y el pack exclusivo (asientos de cuero calefactables, partes del tablier y las contrapuertas de cuero y fondo de la instrumentación en plata). Todo para caprichosos que pueden optar además por el techo de cristal, el portón trasero eléctrico o los asientos eléctricos.
Luego quedan otros elementos más recomendables como el cambio automático de luces cortas a largas, el control de velocidad, activo o no y con o sin frenada de emergencia, los avisos de cambio de carril y de presencia en el ángulo muerto, el navegador Garmin, con una pantalla situada a la altura de los ojos en el centro de la consola y presentación en 3D e incluso en Street View, la cámara de retrovisión o el asistente de aparcamiento automático que ya empiezan a ser de serie en algunos coches incluso del segmento B.
Y finalmente, la conectividad, con acceso a internet, integración completa del iPhone con órdenes de voz mediante Siri, acceso a Facebook y Twetter, radio digital, navegador Garmin, aplicaciones de info-tráfico y un segundo Bluetooth para equipos externos.
La comercialización arranca en marzo y en junio se completará la gama con el GLA 45 AMG.
Gla con 12000 kilómetros y14 meses se junta el aceite y el Anticongelante. Avería junta culata no serán tan buenos los Mercedes