Mercedes-Benz Clase S, todavía mejor
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Mercedes-Benz Clase S, todavía mejor

Gerard Farré

Gerard Farré

3 opiniones

Viajamos hasta Zúrich (Suiza) para conducir por primera vez la nueva Clase S. El buque insignia de Mercedes-Benz ha sido remozado para hacer frente a los recién llegados de la categoría, BMW Serie 7 y Audi A8.

A nivel de diseño hace falta ser un verdadero experto para diferenciarlo del modelo precedente. Las grandes novedades llegan de la mano de los sistemas de asistencia a la conducción, un nuevo volante y una gama de motores renovada prácticamente por completo.

La calidad de acabados del Clase S anterior parecía insuperable, pero los técnicos y diseñadores de Stuttgart lo han logrado. Dentro mantiene las mismas dos pantallas de gran formato ahora con mayor resolución.

La gran novedad del habitáculo la encontramos en un volante de nuevo cuño. Los mandos satélite de antes han desaparecido y aquellas funciones que éstos hacían han sido trasladadas a los botones del volante.

En esta toma de contacto pudimos conducir el S560, S500 y Mercedes-AMG S63 4MATIC+, los tres con la carrocería de batalla larga, la única carrocería disponible para estas pruebas dinámicas. Todos contaban también con una caja automática de 9 relaciones. La distancia entre ejes de esta versión es 130 mm superior a la normal, con 3,1 metros.

Con el S560 se recupera la nomenclatura 560 que no veíamos desde el W126 (1985-1992). La versión de batalla larga o SEL del W126 es, sin duda alguna, uno de los modelos más elegantes de la historia de la marca.

Confort inigualable

La primera parte de la ruta, nada menos que 4 horas de conducción la llevamos a cabo en un S560 Designo equipado hasta los topes. Es difícil dar con un coche tan confortable como este.

Después media ruta al volante de esta limusina puedo decir que es uno de los coches más cómodos que he conducido jamás. El nivel de filtrado de su suspensión neumática es excepcional. El aislamiento acústico tampoco tiene parangón y el confort que transmite al conductor es de otra galaxia.

En modo Comfort es prácticamente inigualable. La caja de cambios automática de 9 relaciones es suave y permite disfrutar de un modo secuencial. En Sport ofrece unas recuperaciones que quitan el hipo pero siempre sin descomponerse, manteniendo una serenidad y un savoir faire dignos de un Clase S.

Bajo su capó delantero equipa el mismo V8 biturbo de 4 litros que anima al Mercedes-AMG GT, el deportivo biplaza de Affalterbach. En el S560 anuncia 469 CV de 5.250 a 5.500 rpm y lo que es más espectacular, 700 Nm de 2.000 a 4.000 rpm.

El sonido del motor es agradable y sin estridencias. Jamás llega a alcanzar una nota demasiado alta, mostrándose ahí en segundo plano sin querer ser protagonista por lo que a rumorosidad se refiere. En entrega de par si que se hace presente.

Los frenos no están a la altura, tras un tramo de secundaria a un ritmo alegre sufrieron un importante fading y presentaron unas vibraciones demasiado acusadas, como si los discos hubiesen sufrido algún tipo de malformación. No es un coche pensado para realizar un tramo de montaña pero allí se defiende como jamás me habría imaginado.

Con el asistente de retenciones puedes casi llegar a soltar las manos del volante en atasco porque el coche acelera, para y se mantiene en el carril de forma autónoma. Todo mientras el asiento te da un masaje en la espalda. Así da gusto estar en una retención.

Llegó el turno de pasar a la segunda fila para descubrir lo cómodo que puede llegar a ser el viaje en un Clase S. Una vez en el asiento trasero derecho con los botones de la puerta desplacé el asiento del acompañante delantero lo más adelante posible, y acto seguido estiré el mío hasta la posición más reclinada.

Con el mando inalámbrico pude activar los distintos tipos de masaje. Viajar así es un verdadero placer. Es una lástima que sea un lujo al alcance de tan pocos. Con esta configuración el coche queda sólo con tres plazas pues la delantera derecha está completamente anulada.

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Vuelve el 6 en línea

El segundo fue el S500, ahora ya no es V8, en su lugar monta un 6 cilindros en línea turboalimentado de 3 litros que declara 435 CV de 5.900 a 6.100 rpm. Mientras que la potencia no está lejos del S560 el par motor es inferior al del V8 con 520 Nm de 1.800 a 5.500 rpm.

La sensación de empuje de este propulsor es inferior a la del S560. Parece que sea un pelín perezoso a la hora de recuperar. Pero si no lo comparas con el V8 biturbo cabe la pena decir que es una auténtica gozada y es más que suficiente para mover al Clase S con gran soltura.

De hecho sobre el papel declara un 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, sólo una décima más lento que el S560. Por el contrario el consumo del S500 queda en 6,6 l/100 km en vez de los 7,9 l/100 km del S560.

Los acabados del S500 no estaban al mismo nivel que los del S560 Designo que habíamos probado antes. El tapizado del volante por poner un ejemplo tenía un tacto menos exquisito y gustoso que el del V8.

AMG con 612 CV

Hace dos años tuve la ocasión de hacer un prueba exhaustiva con un S63 y me sorprendió que un coche de semejante tamaño y peso pudiera ser cómodo como una limusina pero a la vez ágil y veloz como un deportivo de primer nivel.

La receta ha sido perfeccionada todavía más y el precio de tarifa también con 193.500 euros (+9.000 euros). El V8 biturbo de 5,5 litros de la generación anterior ha sido sustituido por otro V8 pero de 4 litros. Al tratarse de un motor más pequeño y ligero se ha ganado un plus de agilidad.

A la hora de entrar en la curva ofrece una mayor precisión que antes. Cuando haces un tramo de secundaria con curvas cerradas te quedas perplejo de lo que puede llegar a hacer semejante porta-aviones.

El V8 biturbo le permite acelerar como una auténtica catapulta. De 2.750 a 4.500 rpm entrega 900 Nm y de 5.500 a 6.000 rpm 612 CV, la misma cifra de par que antes y 27 CV más de potencia.

Aunque el terreno ideal de este Mercedes-AMG es la Autobahn. Nada más entrar en un tramo sin limitación aceleré a fondo, en un abrir y cerrar de ojos ya había pasado de 200 km/h, y poco después entraba en acción el limitador de velocidad. Presuntamente está limitado a 250 km/h pero el velocímetro llegó hasta 265 km/h.

Por encima de 200 km/h muestra un aplomo espectacular, como si de un tren sobre raíles se tratara. Lo que más llama la atención es su capacidad de aceleración. De la mano del sistema de tracción integral 4MATIC+ puede alcanzar los 100 km/h desde parado en 3,5 segundos, medio segundo más veloz que el modelo anterior.

Con el modo Sport+ y el cambio en manual en las reducciones el escape hace unas explosiones y petardeos de órdago. Nunca una limusina había ofrecido una faceta tan gamberra como esta.

En resumidas cuentas

Mercedes-Benz sigue siendo el rey de las grandes berlinas de lujo de la mano de la Clase S. Si buscas un sedán de gran formato que ofrezca lo último en tecnología, calidad y confort de marcha, este es el coche.

Lo que más me sorprende es ver que tan solo 50 euros separan al S500 6 cilindros del S560 V8. Diría que dos cilindros extra jamás habían sido tan baratos. Bueno, 138.000 que es lo que cuesta el S560 tampoco es que sea una ganga. A poco que echemos mano al catálogo de extras será fácil acercarse a los 200.000 euros. De los tres que probé me quedo con el S560, es justo lo que uno espera encontrar de una limusina así.

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Z
Zarco

Esos 520 Nm de par motor apuntan a un ajuste en las presiones de soplado de los 2 turbos del M276 DELA30, que es el v6 biturbo de los modelos 400, con una potencia original de 333 CV, que fue aumentada a posteriori a los 367 CV en los modelos 450 y 43 AMG. Empezamos a rizar el rizo con el mismo bloque motor para llegar a los 435 CV, sin aumentar la cilindrada y al mismo precio del v8. Pongame el v8 sin duda alguna, que los consumos no es algo que preocupe a un comprador de un clase S y no es lo mismo.

a8
andres 89

Impresionante, pero no tanto como el Panamera

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