Híbridos enchufables Mercedes-Benz: cómo conducirlos de forma eficiente

Las ventas de vehículos híbridos y eléctricos se disparan. Según datos facilitados por Anfac, entre enero y julio de este año la venta de híbridos se ha incrementado un 94,2% en España. Cierto es que venimos de unos niveles muy bajos, ya que el porcentaje de este tipo de modelos respecto a los que montan motor de combustión es muy pequeño. Ahora mismo los coches eléctricos o híbridos tienen un 4,4% de la cuota de mercado de turismos. Pero cuidado, es el doble que lo registrado en el mismo periodo del año anterior.

Toyota es la marca que más híbridos está matriculando en España, pero cuando hablamos de híbridos enchufables, la cosa cambia. Mitsubishi, BMW y Mercedes copan los primeros lugares en venta de híbridos plug-in, una tecnología que permite ampliar la autonomía en modo eléctrico entre 30 y 50 kilómetros. A diferencia de un híbrido convencional, un híbrido plug-in dispone de una batería con mayor capacidad de carga y con posibilidad de recargarse de forma externa.

Estas aptitudes son las que solucionan las necesidades de movilidad de un buen número de personas que hacen recorridos cortos a diario en ciudad para ir al trabajo o llevar a los niños al colegio. Con un híbrido enchufable pueden hacerlos sin pasar por la gasolinera y con contaminación cero. Y sin las limitaciones de autonomía que, lamentablemente, todavía tienen algunos coches eléctricos, ya que el motor de combustión que incorporan permite que puedan ser utilizados en largos desplazamientos.

Cada día se suman más marcas a la tecnología híbrida enchufable, plenamente convencidas de ello. Una de ellas es Mercedes-Benz, que organizó para la prensa especializada una prueba de conducción con su gama de vehículos híbridos enchufables en el área Metropolitana de Barcelona. El objetivo de la prueba era comprobar hasta qué punto este tipo de vehículos es eficiente y rentable económicamente.

Mercedes-Benz tiene en el GLC 350 e su caballo de batalla en el segmento de los plug-in. Es el tercer híbrido enchufable más vendido en España en lo que llevamos de año, por detrás del BMW Serie 2 Active Tourer 225xi y el Mitsubishi Outlander PHEV.

Pero la marca alemana cuenta en su catálogo con otros modelos enchufables, cada uno en segmentos de mercado diferentes. En berlinas, el Clase C 350e, tanto en carrocería sedán como Estate; el Clase E 350e; y el nuevo Clase S plug-in que está por llegar; y en SUVs, además del GLC 350 e 4Matic en versión standard y cupé, el buque insignia es el GLE 500e 4Matic.

Algunos de estos modelos estuvieron presentes en la presentación de Barcelona. Con ellos hicimos una ruta que partió de Sant Boi del Llobregat, pasó por poblaciones como Viladecans y Gavà, subió el puerto de montaña hacia Begues y una vez allí, vuelta a Sant Boi por la autovía.

La variedad de la ruta permitió activar varios de los programas de conducción que estos híbridos y eléctricos tienen, con los que podemos reducir considerablemente el consumo si sabemos utilizarlos en el momento adecuado. Y de eso se trataba, de ver cómo utilizando un programa o un estilo de conducción inadecuados, un híbrido plug-in puede incluso gastar más que el mismo coche con motor de gasolina o diésel. Pero en cambio, sabiendo combinar los distintos modos de funcionamiento del sistema híbrido, los resultados de consumo pueden llegar a ser sorprendentes.

Vamos a profundizar un poco cuáles son esos modos de funcionamiento que podemos encontrar en todos los Mercedes-Benz con tecnología híbrida enchufable:

Hybrid. Es el modo que se activa por defecto, en el momento en el que se arranca el coche. Combina de forma automática la acción del motor térmico y el motor eléctrico para conseguir la mayor eficiencia.

E-Mode. Se utiliza para desplazarse sólo con la energía de la batería, siempre que ésta tenga carga suficiente. Es el modo ideal para circular por ciudad.

E-Save. Se activa cuando interesa conservar la carga de la batería, por ejemplo, si circulamos por carretera y tenemos previsto en breve entrar en una ciudad con áreas restringidas exclusivamente a vehículos eléctricos.

E-Charge. Se utiliza cuando interesa cargar a tope la batería mientras estamos circulando. Por ejemplo, cuando tenemos previsto entrar en un área urbana con acceso restringido y resulta que tenemos la batería muy descargada. Se sirve del motor térmico para ello.

Estos modos de funcionamiento se combinan, además, con los programas de conducción del sistema Dynamic Select de Mercedes-Benz. Entre ellos, hay dos especialmente interesantes para el ahorro de combustible: Eco y Eco +. El resto de modos (Comfort, Sport y Sport +) utilizan principalmente el motor de combustión y no resultan especialmente eficientes.

Las combinaciones entre modos de funcionamiento y programas de conducción pueden ser varias, como veis. Pero en realidad, si lo que queremos es desplazarnos de un lado a otro con el menor gasto de combustible, es bien sencillo: básicamente se activa el programa Eco o Eco + y paralelamente activamos el modo híbrido cuando vamos por carretera o vías interurbanas o bien el modo eléctrico (e-mode) cuando entramos en una ciudad.

Los programas Eco y Eco + “tiran” de la batería siempre que es posible, y apagan el motor térmico incluso cuando vamos en marcha. El nivel de batería se mantiene mediante la recuperación de energía en las frenadas y, puntualmente, alimentándose con el motor térmico.

En el programa Eco+, además, se añade el acelerador háptico, que no es más que un sistema que hace que el pedal del acelerador transmita un doble impulso al conductor para avisarle que debe dejar de acelerar. Suele hacerlo cuando interesa que el motor térmico se “desacople” de la transmisión para que el coche pueda rodar “a vela”, o cuando nos acercamos rápiddamente al coche de delante y por lo tanto, se prevé que hay que frenar en breve. La sensación es un poco extraña, ya que percibes dos golpes en el acelerador, parecidos a los que provoca la acción de un ABS, para que os hagáis una idea. Pero es un sistema útil porque funciona: inmediatamente después del aviso dejas de dar gas.

Con esta “estrategia” y estilo de conducción, logré un consumo medio con un Mercedes Clase C 350e sedán de 3,7 l/100km. Debéis tener en cuenta que partí con la batería cargada a tope y sólo activé el sistema de mantenimiento de carga (e-save) en momentos puntuales. El resto del recorrido lo hice en modo eléctrico total (e-mode).

Un error que comenten algunos clientes, según comentaron los responsables de Mercedes-Benz, es utilizar en exceso el sistema e-charge, que se sirve del motor de gasolina para recargar la batería mientras conducimos. Este modo de funcionamiento acaba con cualquier intento de ahorrar combustible, ya que el motor funciona constantemente para recargar la batería y a la vez impulsar el coche. Hicimos la prueba en el mismo recorrido. Partimos con la batería totalmente descargada, y la cargamos en marcha con el modo e-charge. La media de consumo al final de la prueba fue de 12,6 l/100km. Tres veces superior.

¿Qué demuestra esto? Que un coche híbrido plug-in puede ser muy eficiente, pero siempre que nos lo propongamos. De lo contrario, gasta tanto o más que un coche con motor convencional. De hecho, pesan más, y su eficiencia en carretera abierta es muy discutible. No ocurre lo mismo si se utilizan en ciudad, ya que pueden llegar a consumir cero. En esta comparativa en vídeo entre un Mitsubishi Outlander PHEV y un Outlander diésel os lo demuestro.

Para reducir los consumos en carretera con estos Mercedes-Benz sólo hay que usar el sentido común y saber combinar de forma adecuada los modos de funcionamiento y los programas de conducción. No es en absoluto complicado, como véis, y en cualquier caso, tambien disponemos de otras ayudas provenientes del propio vehículo. Como ya os he comentado, a través del radar frontal del coche, el pedal háptico avisa al conductor de que se acerca al vehículo de delante y debe dejar de acelerar. El radar también permite que el coche reduzca la velocidad en ese mismo instante aplicando los frenos y recogiendo la energía de la desaceleración para cargar la batería.

Y, por otro lado, existe la navegación predictiva basada en el navegador. Es decir, con la información que el navegador tiene de la ruta que seguimos, el propio coche puede prever que nos acercaremos en breve a una ciudad y automáticamente activar el modo de preserva de la carga de la batería para así preparanos para utilizar la energía eléctrica en el tramo urbano. O bien servirse de la energía de las baterías en lugar de la del motor de gasolina, para impulsar el coche en una fuerte pendiente, que suele ser cuando el motor térmico resulta menos eficiente.

Tanto la conducción predictiva basada en el radar como la basada en la navegación funcionan de forma automática, y sin duda contribuyeron a la excelente cifra de consumo registrada en la prueba.

Según los responsables de Mercedes-Benz, en los próximos años los híbridos enchufables van a quitar cuota de mercado a los híbridos convencionales. Su evolución tecnológica va a permitir que la autonomía puramente eléctrica se incremente poco a poco, y esté por encima de los 50 kilómetros. Esto se conseguirá con baterías más potentes (actualmente en Mercedes-Benz están entre los 6,38 kW/h del Clase C PHEV y los 8,8 kWh del GLE plug-in).

Los tiempos de carga de estas baterías dependerán, como ahora, de la instalación disponible. Si es en un enchufe convencional, pueden oscilar entre una hora y media de mínimo hasta 4,75 horas, dependiendo de la intensidad disponible. Si se realiza con un terminal tipo Mennekes, suelen quedarse en unas dos horas para la carga completa en cualquiera de los modelos de la gama Mercedes-Benz.

Finalmente, cuando hablamos de híbrido enchufables, también debemos tener en cuenta los costes de adquisición del coche. El PVP de tarifa de un Mercedes-Benz E350 e es 8.700 euros superior al de un E300 con motor de gasolina. Aunque el híbrido plug-in incluye más equipamiento, siempre hay que hacer números para ver si compensa o no el desembolso. No sólo hay que tener en cuenta el ahorro teórico de combustible con el uso diario que vayamos a darle al coche, sino también la cuantía que podemos ahorrarnos con el nuevo Plan Movea 2017 y las ventajas que la administración nos concede por circular con un vehículo menos contaminante en la zona en la que habitamos.