Mercedes-Benz GLE

Mercedes-Benz decidió hace un año cambiar la nomenclatura de sus modelos, y una de las series más afectadas fue la ML, que pasó a denominarse comercialmente GLE. Así, el SUV que ha presentado la marca alemana en tierras germánicas y austríacas no es más que una evolución del anterior ML, a nivel estético y especialmente a nivel mecánico.

Por un lado, los cambios exteriores buscan alinear a este modelo con el nuevo estilo de diseño, más moderno, que lucen los últimos productos de Mercedes-Benz. Los cambios no son notables, pero algunos detalles intentan dar a este SUV un aire un poco más juvenil y adecuado a los nuevos tiempos. La verdadera revolución ha sido la incorporación a la gama de una nueva versión más deportiva, la GLE Coupé, sobre la que ya os he contado mis primeras impresiones.

Los cambios mecánicos se han centrado en mejorar la eficiencia de la gama de motores ya conocida y sobre todo, en la introducción un nuevo propulsor híbrido que ofrece una potencia de 442 CV y que conforma la versión GLE 500 e 4Matic, de tipo enchufable.

Es la primera vez que este SUV de lujo de Mercedes-Benz cuenta con una versión plug-in hybrid. También es la primera vez que equipa un cambio de marchas automático de nueve velocidades, derivado del ya visto en la Clase E. Por lo tanto, la evolución de este SUV o todoterreno, según como se mire (se mantiene el pack off-road con reductora), ha sido notable. Es un coche un poco diferente, no sólo lo demuestra con un simple cambio de nomenclatura.

En la presentación internacional tuve ocasión de probar en primer lugar la nueva derivación cupé del GLE, en su versión más deportiva, la AMG GLE 63 S. Me dejó un buen sabor de boca, como podéis leer en este primer contacto. Esas buenas e intensas sensaciones me obligaron a afrontar la segunda parte de la presentación con otra filosofía, más adecuada al modelo que tocaba conducir, con un espíritu algo más versátil y familiar, digamos que más convencional.

El Mercedes-Benz GLE se dirige a clientes que buscan un SUV con una estética menos deportiva, con un sentido algo más práctico e incluso con unas excelentes aptitudes para el todoterreno. El GLE tiene todo esto. Se percibe un poco más clásico, más discreto, quizás incluso un poco más elegante que la versión Coupé.

Su carrocería de 5 puertas es una evolución de la del anterior ML, en la que cambian los faros y grupos ópticos traseros, la parrilla, el capó, o las salidas de escape integradas en el paragolpes trasero, para adecuarlo al nuevo lenguaje de diseño de la marca. Pero hay cosas que no cambian y que lo identifican como el mismo SUV de toda la vida. Se mantiene, por ejemplo, la típica forma del montante trasero y la ventanilla lateral, una clara seña de identidad del anterior ML. En este sentido, con el nuevo GLE Mercedes-Benz no ha sido demasiado vanguardista. No podemos decir lo mismo en el caso del GLE Coupé.

El interior resulta muy familiar, pero ahora llama la atención la nueva pantalla del navegador, semiintegrada en el salpicadero. O bien el nuevo controlador del sistema Comand, ubicado en la consola central, con superficie de tipo Touchpad. También cambia un poco el diseño del volante y algunos detalles de acabado que varían en función del listado de opciones o los paquetes de equipamiento disponibles: Exclusive, AMG Line o Designo Exclusivo.

La sensación de calidad, perfecto acabado, refinamiento, lujo y atención al detalle sigue estando presente en este Mercedes-Benz, como es de esperar. El nuevo equipamiento y sobre todo, la nueva pantalla del sistema de infoentretenimiento, con gráficos atractivos, le da un aire un poco más moderno.

La versión que marca un poco más la diferencia respecto al modelo precedente es la nueva GLE 500 e 4Matic, de tipo híbrida enchufable. Por vez primera Mercedes-Benz introduce esta tecnología en este SUV, que ofrece 442 CV con un consumo medio oficial de 3,3 l/100 km. Este híbrido puede hacer hasta 30 kilómetros en modo eléctrico, sin gastar combustible. Pude comprobar en la presentación que, efectivamente, se acerca a esa cifra de autonomía eléctrica, aunque no la cumple del todo por poco.

Este híbrido utiliza el conocido motor V6 de gasolina de 333CV y un motor eléctrico que ofrece 116. La potencia disponible es considerable, como también lo es el par máximo: 650 Nm, que aparecen desde muy bajas revoluciones, por efecto del impulso de las baterías. Estas pueden recargarse, como buen híbrido enchufable, en una toma de corriente convencional o bien en una carga específica. La toma está muy bien disimulada, en la esquina derecha del paragolpes trasero.

En el interior de esta versión vemos detalles específicos, como los conmutadores situados en la consola central que permiten activar los diferentes modos de operación: Hybrid (funciona el motor de combustión y el eléctrico combinados), E-mode (conducción sólo en eléctrico), E-Save (conducción para conservar la carga de la batería) y Charge (prioridad para recargar la batería). Podemos ver cómo actúa en cada momento el grupo propulsor, cómo reparte la energía, a tiempo real, en la pantalla del salpicadero.

Esta versión híbrida está indicada para aquellos que buscan un GLE muy potente, poderoso, rápido (hace el 0 a 100 km/h en 5,3 segundos, la misma cifra que el GLE 500 4 Matic con motor de gasolina V8 y 435 CV), y quieren gastar poco combustible.

La gama de motores se completa con el V6 de 3 litros y 333 CV (GLE 400 4Matic) y dos diésel: un seis cilindros en V, con 258 CV (GLE 350 d 4Matic) y el también conocido 4 cilindros en línea de 204 CV, que se monta en la versión GLE 250 d, ya sea con tracción 4x2 o 4 Matic.

Otra novedad en el nuevo GLE afecta a la caja de cambios. Se introduce el nuevo automático de 9 velocidades 9G-Tronic, sólo disponible para las versiones diésel . Las de gasolina montan el conocido cambio de 7 velocidades 7G- Tronic Plus, muy rápido, preciso y agradable de accionar mediante las levas.

El GLE, como la versión cupé, utiliza la misma plataforma ya conocida del ML, pero con modificaciones en suspensión y transmisión que lo hacen un poco más eficaz dentro y fuera de carretera. En Alemania tuve oportunidad de conducir, además de la versión híbrida, la versión de gasolina con potencia intermedia, GLE 400 4 Matic.

El Dynamic Select, que viene de serie, permite escoger entre seis programas de conducción: confort, suelo resbaladizo, sport, individual (en las versiones 4 Matic de tracción integral), offroad (en combinación con la suspensión neumática Airmatic) y offroad + (en las versiones con el paquete técnico Offroad instalado). Es sorprendente lo que llega a hacer la electrónica en un SUV de este estilo. Nos permite rodar con la comodidad de una berlina de lujo, con la eficacia de un coche con estilo deportivo o bien con la soltura en campo de un verdadero todoterreno. Sólo debemos escoger el programa adecuado en el momento adecuado.

El segundo día de la presentación internacional tuve oportunidad de conducir la versión de gasolina con potencia intermedia, GLE 400 4 Matic. Hice la mayor parte de la ruta con el modo Confort activado, disfrutando del paisaje. En Confort, todo es suavidad: el tarado de la amortiguación, la asistencia de la dirección o la respuesta del motor y el cambio. El coche se configura para hacer el mayor número de kilómetros con el menor cansancio para el conductor o los pasajeros. En la zona de montaña activé el modo Sport, para estabilizar el coche en las curvas de una forma eficaz. La dirección y la amortiguación se tornan más duras, se hace más contundente la respuesta del motor y el cambio decide insertar la marcha superior a un régimen más elevado. El GLE se convierte en un coche más dinámico y deportivo.

Es un SUV con un centro de gravedad más elevado que el de un turismo, pero apenas lo notas gracias a sistemas como el Active Curve System, que se sirve de estabilizadoras activas en ambos ejes para compensar el ángulo de balanceo de la carrocería en las curvas.

Además, el Active Curve System puede combinarse de forma opcional con una de las novedades introducidas por Mercedes-Benz: el sistema ADS Plus o sistema variable de tarado de amortiguación, que modifica continuamente la dureza de la suspensión en función del tipo de conducción que practicamos o el estado del piso.

Con esta tecnología, el GLE se conduce en carretera como un turismo. Va sobre raíles, con pocas inercias en los apoyos, a pesar de su considerable peso. La conducción se percibe muy segura y ágil. La dirección es bastante directa, y hay muy buena motricidad gracias a la tracción integral.

Pero un Mercedes-Benz GLE también puede llegar a ser un verdadero todoterreno si optamos por instalar el pack Offroad, que incluye reductora, bloqueo 100% del diferencial central, suspensión neumática Airmatic con mayor capacidad de elevación (deja hasta 285mm de altura libre) y protectores de bajos.

Mercedes-Benz nos llevó a una pista de 4x4 situada en una cantera austríaca para demostrar las aptitudes TT del GLE, que no son pocas. Uno no deja de sorprenderse de lo eficaz que puede llegar a ser un SUV si cuenta con la tecnología adecuada. En este caso, la experiencia de Mercedes-Benz desarrollando uno de los mejores todoterrenos del planeta, el Mercedes G, no es baldía. Con el GLE, las posibilidades de hacer TT de buen nivel son muy elevadas. Aunque no nos engañemos. Casi ningún propietario de este SUV lo pondrá en dificultades en el campo.

Plenamente equipado para el todoterreno, incluso con neumáticos mixtos, el GLE se desenvuelve muy bien a la hora de hacer cruces de puentes, gracias a la elasticidad de sus suspensiones y al hecho de tener una buena altura libre y cortos voladizos; En las fuertes pendientes, el control de descensos nos lo pone muy fácil; A la hora de hacer una lateral, vemos en pantalla en todo momento el ángulo de inclinación, para nuestra seguridad; La capacidad de vadeo es de 600mm; y tanto el motor como los controles de estabilidad, tracción o el ABS modifican sus algoritmos para garantizar la mejor tracción sobre el terreno.

Todo esto se traduce en una forma de hacer off-road en la que el conductor sólo tiene que activar el programa adecuado y conducir. El coche lo hace casi todo por nosotros. El límite lo pone nuestro sentido común o nuestro presupuesto. Darle un golpe a esta bonita y lujosa carrocería es imperdonable. Puedes hacerte una idea de que esto que te comento es así viendo las fotos. El anterior ML ya era así, y en este sentido, Mercedes-Benz ha mantenido la tradición.

Ahora, como novedad, el equipamiento de seguridad de serie en este SUV se amplía con el asistente para viento lateral y el Collision Prevention Assist Plus, que avisa si no mantenemos la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede y frena parcialmente si detecta una posible colisión. Opcionalmente, la marca pone a disposición el paquete de asistencia a la conducción Plus, que incluye Distronic Plus con servodirección inteligente y Stop& Go Pilot, Pre-Safe con detector de peatones, BAS Plus con asistente para cruces, control activo de ángulo muerto, detector activo de cambio de carril y Pre-Safe Plus.

Los precios del nuevo GLE, que llega en septiembre, quedan de la siguiente manera:

Mercedes-Benz GLE 250d 4Matic 60.125 € Mercedes-Benz GLE 350d 4Matic 68.425 € Mercedes-Benz GLE 400 4 Matic 72.925 € Mercedes-Benz GLE 500 e 4Matic 77.875 € Mercedes-AMG GLE 63 4 Matic 129.800 € Mercedes-AMG GLE 63 S 4Matic 141.100 € Con la llegada del nuevo modelo, puede ser una buena oportunidad de hacerse con una unidad del anterior Mercedes-Benz ML de segunda mano, si es que vuestro presupuesto no permite acceder a una por estrenar. Podéis oferta actual de la Clase ML en nuestra sección de clasificados.