Primer contacto en Madrid
El ASX es de largo el vehículo de la marca japonesa que mejor resultado le está ofreciendo a Mitsubishi. Es por este motivo que se ha querido ampliar ligeramente el techo de gama con la incorporación de la variante 220 D-ID de 150 CV con una caja de cambios automática de seis velocidades.
Con unas cifras de ventas superiores a las 340.000 unidades vendidas en todo el mundo, el ASX llegó en 2010 con la intención de plantarle cara al superventas Qashqai. Es quizás el modelo más próximo al de la marca Nissan por medidas, estética y habitabilidad, y esto es un punto a favor para Mitsubishi.
Nos hemos desplazado a Madrid para realizar una pequeña toma de contacto de la nueva versión tope de gama que ya está disponible en los concesionarios. Únicamente puede optarse por el nivel de acabado superior, el Kaiteki, que viene muy bien equipado. Con esta configuración, el mayor problema del ASX 220 D-ID Automático es su precio: en torno a los 33.000 euros. La misma cifra que el modelo de acceso a la gama Outlander que también monta esta misma motorización 220 D-ID.
Diseñado para gustar
Así como su hermano mayor Outlander ha incorporado un nuevo diseño totalmente renovado, en el que ha perdido ese frontal característico y que ha incluido muchísimas variaciones en la carrocería, en el caso del renovado ASX es mucho más sutil.
Aunque algunos no os hayáis dado cuenta, desde principios de verano el crossover de Mitsubishi ha modificado ligeramente su aspecto. Como ya nos contó Joan Dalmau hace algún tiempo (Mitsubishi ASX 2013) los parachoques delantero y trasero son nuevos, añade detalles en la parrilla, salidas de escape cromadas, nuevas llantas y más modificaciones que os invito a descubrir en el enlace que os acabo de proporcionar.
También el interior se renovó con la inclusión de un nuevo volante multifunción revestido en cuero, nuevas tapicerías y equipos multimedia actualizados. En el caso del 220 D-ID automático se añaden dos grandes levas de cambio detrás del volante y el botón del sistema 4x4 All Wheel Control, que es de serie.
Comportamiento
El recorrido que hicimos hasta llegar al punto de encuentro transcurrió prácticamente en su totalidad por autopista, salvo unos pocos kilómetros de carretera nacional. Es en vías rápidas donde el ASX mejor se desenvuelve. Estaremos de acuerdo en que su altura libre al suelo le resta capacidades asfálticas respecto a un turismo convencional, en cambio le otorga la posibilidad de escaparse al monte por caminos no demasiado complicados gracias también a su tracción a las cuatro ruedas. Una cosa compensa a la otra. En cualquier caso, el ASX es un coche muy cómodo para viajar.
La posición de conducción es alta, con una buena visión de la carretera y de los elementos que nos rodean. El tarado de las suspensiones es firme, no excesivamente duro, pero tampoco blando. Es capaz de filtrar bien las irregularidades de la vía y amortiguar la carrocería ante cambios de rasante acusados, de tal forma que ofrece un excelente punto de agrado, similar al de un vehículo convencional, conduciendo por autopista durante varios kilómetros.
Es carretera no es tan eficaz. La mayor altura, y por consiguiente un centro de gravedad más alto, le penalizan a la hora de tomar las curvas, provocando incercias y balanceos de la carrocería si nos dedicamos a conducir a ritmo elevado.
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Centrándonos exclusivamente 220 D-ID Auto., nos gustó especialmente el buen hacer de su conjunto motor-cambio. El motor de 2.2 litros, 150 CV y 360 Nm de par, es el mismo que monta el Outlander. Sólo se puede asociar al cambio automático de seis velocidades y al sistema de tracción integral 4WD. Tiene un consumo medio homologado de 5,8 litros cada cien kilómetros, aunque verdaderamente es muy difícil bajar de los 6 aunque demos la vida para conseguirlo. Durante el recorrido, a ritmo elevado, el ordenador de a bordo nos mostraba una media de 7,3 l/100 km.
La caja de cambios “INVECS-II” es de tipo convertidor de par con seis relaciones programadas, lo que permite obtener unas transiciones suaves y progresivas al subir o bajar una marcha. A diferencia de otros modelos de este tipo en el que en modo automático el sistema parece patinar al acelerar, aquí no. Los cambios están bien escalonados, con una primera especialmente corta y una sexta algo larga para el desahogo en autopista. Bastante similar a un cambio convencional.
Mediante las levas situadas detrás del volante, podremos tomar el mando de la gestión del cambio. A diferencia del modo automático, en secuencial nos dio la impresión de que las marchas entraban de manera más directa, más deportiva. El resto ya lo sabéis: leva derecha para subir y la izquierda para bajar. Es curioso pero no siempre nos dejará reducir más de una marcha rápidamente. Si el sistema detecta que bajamos dos, o tres, muy rápido, con la consiguiente subida brusca de las revoluciones, sonará un pitido que nos indica que la última reducción no se ha efectuado. Habrá que bajar un poco más el ritmo y volver a probar.
El sistema de gestión del 4x4 All Wheel Control, de serie en este modelo, garantiza una tracción óptima con la calzada en condiciones adversas. Existen tres modos de funcionamiento: 2WD, 4WD y 4WD Lock. En el primer caso el par se envía al eje delantero, desacoplando el trasero, para lograr una conducción ágil y con un menor consumo. El modo 4x4 gestiona los dios ejes con un reparto que puede ir desde el 98% y el 2% detrás hasta un 50/50. Especialmente indicado para para conducir sobre pistas de tierra o calzadas mojadas y nevadas. Por último, la opción Lock transfiere a las ruedas traseras el par en una proporción de 1,5 para mejorar las prestaciones off-road o cuando el vehículo se encuentra atrapado.
En nuestro caso, dadas las circunstancias de la vía, en buen estado, apenas pudimos probar qué tal se desenvuelven los diferentes modos. Anduvimos un rato con el modo 4WD conectado pero apenas notamos diferencia alguna a no necesitar tracción extra.
Más donde elegir
La incorporación de esta nueva variante no hace más que ampliar un poco más una gama mecánica que no ofrecía la opción del cambio automático. Una posibilidad que cada vez gusta más entre los conductores de nuestro país y del resto de Europa y que, sin duda, el ASX necesitaba para igualar fuerzas con modelos de la competencia.
Ahora bien, situado en el tope de gama, sin opción a elegir un nivel de acabado inferior más barato y con un precio algo elevado, superior a los 33.000 euros, en los tiempos que corren no será fácil su venta. Sí es cierto que, al menos, esta opción debía existir para quien le pueda interesar. También se puede intentar ajustar un poco el precio con el concesionario, pero eso ya es cuestión de preguntar.
Tras probarlo brevemente, nuestra impresión sobre el modelo es muy positiva. Es cómodo, funciona bien, el motor empuja con fuerza, el cambio es suave, aunque un poco lento a veces, pero sumando todo el conjunto nos hemos convencido de que se trata de una excelente opción.
El turbo del asx se me ha averiado cada 80.000 km con un coste de reparación de 2800 euros. La empresa se niega a hacer frente a dicha avería ni a tratar d averiguar los motivos de ésta. Alegan mantenimiento o bien haber pasado las revisiones en otros talleres, algo que es totalmente legal. En el mismo taller de la mitsibishi me comentan que la avería esta relacionada con un problema de origen pero que la casa n quiere recónice y hacer oídos sordos completamente. No se que debemos de hacer además d realizar la queja formal y tramitar la mediación con el consumidor. No sabemos si existe alguna plataforma de afectados desde la que podamos presionar a la empresa en términos legales. Si alguien me pudiera ayuda lo agradecería.