Un urbano sin complejos
El cambio de importador de Mitsubishi -el Grupo Bergé se encarga ahora de gestionar los intereses de la marca en España-, ha permitido la llegada del Mitsubishi Space Star a nuestro mercado, algo que no estaba previsto inicialmente. Con ello, la marca japonesa, centrada en su oferta SUV, aumenta su gama con un nuevo modelo y vuelve al terreno de los turismos, abandonado desde la desaparición de vehículos como el Colt o el Lancer.
El Space Star no tiene nada que ver con aquel interesante monovolumen compacto que la marca fabricó hace más de una década en Holanda y que consiguió un excelente nivel de ventas en nuestro mercado hace unos cuantos años. Ahora, esta denominación se utiliza para bautizar a un coche urbano a medio camino entre los segmentos A y B. Digo a medio camino ya que la marca lo sitúa en el segmento A pero, por tamaño y equipamiento, es un coche que puede rascar algunas ventas a las versiones básicas del segmento superior.
El Space Star es un coche de pequeño tamaño (mide 3,71 metros de largo por 1,66 de ancho y 1,49 de alto) pero que ofrece una habitabilidad notable en la parte trasera (está homologado para 5 plazas en un segmento donde abundan los 4 plazas) y un maletero más que correcto con 235 litros cuando lo habitual en el segmento es entre 150 y 230. Con los asientos traseros abatidos, la capacidad supera los 900 litros. Esta mayor habitabilidad y la capacidad del maletero son dos virtudes que, seguramente, seducirán a los que busquen un segundo coche urbano para todo uso a precio económico.
Estéticamente el Space Star es un coche agradable pero que no resulta en absoluto llamativo. Además, se ofrece sólo en cuatro colores, blanco, negro, gris y rojo y no existe ninguna posibilidad de personalizarlo estéticamente, algo que se ha puesto muy de moda en este segmento donde coches como el nuevo Renault Twingo, el Nissan Micra y las dos familias de trillizos (Up!, Mii y Citigo por un lado y Aygo, 108 y C1 por otro) permiten a sus clientes una personalización a tope tanto interior como exterior a base, lógicamente, de incrementar la factura final.
El Space Star destaca, eso sí, por su aerodinámica (bajos carenados, techo en caída, carrocería más ancha delante que detrás...) que, combinada con un peso muy reducido (desde 845 kilos) permite conseguir unos consumos y unas emisiones realmente bajos. Cabe destacar que este nuevo modelo japonés, como la mayoría de sus rivales, por otra parte, se vende sólo con motores de gasolina.
Dos mecánicas disponibles
Mecánicamente encontramos dos propulsores de diferente cilindrada. El más modesto es un 1.0 de 71 CV y 88 Nm de par mientras que el superior es un 1.2 de 80 CV y 106 Nm. Ambos son de tres cilindros -lo habitual en el segmento- y van asociados a una caja de cambios manual de cinco velocidades. El chasis dispone de dirección asistida, suspensión delantera McPherson, suspensión trasera de barra de torsión y frenos de disco delante con tambores detrás.
Ambos motores destacan por su contenido consumo y sus bajas emisiones fruto tanto de la eficiencia de los propios propulsores como por la comentada ligereza del coche. La marca ha homologado unos consumos combinados de 4 y 4,3 litros respectivamente para el 1.0 y el 1.2 y unas emisiones de 92 y 100 gr/km de CO2. Las velocidades máximas respectivas son de 172 y 180 km/h. y las aceleraciones de 0 a 100 km/h. están cifradas en 13,6 y 11,7 segundos, claramente mejores que las de coches similares con potencia equivalente, de nuevo gracias al peso más contenido de este Mitsubishi.
En nuestra toma de contacto condujimos brevemente la versión de 1,2 litros. La primera sensación al acceder a bordo es de que se trata de un coche pequeño pero amplio ya que no existe en ningún momento sensación de agobio y el espacio en las plazas delanteras es bastante holgado. El diseño del salpicadero es agradable y los materiales están bien elegidos. Los plásticos son duros pero sin sensación de coche low cost. Así, por ejemplo, el acabado en negro brillante de la consola central es de calidad y da al habitáculo una apariencia muy buena.
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Instrumentación completa, volante en cuero con mandos integrados, guantera y huecos para objetos pertinentes y unos asientos correctos completan un puesto de conducción que no resalta por su originalidad pero en el que todo está donde toca y se disfruta de un equipamiento muy completo para un coche de este precio.
En marcha, el Space Star destaca por dos características; su reducido radio de giro, que lo convierte en muy manejable -se cuela en cualquier resquicio del tráfico y se aparca sin problemas- y su ligereza que le proporciona una notable agilidad. Como buen coche del segmento A está orientado a un uso urbano, con unas suspensiones que tiran a blandas pero que absorben muy bien los baches y mantienen un elevado nivel de confort. Eso hace que en carretera y autopista incline bastante la carrocería en curva pero sin que en ningún momento ofrezca ningún tipo de sensación de inseguridad.
Por el contrario, la agilidad que le confiere su bajo peso y la respuesta franca del motor, algo perezoso al inicio de la aceleración pero vivaz a partir de 2.000 vueltas, permite disfrutar al volante. En carreteras de curvas, el coche es algo más ruidoso que en ciudad (el motor hace más ruido al acelerar y se nota más el poco aislamiento exterior) pero mantiene la agilidad comentada con una dirección bastante precisa y unos frenos suficientes para un uso convencional. Sin ser un coche de carretera, el Space Star se adapta sin problemas a un uso extraurbano.
Sólo dos versiones
La gama del Space Star es muy corta y se estructura en dos versiones, una con el motor menos potente (1.0 de 71 CV) y un equipamiento básico Challenge facturada a 9.600 euros con descuento y otra con el motor más potente (1.2 de 80 CV) y el acabado superior Motion que se vende a 10.500 euros (ambos precios sin incluir el Plan PIVE que permite el ahorro de 1.000 euros adicionales). Ambos equipamientos son cerrados y la única opción es la pintura metalizada que cuesta 300 euros.
El acabado Challenge incluye ABS, control de tracción y ESP, airbags frontales, laterales delanteros y de cortina, control de presión de neumáticos, aire acondicionado, equipo de sonido con CD y toma USB, retrovisores y elevalunas delanteros eléctricos, asiento regulable en altura y ordenador de viaje mientras que el acabado Motion añade climatizador, llantas de aleación de 15 pulgadas (las del Challenge son de chapa con embellecedor y de 14 pulgadas), volante de cuero, control de crucero, Bluetooth con mandos al volante, sistema de apertura de puertas sin llave, faros y limpias automáticos, elevalunas traseros eléctricos, retrovisores calefactables, faros antiniebla con luz diurna integrada, cristales traseros oscurecidos y asiento del acompañante regulable en altura. Elementos como el navegador quedan como opción pero no de fábrica sino a montar en el concesionario.
Mitsubishi pretende vender 2.000 unidades en España en un año completo lo que supone el 10% de las ventas del segmento A en nuestro país y el 10% de todas las que se esperan para este coche en Europa.
lo que esta claro que la gente habla porque tiene boca.... criticar un coche asiático? que están en el puesto número 1 de fiabilidad? después de tener dos alemanes y ahora un honda.... no vuelvo a comprar un europeo ni a mitad de precio... creo que este mitsu es muy buena opción para quien no quiera invertir mucho en un vehículo... ah por cierto 5 años de garantía. que vengan los alemanes con sus dos años.