Probamos su segunda generación antes que (casi) nadie
Como periodistas del motor, una de las ventajas que nos brinda esta profesión es la de probar casi todos los modelos del mercado antes de que lleguen a los concesionarios; tarea que realizamos de manera constante durante todo el año. Pero lo que no es tan habitual es que podamos conducir nuevos automóviles incluso antes de que sean presentados oficialmente como esta segunda generación del Opel Insignia 2017.
Son escasas las oportunidades que tenemos de participar en la fase final de pruebas de un vehículo en desarrollo; de modo que cuando surgen -como sucedió hace algunas semanas con el Nissan Micra pre-serie que probó mi compañero Gerard Farré- estamos encantados de aportar nuestro granito de arena en forma de feedback para los ingenieros.
Son escasas las oportunidades de participar en la fase final de pruebas de un nuevo coche.
En esta ocasión, Opel tuvo a bien invitar a coches.net para realizar con el futuro Insignia lo que se conoce como “validation drive”, prueba dinámica en las que los periodistas especializados registran y transmiten a la marca sus impresiones de conducción. De este modo, el fabricante se asegura de contar con las opiniones de diferentes conductores expertos pero, sobre todo, ajenos a la compañía; opiniones que servirán para corroborar el ajuste de los vehículos o para realizar alguna calibración de última hora antes de su presentación definitiva.
Y así nos fuimos hasta Alemania con la doble ilusión de descubrir en primicia la segunda generación del Insignia, y la de conducir algunos de esos coches camuflados que todos vemos en las "fotos espía". Aclaro, por si alguno se lo pregunta, que cuando las marcas prueban sus nuevos automóviles en carretera abierta, los “disfrazan” con patrones de formas confusas en colores contrastados, les colocan piezas adhesivas sobre la carrocería y recubren el habitáculo con tejidos sintéticos con el simple objetivo de impedir que conozcamos cómo será el coche antes del día de su presentación oficial.
Completamente nuevo, más grande y más confortable
Con más de 900.000 unidades producidas desde su presentación en 2008, el Opel Insignia lleva disfrutando desde entonces de una presencia destacada en el mercado de las berlinas del segmento D. Nueve años después, ya en 2017, la segunda generación del Opel Insignia tratará de solucionar los dos inconvenientes más destacables de la primera: su exceso de peso y el espacio relativamente limitado de las plazas traseras. También se hizo notorio en el modelo original su excesivo número de mandos y botones, problema resuelto a mi modo de ver desde el último restyling.
No puedo deciros por ahora si el nuevo Insignia será tan bonito como nos aseguran desde la marca, pues todavía no hemos tenido acceso a su diseño definitivo. Pero sí sabemos que tomará como fuente de inspiración al concept car Monza de 2013, cuyo lenguaje visual ya fue heredado en primer lugar por el Opel Astra -aquí nuestra videoprueba del compacto alemán, diésel contra gasolina-. El Insignia lucirá una parrilla más amplia y vertical, como también promete serlo el tercer cuerpo; y queda claro que la línea del techo será algo más alargada.
En cualquier caso se trata de un automóvil completamente nuevo, hecho que la firma de Rüsselsheim quiere recalcar otorgando al modelo sedán la denominación comercial Insignia Grand Sport. El Insignia de segunda hornada se construye sobre una profunda evolución de la plataforma Epsilon, apropiadamente bautizada como Eplison 2, y que desde el principio tuvo como objetivo reducir la masa total del vehículo. Sólo en la carrocería se ha logrado un ahorro de 59 kg, que sumado al resto de optimizaciones realizadas
En su segunda generación, el Opel Insignia es un automóvil completamente nuevo.
sobre el conjunto del coche, da lugar a una enorme diferencia respecto del primer Insignia: hasta 175 kg nada menos. Y por si fuese poco, la marca anuncia una rebaja todavía mayor para la futura versión familiar Sports Tourer.
El próximo Insignia será un automóvil más grande que el actual en casi todas sus dimensiones: crecerá en 5,5 cm de longitud (4,90 m en total) y 0,7 cm de anchura (1,86 m), si bien decrece en 2,9 cm de altura (1,46 m). Por su parte, la distancia entre ejes aumenta en 9,2 cm hasta alcanzar unos generosos 2,83 m; mientras que, por su parte, los voladizos se recortan en 3 cm delante y 0,7 cm detrás. Este crecimiento generalizado situará al próximo Insignia entre las berlinas más voluminosas del segmento D, codeándose con el Skoda Superb y el Ford Mondeo. En cuanto al maletero, ni se ha anunciado sus dimensiones ni tampoco hemos podido abrirlo en las unidades pre-serie que nos fueron cedidas; aunque esperamos que ofrezca mayor capacidad de carga que el actual.
La mayor amplitud de la carrocería se traduce en un incremento del espacio interior. Esta diferencia se deja notar en las plazas traseras, donde contaremos con 2,5 cm extra de espacio para las rodillas, otros 2,5 cm a la altura de los hombros, 3,2 cm más de anchura en los asientos y 0,8 cm de distancia extra para la cabeza. La mayor elevación del techo facilita el acceso a la fila posterior, pero se echa en falta una mayor superficie acristalada y el marco interior de la puerta sigue quedando a la altura de la sien.
En el puesto de conducción apenas percibiremos el aumento de amplitud, pero de inmediato notaremos que el asiento queda en una posición más baja. Este descenso de 3 cm nos hará sentir más integrados en vehículo, efecto que potencia el nuevo salpicadero de diseño mucho más europeo, dibujado con líneas horizontales y con un mayor sentido de la ergonomía. El restyling del Insignia actual ya corrigió el exceso de botones, y el próximo modelo parece que conservará el mismo sistema de infoentretenimiento IntelliLink; pero sí cambian las grafías del cuadro de instrumentos parcialmente digital. Y como mínimo se conservará el mismo nivel de acabado del habitáculo, si es que no lo mejora (reservo un margen de duda porque estas unidades pre-serie todavía no montan las piezas de recubrimiento definitivas).
Es fácil sentirse a gusto como conductor, sobre todo porque como siempre Opel continúa fabricando unos asientos de gran calidad y porque el volante es ampliamente regulable. Pero hay dos detalles que no me han gustado: el primero es que el cinturón de seguridad ha perdido el ajuste de altura; y el segundo, que el reposabrazos queda muy elevado si el asiento está en posición baja, y puede molestar cuando accionamos la palanca de cambios. En el sentido opuesto, la consola central ya no es tan voluminosa, y difícilmente golpearemos en ella con la rodilla derecha.
Motores diésel y gasolina, 100% Opel
Hablemos de mecánica. La familia de motores, desarrollada por la propia casa, ofrecerá varias opciones diésel entre 110 y 170 CV, y otras cuantas de gasolina entre los 140 y 250 CV. La principal novedad es el 1.5 Turbo de 165 CV de potencia y 250 Nm de par. Construido íntegramente en aluminio, pesa 16 kg menos que el 1.6 Turbo de 170 CV al que sustituye, prometiendo compensar su inferior caballaje con una eficiencia superior. Este motor, como otros dentro de la gama, estará gobernado por una nueva caja manual de 6 velocidades, más ligera y compacta.
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También se actualiza el motor más potente de gasolina, el 2.0 Turbo 250 de CV y 400 Nm, sobre el que han trabajado los ingenieros de Rüsselsheim para refinar su funcionamiento. Viene asociado a una nueva caja automática de tipo convertidor de par con 8 velocidades, diseñada para reducir los niveles de ruido y consumo. Y es de serie con este motor la última evolución del sistema Intelligent All Wheel Drive. El sistema de tracción total de la casa incorpora una nueva suspensión trasera multibrazo junto con la tecnología Active Torque Vectoring, subsistema del control de estabilidad que se encarga de minimizar el subviraje del vehículo.
Además de lo mencionado, la tecnología de amortiguación adaptativa Flex Ride Chassis estará disponible como opción para todas las versiones, ya sean de gasolina o diésel, o de tracción delantera o total.
Más cómodo, ligero y eficaz al mismo tiempo
Durante nuestro recorrido de pruebas, que discurrió por bonitas carreteras fronterizas entre Alemania y Francia, pude conducir el Insignia el tiempo suficiente como para extraer unas impresiones preliminares. Lo primero que se hizo evidente fue la diferencia de peso: el nuevo modelo se muestra claramente más ágil, ligero y reactivo; y pese al aumento de batalla casi parece un automóvil de menor longitud. Los cambios de dirección se le hacen más sencillos, tanto por la menor masa del vehículo como por las mejoras que trae consigo el nuevo chasis; y no por ello se ha perdido la sensación de aplomo y la buena estabilidad lateral que esperamos de una berlina.
Se nota desde el primer momento que la experiencia de conducir un Insignia resulta ahora mucho más placentera. El tarado de las suspensiones sigue siendo confortable y suave; pero su efecto parece más logrado, ya que combina un menor rebote con una mayor capacidad de mantener plano el giro. Ayuda a esta sensación de superior dinamismo el trabajo realizado sobre la dirección asistida, más precisa e informativa, y que afortunadamente ha dejado atrás el tacto “eléctrico” de la anterior. También quiero dar buena nota a la insonorización del habitáculo, que sin ser perfecta está a buen nivel para tratarse de un modelo generalista.
Los periodistas presentes en este validation drive pudimos probar el Insignia con las nuevas motorizaciones de gasolina que mencioné más arriba. Empezamos con el modelo más potente de todos, el 2.0 turbo de 250 CV; un motor de muy buen rendimiento, bastante “lleno” y al que se nota un poco más suave y elástico que en su anterior generación.
La nueva caja automática de 8 velocidades, de tipo convertidor de par, se comporta adecuadamente aunque tampoco me ha parecido destacable. A priori, la ventaja de contar con más relaciones es la de hacerlo girar siempre en el rango ideal de revoluciones. Pero para lograrlo, se le pide precisamente eso, no llevarlo por debajo de la zona de par máximo como fue el caso; y también debería mostrar gran rapidez de reacción, pero tampoco me ha parecido que sea una de las cajas más rápidas del mercado. En cualquier caso, no negaré que para un uso normal cumple bastante bien; aunque a falta de una prueba más completa no me ha parecido que esté a la altura del motor que ha de gobernar.
Seguidamente nos pusimos a los mandos del Insignia con el motor de gasolina 1.5 Turbo de 165 CV; y lo que a priori supondría un paso atrás se convirtió en la gran sorpresa de la jornada. Confieso que no esperaba que un motor de litro y medio fuese capaz de mover a esta berlina con tanta resolución, pero se hace evidente que la rebaja de peso del Insignia favorece de manera especial a los propulsores de menor cilindrada.
Sin hacer grandes alardes, el 1.5 Turbo se postula como candidato al motor ideal para este coche, por su interesante capacidad de aceleración y recuperaciones, por su finura de funcionamiento y porque si sabemos controlar el pie derecho los consumos no deberían dispararse. Salvo por sus 5 CV de menos, todo son ventajas si lo comparamos con el anterior 1.6 Turbo de 170 CV. Y tanto como este motor de gasolina me gustó la nueva caja manual de 6 velocidades: rápida, con recorridos cortos, precisa, y cómoda de accionamiento (reposabrazos central mediante).
IntelliLux LED Matrix, un extra muy recomendable
Ni siquiera pasado un año desde que debutase en el Astra, ya está preparada la segunda generación de sistema IntelliLux LED Matrix de iluminación adaptativa automática. Las tecnologías de diodos emisores de luz y de reconocimiento de imágenes evolucionan a ritmos similares, colaborando entre sí para crear sistemas de alumbrado impensables hace pocos años. Esta actualización duplica el número de segmentos luminosos, que pasa a ser de 32 por módulo. El haz de luz es todavía más ancho y el alcance total de los focos de carretera alcanza ahora los 400 metros de
Opel es una de las marcas más implicadas en la iluminación LED adaptativa.
distancia. También ha mejorado la iluminación en curva, con un ángulo de cobertura claramente superior.
A modo de cierre de nuestra jornada de pruebas, hicimos una recorrido nocturno para ser testigos de la efectividad del IntelliLux LED Matrix; y como pudimos comprobar, está a la altura de los sistemas ofrecidos por las marcas premium. La detección de vehículos en sentido contrario (hasta a 170 metros de distancia) y en el mismo sentido (hasta a 100 m de nuestro coche) se mostró muy efectiva, y a estas alturas todavía me sorprende cómo los múltiples haces de luz se van apagando y encendiendo para evitar el deslumbramiento de los demás usuarios de la vía. Queda claro que Opel es una de las marcas más implicadas en acercar al gran público las últimas tecnologías de iluminación LED. Todavía son costosas -de eso no hay duda-, pero aportan un nivel de seguridad en carretera que, si lo pensamos, compensa con creces la inversión exigida.
Para cerrar el artículo y terminar nuestro repaso del próximo Insignia: ¿Cuándo lo podremos ver sin camuflaje? Si nadie las filtra con anterioridad, las primeras fotografías oficiales del Opel Insignia Grand Sport llegarán el día 7 de diciembre. ¿Y cuándo será presentado al público? En el próximo Salón de Ginebra, el 7 de marzo de 2017. ¿Y cuándo le haremos una videoprueba en coches.net? Pues…
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