Peugeot 2008 Allure 1.2 PureTech 110 S&S

El Peugeot 2008 Allure 1.2 PureTech 110 S&S es un modelo que transmite polivalencia por los cuatro costados. Además de proporcionar un buen comportamiento por asfalto, ofrece la posibilidad de abandonarlo de vez en cuando para hacer alguna sencilla excursión campestre. Eso sí, sin establecer unos límites exigentes puesto que en ningún caso se trata de un todoterreno.

La marca del León actualizó hace unos meses su crossover urbano basado en la plataforma del 208. Con el lavado de cara del 2008, el modelo de Peugeot no sólo recibió una inyección de aventura en su estética sino que también evolucionó en materia tecnológica y seguridad.

La alternativa mecánica probada consiste en el motor de gasolina 1.2 PureTech de 110 CV, que brinda un buen compromiso entre el ahorro de combustible y unas razonables prestaciones. Con un interior espacioso y el buen nivel general de acabados y de equipamiento que ofrece la terminación Allure, el 2008 supone una elección interesante dentro de su categoría. El precio de esta versión de serie es de 19.800 euros sin opcionales, que pasan a ser 21.280 euros teniendo en cuenta los extras de esta unidad. Su cada vez más poblado escaparate de competidores integra modelos como el Renault Captur, el Ford Ecosport, el Nissan Juke o el Fiat 500X. No hace demasiado enfrentamos a buena parte de los integrantes del segmento en un comparativo.

En la puesta al día aplicada por Peugeot a principios de este 2016, el modelo recibió ligeros retoques en cuanto a diseño exterior pensados para realzar su imagen más campera. En primer lugar, destaca su calandra de estreno donde las anteriores lamas horizontales dan paso a otras verticales con las que el modelo gana empaque visual. Además, la marca del león ha trasladado su logotipo del capó a la parrilla.

La apariencia más offroad del vehículo se aprecia, además de por la presencia de las protecciones (delantera y trasera) y de las barras de techo, por las nuevas molduras para los pasos de rueda. Los diseñadores de Peugeot también han incorporado ciertos cambios en la zaga del vehículo. Éste es el caso de las ópticas, que se han renovado y tienen ahora una forma inspirada en las del 308 y buscan transmitir una mirada que recuerde a la de un felino.

La meta principal, por tanto, de esta actualización del 2008 ha sido lograr mayor robustez y carácter, acentuando además su estética de vehículo pensado para disfrutar del aire libre. El color de la carrocería de esta unidad, denominado Rojo Ultimate (630 euros) también es otra de las novedades que llegó al 2008 en su último lavado de cara.

Denominado por Peugeot como i-Cockpit, el puesto de mando del 2008 se caracteriza por la facilidad para leer el cuadro de instrumentos, que se encuentra en una posición elevada y permite no apartar mucho la vista de la calzada. Resulta sencillo encontrar la posición de conducción más confortable gracias a los reglajes del asiento y a la posibilidad del volante de ser regulado tanto en altura como en profundidad. Del volante hay que destacar que tiene una forma algo achatada, aunque no cuesta demasiado acostumbrarse a ella. El vehículo francés está bien terminado, si bien no estaría de más una mayor presencia de plásticos blandos en la parte inferior del salpicadero. También se agradecería mayor presencia de huecos para alojar pequeños objetos.

En la segunda fila viajarán cómodamente dos adultos, pues tanto la anchura como el espacio para las rodillas son más que suficientes. Aunque el mullido de la plaza central es cómodo, el espacio en esa zona no será el mismo para un tercer ocupante.

En lo que respecta a alojar el equipaje, debe tenerse en cuenta que el 2008 dispone de un maletero de 410 litros, cifra que lo sitúa en la media de su sector. Más que por el volumen, el maletero destaca por sus formas regulares, que facilitan el aprovechamiento de toda su capacidad. Si se abaten los asientos traseros, el volumen disponible puede aumentar hasta los 1.400 litros en un espacio que queda plano.

Entre el equipamiento de serie de este acabado, el Allure (sólo superado por el GT Line), se encuentran seis airbags, control de estabilidad, climatizador bizona, regulador-limitador de velocidad, volante multifunción de cuero, pantalla táctil de siete pulgadas, tecnología de conectividad Mirror Screen, techo panorámico, cristales traseros oscurecidos, faros antiniebla con función Cornering, retrovisores abatibles eléctricamente y llantas de aleación de 17 pulgadas.

En la unidad probada, esta dotación se completa con opcionales como el sistema de navegación (550 euros) o la frenada automática de emergencia (300 euros). Este último sistema se encarga de detener el vehículo, circulando a una velocidad de hasta 30 km/h, cuando el conductor no reacciona ante un riesgo de colisión.

Bajo el capó de esta unidad se encuentra el motor intermedio de la gama de gasolina, compuesta por un 1.2 PureTech de tres cilindros en versiones de 82, 110 y 130 CV. La versión probada de 110 CV se distingue por responder muy bien desde la parte baja del cuentarrevoluciones. Este propulsor, que cuenta con un par motor de 205 Nm a partir de 1.750 rpm, se estira bien y lleva al vehículo a mover con bastante soltura sus 1.165 kg de peso, aunque no destaca especialmente por su nivel de prestaciones.

En este sentido, el 1.2 PureTech 110 S&S le lleva a acelerar de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y a poder rodar a una velocidad punta de 191 km/h. Por otro lado, se trata de un motor bastante ahorrador, ya que esta versión del modelo de Peugeot registra una media de consumo homologada de 4,4 litros cada 100 km mientras que sus emisiones de CO2 son de 103 g/km. Pese a que la media registrada en la prueba fue algo superior, con un valor de 5,1 litros, se trata igualmente de una cifra ambiciosa y que demuestra la eficiencia de esta alternativa mecánica.

A diferencia de lo que suele suceder en algunos motores tricilíndricos, el grado de vibraciones es muy bajo, por lo que no se produce una pérdida de confort de marcha por este motivo. El bloque se asocia, en esta versión, con una caja de cambios manual de cinco velocidades. Dicha transmisión cuenta con un buen escalonado y un tacto agradable. No obstante, para ajustar aún más el consumo en conducción por autopista y para una conducción más desahogada se agradecería que montara el cambio manual de seis velocidades que equipa la versión de 130 CV.

En su última renovación, Peugeot no ha aplicado modificaciones desde el punto de vista estructural, por lo que la conducta dinámica se ha mantenido idéntica al anterior 2008. El primer punto en el que sobresale el modelo es en su comodidad, pues goza de una suspensión de tarado realmente equilibrado capaz de copiar las irregularidades del firme con suma facilidad. Ello no solo ayuda al circular por asfalto sino también cuando llega la hora de salir hacia terrenos más camperos.

Este crossover no se amilana cuando llega el momento de conducir por carreteras reviradas. Y es que, pese a que su centro de gravedad es obviamente más alto que el de un turismo, pone de manifiesto un muy buen grado de estabilidad. Ello hace que los balanceos de la carrocería sean mínimos y que permita un paso por curva bastante rápido para lo que se estila en el segmento. La ligereza del vehículo también contribuye a que esto sea así.

Su “look” aventurero no es sólo para aparentar. Hay que tener claro que ni se trata de un todoterreno ni cuenta con tracción a las cuatro ruedas. No obstante, el hecho de disponer del sistema Grip Control (de serie) le permite realizar escapadas camperas por algunas zonas de adherencia limitada. Este sistema electrónico, que basa su funcionamiento en el del control de estabilidad, se gestiona fácilmente mediante un mando giratorio.

Permite escoger entre cinco modos de conducción diferentes adaptados al tipo de firme por el que se circule (normal, nieve, todocamino, arena y ESP Off). Cada uno de ellos varía la entrega de fuerza entre las dos ruedas delanteras según las necesidades. Los neumáticos Mud&Snow que este acabado Allure trae de serie también colaboran en mejorar el agarre para salir airosos ante algún terreno algo resbaladizo. De todas formas, hay que incidir nuevamente en que no pretende ser un todoterreno, por lo que no hay que aventurarse más de la cuenta.

No hay duda de que la polivalencia es una de las cualidades por la que más destaca el 2008. Además de contar con un habitáculo amplio y bastante aprovechable para su tamaño, cuenta con el valor añadido que le ofrece el sistema Grip Control, con el que puede abandonar el asfalto siempre y cuando no se le exija demasiado. A todo ello cabe sumar una estética con personalidad aventurera y un buen nivel de confort. Un motor basado en la eficiencia y en un razonable rendimiento completa las virtudes del crossover de Peugeot.