Citroën Grand C4 Picasso eHDI 115 cv

Puede que el titular sea un poco exagerado, pero lo que no se puede negar es que el Citroën Grand C4 Picasso ofrece una habitabilidad y una modularidad fantásticas. El nuevo monovolumen de Citroën puede presumir de ofrecer un confort de marcha y de vida a bordo extraordinarios. Del Grand C4 Picasso se puede decir que es la versión “larga”, de siete plazas, del C4 Picasso pero, además del número de asientos, cambian otras cosas.

La nueva plataforma EMP2 ha hecho posible que, respecto a su antecesor, el voladizo delantero se reduzca en 11,1 cm, que el motor pueda estar situado 5 cm más bajo -centro de gravedad igualmente más bajo- que el piso esté también 2 cm más bajo, que pese 100 kg menos y que se haya incrementado el ancho de vías con un aumento de 8,2 en la delantera y 3,1 cm la trasera. La batalla ha crecido notablemente ya que los 2,84 metros de que dispone suponen 5 cm más que el C4 Picasso y 11 más sobre el Grand C4 Picasso anterior. ¡No está mal! Por el contrario, el coche mantiene la misma longitud que la del modelos anterior -4,59 metros- pero ha reducido su altura en 3 cm.

Estéticamente, además de por las dimensiones, tiene pequeños detalles que le convierten en algo distinto respecto al C4 Picasso corto. Aunque mantiene el frontal con las luces diurnas de LED -casi a modo de continuación de la estrecha parrilla- con los faros principales situados debajo, cambia la silueta del lateral y presenta unas barras de techo que envuelven el coche hasta la parte inferior de la última ventana trasera.

En la zaga destacan las luces traseras de leds con rasgos futuristas y efecto 3D y un portón rematado con un alerón en la parte superior que amplía la sensación de robustez y amplitud en el maletero. Por su parte, una gran superficie acristalada -con posibilidad de variar la distancia del los parasoles- y el techo panorámico, le da una sensación de amplitud y de libertad fantástica. De los diferentes motores y acabados que Citroën ofrece para el Grand C4, el de nuestra prueba equipaba el propulsor eHDI 115 CV y acabado Exclusive.

En nuestra opinión, la habitabilidad del Grand C4 es la mejor del mercado entre los de su especie. Hasta llegar a la segunda fila de asientos, el interior es igual que el del C4, pero la última fila “extra” le da aún más sensación de espacio y de confort. El Grand C4 es lujoso amplio y muy cómodo. Como ocurre con su hermano de cinco plazas, en el salpicadero apenas hay pulsadores y se confía el manejo de los diferentes equipamientos a dos pantallas digitales. La más grande, la colocada en la parte superior, es de 12 pulgadas y de alta resolución.

Esta pantalla está dividida en dos partes y en el lado izquierdo nos muestra la marcha en los automáticos, la velocidad y el límite del control de crucero cuando se utiliza. En el derecho, veremos el cuentarrevoluciones, el ordenador de a bordo y el navegador. En cualquier caso, se puede variar la presentación y optar por un diseño muy moderno. Cuestión de gustos.

La pantalla inferior es táctil y desde ella se gestiona el navegador, el climatizador, el equipo de sonido, y el acceso a Internet, que incluye una serie de servicios que requieren abono anual. En esta pantalla se puede proyectar una foto desde un USB, gestionar el teléfono vinculado y escoger la música archivada en el dispositivo.

Los menús han mejorado en cuanto a su utilización, pero siguen sin convencernos del todo. Son menos intuitivos que en otras marcas y, en lo que respecta a la visualización, no se pueden ver dos opciones a la vez así que si queremos buscar una canción concreta, el mapa desaparece y la navegación pasa a la pantalla de arriba pero sin mapa.

La posición de conducción es cómoda, se puede ir alto y la posición del volante es mejor que la de antaño, con buen tacto pero con un grosor algo escaso. En todo caso, es cuestión de gustos. Lo único que no entendemos es la “manía” que tienen los fabricantes en utilizar los volantes “achatados” en su parte inferior. Una moda del mundo de las carreras, ya pasada y, en todo caso, adaptable a vehículos de corte deportivo. No lo entendemos demasiado en un monovolumen.

Los asientos son confortables con todo tipo de regulaciones y, si hemos optado por el Pack Lounge que cuesta 1.700 €, tendremos a nuestra disposición la tapicería de cuero Claudia Mistral Bitono, función de masaje en los asientos delanteros, 5 reposacabezas Lounge, asientos calefactables y eléctrico el del conductor y el asiento Relax para el acompañante, con un reposapiés eléctrico.

Este reposapiés es una buena opción para descansar a coche parado. En marcha, ante un choque frontal, no está muy claro que este sistema no llegue a aumentar el riesgo de lesiones en los tobillos al no poder las piernas "volver hacia atrás" después del impacto. También opcionalmente, los pasajeros de la segunda fila podrán disfrutar de las dos pantallas del equipo de DVD con cascos inalámbricos situadas en los reposacabezas de los asientos delanteros.

Esta segunda fila de asientos no tiene ninguna pega. Individuales, cómodos, abatibles, correderos, reclinables y prácticos para realizar cualquier actividad utilizando la bandeja de que disponen los respaldos de los asientos delanteros. El central es exactamente igual a los laterales y, al no sobresalir el túnel de transmisión, el pasajero de la plaza central viaja tan cómodo como los otros dos.

Esto es especialmente interesante para familias con tres niños ya que se evitarán las habituales peleas para evitar el asiento central. Además, al tener desplazamiento longitudinal, puede adelantarse el asiento central y retrasar los otros dos aumentando todavía más el confort de los tres pasajeros. Los respaldos reclinables son, además, perfectos para que, cuando los niños se quedan dormidos, no vayan dando cabezados a ambos lados.

Para acceder a la tercera fila, se elevan los asientos laterales de la segunda fila y, una vez plegados contra el respaldo, se adelantan en bloque hasta tocar con el respaldo de los delanteros. Esta cinemática es compleja pero fácil de ejecutar una vez nos hacemos a las diferentes palancas de cada asiento y a su funcionamiento pero hay que reconocer que no siempre sale todo a la primera. Una vez realizada esta operación accederemos con facilidad a la última fila de asientos del Grand C4.

La tercera fila de nuestro protagonista se nos antoja como una de las mejores de la categoría, si no la mejor. Los asientos son delgados pero bastante cómodos y utilizables tanto para niños como para adultos. Y cuando decimos “utilizables para adultos” nos referimos a que se puede viajar en ellos más allá de aquello de: “ya subo yo que de aquí a casa es un momento”. No. Ahora un adulto puede hacer un buen recorrido porque el espacio para las piernas es correcto -incluso amplio si la banqueta trasera no está retrasada del todo-, la altura al techo es razonable si tenemos en cuenta que un adulto de 1,75 m no tocará y el confort es más que suficiente.

De ellos únicamente se puede criticar su total falta de sujeción lateral y su dureza de mullido, que se notará en los viajes largos. El resto todo es positivo. Lógicamente, si utilizamos la opción de las siete plazas, el maletero queda reducido a un espacio de 160 litros pero con la tercera fila enrasada en el piso la capacidad es de 645 litros -con los asientos de la segunda fila retrasados al máximo- y de más de 725 si los adelantamos.

Finalmente, con las dos filas traseras abatidas, la capacidad pasa a ser de 1.843 litros y, si pedimos el asiento de acompañante abatible, la longitud de carga útil en el lado derecho alcanza los 2,75 metros. No está nada mal. No se puede negar que en el nuevo C4 se pueden cargar muchas cosas. En las versiones más altas el portón trasero es de accionamiento eléctrico. Por supuesto no faltan detalles como la luz extraible -tipo linterna- ni la cortinilla cubre equipajes. En este aspecto, en los detalles, el Grand C4 brilla con luz propia.

Nuestra unidad es la más alta de la gama y con este acabado Exclusive el equipamiento es muy completo como lo demuestra que de serie disponga de airbags frontales de conductor y pasajero, de cabeza delanteros y traseros y laterales delanteros, de los sistemas de seguridad como el ABS, control de estabilidad, control de tracción, repartidor electrónico de frenada y ayuda a la frenada de urgencia, asistencia para arrancar en pendiente, aparcamiento asistido (Park Assist), sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara de visión 360º, cámara de visión trasera, dirección asistida eléctrica variable, encendido automático de luces, faros antiniebla con función "Cornering Light", fijaciones Isofix de tres puntos en los tres asientos de la segunda fila, luz diurna de LED, Start/Stop, faros traseros de LED 3D y asistencia de ángulo muerto.

En cuanto a confort y equipos, de serie dispondremos de navegador, climatización bizona con salida de aire en 2ª fila, Jukebox -disco duro 16 GB-, cortinillas parasol en lunas de 2ª fila freno de mano eléctrico, parabrisas panorámico, portón con apertura y cierre eléctrico, retrovisores eléctricos, dos conexiones USB, conexión Bluetooth, tomas de 12V y 220V, seis altavoces, asiento pasajero plegable tipo mesa y kit de reparación de pinchazos.

El Exclusive “viene servido” y no deja mucho espacio a las opciones. Tan sólo podremos añadir al equipamiento de serie -además del Pack Lounge comentado anteriormente- el Pack Drive Assist Exclusive que se compone de aviso de cambio involuntario de carril y asistente de luz en carretera y que tiene un coste de 400 €, los faros de xenón (750 €), el techo panorámico (720 €), la pintura metalizada (475 €), las pantallas DVD integradas en los reposacabezas (500 €), el lector de CD en la guantera (100 €), el equipo de sonido HIFI JBL que tiene un coste de 650 € y el Pack Cuero Nappa (2.300 €).

Así es cómo más disfrutaremos del Grand C4. Viajando en compañía. No es que no podamos ir por ciudad, al contrario. El coche se mueve bien y es hasta cierto punto ágil pero no es un coche pequeño, desde luego. Aunque algunas de sus cualidades, como la respuesta del motor, el confort y la visibilidad (gracias a los finísimos montantes delanteros tiene una visibilidad hacia delante casi panorámica), lo hacen efectivo en la urbe, sus verdadero hábitat serán las carreteras rápidas y las autopistas.

En ciudad es donde más utilizaremos la palanca de cambio -en realidad una fina “varilla” situada tras el volante-, tanto para circular como para hacer maniobras. Y debemos decir que, hasta que me acostumbré a su manejo, “puse la marcha atrás” varias veces con la palanca de los limpiaparabrisas, situada al lado de la del cambio y de más “envergadura”.

El motor 1.6 eHDI 115 CV le proporciona una respuesta viva capaz de satisfacer las necesidades para realizar un viaje a buen ritmo. Quizá cargado a “tope” agradezca un poco más de potencia, pero a mi me pareció suficiente. Su menor peso, un centro de gravedad más bajo y la buena entrega de potencia del motor, le permiten disfrutar de un excelente equilibrio entre confort y efectividad.

En autopistas y autovías la eficacia es máxima. Comodidad, buen ritmo, aplomo, escaso ruido aerodinámico -sólo el contacto del aire con los retrovisores empaña un poco este apartado-, un consumo moderado -así consideramos los 5,8 litros de media que obtuvimos- y una visibilidad extraordinaria, hacen del Grand C4 una herramienta perfecta para estos menesteres.

Es muy agradable conducirlo y “los viajeros” disfrutan de un confort extraordinario. En carreteras con más curvas ha mejorado en cuanto a balanceos y ha ganado en estabilidad y sensación de seguridad. Ahora este “siete plazas” se muestra dispuesto a afrontar virajes a buen ritmo demostrando que la suspensión más firme -aunque siempre blanda sin perder ni un ápice de confort- le sienta bien para afrontar este tipo de terrenos. Tan sólo la falta de sujeción lateral de la última fila incomodará un poco a sus ocupantes si se aumenta el ritmo. También los frenos y los controles de seguridad colaboran a la perfección para que la familia viaje con seguridad.

La marca afirma que el nuevo cambio manual pilotado denominado ETG6 de seis relaciones ha mejorado mucho a su antecesor y que ahora le permite ser más suave y eficaz. No estoy totalmente de acuerdo. Que inicialmente puede que sea un poco más suave es cierto -sólo en circunstancias favorables, es decir, sin subidas ni maniobrando-, pero sigue siendo un cambios muy lento, con mucho “parón” entre marcha y marcha y arrancando en subida -en un parking por ejemplo-, decididamente incómoda. Es, sin duda, lo peor del coche. De largo.

Y es que para conducir en modo automático, una vez acostumbrados a los "huecos" entre marcha y marcha y a notar como se corta la inyección durante un ratito cuando el coche cambia, no hay más problema. Lo peor es al utilizar el cambio en modo manual. En este caso me pareció todavía más lento y al bajar una marcha tarda mucho en entrar, lo que puede llegar a complicar, por ejemplo, los adelantamientos.

Pero, excepto el cambio, el resto todo es positivo. El Citroën Grand C4 Picasso es un coche al que te acostumbras con facilidad por todo lo que ofrece. Es cómodo para conducirlo, da una sensación de amplitud y de libertad extraordinaria, tiene una buena modulabilidad, un tacto general muy bueno, transmite sensación de seguridad y aplomo, ofrece gran confort para los pasajeros y tiene unos consumos contenidos. ¿Qué más queremos?

Como siempre, que cueste menos. El Grand C4 Picasso más económico con este motor -sin el cambio ETG6- es el acabado Attraction y cuesta 24.250 € y el más costoso -acabado Exclusive- 29.750 €. Nuestra unidad, también Exclusive, con el nuevo cambio 30.350 € y con todos los extras disponibles, “se va” a los 35.645 €.