El Rolls Royce Phantom Extended Wheelbase hace su debut mundial en el Salón de Pekín junto al Rolls Royce Ghost Six Senses Concept. La decisión de presentar a nivel mundial estos dos modelos en el certamen asiático indica la importancia que el mercado chino tiene para el fabricante de coches de lujo. El nuevo Phantom de batalla larga completa la gama de la segunda generación de esta gran berlina tras los recientes lanzamientos del Phantom Saloon, Phantom Coupé y Phantom Drophead Coupé presentados en el pasado salón de Ginebra. Esta nueva versión de batalla larga incluye todas las mejoras en diseño, mecánicas y tecnologías de la segunda generación del Phantom. Estéticamente llama la atención su impactante frontal renovado y los grupos ópticos delanteros con aberturas rectangulares y tecnología Led que además tienen la particularidad de variar la orientación de los haces de luz en función de las condiciones de conducción y de la orientación de la carretera. Una vez dentro el nuevo Rolls Royce Phantom Extended Wheelbase viene equipado con un nuevo display de control desde el que se puede manejar hasta ocho funciones claves. Por ejemplo el avanzado sistema de navegación por satélite con mapas en 3D y vista topográfica y visitas turísticas guiadas que se visualizan a través de una pantalla de 8,8 pulgadas. También a través de este monitor varias cámaras repartidas por el exterior del vehículo facilitan las maniobras de aparcamiento al engranar la marcha atrás.
Otras novedades destacadas las encontramos en el apartado técnico ya que el nuevo Phantom de batalla larga estrena la nueva transmisión automática de ocho velocidades. Esto junto al diferencial trasero y al motor V12 6.7 de 460 CV de inyección directa consiguen mejorar sus prestaciones al mismo tiempo que se reduce el consumo medio un 10% y las emisiones contaminantes bajan de 388 gr/km a 349 gr/km .
Un Rolls Royce no es un coche de lujo cualquiera. Y si no atiende a estas cifras. Para diseñar y fabricar de forma artesanal el nuevo Phantom Extended Wheelbase se necesitan 60 pares de manos y más de 450 horas de trabajo.
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En la fábrica que el fabricante tiene en Goodwood (Inglaterra) trabajan unos 1.000 empleados, entre los que se incluyen los artesanos de la madera y el cuero. Dependiendo de la versión cada Phantom puede incluir 43 piezas de madera con 28 capas cada una, intercaladas con láminas de aluminio para evitar el astillado. Pero aún hay más, 450 piezas de cuero cortadas por láser, antes de ser cosidas a mano por los artesanos, configuran un interior de máxima calidad.
Sólo dos robots en el taller de pintura se encargan de que el acabado sea perfecto. Al menos cinco capas de pintura y un recubrimiento transparente de barniz se aplican en cada Phantom, siete si el coche es de dos tonos. Y después de la última capa de nuevo el trabajo a mano durante cinco horas para que la superficie pulida tenga el brillo de un piano de cola. El color de la carrocería es personalizable por el cliente y con la aplicación iPad Phantom se puede capturar el color de una corbata o de un lápiz de labios.