Versátil con toque campero
Basado en el Skoda Octavia Combi, el Scout cuenta con una apariencia más aventurera lograda mediante la incorporación de diversos elementos exteriores. Pero sus posibilidades en este ámbito no se quedan en pura estética, pues ha aumentado su altura libre si se compara con la generación anterior y, además, viene con tracción integral de serie. Si bien está claro que no podéis esperar de él las cualidades offroad de un todoterreno, sí que os permitirá realizar más de una excursión por caminos sencillos sin que debáis sufrir por los bajos.
Al margen de ello, se trata de un automóvil que ofrece unos excelentes niveles de versatilidad y polivalencia interior, con una segunda fila espaciosa y un generoso maletero. Su compromiso entre estabilidad y confort de marcha y el importante rendimiento del motor 1.8 TSI de 180 CV de gasolina probado se encargan de convertir al Scout en una opción muy a tener en cuenta dentro de su segmento, sobre todo si tenemos en cuenta su precio, que es de 32.150 euros (sin opcionales). Algunos de sus competidores se encuentran en su propia familia, como por ejemplo el Volkswagen Passat Alltrack o el Audi A4 Allroad, aunque también rivaliza con otros como el Opel Insignia Country Tourer o el Volvo XC70.
“Look” aventurero
Al igual que su predecesor, esta nueva generación del Scout cuenta con diversas novedades estéticas que lo diferencian del Octavia sobre el que se basa. En primer lugar, cuenta con un frontal propio, con un paragolpes específico con molduras de color negro y unos protectores de plástico de color plateado que le dan un toque aventurero en comparación con el Octavia Combi convencional. La entrada de aire inferior, por su parte, tiene distribución en forma de panal.
Al igual que en el resto de modelos de última hornada de la firma checa, el emblema queda situado en el capó, por fuera de la parrilla que sí integra el logotipo Scout. De forma lateral, el renovado modelo de Skoda está dotado de una mayor robustez. Este objetivo se ha conseguido mediante las molduras negras recorren la parte inferior, también presentes en los pasos de rueda y en las franjas protectoras de las puertas. De serie, equipa llantas de aleación Polar de 17 pulgadas de serie mientras que, opcionalmente, la unidad que probé contaba con barras longitudinales de techo opcionales en símil aluminio (150 euros), encargadas de reforzar aún más su estética aventurera.
En la parte trasera se aprecia un paragolpes distinto al del Octavia Combi. Al igual que sucede delante, cuenta con una protección plateada que, además de salvaguardar esta zona de posibles golpes, otorga una apariencia más robusta. Al comparar las dimensiones con respecto al anterior Scout, se observa que ahora mide 10,1 cm más, con una longitud de 4,69 m. No obstante, el voladizo delantero es algo más corto que antes. Mientras tanto, debéis saber que la altura libre al suelo ha crecido en 3,1 cm, hasta llegar a los 17,1 cm, factor que beneficia a sus posibilidades fuera de asfalto, como os explicaré más abajo.
Familiar con espacioso interior
Cuando accedí al interior del familiar de Skoda vi el logotipo Scout en el umbral de la puerta delantera, así como en el volante, el pomo del cambio y los asientos. En la unidad probada, el color marrón es el dominante en el habitáculo, tanto en el tablero como en los asientos. Estos disponen de tapicería en combinación Alcántara y cuero de ese color (1.305 euros), con la que la sensación de calidad percibida da un paso al frente. El modelo checo ha mejorado en todas las cotas, tanto en altura al techo como en anchura, dando lugar a una cabina más espaciosa. El volante, además, puede ajustarse tanto en altura como en profundidad.
Como de costumbre en los modelos de Skoda, la practicidad es un factor clave. En este sentido, existe un gran número de espacios para guardar pequeños objetos. Entre ellos, hay que destacar el cajón guardaobjetos bajo el asiento del acompañante, la guantera refrigerada y los espacios para alojar una botella de 1,5 litros en cada puerta delantera. Donde más sobresale el habitáculo del nuevo Scout en el espacio disponible en las plazas traseras, beneficiado sobre todo por el considerable aumento de la distancia entre ejes. El espacio para las rodillas es muy generoso, regalando una gran amplitud a los ocupantes de las plazas laterales. Debido a la mayor firmeza del respaldo, la plaza central no es tan confortable como las otras dos.
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Por su parte, el maletero también supone uno de los puntos fuertes del Scout. Ha crecido en cinco litros, alcanzando así unos fantásticos 610 litros que pueden convertirse en 1.740 si abatimos los respaldos traseros. El maletero cuenta con un doble suelo que permite variar su posición para ampliar su polivalencia a la hora de distribuir el equipaje o la carga. En esta zona se encuentra una alfombrilla reversible, con una de las caras impermeable para cuando se aloje material sucio o mojado.
Los chicos de Skoda han dotado al nuevo Scout de un amplio listado de equipamiento de serie, común a las tres variantes mecánicas disponibles puesto que no existen acabados diferentes. Incorpora airbags frontales, laterales, de cabeza y de rodilla, controles de estabilidad y tracción, retrovisores calefactables y abatibles eléctricamente, faros antiniebla, luces diurnas y sensores de aparcamiento traseros. La dotación también incluye panel de instrumentos MaxiDot, sensor de lluvia, ayuda de arranque en pendiente, control de crucero Tempomat, radio Bolero con pantalla táctil de 5,8 pulgadas, ocho altavoces, conexión USB, Bluetooth y lector de tarjeta SD, volante multifunción de cuero, palanca de cambios y freno de mano de cuero y climatizador bizona.
Enérgica alternativa de gasolina
Para esta prueba me decanté por la única variante de gasolina de las tres que componen la gama. Bajo el capó se encuentra el motor turbo de cuatro cilindros e inyección directa 1.8 TSI de 180 CV. Tiene una magnífica capacidad de respuesta, lo que se aprecia al pisar a fondo el pedal del acelerador y comprobar cómo su entrega de 280 Nm de par motor máximo entre 1.350 y 4.500 rpm le lleva a rendir extremadamente bien desde muy bajos regímenes. Además, demuestra una notable elasticidad.
En lo que respecta a sus prestaciones, debéis saber que puede conseguir una velocidad máxima de 216 km/h y que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos, unas cifras que atestiguan el buen rendimiento que registra esta mecánica. Sólo se ofrece asociada con la caja de cambios automática de doble embrague DSG de seis velocidades, que se distingue por su más que destacable rapidez de cambio y por un buen escalonado de marchas.
El propulsor TSI es bastante silencioso y registra un elevado grado de refinamiento. Al mismo tiempo demuestra un correcto nivel de eficiencia, con unas emisiones de CO2 de 158 g/km y una media de consumo homologada de 6,9 litros, si bien el valor que registró tras esta prueba fue de 8,1 litros. No son unos datos espectaculares pero tampoco se trata de un motor especialmente “tragón”. De aportar un mayor ahorro de combustible por ciudad se encarga el sistema Start-Stop, que viene de serie, aunque en este ámbito la media puede resultar algo más elevada de la cuenta.
Confortable y puntualmente excursionista
El confort de marcha es una de sus mayores virtudes en materia dinámica, gracias a una suspensión con la que los ingenieros de Skoda han sabido hallar un punto medio entre estabilidad y comodidad. Así, certifica un muy buen comportamiento por carreteras de curvas, con apoyos bastante neutros a los que se suma una dirección precisa y suave. Por otra parte, absorbe de forma impecable las irregularidades de vías en mal estado.
Al rodar por autopista aprecié un mayor aplomo que en el anterior Scout, lo que se explica en parte gracias al aumento de la distancia entre ejes de esta renovación. El automóvil checo equipa de serie un sistema de tracción a las cuatro ruedas que se conecta de forma automática mediante un embrague multidisco Haldex de quinta generación. Éste se encarga de enviar par motor a las ruedas posteriores si se dan circunstancias de baja adherencia, ofreciendo así una excelente motricidad.
Dicho sistema también está disponible en el Octavia Combi del que procede el Scout. Sin embargo, la superior altura al suelo del modelo probado, que además ha aumentado en esta generación, le otorga unas mayores posibilidades fuera de asfalto si lo comparamos. Hay que recordar que no se trata ni mucho menos de un todoterreno, pero el Scout se mueve muy bien y de forma segura por pistas sencillas, por las que además muestra un considerable nivel de comodidad.
Conclusión
El Scout combina toda una serie de virtudes que harán que no lo paséis por alto si tenéis en mente un automóvil con un habitáculo espacioso, práctico y versátil que os permita hacer alguna que otra escapada campera sencilla. A ello se añade un alto nivel de confort de marcha tanto por asfalto como fuera de él y un equipamiento muy completo. La guinda del pastel la pone un precio más que razonable para tratarse de un potente familiar de 180 CV con cambio automático y tracción total.
No conozco este motor, pero lo prefiero, prefiero gastar más gasolina que sólo emite CO2, que diesel que se deja la mitad sin quemar...fijaos en el coche que va delante, la pintura encima del tubo de escape está ennegrecida...no falla, en cuanto no lavas el coche un mes, el diesel lo ensucia todo...y lo más fuerte es que pague menos impuestos que la gasolina...es una broma de mal gusto...solo espero que Alemania reaccione, porque si de nosotros depende el aire que respiramos, vamos listos...por un euro, vendemos a la suegra...