Polivalencia racional
Pese a que la moda SUV y, por consiguiente, su oferta, no deja de crecer, existen otras posibilidades fuera de ese segmento que ofrecen cualidades similares pero basadas en las carrocerías SW de toda la vida. Uno de estos casos lo protagoniza el Skoda Scout, o lo que es lo mismo, la versión aventurera del Octavia Combi. Se trata de un vehículo plagado de aspectos positivos para quien busque un coche, ante todo, práctico. Cuenta con un habitáculo cómodo, amplio y funcional, a lo que hay que sumar un equipamiento bastante completo. Por otra parte, el modelo checo se distingue por su encomiable confort de marcha, una forma inequívoca de poner sobre la mesa su filosofía familiar.
Además, su mayor altura al suelo y su tracción a las cuatro ruedas (no está disponible con dos ruedas motrices) hacen posible alguna que otra excursión sencilla fuera de asfalto. Ello se suma, en este caso, al motor 2.0 TDI de 150 CV, una alternativa bastante ahorradora que seguro que le viene como anillo al dedo a los conductores que tengan entre sus objetivos reducir el gasto mensual de combustible. La relación-calidad precio es otra de las ventajas de este Skoda pues el precio de esta unidad, dotada de un buen número de opcionales, es de 29.495 euros si se aplican descuentos comerciales, plan PIVE y financiando con la marca. Su abanico de rivales directos, por segmento y filosofía, no es demasiado extenso y alberga modelos como el Seat León X-Perience, el Audi A4 Allroad o el Opel Insignia Country Tourer .
Pinceladas camperas
La primera forma de diferenciar al Skoda Scout del Combi son sus diversas particularidades que tienen por objeto dotar al primero de una apariencia más aventurera. Para empezar, el Scout dispone de un frontal específico, cuyo paragolpes es distinto y cuenta con molduras negras así como con unas protecciones plateadas que lo hacen reconocible. Para acabar de diferenciarlo desde la parte delantera, cuenta con el emblema Scout sobre la parrilla.
Por su parte, el logo de la flecha alada de Skoda se encuentra sobre el capó y no en la parrilla, tal y como nos tiene acostumbrados la firma checa en los últimos tiempos. En la parte inferior del morro, el vehículo también comparte con el Combi el diseño de tipo panal de la entrada de aire. Al observar el coche lateralmente se observan unas molduras negras tanto en los pasos de rueda como en los bajos y en las propias puertas. Además de generar un aspecto más robusto, éstas se encargan de salvaguardar la carrocería.
La zaga del automóvil también cuenta con elementos que la diferencian del Octavia Combi. Es el caso del paragolpes con el protector de color plata, en la misma línea de la zona delantera. Exteriormente, esta unidad integra distintos opcionales como son las llantas Nivalis Antrazita de 17 pulgadas (195 euros) y el color de carrocería Blanco Láser (370 euros). Asimismo cuenta con los faros bixenon con luces diurnas de tipo LED (1.050 euros) y los pilotos posteriores, también de tipo LED (135 euros).
Generoso y funcional
Dentro del habitáculo, pese a la gran sobriedad de su diseño, es fácil detectar que estamos ante un Scout gracias al logotipo con esta denominación presente en lugares como los umbrales de las puertas o en el volante. La comodidad es el factor que predomina desde el primer momento al sentarse en el puesto de conducción. El asiento, con tapicería en combinación de Alcántara y cuero (opcional, por 1.305 euros), genera una óptima sujeción lateral. Se trata de un habitáculo muy funcional, pues todo está muy a mano y los mandos son de uso intuitivo.
La amplitud interior sale a relucir constantemente, tanto en los asientos delanteros como en los traseros. En estos últimos el espacio ofrecido para las rodillas de los ocupantes de las plazas laterales es realmente bueno. La central no es tan confortable debido a que el respaldo es más firme que en las otras dos. La alta presencia de huecos para guardar pequeños objetos es un punto a favor en lo que respecta a la vida a bordo. Y es que, tal y como suele ser habitual en Skoda, la practicidad es una de sus grandes prioridades a la hora de diseñar sus coches. Otro de los puntos clave del Scout es su maletero que, con unos fenomenales 610 litros de capacidad, puede llegar hasta los 1.740 litros si se abaten los respaldos posteriores.
Las posibilidades a la hora de elegir acabados distintos son nulas, puesto que la gama del Scout se reduce a tres versiones cerradas, una por cada motor disponible. En cualquier caso, la dotación de equipamiento de serie de la variante probada es muy amplia e incluye control de estabilidad, airbags frontales, laterales, de cabeza y de rodillas para conductor, volante deportivo multifunción y pomo de la palanca de cambios de cuero, sensores de aparcamiento traseros, control de velocidad de crucero, sistema de audio con ocho altavoces, climatizador bi-zona, control de presión de neumáticos y guantera refrigerada, entre otros elementos.
Repasando los extras que monta esta unidad cabe señalar sistema de arranque sin llave (635 euros), sistema Driving Mode Selection con función Offroad (110 euros), navegador Columbus (1.650 euros), asientos delanteros calefactables (195 euros), sistema de frenada automática (305 euros) y pedales en diseño de aluminio (90 euros).
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Alternativa de acceso
Como decía anteriormente, la gama del Scout está compuesta por tres únicas versiones, cada una asociada a un motor distinto. Dejando a un lado los más potentes (1.8 TSI de 180 CV y el 2.0 TDI de 184 CV), la mecánica elegida para esta prueba ha sido la más conveniente para ahorrarse unos euros en combustible. Se trata del 2.0 TDI de 150 CV, un propulsor de funcionamiento muy satisfactorio y con una buena entrega de fuerza a bajas revoluciones. Ello lo consigue gracias a un par motor de 340 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm.
Su mejor cara la ofrece sobre las 2.000 vueltas, aunque se estira bastante y permite sacar partido de ello para mover con soltura el vehículo checo. Este motor va obligatoriamente asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Sus desarrollos son bastante equilibrados, con una sexta marcha más larga pensada claramente para recortar consumos. Aunque no es ni mucho menos molesta, la sonoridad es algo mejorable, pues llegan algunos decibelios de más procedentes del motor.
Con este 2.0 TSI de 150 CV, el Scout es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 207 km/h, lo que demuestra su buen rendimiento. No obstante, por encima de su nivel de prestaciones se encuentra su ambiciosa eficiencia. Y es que homologa un consumo de 4,8 litros cada 100 km que, en la prueba, se convirtieron en unos razonables 6,0 litros tras recorrer distintos tramos urbanos, interurbanos y de autopista.
Concebido en base a la comodidad
Su comportamiento es muy similar al del Octavia Combi durante la conducción por asfalto. Por ello, el Scout se caracteriza por su gran confort de marcha, obtenido en parte gracias a un tarado de suspensión que tiende a blando y con el que se copian de forma eficaz las pequeñas irregularidades del firme. La contra se halla cuando se afrontan carreteras de montaña, por donde se aprecian ciertos balanceos de la carrocería al rodar a un ritmo animado.
Por las grandes rectas de autopista pone de manifiesto un gran aplomo y una destacable calidad de rodadura, factores que lo convierten en un notable compañero para largos viajes. De cara a abandonar el asfalto, lo primero que hay que tener claro es que no es un todoterreno. Sin embargo, gracias a su sistema de tracción a las cuatro ruedas con embrague Haldex y a una altura libre al suelo 3,1 cm superior al Octavia Combi, el Scout puede circular con buenas garantías por pistas sencillas.
El modelo checo cuenta con un magnífico equipo de frenos capaz de detenerlo de forma enérgica incluso cuando se realizan frenadas súbitas. Mientras tanto, la dirección se distingue por su tacto agradable y suave que refuerza la comodidad del vehículo. Por otra parte, el hecho de incorporar el sistema Driving Mode Selection permite escoger, además de la función Offroad, entre los modos de conducción Normal, Sport, Eco e Individual. Al elegir cada uno de ellos se modifica el comportamiento del acelerador, la dirección o el climatizador para adaptarlos a una conducción más equilibrada, deportiva o eficiente.
Conclusión
El carácter práctico y el confort son dos de las virtudes fundamentales del Skoda Scout. Cuenta con un habitáculo espacioso y funcional, que facilita mucho la vida a bordo de cara a un uso familiar o para personas que practiquen actividades al aire libre. Si para el desarrollo de éstas últimas es preciso abandonar el asfalto, serán de gran utilidad valores añadidos como la tracción a las cuatro ruedas o la mayor altura libre al suelo de esta versión aventurera del Octavia Combi. A todo ello se suma un motor que destaca por su buen rendimiento y su bajo consumo, además de una buena relación calidad-precio teniendo en cuenta los descuentos actuales.
Pero tiene que ser un buen coche.