Espacioso y diferente
Nos hemos desplazado hasta la bonita ciudad italiana de Verona, en Italia, con motivo de la presentación del nuevo compacto de la marca checa Skoda, el Spaceback. Un modelo que llega al segmento C con la dura misión de potenciar las ventas de la marca y hacer llegar el diseño y las soluciones prácticas de la marca a un público más juvenil.
Este lanzamiento forma parte de la estrategia de crecimiento de la marca que pretende ofrecer un nuevo modelo, o renovar uno de la gama ya existente, cada seis meses durante los próximos años con el reto de conseguir más de 1,5 millones de vehículos vendidos en todo el mundo.
El Spaceback adquiere especial importancia dentro de esta estrategia al posicionarse en el duro segmento de los compactos, un “mundo” desconocido por Skoda con tanta competencia como posibilidades de venta. De esta forma, el nuevo modelo de la casa checa deberá rivalizar con modelos de su mismo grupo como el Audi A3, el Volkswagen Golf y el Seat León, además de otros muchos modelos con un alto porcentaje de ventas como los Renault Mégane, Ford Focus, Opel Astra, Alfa Romeo Giulietta, Mazda 3, y un largo etcétera.
Diseño personal
Es dificil encontrar un modelo semejante al nuevo compacto de Skoda. Su silueta redondeada, de cierto estilo cupé en la parte trasera, con voladizos cortos y una gran distancia entre ejes de 2.602 mm le asemejan a primera vista a una especie de “break” en pequeño. Tras revisarlo detenidamente te das cuenta de que no es un familiar, sino que se trata de un compacto con unas proporciones visuales ligeramente alargadas.
Está basado en el Skoda Rapid sedán, comparte la misma base, del que adopta toda la mitad delantera y deja como nuevo diseño la parte trasera. El Sportback es 18 centímetros más corto que el Rapid, mide 4.304 mm, pero conserva prácticamente el mismo espacio para los ocupantes que en la variante de tres volúmenes. Tan sólo el maletero, que se posiciona como uno de los mejores del segmento (415 litros o 1.380 con los asientos traseros abatidos), con un borde de carga especialmente bajo, ofrece una nueva visión en cuanto a habitabilidad se refiere.
Puestos a analizar estéticamente al modelo que hemos tenido el placer de probar, debemos reconocer que en un principio nos costó un tiempo hacernos una idea clara. És cuanto menos curioso.
El frontal ya lo conocemos, es el del Rapid, con la nueva línea de diseño de la marca: parrilla con tiras verticales, el logotipo de la marca en una nueva posición y la disposición de las luces y los faros antiniebla en forma de trébol. En opción está disponible la incorporación de la iluminación de xenón con función de alumbrado en curva en los antiniebla.
De costado nos contramos con una línea limpia en toda la parte de los hombros, que recorre todo el lateral desde los faros delanteros hasta los pilotos traseros y refuerza la longitud visual. Los pilares C y D crean una tercera ventanilla de grandes proporciones que aumenta la superficie acristalada a lo largo de todo el coche. Los pasos de rueda pueden albergar llantas de diferentes diseños y grandarias (15, 16 y 17 pulgadas) dependiendo del acabado o en opción mediante su larga lista de extras para elegir.
La parte trasera nos ofrece una nueva forma de entender el automóvil compacto con una zaga ligeramente estirada hacia atrás. Su tallado aporta líneas claras, con un difusor negro en la parte baja y un cuidado diseño de los pilotos en forma de C. Mención aparte merece el inmenso techo de cristal que se ofrece como opción. De los más grandes del segmento con una superficie de 1.713 x 1.155 mm que, si el comprador se lo puede permitir por 600 euros, debería ser un elemento imprescindible por la enorme luminosidad que aporta al interior. Además, también se ofrece la posibilidad de personalizarlo con una extensión acristalada que baja 10 centímetros por el portón (Techo + trasera: 800 €).
Gran habitáculo y soluciones “Simply Clever”
Como ya os hemos comentado, más que en el diseño exterior la marca se ha centrado en poder ofrecer uno de los interiores más espaciosos y versátiles entre sus más próximos competidores. La sensación de amplitud que desprende cuando accedes al habitáculo es muy buena, potenciada aún más en los asientos traseros, donde el espacio para las piernas de 640 mm y una altura hasta el techo de 980 mm permiten viajar cómodamente a personas de una estatura considerable.
El nivel de acabados y los materiales utilizados en la construcción del salpicadero es correcto. Predominan los plásticos duros pero con un diseño cuidado y acorde con un diseño propio bastante agradable. El puesto de conducción se ha estructurado y organizado de forma óptima para que el conductor pueda acceder fácilmente a todos los controles de las distintas funcionalidades que se ofrecen. Entre ellas una pantalla táctil con navegación y funciones multimedia situada en el centro del salpicadero.
El nuevo Spaceback está disponible en tres niveles de acabado (Active, Ambition y Elegance), cada uno con sus propias características en cuanto a equipamiento. El salpicadero se ha heredado del Rapid, aunque aporta un toque distintivo con soluciones como unos nuevos embellecedores, que también se aplicarán a la gama del modelo de tres volúmenes. Todas las versiones equipan volantes de tres radios ajustables en altura y profundidad, aunque dependiendo de la terminación variarán en cuanto a materiales utilizados y controles multifunción. Por otra parte hay tres combinaciones de colores para el interior: Negro, negro y gris y negro y beige.
Los asientos nos han parecido verdaderamente cómodos. Son de material textil y sus formas recogen bastante bien el cuerpo permitiendo realizar kilómetros y kilómetros con relativa comodidad.
Como ya hemos comentado, el maletero se sitúa entre los mejores del segmento. Sus 415 litros de volumen de carga especialmente aprovechables gracias a las formas rectas del maletero, con huecos a los costados y con ganchos para sujetar bolsas. Los respaldos de los asientos traseros son abatibles en sección 60/40 proporcionando hasta unos generosos 1.380 litros para poder cargar bultos de mayor tamaño. Además la boca de carga está situada en una posición bastante baja lo que permite acceder al mismo de una forma más fácil y con menor esfuerzo.
Como es habitual en Skoda, la marca ha prestado especial atención en hacernos la vida a bordo un poco más fácil y confortable incorporando soluciones “Simply Clever” (así es como ellos lo definen). Por ejemplo, cuando los asientos posteriores están abatidos, los cinturones pueden fijarse en un espacio para que no estén sueltos, se ofrece un doble suelo en el maletero opcional que permite dividirlo en dos niveles, se ha instalado un rascador de hielo en la tapa del combustible, un cajón bajo el asiento del conductor para guardar el chaleco reflectante, una papelera en la puerta lateral, huecos portabebidas con capacidad para botellas de un litro y medio, conector multimedia en el centro del posavasos, una pinza para guardar el tiquet del parking o del peaje situado en el pilar A y diferentes redes y bolsas de almacenamiento disponibles. No queda un centímetro que no se haya estudiado para incorporar alguna de estas soluciones.
Oferta mecánica
Los clientes podrán escoger entre un total de cinco motorizaciones para este modelo: tres de gasolina y dos diésel. Con potencias comprendidas entre los 85 y los 122 CV, la marca apuesta por la sostenibilidad y la protección al medio ambiente. Prueba de ello es la versión GreenLine con unas emisiones de CO2 de 99 g/km que se comercializará en noviembre y la posibilidad de versiones Green tec para los cinco motores.
GreenLine es el término utilizado por Skoda en sus modelos más económicos. Las variantes Green tec se equipan con el sistema Start-Stop y el de recuperación de la energía de frenado, las llantas de 15 pulgadas con neumáticos de baja resistencia a la rodadura y modificaciones aerodinámicas que, en conjunto, rebajan el consumo de combustible y las emisiones de CO2 en torno a un 11% respecto a los modelos convencionales.
En diésel disponemos de las variantes 1.6 TDI de 90 y 105 CV con inyección directa common-rail. El motor diésel de 90 CV está disponible con la caja de cambios manual de cinco velocidades o bien con una automática DSG de siete. Ofrece un consumo combinado de 4,4 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 114 g/km para la variante manual, mientras que si se monta con el cambio DSG estos valores son de 4,3 l/100 km y 104 g de CO2/km. En el caso de la versión Green tec se sitúan en 3,9 l/100 km y 104 g/km respectivamente. El motor diésel más potente, de 105 CV, se combina con un cambio manual de cinco relaciones el cual consigue las mismas cifras de consumo y emisiones que la variante de 90 CV, tanto en la variante normal como en la Green tec.
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Por su parte, las tres mecánicas de gasolina de 85, 105 y 122 CV también son de inyección directa y están turboalimentadas como las diésel. El 1.2 TSI de 85 CV se combina con un cambio manual de cinco marchas, consume 5,1 l/100 km de media y emite 119 g/km de CO2. Las cifras de la versión Green tec se sitúan en 4,9 l/100 km y 114 g CO2/km respectivamente.
La versión de mayor potencia de este mismo motor 1.2 TSI ofrece 105 CV. Sus cifras son de 5.0 l/100 km y 116 g de CO2/km en la versión Green tec asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Los datos de la variante estándar no nos los ha proporcionado la marca.
Y por último el propulsor más potente de gama Spaceback es el 1.4 TSI de 122 CV que se ofrece con el cambio de doble embrague DSG de siete relaciones. El consumo combinado es de 5,8 l/100 km y las emisiones de CO2 se sitúan en 134 g/km. En su variante más ecológica Green tec, se sitúan en 5,4 l/100 km y 125 g CO2/km.
Cinco estrellas Euro NCAP
La amplia oferta de seguridad activa y pasiva que ofrece el Spacebak le han valido para certificar las cinco estrellas en los test de Euro NCAP. En cuanto a la seguridad activa, de serie, incorpora el sistema anti-bloqueo de los frenos ABS y el control de estabilidad ESC. La gran rigidez de la carrocería junto con el chasis ligero se combinan con una suspensión tipo McPherson con estabilizador de torsión en el eje delantero, mientras que las ruedas traseras están sujetas a un eje multibrazo.
En opción se puede optar por las luces delanteras de xenón, las antiniebla (de serie desde el acabado Active) con alumbrado en curva, el control de la presión de los neumáticos con aviso acústico y visual y control de tracción para el arranque en pendientes HHC. Estos dos últimos sistemas forman parte de un paquete opcional de seguridad denominado “ESC Plus”.
Si nos centramos en la seguridad pasiva nos encontramos con seis airbags, dos de cabeza, dos laterales y otros dos para el conductor y el acompañante. En caso de accidente todos los pasajeros están protegidos con cinturones de seguridad de tres puntos de anclaje, además los delanteros cuentan con tensores y limitadores de fuerza. Las plazas traseras ofrecen la posibilidad de colocar sillitas para bebés con el sistema de fijación Isofix.
Primeras tomas de contacto
Como sabréis, cuando nos desplazamos a una presentación, casi siempre la organización nos prepara una ruta para que podamos probar el nuevo modelo que se está presentando en cuestión, y esta vez no ha sido menos. Hemos tenido la oportunidad de montarnos en las variantes de gasolina de 85 y 105 CV y en el diésel de 90 CV. Todas ellas equipaban la caja de cambios manual de cinco velocidades por lo que os pedimos disculpas si estabais interesados en conocer qué tal va el DSG o la motorización más potente de 122 CV en gasolina, pero por diferentes motivos no fue posible. Nos las reservamos para unas posibles pruebas a fondo más adelante.
La calidad de rodadura percibida en las tres pequeñas pruebas fue más que satisfactoria. Nos sorprendió lo bien que mueven al conjunto las tres mecánicas, con mayor sorpresa para el 1.2 TSI de 85 CV que pensábamos que se le iba a quedar un poco corto. El bajo peso del vehículo, desde sólo 1.055 kg, ayuda y mucho a ofrecer una conducción ágil y a apenas a notarse una falta de potencia excesiva. Tan sólo en alguna fuerte pendiente que te obliga a bajar una o dos marchas, pero nada alarmante.
En el caso de los gasolina la suavidad de marcha que proporcionan se combina a la perfección con el cambio de 5 velocidades que tiene unas relaciones bien escalonadas. Es posible conducir tranquilamente a bajas vueltas, ahorrando el máximo combustible posible, o bien estirarlas en torno a las 6.000 revoluciones por minuto para lograr mayor brío a la hora de adelantar, con un ruido del motor no demasiado aislado pero que a la vez se nos antojó bastante agradable y, en cierto modo, algo rácing.
En el caso del TDI de 90 CV, un propulsor que mi compañero Juan Carlos acaba de probar en el Seat Toledo, nos pareció casi perfecto para este modelo. Es capaz de empujar bien desde abajo y permite cambiar a una marcha superior bastante rápido manteniendo un bajo rango de revoliciones del motor. Cabe destacar el buen trabajo a la hora de reducir las vibraciones características de un motor diésel asemejándolo mucho al agrado obtenido por parte de los gasolina que ya habíamos conducido.
En los tres casos el consumo de combustible medio que obtuvimos en sendas rutas no distó demasiado a los ofrecidos por el fabricante en la ficha técnica. Entre uno y dos litros superior. Pero teniendo en cuenta que había que probar las prestaciones del modelo estas cifras podrán rebajarse de tal forma que es posible que queden muy cerca de las homologadas si se tiene especial cuidado con el acelerador.
El tacto y el guiado de la dirección están muy bien resueltos gracias al cuidado sistema electromecánico, que a su vez ayuda a reducir unas décimas el consumo en comparación con una dirección electro-hidráulica. No nos gustó tanto el comportamiento de las suspensiones a la hora de aumentar un poco el ritmo en trazados virados, dejando balancear en exceso la carrocería. Su configuración está claramente enfocada hacia el confort de los ocupantes antes que a la eficacia en conducción deportiva, algo que es totalmente comprensible.
¿Qué se espera del Spaceback?
Con un precio de partida de 16.900 euros para las variantes de gasolina, referente al motor TSI de 85, y de 18.280 en diésel (para el TDI de 90 CV), la marca sitúa sus precios en torno a la competencia, quizás un poco por encima de algunos rivales directos. A esto hay que sumarle un descuento como campaña de lanzamiento de en torno a 5.000 euros, por lo que será posible acceder al nuevo Spaceback por una cifra cercana a los 12.000 euros. Un excelente precio para un modelo que llega con ganas de hacer las cosas bien y aumentar las ventas de la marca en nuestro país. Además se ofrecerán tres años de garantía, junto con otros tres años de mantenimiento gratuito y un seguro a todo riesgo incluido durante los seis primeros meses.
De esta forma la marca tiene previstas unas ventas de unas 3.500 unidades al año, superando claramente a las del Rapid que, en nuestro país, se ha visto superado claramente por el nuevo Seat Toledo. Es más, se espera que por cada 10 coches vendidos, ocho sean Spaceback y dos Rapid.
El Skoda Spaceback no será uno de los más bonitos del segmento, o sí, todo depende de los ojos que lo miren, pero a su favor cuenta con unas cualidades interiores, de espacio, por encima de la media, y esto, combinado a un precio con descuentos bastante suculentos le puede aportar bastantes alegrías. La gama mecánica es suficiente para un modelo que pesa muy poco y sus bajas cifras de consumo permiten hacerle muchos kilómetros sin que el bolsillo se resienta demasiado.
En definitiva, creemos que la apuesta de Skoda es clara y sencilla: introducirse en un segmento hasta la fecha desconocido para ellos con una propuesta diferente y atractiva. Ahora habrá que ver que tal funciona a lo largo de estos años...
Ningún error, multibrazo...