Subaru Outback Lineartronic

Cualquier aficionado al mundo del motor sabe que Subaru es una marca que se caracteriza por aplicar su particular interpretación de la tecnología y la mecánica en todos sus productos, cosechando de esta forma importantes logros industriales y también numerosos éxitos en competición. La firma japonesa es sinónimo de innovación y en muchas ocasiones es la única del mercado en aplicar sus particulares soluciones. Es el caso por ejemplo de su tracción integral permanente Symetrical AWD, presente en casi toda su gama de modelos; de la configuración Bóxer de sus motores, con los cilindros horizontalmente opuestos (también en su motor diésel) y de otros tantos recursos mecánicos empleados en beneficio del dinamismo, las prestaciones y la seguridad.

Pues bien, la marca que luce las seis estrellas Pléyades en su logotipo vuelve a innovar de nuevo con el cambio automático Lineartronic; la primera transmisión en el mundo montada longitudinalmente de cadena de variabilidad constante acoplada a un sistema AWD. Dicho en otras palabras, en esta transmisión automática de variador continuo y seis velocidades, los desarrollos no quedan prefijados por un par de engranajes, sino por dos poleas unidas por una cadena que transfiere la potencia. Es decir, que salvo cuando activamos el secuencial (con seis "posiciones" o velocidades prefijadas), ofrece infinitas marchas, otorgando una mayor eficiencia y mejores registros de aceleración y consumo.

Innovación permanente

El objetivo de los ingenieros de desarrollo de Subaru fue lograr una transmisión que ofreciera un mejor rendimiento mecánico, un mejor control de la potencia y par y también mejores consumos. Pionera ya en el desarrollo de los cambios de variador continuo (tipo CVT) la marca asiática ha desarrollado un cambio más compacto gracias al diseño y configuración de sus poleas internas así como a un variador de cadena que reduce la fricción y aumenta la capacidad de transmisión del par. Con levas de accionamiento en el volante y la posibilidad de operar manualmente la transmisión desde la palanca, de modo secuencial, el cambio Lineartronic ofrece una capacidad de respuesta de menos de una décima de segundo en las transiciones, consiguiendo así unos saltos entre las marchas casi imperceptibles por su rapidez y por las mínimas variaciones en la transmisión de la potencia.

De momento el cambio Lineartronic se ofrece sólo en la motorización de 2,5 litros gasolina del Outback 2010, la flamante evolución de crossover que la firma japonesa ha lanzado recientemente. Este bloque de cuatro cilindros Bóxer desarrolla una potencia de 167 CV a 5.600 rpm, con un par de 229 Nm a 4.000 rpm. La caja de cambios Lineartronic tiene un sobrecoste de unos 2.000 euros, por lo que el precio del Subaru Outback 2010 2.5 automático es de 34.850 euros, exactamente la misma tarifa que el Outback Boxer Diésel.

En conducción dinámica, las levas en el volante facilitan la tarea del conductor y la respuesta general del cambio hay que decir que es francamente buena, aunque su aceleración en las primeras relaciones no es especialmente destacable y su fuerza en las dos últimas tampoco, pues se ha primado el consumo. Por ello y por las dimensiones y peso del coche (1,5 T.) acusa una ligera falta de agilidad en conducción urbana y de recuperación en autopista.

Destacamos: Menos consumo y emisiones y mayor aceleración

Traducido a cifras, en prestaciones y registros de consumo y emisiones el motor 2.5L Boxer H4 equipado con cambio Lineartronic del Outback 2010 logra diferencias muy significativas respecto al Outback de 2009 equipado con este mismo motor pero con cambio manual.

Así, su consumo mixto pasa de 8,7 litros a los 100 a 8,4 (0,3 litros menos por cada 100 km). Esto supone que con un depósito sólo 1 litro mayor en capacidad (65 por los anteriores 64) logra que su autonomía se amplíe de forma muy significativa: de 736 a 774 km, es decir casi 39 km más.

Igualmente, sus emisiones de CO2 se reducen en 11 puntos, pasando de 205 gr/km a 194. Finalmente, su aceleración también se ha visto mejorada, estableciendo en 10,4 segundos (por los anteriores 10,8) el tiempo necesario para pasar de 0 a 100 km/h.