El nuevo Toyota Aygo X se pasa al mundo SUV

El nuevo Toyota Aygo X sustituirá al actual utilitario de la firma nipona, ofreciendo un salto cualitativo no solo en diseño, también en equipamiento, espacio de carga y calidad percibida en el habitáculo. La firma habla de este Aygo X como nuevo miembro de la familia SUV de Toyota, con 11 milímetros más de altura respecto al suelo y una posición de conducción 55 milímetros más elevada. Seguirá propulsado por el mismo motor 1.0 tricilíndrico de 72 CV (vídeoprueba del X-Play de menos de 11.000 euros) con un consumo de 4,7 l/100 todavía por homologar en ciclo WLTP.

La firma japonesa levantó la liebre en marzo al filtrar las imágenes de un prototipo llamado Prologue, del que os hablamos en este enlace y de clara tendencia crossover con detalles muy atractivos como las llantas de gran tamaño. Se vaticinaban cambios para el modelo más pequeño de la firma nipona y así ha sido, estamos ante un nuevo Toyota Aygo X, que se pronuncia “cross” y no “equis”.

El nuevo utilitario del segmento A presenta un diseño único en el mercado, con dosis extra de estilo campero pero ninguna intención de abandonar el asfalto de una ciudad europea. Volvemos a la manía de reubicar modelos en el omnipresente mundo de los SUV, cuando ni tan siquiera se acercan al concepto inicial de estos. El Aygo X es un utilitario de toda la vida, de carrocería compacta y radio de giro corto, al que le han añadido elementos estéticos que recuerdan a los crossovers. Para empezar, no tiene opción de tracción 4x4, modos de baja adherencia o capacidades off-road. Cierto es que la mayoría detodocaminos del mercado ya no cumplen esos requisitos pero alternativas como el RAV4 (prueba de la variante PHEV) eran la resistencia, hasta ahora.

La firma japonesa asegura que el lanzamiento de este modelo completamente nuevo responde a las demandas del público europeo, y me lo creo. Ha sido diseñado para europa y se fabricará en el viejo continente, concretamente en la República Checa. Es más, será aquó donde también se venderá, probablemente, como churros teniendo en cuenta la cuota del mercado utilitario. Todo ello gracias a su aproximación a la tendencia más arrolladora de los últimos años: el SUV.

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Se producirá sobre la plataforma GA-B que parte de la Toyota Global New Architecture (TNGA) que se introdujo con el último Yaris y que se ha llevado el premio como Coche del Año en Europa. Los retoques en esta arquitectura han permitido jugar con las cotas hasta modificar por completo el tamaño definitivo respecto al modelo anterior, con 3,70 metros de largo (235 milímetros más), 1,74 m de ancho (125 mm más e idéntica al Yaris) y 1,51 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,43 metros, que son 90 milímetros más.

Lejos de lo que podíamos esperar, los japoneses han conservado los rasgos de ese Aygo X Prologue, un prototipo desarrollado en Niza y que tuvo muy buena acogida cuando se presentó hace unos meses. Estamos ante un modelo claramente más atractivo que el utilitario anterior, al que sustituirá con una imagen moderna y atemporal para competir contra alternativas como el Hyundai i10 (vídeprueba), Kia Picanto (prueba modelo 2018) o Fiat 500 (vídeoprueba del modelo eléctrico), que es más grande pero también menos ágil.

Era de esperar que el modelo de producción perdiera los retrovisores futuristas y las llantas de tamaño exagerado. Habríamos votado el diez si se hubiera mantenido el detalle de los grupos ópticos delanteros, en forma de C invertida y unidos por una fina tira LED en el centro. A cambio, mantenemos esa misma firma lumínica rasgada y picuda con una lágrima en la parte central y más ancha en el exterior. Es un faro específico para le Aygo X y le dota de carácter premium gracias a la tecnología LED diurna.

Respecto al modelo anterior, destaca el capó alargado con volumen en los laterales y un morro más inclinado que antes, no tan vertical. Vemos un frontal con líneas marcadas y cortas, menos “anime japonés” y más próximo al gusto europeo por las carrocerías robustas. Cierto es que no tiene nada que ver, al menos en la parte del paragolpes que pierde la X tan marcada, pero los cambios son a mejor. La forma de la parrilla es más rectangular, no tan V invertida, y presenta un diseño más opaco para la calandra. También mantiene la posición de los antiniebla redondos en los extremos, pero el spliter inferior es completamente horizontal, ofreciéndose en varios colores en función del paquete de tonalidades escogido.

Para llamarlo SUV, un coche debe tener pasos de rueda de mayor tamaño y protectores negros, así como los faldones inferiores cubiertos con el mismo material. También es necesario remarcar una cintura más elevada, algo que se consigue con un juego visual de la puerta trasera que eleva la luz hasta el pilar C.

Este recurso visual se ve enfatizado por el cambio de color en las aletas posteriores, que se unen con el techo en negro para compactar su silueta. Lo más innovador, frente al resto modelos del segmento, es el techo practicable y eléctrico que estará disponible en la gama pero, es posible, que no sea desde buen principio.

Las llantas han crecido hasta las 18 pulgadas opcionales, con neumático de 175/60, o las 17 pulgadas de serie con goma 175/65 en ese caso. Se ven grandes y le dan el toque SUV de voladizos cortos y gomas en los extremos. A través de las delanteras podemos ver el disco ventilado para la frenada, que se conforma con el tambor para el eje trasero. Pero, sin duda, lo que más os llamará la atención es la combinación de colores de la carrocería y no es para menos.

La paleta ofrecida por el Aygo X trata de comprometerse con la personalidad volátil y diferenciada de los urbanitas. A la oferta habitual le suma una colección llamada Spicy en la que todas tienen nombre de especias, como el verde Cardamom, que apuesta por el tono elgante y refinado, la edición Chilli, de tono rojo llamativo y atrevido, la combinación Ginger más sofisticado y atemporal del vídeo o el Juniper más masculino al utilizar el azul.

Los tonos son exclusivos para este modelo, que tendrá una edición de lanzamiento con detalles en naranja pero no llevará el techo practicable. Todavía no os podemos hablar del equipamiento definitivo, dado que se irá definiendo la gama española con los acabados, equipamiento y precios.

Todas y cada una de estas configuraciones se contrastan con el techo bitono negro que alcanza hasta la zaga, el elemento más familiar de este nuevo Aygo. Las únicas diferencias respecto al modelo anterior las encontramos en la firma óptica LED, más afilada pero con idéntica distribución.

Este portón nos da paso al maletero que ha incrementado su capacidad hasta los 231 litros frente a los 168 del modelo anterior. Además, podemos inclinar los asientos posteriores para alcanzar los 829 litros totales y conseguir 125 milímetros más de espacio horizontal para colocar objetos largos. Esto también se traduce en una mejor habitabilidad en las plazas traseras.

El nuevo Aygo X es más ancho, algo que se deja notar en estos asientos traseros que, además, cuentan con la ventaja de haberse desplazado los delanteros 20 milímetros hacia adelante. La firma también asegura que contamos con 45 mm más de espacio para los hombros pero yo, con mi 1,60 metros de altura, apenas noto diferencia respecto al modelo anterior y creo que dos adultos de hasta 1,80 pueden viajar apretados pero sin problemas.

La evolución percibida en el exterior se completa en las plazas delanteras de este utilitario, que no tiene materiales de buenísima calidad pero sí ha mejorado notablemente su acogida. El modelo podrá llevar la pantalla central de 9 pulgadas (7” y 8” en acabados inferiores) lanzada en el Yaris Cross y compatible con Apple CarPlay y Android Auto, así que podéis ver la aplicación de coches.net a través de la pantalla, nuestros perfiles de redes sociales o los vídeos que hacemos sobre novedades y pruebas. Además tener la conectividad propia del Toyota Smart connect lanzada en el Yaris.

Esta vez, la pantalla está enmarcada en un plástico decorativo de forma ovalada y con los tonos acordes a la versión escogida. Un tono que se repite en las puertas, asientos, y cambio de marchas de manera muy acorde e innovadora.

La instrumentación sigue la línea marcada por el Yaris, con el velocímetro como protagonista y el cuentavueltas en pequeño. En el centro tenemos una pantalla de 4,2 pulgadas con la información habitual y configurable a través del volante multifunción.

La altura respecto al suelo del nuevo Aygo X es 11 milímetros mayor, lo que concede más presencia pero, sobre todo, sensación de seguridad. Contamos con 55 milímetros más en la posición de conducción y el pilar A está más inclinado para ofrecer un grado de visibilidad agradable y seguro, vital en los coches de ciudad que conviven con ciclistas y peatones inesperados.

No hemos podido probarlo todavía y será entonces cuando hablaremos de las mejoras que promete Toyota en cuanto a rigidez de su estructura e insonorización del habitáculo. Sí parece haber mejorado en cuanto a confort, empezando por la sensación de amplitud que otorga este parabrisas y la lona del techo practicable.

Por ahora sabemos que podemos disfrutar de un sistema JBL específico para este modelo y que incorpora sistemas de ayuda a la conducción del Toyota Safety Sense como el detector de peatones nocturno, el sistema de mitigación de impactos, control de crucero adaptativo y mantenimiento de carril asistido, entre otros. A grandes rasgos, el modelo Ginger utilizado nos ha parecido altamente equipado, incluso al nivel de un segmento B premium con soluciones como la carga inalámbrica, asientos calefactados, conectividad sin cable con Android Auto y Apple CarPlay y ADAS de última generación.

Y sobre el motor, pocas novedades. Este Aygo X recurre al bloque 1.0 tricilíndrico de 72 CV que monta el actual utilitario con algunas mejroas de normativa ambiental y una respuesta más viva además de un cambio automático más compacto. En ese coche se siente un motor suficiente para la ciudad e incluso un tacto divertido a bajas velocidades, sin ser de aceleración notable o recuperaciones en marchas altas.

Queremos esperar a probar este nuevo Aygo X para hablaros de sensaciones al volante, que alcanzará los 151 km/h con cambio automático y 158 km/h con el manual de cinco velocidades. Los consumos homologados por la firma son de 4,9 y 4,7 l/100km prendiente de homologación y su radio de giro es de 4,7 m, ideal para aparcar o las calles ratoneras de Madrid 360.