Aunque nos estamos convirtiendo en un mercado de SUV, la realidad es que todavía hay hueco para otro tipo de carrocerías, como pueden ser las berlinas. Toyota dejó su gama un poco coja cuando retiró el Avensis y como había clientes que seguían demandando un coche de ese tipo, han encontrado la solución en el Toyota Camry.
El nombre no es muy conocido en España porque se comercializó poco tiempo en sus inicios, pero es un modelo del que se han vendido más de 19 millones de unidades en más de 100 países de todo el mundo –sobre todo en EEUU-. Ahora llega su octava generación que tiene como novedad un motor híbrido por lo que Toyota ha decidido traer por primera vez este modelo a Europa –y por tanto a España-. El Toyota Camry ya está a la venta únicamente en su versión híbrida cubriendo así el hueco que había dejado el Toyota Avensis en el segmento D/E, el de las berlinas de tamaño medio-grande.
Se vende en versiones Advance y Luxury desde 32.500 € y 38.000 €, respectivamente. También está disponible la versión Business especialmente equipada para flotas.
Un sedán especialmente para flotas
Las claves del Toyota Camry son la nueva plataforma TNGA (Toyota New Global Architecture) en la que se basa y el sistema híbrido del fabricante japonés. Con ambos se consigue una gran berlina donde prima la comodidad y la conducción sostenible.
Estéticamente está claro que es un sedán de gran elegancia, pero con un toque deportivo gracias a la ligera línea coupé en la parte trasera. Sus dimensiones le convierten en un vehículo especialmente demandado para flotas. De hecho, el objetivo de Toyota es que el 70% se destine a este mercado y sólo el 30% a particulares. Mide 4.888 mm de largo, 1.842 mm de ancho y 1.442 de alto, con una distancia de ejes de 2.825 mm.
Estas medidas se trasladan al habitáculo convirtiéndolo en un espacio muy amplio, sobre todo para los pasajeros traseros que son quienes más lo van a notar. Ofrece cinco plazas, pero realmente está pensado sólo para dos ocupantes traseros porque el túnel central no es especialmente pequeño y, por tanto, incómodo si una tercera persona tuviera que ocupar el puesto central.
El maletero llega a los 524 litros de capacidad, 24 litros menos en la versión Luxury por culpa de los asientos traseros reclinables que incluyen con varias posiciones a gusto del pasajero. Por dentro se echan en falta más detalles de calidad como el tapizado y en que no hemos encontrado ganchos en el suelo para sujetar una red de carga. Destacar que sólo son abatibles 60/40 los asientos traseros en el acabado Advance.
Habitáculo amplio, pero sin Android Auto ni CarPlay
El Toyota Camry quiere competir con modelos como el Volkswagen Passat y Arteon, Skoda Superb, Opel Insignia, Renault Talisman, Peugeot 508, Kia Optima, Mazda6 o Ford Mondeo. Toyota se posiciona en el mercado más cerca de las marcas premium y en este sentido su interior ofrece un aspecto elegante y utiliza un plástico de tacto suave en la parte superior del salpicadero. Pero en general, es un habitáculo muy sencillo, con predominio del color negro y de plásticos más duros que se alternan con algún detalle cromado.
Los diseñadores han trabajado mucho la visibilidad optando por un salpicadero más bajo y esbelto, un capó y cintura baja, pilares A más finos y retrovisores retrasados para reducir los puntos ciegos. También se ha mejorado la insonorización del habitáculo reduciendo el ruido que procede del motor, de la rodadura y del viento.
Sí nos ha gustado el panel de control multi-función para los pasajeros traseros que se ofrece con el acabado Luxury. Con este equipamiento sí se tiene una mayor sensación de viajar en un coche más premium. Desde este panel se puede gestionar el climatizador, el reclinado de los asientos y el sistema de sonido. Y como ya viene siendo habitual en Toyota, ofrece el sistema de climatizador Nanoe que reduce la humedad interior, elimina mohos, alérgenos, bacterias, virus y hasta hidrata la piel –según dicen porque yo en la ruta de la presentación no lo he podido apreciar-.
Del salpicadero destacamos las pantallas, una de 7” para el cuadro de instrumentos y la pantalla del sistema multimedia que es de 8” en Advance y Luxury (7” en Business). Hay que decir que estas últimas son pantallas bastante normalitas, de hecho, no cuentan –ni siquiera en opción- con la conectividad de Android Auto o Apple CarPlay, por lo que se queda desfasado con respecto a otros modelos con los que compite. Eso sí, el Toyota Camry es el más barato.
Con Toyota Safety Sense de serie
En el apartado de seguridad le damos un punto positivo porque de serie incluye el paquete Toyota Safety Sense con sistema de precolisión con detector de peatones, control de crucero adaptativo con seguimiento de rango, avisador de cambio involuntario de carril con asistente de dirección, reconocimiento de señales de tráfico y autoencendido de luces de carretera.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
En la versión Luxury también incluye el Head-up Display que evita que desviemos la vista de la carretera ya que proyecta la información más relevante para la conducción en el parabrisas.
Para resumir, el Toyota Camry Advance equipa de serie llantas de aleación de 18”, pantalla multimedia Toyota Touch 2 de 8”, navegador GO, faros antiniebla delanteros LED, climatizador Bi-zona y Toyota Safety Sense. Y el color plata es el único que va de serie.
El Toyota Camry Luxury añade el climatizador trizona, cargador inalámbrico para el móvil, asientos traseros reclinables, Head-up Display, sistema de audio premium JBL con 9 altavocees, sensores de aparcamiento ICS (controla los movimientos bruscos al aparcar), sistema de alerta de tráfico trasero con detector de ángulo muerto (RCTA+BSM) y tapicería de cuero.
Comportamiento del Toyota Camry híbrido
Y pasamos a hablar de su sistema híbrido compuesto por el motor de gasolina 2.5 de cuatro cilindros con 177 CV que monta también el Toyota RAV4, un motor generador de 88 kW de potencia y una batería de hidruro de níquel de 6,5 Ah (amperio/hora) de capacidad. En conjunto el Toyota Camry Hybrid Dynamic Force ofrece una potencia máxima de 218 CV, una aceleración de 0 a 100 en 8,3 segundos y un consumo medio de 5,3 l/100 km (según ciclo WLTP).
La suspensión delantera es tipo McPherson mientras que la trasera es independiente con doble horquilla y declara un peso de 2.100 kilos. El coeficiente aerodinámico no está mal, es de 0,27 frente al 0,32 del RAV4, y se consigue al reducir la superficie frontal y la altura al suelo.
Otra clave es el bajo centro de gravedad que, unido a un chasis rígido y una dirección precisa, mejoran el comportamiento de esta berlina grande ya que se reducen los balanceos. En carretera acelera con facilidad y permite una conducción dinámica. Se puede jugar con los tres modos de conducción que tiene. En el modo Eco se aprecia una reducción de la potencia, pero te ayuda a consumir menos, mientras que en el modo Sport se aprecia una mayor contundencia en la respuesta cuando pisas el acelerador. El modo Normal es el que consigue el mejor equilibrio entre eficiencia y dinamismo. Y si quieres forzar la conducción eléctrica, puedes pulsar el botón EV.
El cambio automático que se combina con el motor es de tipo variador continuo (CVT) –como en los ciclomotores-, es el que utiliza Toyota en el resto de modelos híbridos. Es lo que menos me gusta porque da la sensación de que su sonoridad no van en línea con el aumento de la velocidad. Se nota principalmente cuando se acelera fuerte. Si conduces tranquilo y suave, no será un inconveniente.
Para ayudar a reducir los consumos, el sistema híbrido del Camry incluye un nuevo sistema que se denomina Auto Glide Control y que reduce la deceleración, gestiona mejor la entrega de potencia y se comporta de manera especialmente eficiente en llano o pendiente ligera. Según Toyota, de los 200 kilómetros de recorrido de la prueba de conducción, 43 km se podían hacer en modo eléctrico. No sé si fueron 43 kilómetros, pero sí aprecié que el modo eléctrico se activaba frecuentemente, especialmente cuando conducía por zona urbana.
Con la llegada del Toyota Camry a España, se convierte en el noveno modelo híbrido de la marca y también en la berlina de representación con un uso más destinado a carretera. El objetivo de Toyota es vender 2.500 unidades al año, de las cuales 70% irán a flotas.
Este comentario ha sido eliminado.