El futuro es eléctrico, según Volkswagen
Volkswagen ha elegido el CES de Las Vegas, la feria de electrónica más importante del mundo, para presentar el concept car Budd-e, una recopilación de tecnologías futuras que la marca -y con ella el grupo- considera implementar en sus modelos de serie en la próxima década y que demuestran la decidida apuesta por el Grupo alemán por los vehículos eléctricos. Que un concept car así se haya presentado en Estados Unidos, donde colean todavía los efectos del llamado "dieselgate" no es, por lo tanto, ninguna casualidad.
El Budd-e es un monovolumen eléctrico construido sobre una nueva plataforma pensada para utilizarla sólo en modelos eléctricos ya que no está preparada para admitir motores convencionales. Eso sí, Volkswagen habla de plataforma "escalable" de manera que la misma base podrá utilizarse para modelos de muy distinto tamaño.
La batería, completamente plana, está situada en el piso y tiene una capacidad de 101 kwh. En la parte delantera del coche hay un motor eléctrico principal que ataca al eje frontal y en la parte trasera hay un motor auxiliar metido en medio de la suspensión multibrazo que proporciona propulsión trasera extra para la aceleración puntual de manera que el coche se convierte temporalmente en un 4x4.
Volkswagen habla de una autonomía teórica de unos 600 kilómetros y un tiempo de recarga de 15 minutos al 80% en un cargador rápido. No obstante, en la presentación del coche en Las Vegas, los responsables de la marca explicaron que si Porsche pone en marcha su sistema de recarga de 800 voltios anticipàdo en el Concept Car Mission-e, Volkswagen no tendría ningún problema para utilizar como estandard este sistema. Por supuesto, el modelo acepta sin problemas cargas por inducción.
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Asimismo, el nuevo chasis presentado permite utilizar todo tipo de estructuras de baterías y adaptar el tamaño de las mismas en función de las necesidades de cada vehículo. Eso significa que para un hipotético nuevo Up! eléctrico, por ejemplo, bastaría con una batería más pequeña mientras que para un coche como este Budd-e o para un furgón, por ejemplo, podría montarse una batería de mayor capacidad.
En el interior, la marca presenta otras novedosas tecnologías que, de nuevo, apuntan a un futuro a medio plazo. El habitáculo es una especie de lounge con sistema de asientos configurable plagado de pantallas de todo tipo, entre ellas una pantalla curva de 12,3 pulgadas delante del conductor y otra de 13,3 a modo de consola central. La marca asegura que ambas conforman un sistema de información completo configurable y utilizable para los usos más variados, entre ellos la conectividad con las redes sociales a coche parado que es algo en lo que todos los fabricantes trabajan con la idea de convertir el coche en una prolongación de los smartphones personales. Además, el coche puede utilizarse como acumulador de energía para el hogar, una idea que Nissan ya ha implementado en sus Leaf.
La marca ha trabajado también en temas de gestión gestual con la posibilidad de dar órdenes al modelo mediante movimientos concretos que permiten, por ejemplo, abrir las puertas, subir el volumen del equipo de audio o cambiar la temperatura de la calefacción. Este coche, de aspecto peculiar -no sigue para nada los cánones estéticos de los últimos modelos de la marca y apuesta por un morro con el logotipo de gran tamaño- no está previsto que pase a la serie de ninguna manera.
entre las alianzas de las marcas esta entre otras venderse las patentes, no me extrañaría que entrara hacer chasis universales y al montar todas las piezas de un producto diferente, pues reduciría mucho los costes