Chico para todo
El Caddy es un automóvil que se sitúa en un punto de equilibrio entre segmentos, enmarcado entre un vehículo comercial y un monovolumen de tamaño medio. Lo que está claro es que se trata de un vehículo enfocado al ocio, que despunta por su ámbito funcional y polivalente, con un maletero de inmensa capacidad y una segunda fila extraíble para olvidarnos de ella si no la necesitamos en determinados momentos. Los conductores amantes de actividades cuya práctica necesita material voluminoso pero que no quieran renunciar a un interior muy bien acabado, típicamente Volkswagen, deben tomarse el Caddy muy en serio.
Mecánicamente, hemos elegido la alternativa más potente de la gama, movida por el motor 2.0 TDI de 140 CV y asociada al cambio automático DSG de doble embrague. Con tal de ganar en motricidad en carreteras en mal estado, cuenta además con el sistema de tracción a las cuatro ruedas 4Motion. El precio de todo este conjunto, 36.937 euros de serie, es uno de los hándicaps del modelo, pues está por encima de buena parte de sus competidores. Algunos de ellos son el Renault Kangoo, el Citroen Berlingo o Peugeot Partner.
Versión corta
En lo que respecta a sus proporciones, el Caddy en la versión corta que hemos probado (también se comercializa en versión Maxi), es de 4,41 metros, mientras que su anchura es de 1,79 metros y su altura, de 1,82 m. En el morro del vehículo, siguiendo las líneas habituales en los modelos de última hornada de la marca alemana, toman protagonismo las líneas horizontales cromadas, que quedan integradas visualmente con las ópticas.
De ellas hay que destacar que, en nuestra unidad, dentro del equipamiento opcional encontramos los faros de xenón (1.349 euros), que mejoran considerablemente la visibilidad. En esta versión Comfortline Edition, el paragolpes tiene el mismo color que la carrocería, que en este caso es Marrón Toffee metalizado, tono que se puede elegir sin ningún sobrecoste.
Cuando observamos el Caddy de perfil vemos las llantas de aleación ligera Siracusa de 16 pulgadas de serie, que van asociadas a neumáticos 205/55 R16. Las barras longitudinales de techo, por su parte, también forman parte del equipamiento de serie y se encargan de acentuar la silueta del vehículo. Por otra parte, los diseñadores de Volkswagen han instalado una franja lateral que recorre ambas puertas. En la zaga destaca el gran portón, con una considerable superficie acristalada.
Espacio para todo con el sello Volkswagen
Las ventajas fundamentales que nos ofrece el habitáculo del Caddy son, sin duda alguna, su gran amplitud interior y su versatilidad. Cuenta con un puesto de conducción elevado, espacioso y bastante ergonómico, con acabados de buena calidad. La distribución y la apariencia de los diferentes mandos elementos son muy similares a las de otros modelos de la marca alemana como el Touran. Desde volante multifunción de cuero podemos controlar el equipo de audio y el teléfono móvil. En parte superior de la consola central se encuentran los mandos del climatizador, bajo los cuales se sitúa la pantalla del sistema de navegación. Hay que comentar que ésta queda en una posición baja que obliga a desviar demasiado la mirada durante la conducción.
Desde el punto de vista funcional, debemos resaltar la alta presencia de huecos para alojar pequeños objetos, distribuidos por el habitáculo. La segunda fila de asientos, a la que se accede mediante las puertas traseras corredizas, ofrece tres plazas en las que pueden viajar tres adultos de forma espaciosa. Dichas plazas se distribuyen en una banqueta doble, por un lado, y un asiento individual, por otro. Además de abatirse, toda la fila puede extraerse en caso de que necesitemos más espacio de carga del que nos ofrece su ya de por sí extraordinario maletero. Y es que, con todos los asientos en posición normal, ofrece 750 litros, que se multiplican hasta los 2.852 litros hasta el techo si plegamos la segunda fila.
Con los asientos extraídos, el volumen crece hasta los 3.030 litros y, además, podremos alojar objetos de hasta 1,78 metros de longitud. El proceso para extraerlos es sencillo, aunque la banqueta de dos plazas tiene un peso considerable, un aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de desmontarla y transportarla. Las ventanillas traseras están oscurecidas y son fijas, por lo que los pasajeros deberán conformarse con mirar el exterior a través de ellas. El Caddy Edition, en el acabado Comfortline de la unidad que os presentamos, cuenta con un equipamiento muy completo. La dotación referente a seguridad incluye airbags frontales, laterales y de cabeza, control de estabilidad y asistente de arranque en pendientes.
El modelo también equipa luces automáticas con luz de marcha diurna y funciones Leaving Home y Coming Home, sensor de lluvia, radio CD con seis altavoces, climatizador Climatronic, guantera refrigerada, elevalunas eléctricos delanteros, volante, palanca de cambios y freno de mano de cuero, regulador de velocidad, sistema de arranque y parada automático con recuperación de energía de la frenada y navegador con entrada Aux-In.
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Elasticidad y eficiencia
Para esta prueba nos hemos decantado por la alternativa más potente de la gama del modelo alemán. Se trata del motor 2.0 TDI de 140 CV, un bloque de cuatro cilindros en línea con turbocompresor e inyección directa. El motor está dotado de un par motor máximo de 320 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm. Su capacidad de respuesta es algo justa a bajas revoluciones, pero acelera con brío a medida que lo vamos subiendo. Por encima de las 1.800 revoluciones nos ofrece su mejor comportamiento y se muestra bastante elástico.
Esta versión cuenta con la caja de cambios automática de doble embrague DSG de seis velocidades con modo secuencial y bloqueo de marcha electrónico. Dicha transmisión, de reacciones suaves y desarrollos muy equilibrados, es la mejor opción en este modelo de cara a una conducción cómoda y tranquila, que le va como anillo al dedo a un vehículo de estas características. En el terreno de las prestaciones, el Caddy es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 11 segundos, lo que no está nada mal dado su caballaje y teniendo en cuenta además de que estamos ante un automóvil de casi 1.700 kilos de peso.
Por otro lado, puede alcanzar una velocidad máxima de 183 km/h. Su nivel de consumo es más que correcto, pues homologa una media de 6,6 litros cada 100/km, una cifra que no está nada mal para tratarse de una versión automática y con tracción a las cuatro ruedas. La media que extrajimos en nuestra prueba fue algo superior, aunque la diferencia no fue excesiva, pues marcó un registro de 7,4 litros.
A poca distancia de un turismo
De cara a analizar la dinámica del Caddy, debemos señalar que el tarado de suspensión tiende a firme, algo que es habitual en vehículos de inspiración comercial en los que se da por hecho que irán a plena carga de forma habitual. En este sentido, dicha firmeza se percibe sobre todo al superar ciertos baches, aunque no hace que el vehículo sea incómodo ni mucho menos pese a que el tren trasero sea un eje rígido con ballestas. Y es que los ingenieros de Volkswagen han resuelto este aspecto de forma muy acertada, dando lugar a una dinámica bastante aplomada y equilibrada, con un comportamiento de la suspensión que se acerca mucho al que que cabría esperar de un turismo convencional. La sonoridad proveniente de la aerodinámica a alta velocidad no está al mismo nivel, pues se aprecia más de la cuenta.
Al conducir por tramos de carretera en mal estado comprobamos las ventajas de uno de los elementos mecánicos que incorpora de serie la unidad que hemos probado. Nos referimos al sistema de tracción a las cuatro ruedas 4Motion, con el que el Caddy obtiene un muy buen nivel de motricidad. Este sistema funciona mediante un embrague Haldex, que se encarga de repartir la fuerza entre las cuatro ruedas según sea necesario en función de las circunstancias. Normalmente, toda la tracción se envía al eje delantero y, sólo cuando es preciso, se dirige parte de ella al posterior, que puede llegar a recibir el cien por cien en momentos puntuales.
En carreteras reviradas, el vehículo se muestra muy estable, siempre y cuando no aumentemos demasiado el ritmo viajando sin carga, pues el eje trasero nos recuerda que su configuración no es la misma que la de un turismo. Por autopista saca a relucir su buen nivel de comodidad, y no se amilana a la hora de “tragar” kilómetros. No hay que olvidar que cuenta con dirección Servotronic, que modifica su asistencia en función de la velocidad a la que circulamos.
Conclusión
En definitiva, nos encontramos ante un automóvil enfocado al ocio cuya gran ventaja es la fantástica amplitud interior, que nos permitirá transportar objetos de gran tamaño. Su importante versatilidad y su buena terminación interior se conjugan con un equipamiento que se sitúa por encima de lo que suele ser habitual en su segmento. La suavidad de marcha dinámica es mayor de la que cabría esperar en un automóvil de naturaleza comercial, aunque la suspensión trasera de eje rígido con ballestas le delata en determinadas circunstancias cuando no viajamos cargados. La tracción integral, por su parte, es de gran ayuda para compensar esta situación. Mientras tanto, el motor y la transmisión automática proporcionan buenos resultados gracias a su compromiso entre consumo y rendimiento.
Si los de Vw las pusieran a 10mil venderían muchísimas. Y es que aunque nos tengan acostumbrados a esas barbaridades, el precio razonable (y si no mirar el mercado USA) es de esos 10ooo leuros.