El Golf más “verde” de la historia
Todavía no ha llegado el momento en que los eléctricos se conviertan en vehículos de masas, pero algunas de las novedades en este ámbito son bastante interesantes. Pero lo son siempre y cuando nuestros desplazamientos diarios sean cortos y estemos dispuestos a destinar de primeras un sobreprecio importante para contar con esta tecnología, sin olvidar además que los puntos de recarga no son precisamente legión en nuestro territorio. Ante estas disyuntivas, ha llegado el momento de poder conducir la referencia del segmento compacto en versión eléctrica, bautizada como e-Golf, que se convierte en el segundo modelo de Volkswagen con esta tecnología después del e-Up!
Según datos ofrecidos por la marca alemana, 8 de cada 10 conductores conducen diariamente menos de 50 km, un argumento aparentemente muy favorable para esta versión del compacto de Wolfsburg, que puede alcanzar una autonomía de 190 km. Pero el coste inicial puede ser uno de los mayores frenos para muchos conductores. Hasta el momento sólo conocemos el precio que tendrá en Alemania, que será de 34.900 euros. A nuestro mercado llegará durante el próximo mes de julio, por lo que aún habrá que esperar un poco para conocer un importe que presumiblemente no variará demasiado del germano (ayudas aparte). O lo que es lo mismo, se situará al nivel de precio del BMW i3, si bien éste supera considerablemente en prestaciones a la novedad de Volkswagen.
Pinceladas propias con el azul por bandera
Aunque son pocas las variaciones exteriores entre la nueva alternativa eléctrica del compacto alemán y el resto de versiones, existen ciertos detalles que nos llevarán a identificarlo. En primer lugar, hay que destacar que la parrilla del radiador se encuentra cerrada y va rematada en color negro, mientras que las ópticas LED se incluyen en el equipamiento de serie. El elemento estético que más distingue al e-Golf es la franja de color azul, a la que Volkswagen ha llamado línea e-design, que recorre tanto la parrilla como las ópticas.
Un poco más abajo, en los laterales del paragolpes, vemos otro de los rasgos propios del modelo. Nos referimos a los faros de iluminación diurna de tipo LED en forma de C, cuya parte inferior está enlazada con un fino embellecedor cromado que queda emplazado bajo la entrada de aire. Todo ello le aporta una imagen más vistosa y sofisticada. Los emblemas e-Golf en la parrilla, en el lateral y en la parte trasera, así como el logotipo de la marca con fondo azul se encargan también de identificar al modelo.
En la zaga del automóvil observamos la presencia de un spoiler superior del color de la carrocería, Al igual que en la parte delantera, el vehículo dispone de luces posteriores LED. No hay que pasar por alto las llantas de aleación Astana de 16 pulgadas de serie, que vienen acompañadas por neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Debemos tener en cuenta que el modelo sólo estará disponible con carrocería de cinco puertas.
Adaptación interior a la electromovilidad
Cuando nos sentamos en el puesto de conducción, aparentemente casi no se aprecian diferencias con respecto al Golf convencional. Sin embargo, en cuanto nos fijamos en los detalles vemos que en el cuadro de mandos se encuentra un medidor de consumo que reemplaza al habitual cuentavueltas e informa acerca de la energía necesaria en cada instante. Por su parte, en el velocímetro se observa un indicador donde podemos conocer la carga de la batería en cada momento.
Otra de las particularidades específicas del e-Golf la hallamos en un indicador que nos muestra los kilómetros que podremos realizar con la carga eléctrica que llevamos. Es decir, nos muestra la autonomía del vehículo. Además de todo ello, en el cuadro de instrumentos también es posible conocer la intensidad de la energía regenerada por el propio sistema eléctrico. No pasan desapercibidos, por otro lado, detalles de diseño en azul, color utilizado en las costuras decorativas de los asientos con tapicería específica, del volante y del pomo de la palanca de cambios (ambos de cuero) e incluso de las alfombrillas. De manera opcional, con el paquete Ambiente, es posible añadir distintas iluminaciones en color azul con las que se obtiene un aspecto aún más moderno y tecnológico.
El modelo equipa de serie el sistema de radio-navegación Discover Pro con pantalla de 8 pulgadas, con funciones especiales para este modelo relacionadas con la información del sistema eléctrico. Entre ellas podemos ver gráficos animados del flujo energético, gestionar el sistema e-Manager o ver la zona de acción del vehículo según la carga eléctrica que llevamos en cada momento. Siguiendo con las novedades tecnológicas del e-Golf cabe resaltar la aplicación Volkswagen Car-Net e-Remote. Gracias a ella, podemos realizar ajustes y consultas sobre el sistema eléctrico mediante un Smartphone o a través de cualquier otro dispositivo mediante el portal Car-Net.
De esta forma, podemos programar de forma remota la climatización para que el vehículo alcance una temperatura determinada cuando vayamos a iniciar la marcha. También nos permite consultar todos los parámetros del proceso de carga de la batería, información relativa a los trayectos realizados, el estado del bloqueo de las puertas y el maletero o la posición GPS en la que se encuentra aparcado el coche.
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Corazón eléctrico
La base del sistema motriz del e-Golf es un motor eléctrico de 115 CV (85 kW), producido íntegramente por el fabricante alemán y que se halla ubicado bajo el capó al igual que en las versiones de combustión. Sus 270 Nm de par motor desde parado le otorgan al vehículo una excelente respuesta por ciudad, hábitat para el que está concebido. En el terreno de las prestaciones tampoco defrauda dado el tipo de vehículo ante el que nos encontramos gracias a sus 10,4 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. Mientras tanto, la velocidad punta es más bien humilde (puede alcanzar 140 km/h), aunque más que suficiente incluso para rodar por autopista. Eso sí, en este caso tendrán que ser distancias cortas.
Una batería de iones de litio es la encargada de acumular la energía eléctrica que da vida al motor. El sistema permite una autonomía máxima de 190 kilómetros con la carga completa, cifra que por supuesto está condicionada a factores como el tipo de conducción o el uso de la climatización. Las baterías, que pesan 318 kilos, están alojadas bajo el piso de los asientos traseros y de la zona del túnel central, entre los asientos delanteros. De esta manera, los ingenieros de la casa alemana han logrado no penalizar la capacidad del maletero, que incluso supera tanto a la variante con tracción integral como a la híbrida en este sentido.
Para instalae el punto de carga se ha aprovechado el hueco de la toma del depósito de combustible de las versiones de combustión, lugar donde se ha instalado el enchufe. La velocidad de recarga varía mucho en función del nivel de corriente utilizado. Si se utiliza un sistema de carga combinada (CCS) con corriente continua, sólo se necesitan 30 minutos para cargar hasta un 80%. En caso de utilizar un sistema doméstico convencional de 230 V, una recarga completa ronda las 13 horas. Volkswagen ofrece la posibilidad de instalar un Wallbox específico en el garaje con corriente más rápida, reduciendo el proceso hasta 8 horas. Según los datos ofrecidos por Volkswagen, el coste medio de recarga teniendo en cuenta los precios actuales de la electricidad en España será inferior a los 2 euros cada 100/km y, por supuesto, acompañado de cero emisiones.
Además de la recarga mediante enchufe, el e-Golf incorpora un sistema de recuperación de energía tanto en retención como en frenado. En estos casos, el motor eléctrico actúa como un generador para cargar las baterías aprovechando la electricidad proveniente de la energía cinética, algo muy útil sobre todo al movernos por ciudad.
Estable y silencioso
Esta variante eléctrica es 205 kilogramos más pesada que el Golf con motor de combustión interna. A pesar de ello, apenas notamos diferencias durante una conducción a ritmos normales. Por zonas urbanas se muestra ágil, mientras que fuera de ellas se comporta de forma estable y aplomada. La posición de las baterías, en la parte baja del coche como hemos comentado anteriormente, contribuye a que así sea. Siempre debemos tener en cuenta que no se trata de un vehículo pensado para conducción deportiva, pues ello puede reducir considerablemente su autonomía.
La aerodinámica, por su parte, se ha mejorado en un 10% con respecto al Golf convencional (en el e-Golf el coeficiente Cx es de 0,28), lo que contribuye a disminuir aún más la práctica ausencia de ruido que se percibe desde el habitáculo. Todo ello acentúa la sensación general de confort, que es prácticamente idéntico al del modelo con motor de combustión. El compacto eléctrico ofrece la posibilidad de cambiar entre tres modos de conducción distintos, denominados Normal, Eco y Eco+ con los que se modifican parámetros como el par motor, la respuesta del acelerador y la intensidad del climatizador con tal de reducir el consumo de energía. El primer programa permite hacer uso de toda la potencia y todo el par disponibles, por lo que es la manera de obtener el mejor nivel de prestaciones. Con el modo Eco, la potencia y el par motor descienden (éste último a 220 Nm) y la velocidad máxima se limita a 115 km/h.
Mientras tanto, el modo Eco+ limita el par a 175 Nm y sólo se pueden alcanzar los 90 km/h. En cualquier caso, si pisamos a fondo el acelerador en cualquiera de los modos Eco, dispondremos puntualmente del rendimiento máximo. Pese a la presencia de palanca de cambios y de levas del volante, su función no va unida a una transmisión, sino a algo muy distinto. Desde aquí podemos escoger entre cuatro modos de recuperación de la energía, D1 (el nivel más bajo), D2, D3 y B (el más alto), además del modo D, en el que no se produce ningún tipo de regeneración. Una de las ventajas de este sistema consiste en que podemos emplear la recuperación de energía para decelerar voluntariamente el vehículo. En todo caso, esta tecnología nos obligará a acostumbrarnos a conducir de forma distinta a un vehículo convencional, ya que el uso de los frenos pasa a reducirse considerablemente.
Conclusión
En cualquier caso, el e-Golf no se convierte en el eléctrico definitivo. Y es que la autonomía sigue siendo limitada, al igual que la presencia de puntos de recarga disponibles a lo largo y ancho de nuestra geografía. A ello hay que sumarle el precio, elevado si lo comparamos con las variantes de combustión interna. Al otro lado de la balanza, sin embargo, se encuentran el ahorro económico a largo plazo, a raíz del menor coste de la electricidad con respecto al combustible así como el compromiso de los conductores con el medioambiente y la atracción por la tecnología, argumentos más que sólidos para tenerlo en consideración.
Prefiero diesel