Volkswagen ID.3: ¡Oído cocina!

El Volkswagen ID.3, compacto eléctrico de la casa alemana, ha recibido un temprana actualización que afecta a su diseño, tecnología y equipamiento; aunque también se ocupa de mejorar las calidades de su interior -que falta le hacía-. Hemos tenido ocasión de ver y conducir el ID.3 modelo 2024, y en este artículo os vamos a contar sus principales novedades. Como diría aquel, "vayamos por partes".

Visto desde lejos, el vehículo aparenta ser el mismo; pero en realidad incorpora algunos cambios que refrescan su imagen y, sobre todo, sirven para optimizar su rendimiento aerodinámico. Así, el vehículo presenta un nuevo paragolpes que aporta una superficie más lisa, una boca de refrigeración rediseñada y unos nuevos pasos laterales que mejoran los flujos de aire hacia las ruedas delanteras. El capó también es distinto: incorpora unas elegantes nervaduras laterales y hace desaparecer la banda de color negro que lo recorría en paralelo a la sección inferior del parabrisas.

Las ópticas traseras han modificado ligeramente su disposición interna; y ahora, las secciones situadas sobre el portón dejan de ser simples reflectantes para incorporar su propia iluminación. Por último, como no podía ser de otra manera, llegan dos nuevos colores de carrocería: el Verde Oliva que habéis visto en el coche de portada -junto a un señor particularmente apuesto-, y el Azul Costa que se muestra en el resto de fotografías de este artículo.

La marca ha sabido escuchar las críticas de quienes nos dedicamos a esto de probar coches; y sobre todo, las de sus clientes, que son quienes los prueban de verdad. En respuesta a las peticiones recibidas, el interior del vehículo exhibe una -literalmente- palpable mejora de calidad, además de un discreto rediseño y un equipamiento actualizado.

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En interior del vehículo ha reducido las superficies de plástico desnudo, que ahora están tapizadas con goma de mejor tacto y tejidos acolchados. Este cambio a mejor se hace patente en el salpicadero, y lo mismo puede decirse de las puertas, que además presentan un nuevo y más cómodo reposabrazos. También son nuevas las tapicerías de los asientos, revestidos con materiales reciclados y reciclables. Con todo ello, ahora el Volkswagen ID.3 presenta una calidad aparente al nivel del Cupra Born, por poner un ejemplo muy cercano. 

El cuadro de instrumentos sigue siendo pequeñito como antes (con apenas 5,3 pulgadas de diagonal), pero la pantalla central sí ha crecido notablemente pasando desde 10 hasta 12 pulgadas, medida en la que viene de serie. Asimismo, el sistema de infoentretenimiento ha recibido una importante actualización: incorpora un práctico planificador de rutas que tiene en cuenta las posibles o necesarias paradas de recarga; y atendiendo a las sugerencias de los usuarios, ha simplificado algunas de sus funcionalidades. También se añaden gráficos de realidad aumentada al head-up display; y ya que hablamos de seguridad activa, llegan nuevas o refinadas funcionalidades al sistema Travel Assist y al asistente de aparcamiento.

Lo que no cambia, lamentablemente, es el selector de accionamiento de las ventanillas, que sigue contando con solo dos mandos y un conmutador para la fila elegida -vamos, un engorro-. Y también siguen ahí los imprecisos sensores táctiles del volante; en este caso concreto, la marca nos cuenta que tiene toda la intención de volver a los botones físicos, pero se hará necesario esperar a la próxima evolución del ID.3.

El motor es otro aspecto que pertenece intacto en el modelo más pequeño de la familia ID.: sigue presente el mismo propulsor trasero de 150 kW / 204 CV de potencia. Tampoco recibe cambios su chasis; ni falta que hacía, ya que -en mi opinión y experiencia- este es uno de los eléctricos generalistas con mayor agrado de conducción.

Esto es algo que he podido constatar una vez más durante la ruta por la provincia de Madrid que nos propuso el evento de presentación dinámica del Volkswagen ID.3, un compacto que permanece fiel a su receta de propulsión trasera, motor muy vivo -aunque sonar, no suene mucho…-, reparto de masas al 50:50, centro de gravedad muy bajo y mínimo diámetro de giro.

Se trata, evidentemente, de un coche bien distinto al Volkswagen Golf, sobre todo por filosofía pero también… por peso; y sin embargo, se las apaña para hacernos olvidar sus mayores inercias mostrándose sorprendentemente ágil y extraordinariamente maniobrable.

Confieso que, a medida que vuelvo a conducirlo, el Volkswagen ID.3 me convence más y más. Tanto es así que, tras esta primera oportunidad de probar el nuevo modelo, mi mayor reproche es lo fallón que sigue siendo el software del navegador, pese a las mil y una actualizaciones que ha recibido el sistema operativo al completo.

Las opciones de batería continúan siendo las así llamadas Pro, con 58 kWh de capacidad neta (428 km de autonomía WLTP) y Pro S, con 77 kWh (y 559 km de autonomía). Sin embargo han aumentado las potencias máximas de recarga con corriente continua, que pasan a ser, respectivamente, 120 kW y 170 kW. La batería de mayor capacidad ahora es compatible con la tecnología V2G (‘vehicle to grid’, carga bidireccional hacia el hogar), y tanto una como otra contemplan el estándar Plug&Charge. La bomba de calor continúa siendo equipamiento opcional, por desgracia.

Según nos han confirmado desde la marca, en 2024 llegará al mercado español la tercera y más asequible alternativa llamada Pure, con batería de 52 kWh de capacidad; y se situará en el extremo opuesto de la gama la próxima versión deportiva GTX, también prevista para el año que viene.

El Volkswagen ID.3 con sus nuevas especificaciones ya está a la venta en España. Ya habéis visto que, por equipamiento, ofrece más que nunca; y por precio, cuesta… lo que cuesta, sobre todo si decidís optar por la batería “grande”:

• Volkswagen ID.3 Pro 150 kW 58 kWh 42.750 €

• Volkswagen ID.3 Pro S 150 kW 77 kWh 48.635 €

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