Seductora diversión
En esta ocasión nos ponemos al volante de la tercera generación del inconfundible cupé de Volkswagen con su motor de acceso. El 1.4 TSI de 125 CV de gasolina no sobresale por sus descomunales prestaciones pero sí lo hace en su equilibrio entre rendimiento y eficiencia, sin dejar de lado el aprovechamiento de un chasis altamente eficaz. No hay duda de que la línea de diseño del Scirocco es uno de sus puntos fuertes, así como un interior de calidad y con numerosos guiños a esa deportividad que desprende el modelo de Volkswagen.
Con un importe de 24.600 euros sin tener en cuenta opcionales no es un compacto precisamente barato, aunque si se tiene en cuenta que es capaz de combinar confort y diversión al volante con un consumo moderado, esa sensación se suaviza. Esta versión es la más “humilde” en cuanto a potencia, al otro lado de la balanza del Scirocco R, el más salvaje que recientemente comparamos con dos de sus principales rivales como son el Renault Mégane RS 275 Trophy-R y Seat León Cupra Peformance Pack.
Carácter visual
El diseño es uno de los factores que más consigue seducir a los conductores que se deciden por el modelo alemán. El frontal, donde las alargadas ópticas de mirada agresiva y la vistosa parrilla inferior son las grandes protagonistas, cuenta con marcadas líneas horizontales que acentúan la imagen achatada del coche. En los laterales inferiores del paragolpes, los pequeños alerones aerodinámicos muestran claramente el espíritu deportivo que transmite el vehículo. Ello también queda evidente gracias a la considerable entrada de aire situada en la parte baja del frontal.
Al igual que sucede en la parte delantera, la zaga también se caracteriza por distintos elementos de diseño horizontales cuyo objetivo principal es asentar visualmente al vehículo sobre el asfalto subrayando su anchura. Los faros traseros de tipo LED en forma de C hacen reconocible al Scirocco desde la distancia. De esta parte posterior del vehículo también destaca el difusor negro así como el alerón superior, otro de los guiños R-Line que le a la apariencia deportiva del modelo de Volkswagen.
El vehículo cuenta también de serie con otros elementos específicos integrados también en el paquete R-Line exterior como los retrovisores y las manetas de las puertas del color de la carrocería, la parrilla de color negro brillante, los intermitentes LED integrados en los retrovisores o las luces de freno oscurecidas, además de los paragolpes propios. El color de la carrocería Blanco Puro (215 euros) de esta unidad es opcional.
Calidad y deportividad interior
Al acceder al habitáculo se observa un interior realmente confortable con ciertos detalles pensados en base a la deportividad. El que se aprecia más rápidamente es la posición de conducción, notablemente baja y con un cómodo asiento que ofrece una destacable sujeción lateral del cuerpo. Otro ejemplo se halla en la instrumentación situada en la parte alta de la columna central, inspirada en la del primer Scirocco. La integran tres indicadores circulares con la temperatura del aceite del motor, la presión del turbo y un cronómetro.
Con una muy buena calidad de acabados, el puesto de mando se distingue además por su ergonomía general. Donde sí podría mejorar es en cuanto a visibilidad trasera. Y es que a causa del diseño de la parte posterior del vehículo este factor es mejorable. Al pasar a los asientos posteriores hay que señalar que el automóvil ofrece dos plazas divididas en asientos individuales. Son más bien estrechas y la altura al techo no es demasiado holgada aunque, para adultos de talla media brindan un espacio suficiente. En cuanto al maletero, su cifra es correcta, con 312 litros. La altura al plano de carga es algo excesiva, lo que supone una limitación a la hora de alojar equipaje pesado.
Entre el equipamiento de esta variante de acceso “By R-Line” de esta unidad se encuentra el climatizador bi-zona, la Radio CD MP3 con ocho altavoces, el volante multifunción de cuero y los asientos delanteros deportivos. De forma opcional, esta unidad equipa el paquete interior R-Line (890 euros), que cuenta con molduras de acceso en aluminio con logotipo R-Line, pedales deportivos en aluminio, volante multifunción de cuero de diseño específico, tapizado en tela "Race" con logotipo R-Line en los asientos delanteros, inserciones "Carbon Touch" en el cuadro de mandos y revestimiento interior del techo negro.
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Buscando el equilibrio
Para esta prueba, el motor escogido ha sido uno de los más racionales de la gama. Se trata del propulsor de acceso 1.4 TSI de 125 CV, un motor turbo de gasolina de cuatro cilindros que cuenta con un par motor de 200 Nm entre 1.400 y 4.000 rpm. Este bloque se distingue por su suavidad y por ofrecer unos buenos resultados a bajas vueltas, si bien no podemos esperar una respuesta súbita como sucede con otras versiones superiores de gasolina. En cualquier caso, responde bien, recupera aún mejor y cuenta con potencia más que suficiente para mover con soltura el vehículo.
En cuanto a prestaciones, el 1.4 TSI permite al Scirocco pasar de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y su velocidad punta es de 203 km/h. Siempre y cuando no se busque la máxima respuesta deportiva, el rendimiento de este motor dados su cilindrada y caballaje resultan satisfactorios. El motor va engranado a una caja de cambios manual de seis velocidades dotada de un tacto suave y de un escalonado realmente equilibrado que permite extraer toda la fuerza del propulsor.
En lo que respecta a consumo, el vehículo homologa 5,4 litros cada 100 km y tiene unas emisiones de 125 g/km de CO2. Se trata de unos datos oficiales bastante buenos aunque, tras realizar la prueba, la media fue de 7,5 litros combinando ciudad, autovía y carretera de montaña. Por otra parte, cabe señalar la notable insonorización del vehículo incluso al rodar a velocidades elevadas, lo que consigue aumentar considerablemente la sensación de confort general.
Virtudes dinámicas
Uno de los ámbitos en los que más destaca el modelo es, sin duda, su comportamiento dinámico. Si bien no cuenta con la plataforma MQB, sino con la del Golf de anterior generación, el Scirocco se caracteriza por un tren de rodaje muy eficaz. Cuando más se pone de manifiesto es al enlazar curvas a ritmo alto, momento en que demuestra una indudable estabilidad. Las oscilaciones de la carrocería son prácticamente imperceptibles y se muestra muy noble en sus reacciones, sobre todo en los cambios de apoyo.
La precisión de la dirección facilita que, en caso de practicar una conducción de inspiración deportiva, el resultado sea excelente. Sin embargo, el coupé de Volkswagen no renuncia en absoluto a la comodidad en términos dinámicos. Y es que, si bien su tarado de suspensión registra cierta firmeza, no es de concepción puramente racing y se muestra en cualquier caso altamente confortable.
Esto implica que, a velocidades tranquilas, la percepción sea la de un vehículo realmente cómodo. Todo ello hace que el modelo alemán no se amilane como compañero de viaje, aunque éste sea de muchos kilómetros. Hay que destacar también que cuenta con un equipo de frenos de muy buen rendimiento, que detienen el vehículo de forma enérgica cuando es necesario y apenas manifiestan fatiga pese a un uso intenso.
Conclusión
Aunque la gama de este coupé deportivo de tres puertas cuenta con propulsores dotados de una potencia capaz de exprimir a fondo la deportividad del vehículo, el 1.4 TSI de esta prueba tiene otras ventajas. La principal recae en su compromiso entre rendimiento y eficiencia, puesto que es capaz de mover el Scirocco con soltura al mismo tiempo que registra unas medias de consumo bastante razonables. A ello cabe sumar la gran eficacia del chasis, que garantiza una óptima dinámica. El diseño, de innegable espíritu deportivo, es otro de los puntos fuertes del vehículo. Aunque no hay que olvidar que estamos ante la versión más económica de la gama, el precio es algo elevado.
M
precioso y va de lujo