Ya han pasado 4 años desde que llegase al mercado el Volkswagen T-Roc, un modelo situado a medio camino entre el T-Cross y el Tiguan construido sobre la base de un Golf. ¿Y qué pasa cuando un modelo lleva 4 años en el mercado? Pues que llega la hora de su primer restyling de media vida.
En este caso tenemos un nuevo T-Roc al que se le añaden algunos cambios estéticos, se le incrementa el equipamiento disponible y se mejora la calidad interior.
Con sólo cuatro años en el mercado, o casi 5, y con más de 1 millón de unidades vendidas, podríamos decir que el Volkswagen T-Roc ha sido un éxito de ventas para la firma alemana. Tanto es así que, actualmente es el modelo más vendido de Volkswagen en España.
Los SUV gustan. Y Volkswagen es una de las marcas con mayor oferta SUV y Crossover del mercado. Y además, el T-Roc ha sabido posicionarse muy bien en el mercado gracias a sus cotas. Mide 4,25 metros de largo, por 1,82 de ancho y 1,58 de alto.
Esto significa que es, por ejemplo, un poco más grande que un Seat Arona o un Renault Captur, pero a la vez también es más pequeño que un Ateca o un Peugeot 3008. Ocupando ahí un hueco bastante interesante.
Las formas generales no cambian. La estructura es la misma. Pero sí se han modificado algunos elementos para hacerlo más moderno y vistoso.
En el frontal tenemos una nueva parrilla, con lamas horizontales opcionales que se fusionan con las luces diurnas y un nuevo entramado interior de la calandra. Los faros delanteros ahora incorporan la tecnología LED para toda la gama, incluso las versiones de acceso, y el paragolpes también es distinto, con nuevas formas más marcadas.
Qué sería de un restyling sin nuevos modelos de llantas... La gama de llantas comprende nuevos modelos que van desde las 17 hasta 19 pulgadas, que podrán ser plateadas o acabadas en negro.
Atrás, también cambia el paragolpes, ahora incluso más deportivo, y los pilotos traseros, que mantienen su forma pero con un conjunto de luces interiores similares a las del Tiguan.
El cliente puede elegir el techo en contraste de color negro, los faros IQ Light con tecnología Matrix LED también son opcionales y para las versiones R-Line el paquete Black Style, con acabados en negro, no tiene coste.
En el interior tenemos un diseño nuevo para el salpicadero, una nueva pantalla multimedia que será de 8 o de 9,2 pulgadas dependiendo del nivel de acabado. Que ya no está integrada en el propio salpicadero, sino que queda a modo de tableta, el nuevo volante común en otros modelos de la firma alemana, el cuadro de instrumentos digital, que ahora es de serie en todas las versiones, nuevos tapizados para las puertas e incluso para los asientos, que podrán estar forrados, de manera opcional, en cuero sintético o natural.
Uno de los puntos en los que ha recibido más críticas el actual T-Roc quizás haya sido en la calidad de su interior. Volkswagen descuidó un poco este apartado para ahorrar algunos costes y con esta actualización, a simple vista ya se ha mejorado.
La parte superior del salpicadero abandona el plástico duro por un tapizado engomado de tacto blando que se suele utilizar en el Grupo. Como os he dicho, el tapizado de las puertas también cambia y en la versión R-Line tiene un tacto estupendo con pespuntes en contraste.
El T-Roc es un coche que se siente agradable. Tiene un diseño muy familiar, muy Volkswagen, pero bien pensado, con suficientes huecos portaobjetos, todo queda a mano, pero en mi opinión la han fastidiado con los mandos de la climatización: han sustituido los fantásticos diales giratorios y botones físicos por superficies y botones táctiles que obligan a desviar mucho la vista para toquetearlo.
El nuevo sistema de infoentretenimiento ya lo conocemos de los últimos modelos de la marca, pero la actualización al T-Roc le sienta bien. Ahora la conectividad Android Auto y Apple CarPlay puede ser inalámbrica, que se agradece, y se ha mejorado el control por voz. También se añaden nuevas funciones y servicios en línea, como el Connect Plus, que será gratis durante el primer año.
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En el maletero se mantienen los 445 litros de capacidad, que no están nada mal. Ampliables hasta los 1.290 litros abatiendo los respaldos traseros.
La gama mecánica no cambia. Se mantienen las 3 opciones de gasolina: el tres cilindros de 1 litro y 110 CV, el 1.5 de 150 y 2.0 de 190 CV. Y las dos variantes diésel 2.0 TDI de 115 y 150 CV. No hay versiones electrificadas porque esta plataforma, no lo permite.
Podrán combinarse con un cambio manual de 6 relaciones o con la caja de cambios DSG de 7 velocidades. Además, las versiones más potentes gasolina y diésel, podrán equipar tracción a las cuatro ruedas.
Y para esta toma de contacto, Volkswagen nos ha prestado un T-Roc 1.5 TSI de 150 CV con cambio automático. La que para nosotros es una de las variantes más equilibradas de toda la gama, ya que tiene potencia suficiente para cualquier situación, no gasta demasiado y combinado con este cambio DSG, lo cierto es que es super cómodo de conducir.
Este motor lo hemos probado en muchísimos modelos del Grupo, y es prácticamente una apuesta sobre seguro. Es capaz de mover de forma estupenda tanto un Ibiza como un Kodiaq, pasando por Golf, León, Tiguan, Fabia o Passat, por ejemplo.
No es un motor extremadamente refinado. Digamos que sí tiene algunas vibraciones, que se notan más o menos dependiendo del modelo que lo equipe, pero aquí en el T-Roc es de los que me parece más suave de funcionamiento. El habitáculo está bien aislado, no hay demasiadas vibraciones y si que es cierto que tiene un rango de funcionamiento algo limitado. Es decir, a muy bajas vueltas no parece que tenga 150 CV, y por arriba se acaba pronto. Así que a medio régimen es cuando ofrece todo su potencial. Lo bueno, que con el cambio automático, tenemos una marcha más respecto al manual, y lo podemos aprovechar aún mejor.
El cambio de doble embrague tiene un funcionamiento muy bueno. Ya no sólo subiendo marchas, que es rapidísimo, sino a la hora de gestionar estas marchas de forma automática. El cambio entiende muy bien qué marcha necesitamos en cada momento, si vale la pena estirarla un poco más o cambiar a la siguiente, o por el contrario si se va a quedar corto y decide bajar una.
También es capaz de interpretar a la perfección el tipo de conducción que estamos realizando y, si no estamos contentos con ello, podremos modificar su funcionamiento mediante el modo Sport del propio cambio, incluso con cambio secuencial con levas en el caso de llevarlas, o mediante los modos de conducción del propio coche: Eco, Comfort y Sport.
Al volante, el T-Roc es un coche bastante preciso en su conducción. Se percibe ligero, con un buen paso por curva gracias a unas suspensiones que no son tan blandas como podríamos pensar, incluso un poco secas, y que balancea realmente poco. La dirección tiene un buen guiado, pero a mi me hubiera gustado un poco más de dureza, aunque fuese en el modo Sport, y también que fuese un poco más informativa.
En cuanto a las prestaciones de esta variante que probamos, tenemos un 0 a 100 en 8,6 segundos, y una velocidad punta de 205 km/h. El consumo homologado es de 6,2 l/100 km en uso mixto. Nosotros que estamos haciendo una ruta 100% por carreteras secundarias con varios puertos de montaña a un ritmo alegre, el ordenador de a bordo refleja 7,3 l/100 km, que me parece muy correcto.
Ahora, coged todo eso que os he contado y le añadís la opción de conducir con la capota abierta. El T-Roc Cabrio recibe las mismas modificaciones estéticas, de interior y de equipamiento que os he comentado con el T-Roc normal. Sin embargo, sólo está disponible con los motores de gasolina de 110 y 150 CV. ¿Alguien se plantea un descapotable diésel?
La capota se abre y se cierra en 9 segundos y puede hacerse incluso en marcha a baja velocidad. Actualmente es el único SUV descapotable del mercado, y de los pocos descapotables que algunos de nosotros nos podríamos llegar a plantear, junto al Mini Cabrio, el Mazda MX-5 o el Fiat 500C.
La gama T-Roc arranca en 26.700 euros para la versión Life de gasolina con motor de 110 CV. Si lo queremos descapotable nos costará un poco más: desde 29.400 euros con el mismo motor de 110 CV y acabado Style.
Uno de los peores coches en relación calidad-precio, y ahí esta, en top ventas
La marquitis del quiero y no puedo.