Preparar la moto para el invierno

Tendremos que poner especial atención en tres aspectos fundamentales: el líquido refrigerante y el aceite lubricante del motor, así como los neumáticos. Si el motor cuenta con refrigeración líquida habrá que tener en cuenta que el líquido refrigerante debe cambiarse cada dos años como mínimo y controlar su nivel periódicamente, rellenando si es preciso. En esto no te compliques, es fácil y barato hacerlo tú mismo y la salud del motor depende de ello. El radiador suele ser de aluminio (como también el material empleado en el bloque de cilindros) y para evitar su deterioro es aconsejable utilizar mezclas anticongelantes de agua destilada y etilén-glicol para circuitos presurizados con aditivos antioxidantes. El porcentaje de mezcla determina la protección ofrecida contra la congelación y la ebullición. Así, una mezcla al 30% impide la congelación del refrigerante para temperaturas hasta 18 grados bajo cero y una al 50% hasta normalmente 40 grados bajo cero. Lo habitual es que, con una mezcla al 30%, vayas sobrado que es la proporción empleada en los anticongelantes comerciales. Otro aspecto importante es el aceite lubricante del motor. Tanto si está degradado como su grado SAE no sea el adecuado, puede no hacer bien su trabajo cuando el motor está frío con los desgastes consiguientes e incluso averías importantes. La clasificación SAE de un aceite multigrado se refiere a sus viscosidades a las temperaturas ambientes máxima y mínima para las que son adecuados o, dicho de otra manera, la temperatura de verano y la de invierno (marcada con la W de winter -invierno- en la codificación). Asegúrate, según el grado W, que el aceite de tu moto es capaz de proteger correctamente tu motor en esas mañanas fresquitas del invierno. Si la temperatura nunca baja de 10 grados bajo cero con los aceites SAE 20Wxx ó 15Wxx puedes ir tranquilo, pero para temperaturas más bajas ponle un aceite SAE 10Wxx o 5Wxx (aunque éste último es más indicado para utilizar la moto en el polo). Lo mejor, como siempre, es hacer caso al fabricante y usar el recomendado por él, que suele ser un SAE 10W40 que trabaja bien en temperaturas ambiente entre -20ºC y 40ºC.

Por último: las ruedas. Revisa su estado y asegúrate de que estén en perfecta forma tanto de dibujo como de estado de la goma. Un neumático cristalizado, aunque tenga todo su dibujo intacto, sirve de poco para agarrar en piso mojado, y no digamos si te pilla la nieve o el hielo. En este último caso recuerda que mejor volver a casa en autobús que en ambulancia. Si quieres saber la 'edad' de tu neumático lo tienes fácil, busca en su lomo la inscripción DOT que irá seguida de varios grupos de números o letras y cuyos tres últimos dígitos marcan la semana y año de fabricación. Por ejemplo 'DOT xxxx xxxx 347' significará que el neumático fue fabricado le semana 34 del anterior año terminado en 7 (2007 o 1997 si fue instalada antes del 2007). Un neumático instalado más de tres o cuatro años generalmente empieza a acusar ya síntomas de cristalización y la elasticidad del caucho está ya en entredicho, lo que se aprecia en una dureza anormal y grietas en su superficie.

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Como te hemos comentado al principio, el frío y la lluvia no es una excusa para seguir utilizando la moto en invierno. No obstante, si prefieres no tocar la moto en todo este tiempo sigue estos consejos para que la inactividad no le afecte. Purga los carburadores, mejor que no les quede gasolina que al evaporarse deje restos que obstruirán los surtidores. Cubre los cromados y superficies que puedan oxidarse con spray anti-óxido o con vaselina. Paso 2

Saca el filtro del aire y límpialo con aire a presión, pero nunca dirijas el chorro de aire perpendicular a su superficie, el polvo se incrustaría en el papel del filtro. Mejor desde dentro hacia fuera.

Vacía completamente el cárter y vuelve a llenarlo con aceite motor limpio. Evitarás que los posos o impurezas acumuladas en el aceite usado hagan de las suyas en el motor inactivo. Paso 3

Desenrosca las bujías y por su orificio échale aceite motor dentro de cada cilindro (una cucharada o una jeringa pequeña). Luego haz girar los cilindros sin bujía para distribuir el aceite por todo el cilindro. Pon otra vez las bujías y pipas para que el interior de los cilindros quede aislado. Paso 4

Con la moto vertical llena completamente el depósito de gasolina, procurando que no quede aire dentro (agita un poco la moto lateralmente para que salgan las burbujas). Recuerda que el oxigeno del aire oxida, la gasolina no. Paso 5

Desconecta la batería y quítala de la moto. Primero suelta el borne negativo y finalmente el positivo para evitar cortocircuitos con el chasis. Comprueba el nivel del líquido de la batería (en las que no son del tipo 'sin mantenimiento') y añade agua destilada si fuese necesario, para finalmente recargarla y guardarla a temperatura estable. Paso 6

Engrasa la cadena, si no luego te la encontrarás agarrotada y posiblemente con óxido, igualmente échale aceite en spray al interior de todas las cerraduras de la moto y de sus accesorios instalados. Para evitar que se agrieten las partes de goma de la moto (estriberas, neumáticos, conductos de admisión, etc) échales polvos de talco. Cambiar líquido refrigerante

Esta operación debe hacerse con el motor frío, de lo contrario podríais sufrir quemaduras y causar daños a la mecánica por dilataciones bruscas de sus componentes. Deberemos hacerlo con la moto lo más vertical posible. Buscaremos la bomba del agua -cerca de la cual suele estar el tornillo de drenaje del circuito-, el tapón del radiador -que suele estar en la parte superior de éste- y el vaso de expansión. Si no los localizáis seguid los manguitos que salen desde el radiador y los encontrareis. Paso 2

Con el motor frío retirad el tapón del radiador girándolo a izquierdas (tipo bayoneta) y en algunos modelos presionando a la vez hacia abajo. Al final del giro notareis un ligero tope, seguid girando hasta que salga. Retirad también el tapón del vaso de expansión. Si el radiador no tiene tapón habrá que rellenarlo desde el depósito de expansión.

Ahora quitaremos el tornillo de drenaje del circuito teniendo preparado un recipiente para recoger el refrigerante usado. Dejaremos que se vacíe completamente; posteriormente volveremos a roscar el tornillo de drenaje. Si no tenéis llave dinamométrica para darle el par de apriete aconsejado, haced antes de aflojarlo una marca en tuerca y bloque con un rotulador que os servirá de referencia para dejarlo correctamente apretado. Cuidado: no apretéis demasiado ya que dañaréis la rosca. Paso 4

Ahora rellenaremos con la mezcla anticongelante por la boca del tapón del radiador o desde el vaso de expansión si el radiador no tiene tapón. Cuando se haya llenado moveremos suavemente la moto lateralmente para que salgan las burbujas y volveremos a rellenar hasta que el nivel quede estable. Después de esta primera purga cerraremos el tapón del radiador, arrancaremos el motor unos instantes para que la bomba cebe el circuito y expulse las burbujas restantes. Volvemos a rellenar y repetiremos los dos pasos del purgado hasta estar seguros de que el nivel queda estable. Paso 5

Por último comprobaremos que el nivel del vaso de expansión está entre el máximo y el mínimo, rellenándolo si fuese preciso. Un embudo de pico largo o un alargador será de gran ayuda cuando esté escondido.