El estilo propio de la marca queda reflejado en elementos propios del 159, como los faros redondos sin carcasa y con diseño de triple óptica, similares a los que porta el Brera, mientras la calandra en forma de triángulo invertido parece querer acariciar el asfalto.
Por su parte, la zaga presenta grupos ópticos alargados con las mismas formas cilíndricas que los del frontal y divididos por el corte de un maletero en cuya parte superior acoge un pequeño alerón. Bajo este elemento aerodinámico se encuentra el escudo de la marca.
La fuerte horizontalidad que presenta el tercer volumen de esta berlina queda refrendada, en las versiones más potentes, por la salida doble de escape. Como detalle curioso, los tiradores escondidos en la parte superior de la puerta, cobran visibilidad volviendo a su lugar de origen.
En su interior, el Alfa 159 continúa presumiendo de la gran ergonomía de su antecesor, con un salpicadero orientado hacia el conductor y un pasajero bien recogido. Las plazas traseras no parecen haber ganado mucho en amplitud, salvo en altura,. El incremento en sus dimensiones respecto al 156, con 22 centímetros más de longitud (4.66 metros), 8'5 centímetros (1.82 metros) en anchura y 1,05 más de batalla (2,70 metros), han otorgado un mayor beneficio a las delanteras y a un maletero que crece en 27 litros hasta alcanzar los 405 litros. Bajo el suelo de éste, se encuentra una rueda de repuesto de galleta.
Sin embargo, la notable mejora de esta berlina se hace patente en la presentación del habitáculo, donde el aluminio y el cuero cobran importancia. El salpicadero, como en las mejoras berlinas alemanas no parece acusar el paso del tiempo, a través de ruidos parásitos. La calidad tanto en el tacto de los materiales como en la elaboración de los plásticos y ajustes de los mismos es francamente buena. Como nuevo elemento, ahora acoge arranque por pulsador, al igual que uno de su más directos oponentes, la Serie 3.
Aunque todavía no está definido su equipamiento para el mercado español, se sabe que contará de serie con climatizador automático y la llave electrónica con motor de arranque, detalles a los que se suman, en materia de seguridad, un total de siete airbags, incluidos los de las rodillas y los laterales, los reposacabezas activos y el control de estabilidad (VDC). A estos elementos se pueden añadir de manera opcional el climatizador de tres zonas, que permite añadir climatización independiente a las plazas traseras, los faros bixenón, el sensor de presión de neumáticos o el de aparcamiento, entre otros.
Placentero y efectivo en carretera Pero lo que mejor define al nuevo 159 es el placer de conducción que transmite, un hecho que pudimos constatar a través de la toma de contacto que llevamos a cabo en las carreteras de Munich. En este sentido, el nuevo bastidor del 159 acoge nueva arquitectura en la suspensión, que portarán las variantes de éste, con un tren delantero de dobles brazos superpuestos y un trasero de tipo multibrazo, que garantiza una óptica geometría de la misma en compresiones, cuando realizamos fuertes cambios de apoyo o el firme está irregular. Sobre el asfalto, el comportamiento es soberbio y el filtrado de los muelles y amortiguadores es realmente eficaz.
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Cuando enlazamos zonas de curvas, confort y eficacia se dan la mano, a lo que ayuda la corta desmultiplicación de una dirección, que con 2,3 vueltas entre topes, se convierte en una de las más rápidas del mercado. Todo ello facilita una buena precisión de guiado a la hora de entrar en las curvas. A su vez, el tren delantero ayuda a otorgar una buena motricidad, ya que responde con precisión y rapidez a los cambios de trayectoria. Para colmo el control de estabilidad, denominado por Alfa VDC, permite disfrutar de un control total de la situación sin llegar a ser brusco en su entrada. Este mencionado sistema, junto al ASR, control de tracción, permite ser desconectados.
A elevar la motricidad del conjunto ayudará el sistema de tracción integral Q4 con diferencial Torsen que utiliza el Crosswagon, con efecto autonivelante del reparto del par en función de las necesidades (partiendo de un 43 por ciento en el delantero y 57 por ciento en el trasero), una tracción que en enero de 2006 portará la versión familiar.
Con todo ello, el buen trabajo de la mencionada suspensión no habría sido del todo posible sin la rigidez torsional, una de las más altas del segmento según anuncian desde Alfa, que le permite ajustarse de manera perfecta al estado de la calzada.
Su par máximo de 40,8 mkg a 2.000 ya da muestras de su elasticidad. Este motor, al igual que el resto de la familia, se encuentra acoplado a una caja de cambios de nueva factura, de seis velocidades, que obliga a trabajar con la misma cuando la carretera se torna serpenteante. Mientras, con la sexta, mantenemos altas velocidades de crucero, sin penalizar el consumo. Todo ellos cuentan con la particularidad de ofrecer de serie filtro de partículas, con el objetivo de cumplir la exigente normativa sobre emisión de gases Euro 4.
La gama gasolina la componen tres motores de inyección directa JTS: los tetracilíndricos 1.9 y 2.2 litros de 160 y 185 caballos y en la cumbre se encuentra el 3.2 V6 de 260 caballos -cuyo precio se situará por encima de los 40.000 euros-Estas mecánicas cuentan con bloque de General Motors. Tan sólo esta portentosa versión podrá ir acompañada del cambio secuencial de variador continuo Selespeed, mientras que en el resto de mecánicas se ofrecerá el cambio automático de origen Aisin. Ambos estarán disponibles el próximo año.
En resumen, Alfa ha creado una atractiva berlina dispuesta a plantar cara a sus más opulentos rivales germanos de prestigio, como Mercedes, Audi o BMW y pretende hacerlo con un diseño cautivador y buenas dosis de placer en la conducción. A buen seguro, será una de las berlinas más sugerentes del mercado.