Alfa Romeo GT 1.9 JTD Selespeed

Por Fernando A. Marqués Madrid, 20 abr .- Pocos fabricantes como Alfa Romeo han tenido y tienen las cosas tan claras, con una línea a seguir muy definida de puro preciosismo italiano, de ricos contenidos, que marca, sin contemplaciones, profundas diferencias con sus competidores. Y lo hace cada vez que lanza un nuevo modelo como el último incorporado al mercado, un coupé de formas sólidas y musculosas, muy deportivas, que, además, suma el atributo de funcional. El deportivo está hecho por Bertone a partir de la berlina 156, que ha recibido los retoques estéticos justos para transformar la imagen hipotéticamente más funcional de la carrocería de cuatro puertas, reducidas en este caso a dos y sin marco en las ventanillas. El perfil del coche ha bajado significativamente y ello ha dado mayor proporción visual de cintura para abajo y un aspecto frontal y posterior de coche prestacional. En la parte delantera ha sido reforzada la característica parrilla en pronunciada uve de Alfa, en tanto en la parte trasera la dominante son los hombros a raíz de la línea de cintura, perfilados por unos grupos de luces muy rasgados. La silueta rompe con lo conocido, ya que mantiene una cintura alta y una línea de techo mucho más baja que la de la berlina de la que procede, la 156. El resultado es elegante y claramente diferenciador. En el interior, las diferencias con el resto de los actuales Alfa es menor. El ambiente es claramente Alfa, con rasgos comunes al compacto 147 y a la berlina 156, y mantiene, como es habitual en la marca, una posición ante el volante muy deportiva que puede no gustar a toda la clientela porque resulta algo estrecha y dura, dos atributos que sí comulgan con el espíritu deportivo del coupé. Aún así, las dos plazas delanteras siguen siendo de las mejores del mercado. En las plazas traseras se dispone de un buen espacio para dos adultos (el coche está homologado para tres plazas), siempre y cuando no sean excesivamente altos, porque la menor altura de techo respecto a un 156 pasa factura rápidamente. El acceso al deportivo es cómodo a pesar de la baja línea del techo, compensada por unas puertas de tamaño generoso y sin marco para los cristales. Esta ausencia introduce algunos ruidos aerodinámicos a gran velocidad. En este coupé sorprende el acceso al maletero, a través de un gran portón que hace parecer mayores los 320 litros de capacidad asegurados por el fabricante. Un inconveniente, la gran altura de acceso, estropea la buena percepción que se crea sobre el maletero, cuyo tamaño y aprovechamiento otorgan al deportivo la condición de funcional. La conclusión que se obtiene de la observación de los detalles, de los materiales empleados y de los ensamblados y remates, es altamente positiva. A la versión probada le ha correspondido uno de los mejores motores diesel del mercado, el 1.9 de inyección directa, capaz de marcar una potencia nominal de 150 caballos, manejados en este caso por la caja automática/secuencial Selespeed que ya es utilizada en algunos de los modelos de la marca. El diesel en cuestión es algo rumoroso en regímenes bajos y cambia el característico sonido de estos motores por uno más afinado, de tono y timbre más deportivo, en consonancia con el espíritu de la marca italiana. El motor es de carácter explosivo. Tira con fuerza desde abajo y recupera desde cualquier parte del cuentavueltas. Lo mejor, el consumo. Se llegan a valores muy por debajo de los 5 litros cada cien kilómetros. La dinámica del GT está dominada por un chasis más resistente a la torsión que el 156, lo que le hace, en combinación con unas suspensiones de comportamiento seco, muy preciso en las trazadas. Para completar la dinámica natural del coche, el GT incorpora un sistema de control de estabilidad, en esta marca denominado VDC, que tiene un ajuste que le hace funcionar sólo en situaciones extremas. El mejor medio para disfrutar el GT son los recorridos con abundancia de curvas, Los frenos permiten una llegada, muy rápida a las curvas, pero hay que tener cuidado, porque acusan más fatiga de la esperada. En estos recorridos se pierden buenas dosis de eficacia por la "lentitud" del cambio Selespeed que, por otra parte, está bien escalonado. En condiciones de conducción normal el cambio ofrece una rapidez de engranaje razonable, a todas luces insuficiente cuando se rueda con un tono más deportivo. Y en ocasiones no deja hacer lo que se le pide. En este deportivo de aspecto sólido y musculoso se dan dos condiciones que hasta ahora no conjugaban, la de ser un coupé y la de estar movido por un motor diesel. Renault ya nos acostumbró con aquel Megane Coupé y desde entonces el camino parece francamente abierto. De cualquiera de las maneras, el Alfa GT es un coche para distinguirse y para disfrutar del estilo de conducción italiano, difícilmente superable por la competencia y, por cierto, con un precio interesante.