Flechazo a primera vista
Cuando lo ves por primera vez sobre el asfalto es muy difícil no quedar prendado de su escultural carrocería de plástico reforzado. El 4C es uno de esos deportivos que ha logrado trasladar prácticamente intacto el ADN de un prototipo de salón hasta el coche de calle.
Fue presentado por primera vez en el Salón de Ginebra de 2011 y desde entonces he esperado poder conducirlo. Difisa Racing nos ha brindado la oportunidad de conocer mejor este sensacional biplaza de motor central.
Parece mentira que este deportivo de pura raza cueste poco más de 50.000 €. Es un verdadero chollo si tenemos en cuenta que lo fabrica de forma artesanal Maserati en sus instalaciones de Modena (Italia), que su chasis es un monocasco de carbono y que es una delicia tanto en circuito como en carretera.
Made by Maserati
La firma fundada en 1910 en Milán (Italia) es una de las más grandes de todos los tiempos. Cuando marcas como BMW o Porsche todavía no existían Alfa Romeo ya había logrado grandes éxitos en competición. No en vano, es una de las marcas más laureadas de la historia de la competición, con triunfos absolutos en las 24 Horas de Le Mans, Mille Miglia, Targa Florio, Grand Prix, F1, Mundial de Resistencia, Campeonato Europeo de Turismos...
Ya era hora que la marca de il Biscione volviera a fabricar un deportivo de verdad tal y como debe ser con tracción trasera. Este automóvil concentra los más de 100 años de savoir faire de la marca italiana.
Aprovechando las sinergias del grupo Fiat Chrysler Automobiles Alfa Romeo ha logrado que la línea de producción del 4C conocida como Officina 4C esté en Modena (Italia), concretamente en las instalaciones de Maserati.
Uno a uno los 4C son ensamblados de forma artesanal por algunos de los mejores técnicos de Maserati. Para empezar su chasis monocasco, confeccionado en fibra de carbono, recibe prácticamente los mismos procedimientos empleados para producir el monocasco de un F1.
El equipo de suspensiones anclado a los dos subchasis de aluminio, delantero y trasero, está formado por un esquema de dobles brazos en el tren anterior y por uno tipo McPherson en el posterior. De serie cuenta con discos de freno perforados, ventilados y rallados de 305 mm de diámetro con pinzas Brembo de 4 pistones delante y con discos de 292 detrás.
De serie cuenta con llantas de 17" en el tren delantero y de 18" en el trasero, no obstante, nuestra unidad de pruebas equipaba el Pack Racing (3.700 €) con el que las llantas pasan a ser de de 18" delante y 19" detrás. Además este paquete opcional también incluye: barras estabilizadoras son más gruesas, neumáticos todavía más deportivos y escape racing.
No hay ningún otro automóvil en el mercado que por el precio del 4C ofrezca un chasis tan avanzado. Bueno, el KTM X-Bow está bastante cerca, no obstante, es difícil compararlo con el Alfa porque no tiene ni techo, ni puertas, ni parabrisas. La versión GT del X-Bow se dispara hasta casi el doble que el 4C y sigue sin tener techo.
Nada más abrir la puerta ves que la célula de seguridad que envuleve el habitáculo es un monocasco de carbono. Los acabados son de primer nivel, no en vano está fabricado por los técnicos de Maserati. Entrar y salir del habitáculo no requiere de demasiadas filigranas, con introducir la pierna derecha y dejarse caer ya basta.
El salpicadero destila calidad y presenta unos acabados superiores a los de un Lotus. No obstante, un Porsche Cayman sigue siendo algo más confortable y mucho más lujoso que el Alfa Romeo, también es más caro.
La instrumentación es muy clara y dispone de un display con pantalla multifunción al estilo de las que están de moda hoy en día en los super-deportivos de última generación. Apretando un botón podemos cambar el tipo de información que nos ofrece, tiene un aire muy PlayStation.
Mecánica 100% racing
Envuelto en un subchasis tubular de aluminio de sección redonda encontramos, justo por detrás del habitáculo, el corazón de esta bella criatura dispuesto en posición central trasera transversal. Más de uno esperaría que la mecánica escogida fuera un V8 o un V6. No obstante, este Alfa Romeo se conforma con un 4 cilindros.
El motor del 4C es un 4 cilindros turbo de 1.742 c.c. que ha sido escogido por sus compactas dimensiones y por su reducido peso. Este propulsor también brilla por sus prestaciones, entrega 240 CV a 6.000 rpm y 350 Nm entre las 2.200 y las 4.250 rpm.
Aunque 240 CV no parezca una cifra demasiado descabellada es muy importante tener en cuenta el reducido peso del vehículo. Sólo pesa 895 kilos algo que se traduce en una relación peso potencia de 3,7 kg/CV, exactamente la misma que un Porsche 911 Carrera S (991).
Los ingenieros de Alfa Romeo han trabajado duro para que además de ofrecer buenas prestaciones este propulsor brinde un sonido agradable y marcadamente racing. Gracias a la línea de escape tanto al ralentí como en la zona baja del cuenta vueltas ofrece un bramido ronco bastante atractivo.
Para aprovechar todo el potencial de este motor turbo en el eje trasero cuenta de serie con un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado Q2. Con este diferencial Torsen apenas sufres pérdidas de tracción, incluso en pleno apoyo.
La caja de cambios secuencial de doble embrague TCT, diseñada y producida por el propio grupo Fiat Chrysler Automobiles, es la respuesta de Alfa Romeo al DSG de Volkswagen. Ofrece un tacto brillante y cuando activamos el modo Dynamic del sistema DNA nos permite estirar las marchas hasta llegar al corte de inyección, algo que el DSG no deja nunca. Así puedes apurar al máximo sin sufrir porque el cambio suba una marcha más de la que realmente quieres engranar.
Toma de contacto en Calafat
La primera toma de contacto con el 4C la hicimos en el circuito de Calafat (Tarragona) en un evento que Difisa Racing concesionario especialista 4C organizó en colaboración con Alfa Romeo España. Allí tuvimos la oportunidad de dar 6 vueltas junto a clientes. Algunos de estos llegaron en Ferrari, otros en Porsche o Lamborghini y también hubo quien aterrizó con su propio helicóptero.
El asfalto estaba prácticamente seco, no obstante había llovido durante toda la mañana con lo que no estaba en óptimas condiciones. Con 3,2 kilómetros de largo es un trazado que recuerda a un circuito de karting pero más grande.
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Difisa Racing puso a nuestra disposición un equipo de instructores profesionales con Francesc Gutiérrez a la cabeza. Este experimentado piloto es además miembro del comité del programa de Joves Pilots del Circuit de Catalunya. No en vano, ha llegado a tener bajo su tutela a pilotos como Dani Juncadella.
Es una pista de lo más interesante con una chicane muy rápida en apoyo y un par de eses de lo más emocionantes. Lo primero que pude comprobar del 4C fue lo noble que llega a ser en todo momento. Me esperaba que la trasera fuera más brusca, sin embargo, es un coche con el que te sientes cómodo desde la primera curva.
En Calafat tuve la oportunidad de rodar bastante rápido y sólo puedo decir que este Alfa Romeo me encantó. La capacidad de tracción a la salida de las curvas lentas, la velocidad que puedes imprimir en el paso por curva y lo tarde que puedes frenar gracias a su ligereza son las grandes cualidades de este biplaza.
La experiencia en Calafat fue breve pero intensa, sin embargo, apenas dos días después tuvimos la posibilidad de conducirlo durante toda una mañana. Aquellas fueron unas de las 6 horas mejor aprovechadas de toda mi vida.
En el mundo real
Tras recogerlo en las instalaciones que Difisa Racing tiene en Sabadell nos dirigimos hacia el Montseny para ver qué tal se comportaba en el mundo real. En el trayecto de autopista pude comprobar que el nivel de confort es superior a lo que me esperaba.
Las suspensiones son firmes pero sin llegar a ser incómodo. Además, la base de sus asientos ofrecen un mullido agradable y sus respaldos sujetan muy bien. Entre ambas plazas, en la pared trasera del monocasco de carbono dispone de una pequeña guantera para dejar la cartera, el móvil y poco más.
En carretera secundaria brilla por su espectacular agilidad. Además sus dimensiones son tan compactas que en todo momento sabes exactamente donde estás y que vas a hacer dentro de tu carril. Es un coche al que te haces en unos pocos minutos.
El hecho de que no cuente con asistencia en la dirección no resulta un inconveniente demasiado grande. A la hora de aparcar si te ayudas con el acelerador apenas necesitas hacer fuerza, aunque si tienes que maniobrar en espacios algo cerrados es importante haber desayunado bien para tener energía en los brazos.
Sorprende también lo bien aislado que está el habitáculo tanto del ruido provocado por el viento como por el del propio motor, situado justo detrás de nuestra espalda. En un Lotus Elise el nivel de aislamiento es mucho peor, haciendo que que el Alfa Romeo sea mucho más cómodo a la hora de viajar.
Mientras que yo no me plantearía para nada hacer un viaje largo por Europa al volante de un Lotus Elise si que me aventuraría a hacerlo con el 4C. Eso si, los escasísimos 110 litros de capacidad de su maletero trasero serían un hándicap importante. Todavía no entiendo porque el capó delantero (delante del habitáculo) es fijo y no se puede aprovechar como un segundo maletero al estilo del Porsche Cayman. Una lástima.
Regresamos al circuito
Después de rodar por el Montseny nos fuimos con nuestro fotógafro Eloy Garcia hacia el circuito de Castellolí, nuestro trazado habitual de pruebas para terminar de verificar las sensaciones que nos había transmitido en Calafat.
Mientras que en Calafat nos encontramos con un asfalto algo húmedo, en Castellolí nos esperaba un pista con bastante suciedad. Aún así pudimos sacarle prácticamente todo el jugo a esta herramienta de precisión con chasis de carbono.
Una vez entras en un circuito te das cuenta que este Alfa Romeo está más cerca de un coche de carreras que la gran mayoría de deportivos que actualmente hay en el mercado, sólo un KTM X-Bow puede ofrecer sensaciones parecidas.
El nivel de empuje del motor turbo es brutal, no en vano, desde muy abajo ofrece una gran entrega de par y sigue entregando con fuerza a medida que estiras el cuenta-revoluciones 100% digital.
La caja de cambios TCT va de cine. Mientras que en ciudad y carretera el modo automático es el más idóneo, llegando a ofrecer un tacto cómodo. Para el circuito lo mejor es usar el modo manual. Para subir y bajar de marcha tienes que accionar las levas que hay detrás del volante, derecha para subir e izquierda para bajar.
El sistema DNA permite activar diversos modos de conducción siendo el Dynamic el más adecuado para disfrutar en conducción deportiva ya sea dentro o fuera del circuito. El modo Race desconecta todas las ayudas con lo que sólo es recomendable usarlo si realmente tienes muy claro lo que vas a hacer, de lo contrario con el Dynamic tendrás más que suficiente para quemar adrenalina.
El sistema de dirección te comunica en todo momento lo que está pasando en el tren delantero con una precisión milimétrica. Es precisamente en circuito donde brilla haciendo que puedas poner la rueda justo en la parte exacta del piano que quieres y que empieces a trazar en el punto que has decidido.
Coche de carreras y GT: todo en uno
Después de rodar 400 kilómetros en apenas 6 horas puedo decir que si estuviera buscando un deportivo de pura raza con el que de vez en cuando tomar parte en tandas me lo plantearía seriamente.
Con el 4C tienes un coche que tanto sirve para viajar como para quemar adrenalina en un circuito así que te ahorras tener un coche preparado específicamente para tandas. Efectivo en todo tipo de trazados y además muy seguro gracias al sistema DNA.
Su precio de 53.990 € hace que además sea una auténtica ganga. Un Cayman con PDK cuesta 6.000 € más y un KTM X-Bow GT se dispara hasta casi el doble. Este es un Alfa Romeo de verdad, de los que emociona, de los que pone los pelos de punta tanto cuando lo miras en parado como cuando lo conduces.
tu crees que ese fotografo necesita promocionarse?, creo que lleva más años que tú pensando y trabajando, a mi me parecen unas buenas fotos #113