Abiertamente deportivo
Hace menos de un año que rueda por nuestras carreteras pero podía haberlo hecho mucho antes si los responsables de la marca se hubieran decidido a "abrirlo". Lo cierto es que la modificación estructural es considerable pero fácilmente asumible para un fabricante como Audi y un modelo con semejante volumen de ventas como el A3.
El potencial de este modelo practicable hubiera sido mucho mayor de haber aparecido al mismo tiempo o poco después que la variante "convencional" del A3. La versión Cabriolet ha llegado cuando la competencia en el segmento de los compactos es feroz y tras haberse popularizado casi en exceso la moda de los coupé-cabrio. Quizás por ello y para no transformar demasiado la esencia del diseño del A3, los responsables de la firma de los cuatro aros se han decantado por dotarlo de una capota textil en lugar de un techo duro retráctil. Con ello el A3 se ahorra los complejos, costosos y pesados mecanismos de apertura y cierre mediante secciones fijas metálicas. La adopción de estos sistemas suele acarrear habitualmente modificaciones en la inclinación del parabrisas o en el diseño de la parte trasera para alojar los componentes electrohidráulicos que abren y cierran el techo. Texto y fotos: Narcís Reixach
Ver más fotos
La opción de la cubierta textil ha permitido a los diseñadores conservar el perfil del coche y mantener los rasgos diferenciales del modelo, logrando una imagen armónica y proporcionada que destila deportividad, dinamismo y modernidad. En su agresivo frontal destacan las nuevas ópticas delanteras, que en su versión de xenón cuentan con una luz diurna compuesta por siete diodos luminiscentes blancos -característicos de los Audi de nueva generación-. La zaga se distingue también con facilidad por el potente perfil lumínico que rodea los nuevos pilotos horizontales a base de un fino "hilo" de luz roja muy visible. Esta versión del A3 posee casi las mismas proporciones que un Sportback (es ligeramente más largo, pero igual de alto y ancho). Estas cotas deben considerarse todo un logro en un automóvil de su tamaño (un cabrio de 4,2 metros) y sólo han sido posibles gracias a un sistema de capota ligero y compacto que ocupa un espacio bastante reducido. El mecanismo, que se puede accionar en marcha siempre que se circule por debajo de 30 km/h, es realmente rápido: tarda sólo 9 segundos en completar la operación de apertura y 13 la de cierre gracias a su disposición en forma de Z. Cuando se despliega la capota no hay ninguna tapa que la cubra sino que la parte más próxima al montante del parabrisas posee mayor rigidez que el resto y hace las veces de una de cubierta cuando el techo está abierto. En este momento el A3 Cabriolet ofrece sin duda su mejor perfil; estilizado, limpio, tenso y muy dinámico.
El fabricante alemán ofrece, sin embargo, dos versiones diferentes de techo; uno totalmente automatizado con un mayor aislamiento acústico (915 euros suplementarios y disponible para todas las versiones), y otro también electrohidráulico pero que precisa de un ligero ajuste manual al final para completar las operaciones de apertura y cierre. Ambos cuentan con una luneta trasera de cristal térmico de generosas dimensiones.
Con la llegada de la versión Cabriolet, una variante inédita hasta ahora en el catálogo Audi, se completa la exitosa saga del compacto A3 pero siempre con los elevados estándares de la renombrada marca alemana. Esta variante practicable ha sido concebida para que sume y no reste, es decir, por el hecho de contar con un techo descapotable no supone perder habitabilidad de forma considerable. De hecho, sólo pierde espacio en la parte trasera, cuyas plazas posteriores son, lógicamente, algo más estrechas debido al mecanismo de la capota. A pesar de todo permite viajar con un mínimo de confort, si bien sus respaldos resultan excesivamente verticales. En cuanto al maletero, ofrece 260 litros de capacidad tanto abierto como cerrado -sólo 21 menos que la versión actual tres puertas-, mientras que si se abaten los respaldos de los asientos posteriores, el espacio de carga aumenta hasta los 674 litros, pudiendo alojar en su interior objetos de hasta 1,5 metros de longitud, lo cual no está nada mal para un cabrio. Por lo que se refiere a los ajustes y el aislamiento de la capota son excelentes. Los encajes son precisos y limpios y cada junta, goma o tapa de la capota ofrece el aspecto de haber sido minuciosamente estudiado y trabajado.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
La motorización de la unidad ensayada corresponde a la inferior disponible en gasóleo: una mecánica 1.9 TDi de 105 CV. Con este propulsor, el A3 Cabrio alcanza una velocidad máxima de 185 km/h con un consumo medio de sólo 5,1 litros a los 100 y un nivel de emisiones de 139 gr/km de CO2. Lo cierto es que tratándose de un vehículo que ronda los 30.000 euros (31.530 Ambition) y de talante deportivo, por poco dinero más se puede acceder a un motorización superior, como el 2.0 TDI de 140 CV, en la que las diferencias de consumo son apenas imperceptibles pero el rendimiento mecánico es muy superior, ya que supera con creces los 200 km/h. No es que el motor de 105 CV vaya mal ni mucho menos, pero algo corto sí que se queda en según que circunstancias. Otro factor importante es que este motor sólo equipa una caja manual de cinco velocidades, mientras que el 2.0 se puede equipar con una manual de seis o el ultraeficaz cambio S tronic de Audi, también de seis. Una verdadera delicia especialmente tratándose de un cabrio, en el que disfrutar de la sosegada conducción de esta caja automática a cielo abierto se convierte en un auténtico placer.
Antes los cabrios adolecían de la rigidez necesaria para proporcionar el mismo grado de confort, seguridad y eficacia que un modelo cerrado con un techo "normal". Pero los avances en este segmento han sido espectaculares y el comportamiento que ofrecen algunos cabrios -no todos- es sencillamente excepcional. El A3 Cabrio es uno de ellos, ya que resulta difícil escuchar algún chasquido o crujido de la carrocería al circular de forma animada y dinámica. La resistencia y la rigidez torsional de su carrocería permiten llevar un ritmo elevado con el coche siempre por su sitio y sin el menor síntoma de "debilidad". La dirección guía de forma precisa al coche por allá por dónde le indicamos, la suspensión deportiva específicamente calibrada para los requerimientos especiales de un descapotable trabaja de forma intachable y los refuerzos estructurales en el marco del parabrisas y en otras zonas del vehículo responden a la perfección. Sólo el firmes muy bacheados o carreteras "rotas" se aprecia un ligero traquetreo de los componentes de la capota. Con ésta abierta, la protección aerodinámica es buena, aunque no es el punto más destacable del A3 Cabrio.
En un descapotable, las medidas extras que hay que adoptar son muchas para garantizar un nivel de seguridad acorde con los estándares actuales. En primer lugar, lo más importante es asegurar un nivel de protección contra vuelcos eficaz, para ello, los ingenieros de la marca de Ingolstad han confiado en dos arcos fijos de seguridad -que no se proyectan hacia fuera como en otros cabrios dotados de mecanismos pirotécnicos- y refuerzos en el marco del parabrisas y la carrocería como elementos supletorios del techo de chapa y el pilar central. Igualmente, el 54% de la estructura del A3 Cabrio está hecha en acero de alta resistencia. Por lo que se refiere a dispositivos electrónicos de asistencia a la conducción, viene equipado con los habituales: ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBV), sistema de frenado SAFE, ASR, ESP, dirección asistida variable Servotronic, etc.
Como mencionábamos con anterioridad, merece la pena optar por la motorización de 140 CV frente a la de 105, como también es recomendable (a pesar del sobrecoste) decantarse por el mecanismo de capota completamente eléctrico, que a su vez goza de una protección aislante más eficaz gracias a una capa intermedia extra de 6 mm de grosor entre el forro interior y el tejido impermeable exterior. Con este techo nos garantizamos que circulando cerrados obtendremos unos resultados de sonoridad que apenas varían respecto de un coupé-cabrio y que distan poco de un A3 normal. Por otra parte, y como elementos especialmente valorables, hay que mencionar la capacidad de carga de este modelo, que no varía en función de si viajamos abiertos o cerrados, y por tanto no requiere recolocar la carga para descapotarlo, así como su buena respuesta dinámica. Igualmente, su precio está en la línea de otros competidores, siendo incluso algo inferior al de rivales de características similares.