A5 Sportback 2.0 TDI 170 CV

Los grandes fabricantes de prestigio, de larga trayectoria e intachable reputación, tienen la capacidad de crear vehículos que trascienden lo establecido y van más allá de las rígidas fronteras establecidas por segmentos y categorías. En este caso, Audi demuestra que con el A5 Sportback es posible innovar y establecer fusiones conceptuales operativas. Esta tendencia de "deportivizar" las berlinas se había puesto en práctica con anterioridad, con modelos como el Opel Insignia, el Mazda6, el propio Audi A4, el VW Passat CC o los nuevos Mercedes Clase C y E, entre otros tantos ejemplos en los que el dinamismo impera de forma muy visible en el diseño exterior. Sin embargo, en este caso la deportividad cobra más fuerza aún a pesar de que la comodidad también se incrementa. Para lograr esta versatilidad superior sin romper la continuidad y la fluidez visual del A5 sus creadores han optado por dotarlo de una longitud de 4,71 m y una altura 36 milímetros inferior a la de la berlina A4, un corto voladizo delantero, una amplia distancia entre ejes y una notable anchura de vías. Otro de los detalles empleados como solución estética pero también práctica son las cuatro puertas sin marcos en las ventanillas, de notable anchura por cierto para facilitar el acceso al interior, y con una superficie acristalada relativamente pequeña para conservar el aire deportivo de los cupés tradicionales en los que la "chapa" tiene un protagonismo preponderante sobre el "cristal".

El puesto de conducción presenta un sinfín de regulaciones para hallar sin problemas una posición al volante natural y cómoda, tanto para circular pausadamente como para cubrir largas distancias o para afrontar un ritmo más dinámico. Delante las plazas no presentan limitación alguna en cuanto a confort y amplitud. De la misma forma, es intachable la presentación interior, la armonía que se respira gracias a los materiales, la factura, el diseño limpio y la ubicación ordenada de todos los mandos y botones. Salpicadero, panel de instrumentos, consola central, etc. no son innovadores pero precisamente porque combinan deportividad y discreción, modernidad y tradición, funcionalidad y exclusividad, ofrecen un resultado global que no cansa y resulta acogedor y agradable. Detrás, en un primer momento las dos únicas plazas pueden parecer un inconveniente pero el uso demuestra que son menos asientos pero mucho más cómodos, pues recogen mejor al pasajero y la distancia que ofrecen en anchura es ideal; también en longitud el espacio para las piernas es muy generoso.

La innovación y la originalidad tienen su capítulo más destacado en la estética exterior. Mecánicamente, la versión probada no presentaba mayores sorpresas que la conocida eficacia de la marca. Montaba el bloque dos litros turbodiesel del Grupo VAG que desarrolla 170 CV asociado a un cambio manual de seis relaciones. Su respuesta no puede ser calificada de otra manera que de efectiva y suficiente, incluso contundente, y su gran virtud -además de su progresividad y su acotado nivel sonoro- es el consumo. Certifica sólo 5,2 litros de media a los 100 km con unas emisiones contaminantes ciertamente reducidas para un vehículo de su tamaño: 137 gr/km de CO2. Ello se debe en gran parte al empleo por parte de Audi de tecnologías de ahorro de combustible. Entre éstas se contaban dispositivos como el Start&Stop, que detiene el motor cuando el coche está parado en punto muerto para incrementar su eficiencia sobre todo en zonas urbanas; o el sistema de recuperación de energía, que almacena provisionalmente en la batería la energía procedente de las fases de frenado y deceleración.

Audi ha establecido la tracción integral Quattro como parte del equipamiento de serie de las versiones más potentes y dinámicas de la gama A5. En consecuencia el motor 2.0 TDI de 170 CV no incluye este mecanismo y cuesta 2.100 euros adicionales, sin embargo ofrece un rendimiento y un comportamiento también muy ágil, efectivo y que transmite seguridad y confianza al conductor en todo momento. El cóctel de dispositivos y sistemas electrónicos de asistencia a la conducción ofrece como resultado un nivel de prestaciones dinámicas de primer orden. Así el nuevo sistema de estabilidad con bloqueo transversal electrónico en el eje delantero incide de forma muy positiva en la agilidad del vehículo, evitando el subviraje. Del mismo modo y como complemento, el "Audi drive select" permite modificar los parámetros del vehículo para adaptarlos al estilo de conducción, mientras que la regulación adaptativa de la amortiguación que Audi ofrece en este modelo en opción conforma otro complemento muy estimable para lograr las sensaciones netamente deportivas que transmite el A5 Sportback.

En su equipamiento de seguridad activa participan elementos como el programa electrónico de estabilización ESP, el bloqueo electrónico de diferencial XDS, el control electrónico de tracción, el ABS con distribución electrónico de fuerza de frenado EBV y SAFE, mientras que otros elementos contribuyen a mejorar o incrementar los niveles globales de seguridad como la luz de marcha diurna, el sensor de lluvia y luces, los 6 airbags, etc.

Existe un determinado perfil de cliente que gusta de disfrutar de la excelencia y el confort de una berlina de lujo pero que sin embargo también aprecia la deportividad y la diversión al volante. En este grupo de clientes, aquéllos que disponen de los recursos y el espacio, colman sus ansias dinámicas con un pequeño deportivo, cupé o descapotable, para cuando viajan solos. Gracias a productos como el A5 Sportback es posible combinar en un solo coche la deportividad estética y dinámica de un cupé conservando además un grado muy aceptable de versatilidad de uso, además de un consumo muy moderado. Sin duda el A5 Sportback de Audi -por los poco más de 36.000 euros que cuesta esta versión- es altamente recomendable y es de esos automóviles que difícilmente decepcionará las expectativas de sus propietarios. .