Versatilidad refinada
De un primer vistazo, en la variante de cinco puertas del A5 apreciamos que confluyen algunos aspectos de su variante coupé con otros de su compañero de marca, el A4. Todo ello se combina con un exquisito placer de conducción gracias a un chasis confortable a la vez que efectivo. Mientras tanto, lejos de buscar la deportividad extrema, la mecánica 2.0 TDI de 177 CV que da vida a nuestra unidad muestra un notable y refinado comportamiento y, asociada con un cambio automático Multitronic, mueve con gran soltura al automóvil alemán.
Pero su apariencia y concepción de berlina deportiva no supone una renuncia a la capacidad de carga. Y es que precisamente el maletero supone uno de los puntos fuertes del modelo. Al levantar el portón nos esperan un amplio espacio que, al comunicarse con el habitáculo, nos proporciona una capacidad difícil de encontrar en este segmento. No hay que obviar, por supuesto, los excelentes acabados que nos aguardan en su interior ni el alto nivel tecnológico que nos ofrece. Aunque, eso sí, para vivirlo a fondo es preciso destinar una buena parte del presupuesto a adquirir opcionales.
Más allá de las cinco puertas
Si bien toda la gama A5 comparte puntos formales en común como sus cortos voladizos, su largo capó y su considerable distancia entre ejes, esta variante Sportback alberga ciertos rasgos diferenciales que van más allá de contar con cinco puertas. Y es que la combinación de coupé y berlina que observamos en este automóvil le aporta una apariencia particular. De hecho, en lugar de un A5 con cinco puertas, se asemeja más a un A4 pero después de haber recibido un insufle de deportividad estética.
Si lo comparamos con el A5 convencional veremos que, con sus 4,71 metros, es nueve centímetros más largo. De esa longitud adicional, lo que más llama la atención es la batalla que, con 2,82 metros, es idéntica a la del A4. Ello, unido a su contenida altura de 1,39 m, le otorga un semblante más aplanado y visualmente más integrado con el asfalto.
Además, para conseguir un “look” aún más dinámico y exclusivo, es posible equipar el paquete exterior S line de nuestra unidad. Está formado por paragolpes delantero y trasero específicos, entradas de aire con diseño de tipo panal, embellecedor del difusor de color gris platino y molduras de las taloneras en el mismo color de la carrocería. Y todo ello sin dejar de lado las pequeñas inscripciones S line tanto en las molduras de acceso como en las aletas delanteras.
Exclusividad polivalente
Una vez que nos introducimos en el habitáculo, un entorno de lujo y materiales de alto nivel nos da la bienvenida. Lo primero que cabe señalar son los asientos deportivos delanteros opcionales que montaba nuestra unidad, que cuentan con numerosas regulaciones eléctricas entre las cuales también se encuentra el apoyo lumbar. Dichos confortables asientos disponen además de apoyo extensible para los muslos. Por ello, es francamente sencillo encontrar la postura más oportuna al volante. En referencia a los mandos, resaltan por su ergonomía y su facilidad de uso así como por su tacto agradable, factores comunes a la mayoría de modelos de los cuatro aros.
Al valorar las plazas traseras cabe señalar que, si bien el modelo viene de serie con dos plazas separadas por una consola central, opcionalmente se puede escoger la banqueta de tres plazas, como es el caso de la unidad probada. A pesar de ello, la plaza central no es cómoda tanto por cuestión de anchura como por la mayor dureza del respaldo. Por ello, es preferible destinar habitualmente esta fila a dos ocupantes. Estos dispondrán de un generoso espacio para las piernas aunque la altura al techo puede resultar algo justa para pasajeros de altura superior a la media.
El maletero constituye uno de los valores añadidos de este modelo pues, a diferencia del A5 convencional (con carrocería coupé), en lugar de tapa encontramos un portón y su interior se comunica con el habitáculo. De esta manera, los 480 litros de capacidad con la segunda fila en posición normal pueden ampliarse hasta los 1.263 litros. Ello incrementa notablemente la polivalencia del A5 Sportback, pues podemos incluso transportar una bicicleta sin problemas.
Entre el nutrido equipamiento opcional que incluía nuestra unidad encontramos el Audi Music Interface, el Audi Parking System Advanced, el Audi Drive Select, el climatizador confort de tres zonas, el acabado en cuero Napa Fina, las llantas de aleación de 18 pulgadas y 10 radios, el sistema MMI Navegación Plus, el sistema Audi Bluetooth GSM, los retrovisores exteriores térmicos, antideslumbrantes y plegables electrónicamente y diversos paquetes específicos como los denominados Business, Comfort, Cuero, exterior S line, Maletero y técnico. Como es evidente, todo este abanico de equipamiento encarece mucho el precio final, que se sitúa casi 20.000 euros por encima del precio de la versión de serie.
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Eficiente y refinado
Disponible también con 143 CV de potencia, bajo el capó de nuestra unidad encontramos el motor 2.0 TDI en versión de 177 CV. Estamos ante un turbodiésel sobrealimentado de cuatro cilindros capaz de ofrecer un fenomenal rendimiento junto al A5 Sportback. Sin llegar a los valores de deportividad que brinda el propulsor 3.0 TDI, su hermano pequeño tampoco se queda corto. En primer lugar debemos tener en cuenta que, incluso desde la parte baja del cuentavueltas, responde con contundencia, aprovechando al máximo sus 380 Nm de par entre 1.750 y 2.500 rpm.
El bloque colabora con la caja de cambios Multitronic de variación continua de ocho velocidades. Esta transmisión hace que los cambios de marchas se produzcan de forma muy suave y lineal, sin que apenas nos percatemos de ellos. Se distingue por un manejo sencillo y, además, contribuye a que el A5 Sportback con motor 2.0 TDI de 177 CV obtenga un importante ahorro de combustible. Homologa un excelente consumo de 4,8 litros cada 100 kilómetros, mientras que tras nuestra prueba, que transcurrió por ciudad, autopista y un buen tramo de carretera de montaña, registró una destacable cifra de 6,1 litros.
Estos bajos valores de consumo no suponen ni mucho menos un nivel prestacional poco ambicioso, pues sólo necesita 7,9 segundos para detener el cronómetro en el 0-100 km/h y su velocidad punta es de 225 km/h. También hay que remarcar que el propulsor se muestra bastante silencioso lo que, junto con su refinado funcionamiento, ayuda a acentuar el confort de marcha general.
Gran placer de conducción
El efectivo tren de rodaje es, sin duda, una de las mayores bazas del modelo alemán. Su sistema de suspensión absorbe de forma impecable las irregularidades de la calzada, transmitiendo en cualquier circunstancia una sensación de confort de alto nivel. Esta impresión se aprecia, sobre todo, al viajar por las grandes rectas de autopista. Fruto del gran placer de conducción que nos brinda, los kilómetros transcurren sin que apenas seamos conscientes de ello.
Si la suavidad de marcha destaca como una de las principales propiedades del automóvil de Audi, sucede algo semejante con sus cualidades a la hora de comenzar a enlazar virajes uno tras otro. Aunque no cuenta con un chasis radical pensado para exprimirlo en zonas reviradas, es cierto que su comportamiento es más que notable si subimos el ritmo por este tipo de trazados. Si bien le falta un punto de agilidad para llegar a ciertos límites dinámicos, se muestra muy noble en cuanto a reacciones y realmente estable durante los fuertes apoyos.
Por su parte, la dirección asistida electromecánica manifiesta una magnífica precisión y un tacto muy directo. Su asistencia cambia según la velocidad, lo que hace más fácil la conducción. Asimismo, pone su granito de arena en materia de eficiencia, pues al no consumir energía cuando circulamos en línea recta, hace que disminuya en alguna décima el consumo de combustible. La dirección es uno de los parámetros que pueden modificarse junto con el comportamiento del pedal del acelerador y de la caja de cambios gracias al sistema opcional Audi Drive Select que llevaba nuestro vehículo. Para ello, solo debemos elegir el modo que más nos convenga entre Comfort, Auto, Dynamic o Efficiency.
Conclusión
La mezcla de conceptos que representa el A5 Sportback puede suponer un punto intermedio ideal para determinados conductores. Sobre todo, para aquellos que busquen una línea de diseño de berlina elegante y deportiva pero no quieran renunciar a un maletero muy capaz para cuando sea necesario. En definitiva, es una muy buena opción para quienes busquen aunar un vehículo de estatus para uso diario con un polivalente para viajar o disfrutar de actividades al aire libre. Y qué mejor para completar este panorama que un motor turbodiésel eficiente y con personalidad y un inmenso confort de marcha del que sacarán provecho todos los ocupantes.
Tendo un A4, es del año 2000, tiene 1.000.000km. baterias unas tres, al principio un brazo se iba defecto de casa, por lo demas una joya, va como el primer dia,,,, gastos? el mantenimiento,,,, de otros modelos no puedo opinar ,,, este no se averia ni queriendo y ahora quiero un A5, asi que srs, no digan tonterias y no generalicen,,,,, mantenimiento cuando corresponde y nada de acelerones en frio, y darle cala cuando el motor esta en caliente