Audi A6 Avant 3.0 quattro : Tras los pasos del A8

El Audi A6 es una berlina sin nada que demostrar. Y esta nueva versión no viene a decir otra cosa salvo que la formula de combinar la última tecnología con una apariencia deportiva sin las estridencias de las últimas apariciones del mercado, siempre ha triunfado. Y aquí tenemos un buen ejemplo de ello. : Álvaro Jiménez

El Audi A6 Avant es un vehículo de casi 5 metros de longitud y cinco plazas totalmente nuevo que comparte plataforma con el A7 Sportback cuya estructura y una gran parte de la carrocería son de aluminio. Su objetivo esta claro y no es otro que el de satisfacer un buen grupo de familias que buscan mucho maletero y espacio interior, unidos a unas buenas dosis de deportividad.

A grandes rasgos posee una estética llamativa que busca la discreción en base a una figura muy estilizada y dinámica que no difiere demasiado de lo que el resto de sus hermanos de gama entienden por una carrocería "avant". Su apariencia es la misma. Su elegante discreción, también.

El frontal es impresionante y destaca por la enorme parrilla del radiador que esta unida al capo en una única pieza así como la preponderancia de la chapa sobre el cristal. Los grupos ópticos incluyen ahora luz diurna con LEDS en las versiones equipadas con luces de xenon que dan una iluminación extraordinaria y con un gran alcance tanto en la parte central de la carretera como en los bordes. El grupo de iluminación destaca por un novedoso sistema que autorregula la intensidad de la luz en función de las condiciones meteorológicas. Este sistema se denomina "luz para todo tiempo". A esto debemos añadir unas enormes y preciosas llantas unidas a una línea bien resuelta y estilizada que junto a una parte trasera suave y sin ángulos rectos, conceden una imagen de lo más fluida y dinámica.

Es habitual que los conductores interesados por este tipo de carrocerías busquen ante todo versatilidad y una mayor capacidad de transporte en el maletero respecto al de una berlina. Y en este vehículo ambas cosas se van a encontrar. El A6 es un coche bajo y esto no facilita la entrada y la salida de sus ocupantes, especialmente la de las plazas posteriores, pero una vez sentados en su interior una atmosfera de lujo y buen hacer nos envuelve. En cuanto a la accesibilidad del maletero esta es otra cosa. El borde de carga queda bajo e introducir y sacar objetos es fácil, cómodo y esta apoyado por una serie de ayudas que facilitan aun mas las cosas; apertura eléctrica del portón, cortina que se recoge de forma automática, etc. Dispone de formas regulares, que facilitan las operaciones de colocación de la carga y si nos fijamos en el espacio disponible hasta la cortina que cubre el maletero, este vehículo ofrece un magnífico y generoso espacio para transportar todo lo que prácticamente se desee. Dispone de un sinfín de elementos prácticos como toma de corriente, ganchos para colgar bolsas, argollas para fijar una red al suelo, cintas elásticas para asegurar la carga, etc. Si además se pliegan los asientos traseros -operación muy sencilla gracias a unos tiradores fáciles de encontrar y accionar- y se elimina el cubre maletero, el espacio es prácticamente infinito, alcanzando un volumen de casi 1700 litros. El habitáculo es amplio para cinco ocupantes y el espacio para las piernas en cualquiera de sus plazas, más que generoso. Calca en su práctica totalidad la habitabilidad de la berlina. Sólo criticar el enorme túnel central, que no facilitará las cosas al ocupante de la plaza central posterior que, a cambio, cuenta con una mayor altura y al que no le faltan salidas de aireación para esa zona.

En cuanto a la presentación, terminación y ajustes en general, la nota es sobresaliente. Y esto es algo que se percibe cada vez que nos sentamos al volante. El diseño del salpicadero ha recibido una revisión de la que bien podría decirse que las cosas han cambiado para que todo siga siendo igual. Y es que su diseño recuerda en exceso al resto de sus hermanos. Tan solo hay diferencias en la consola central y en la instrumentación. Respecto al interior hay que decir que transmite rotundidad y su diseño se adapta a sus ocupantes de la mejor forma posible.

Con el único objetivo de dar batalla a las últimas presentaciones de BMW o Mercedes, Audi ha potenciado los motores de gasolina para facilitar unas mejores y mayores prestaciones con un mayor agrado y refinamiento en su uso. Se trata del primer seis cilindros de la marca que equipa un compresor volumétrico y combina una mecánica turbo de 3 litros de inyección directa con un cambio automático de siete marchas de última generación, de la casa, lo que ya es toda una declaración de intenciones. Esta mecánica sustituye al anterior 3.2 FSI sin turbo que erogaba la no despreciable cifra de 255 caballos. El resultado del cambio no puede ser mas positivo. Para empezar, el motor responde con inmediatez a cualquier pequeña insinuación que se realice sobre el pedal del acelerador.

La respuesta no se deja esperar en toda la curva de potencia, con un empuje destacable ya sea a poco mas de 1000 revoluciones o hasta superar las 6000 revoluciones donde aun seguirá empujando con decisión hasta el corte de inyección pero que agradecerá un cambio a la marcha superior para seguir entregando lo mejor de sí. En todo este recorrido, no se aprecia retraso alguno en la respuesta del turbo y, cuando acelera con decisión, se percibe como el motor empuja con mucha rabia y progresividad. Y como prueba basta un botón; poco más de seis segundos para alcanzar los 100 kilómetros por hora y algo más de 25 segundos para superar los 1000 metros, lo que no esta pero que nada mal.

Si hacemos memoria, la tracción total en Audi ha sido desde sus inicios un adjetivo añadido que ha funcionado francamente bien. El Quattro que hizo su debut en el salón de Ginebra del año 1980 fue uno de los coches más significativos de estos años y en mi opinión quizá fue uno de los más importantes. Y no solamente por ser un coche de rallies de gran éxito (gano 23) sino porque se vendió bien y abrió el camino para que este tipo de mecánicas se extendiese a otros conductores. Con esta versión también con tracción a las cuatro ruedas la firma vuelve a demostrar su buen hacer. Hacer operativo semejante potencial en una vía pública se debe fundamentalmente a un bastidor con innumerables posibilidades y donde se confirma que una tracción integral debería ser parte indisoluble de estos soberbios vehículos. De forma natural y sin ayudas electrónicas, con las que este FTSi traduce su temperamento y empuje, es impresionante. Todo el concepto se implica. Las suspensiones con tarados firmes también ayudan. Las masivas llantas y neumáticos complementan tal aplomo y en autopista sus posibilidades parecen no tener límites a lo que ayuda una dirección rápida y directa que se endurece en función de la velocidad. La suavidad y silencio de marcha no nos alertan, la facilidad con la que gira y aborda los curvones sin inmutarse. La verdad es que en un circuito es fácil verle rodando a velocidades de vértigo sin haber reparado en la situación. El equipo motor / transmisión también ayuda y el cambio automático de siete marchas es otro factor que influye en este estado de relajación. Otra cosa ya diferente es querer explotar tales posibilidades dinámicas en situaciones mas comprometidas con curvas cerradas encadenadas una y otra vez. Y es que corre tanto que no deja un respiro. Ese coche rápido, aplomado y tranquilizador se vuelve exigente y cabezón con el que habrá que pelear con el volante a la entrada de las curvas, y con el que cualquier retraso en el apoyo, parece un mundo. No en vano es un coche largo, casi 5 metros, y sus más de 1700 kilos, te piden tiento. A la hora de frenar tiene toda la firmeza y potencia del mundo a lo que se une una estabilidad monolítica en fuertes frenadas.

Con la aparición de esta nueva entrega del A6 se revisaron entre otras muchas cosas el equipo de frenos que fue sobredimensionado adoptándolos al peso y las nuevas características del modelo. Cuenta además con una generosa batería de airbags para casi todo, un sistema que proyecta la información sobre el parabrisas, el asistente activo de mantenimiento de carril, visión nocturna, detección de obstáculos en ángulos muertos, control de velocidad adaptativo y así hasta un largo etcetera. También se puede seleccionar incluso el tipo de ajuste de los cinturones de seguridad y el control de tracción se confía a un autoblocante electrónico. Este modelo incorpora un nuevo diferencial de corona para las versiones con tracción a las cuatro ruedas (Quattro) a lo que se añade en opción un diferencial autoblocante trasero de regulación electrónica. Este sistema permite una cierta función correctora de la trayectoria, aplicando fuerza en los frenos pero a la vez permitiendo cierta rotación de las ruedas en situaciones que de otra forma se hubiera perdido algunas milésimas de segundo. Es un sistema con una parametrizacion poco intrusiva o dicho de otra forma, más permisiva. También se puede elegir el equipo de iluminación de forma que se puede recurrir a un equipo de luces halógenas.

Obviamente los más de 60.000 euros que cuesta esta versión no es un precio que se pueda permitir cualquiera. Para los que gusten del refinamiento de su motor y de unas prestaciones casi superlativas esta es una buena opción. Lo mismo que la dirección, el cambio ofrece una sensación de calidad y precisión difíciles de superar. A esto se une la textura del volante, la resistencia de los pedales o la ergonomía de sus magníficos asientos y del salpicadero. Todo ello trasmite en conjunto las sensaciones de los mejores vehículos de la marca. Y si bien es cierto que en el capitulo dinámico habrá opciones mas voluntaristas, no es menos cierto que su relación calidad / precio lo hacen convertirse en una opción perfectamente justificada.