BMW 320d Efficient Dynamics Automático

Cuando se presentó en Barcelona la sexta generación de la serie 3, ya dijimos, en el contacto que podéis leer aquí que BMW había conseguido realizar una notable mejora general en este modelo y que se trataba de un excelente coche con un buen número de cualidades como para colocarse entre los mejores de su segmento.

Ahora, tras haber realizado la prueba, nos reafirmamos en ello aunque es verdad que hemos encontrado algunas diferencias respecto a las unidades probadas en aquél momento.

En esta ocasión hemos conducido el 320d Efficient Dynamics de 163 CV, cambio automático de ocho marchas y acabado Sport. Si bien es cierto que no ofrece los 184 CV de su hermano “menos eficiente”, el 320d a secas, también lo es que tiene un rendimiento fantástico y que no se echa de menos ni potencia ni efectividad. A cambio tenemos unos consumos de “de ensueño” para tratarse de un coche de estas características.

Pero vayamos paso a paso. El nuevo Serie 3 tiene un morro más largo que su antecesor, unos nuevos faros más “expresivos” y rasgados, una nueva parrilla y unas nuevas entradas de aire frontales que albergan las luces antiniebla y determinan el acabado del vehículo ya que, por primera vez, BMW ofrece en la Serie 3 una versión básica y tres líneas de equipamiento como son el “Sport”, - nuestra unidad-, “Luxury” y “Modern”, que permiten que el cliente configure su automóvil acorde con sus gustos personales. En los laterales, el pliegue que atraviesa prácticamente todo el coche le proporciona un aire deportivo pero sin perder la elegancia.

Comparándolo con su predecesor, el ancho de vías es 37 mm mayor delante y 47 mm detrás. Es 93 mm. más largo y la distancia entre ejes aumenta en 50 mm. Este crecimiento consigue que el habitáculo sea más amplio y que los ocupantes de los asientos posteriores se beneficien de 15 milímetros más de espacio a la altura de las rodillas detrás de los asientos delanteros y de ocho milímetros más en la distancia hasta el techo.

Pero no todo son mejoras. Si deben viajar tres personas en las plazas traseras, el pasajero que lo haga en el centro irá bastante incómodo ya que la plaza central es estrecha, algo dura y tendrá que sentarse con las piernas abiertas para sortear el túnel central. También el maletero ha crecido ya que ahora es 20 litros mayor (480 litros por los 460 anteriores). Los respaldos traseros pueden abatirse de varias maneras, con lo que ofrece diferentes posibilidades para transportar objetos y lo hace algo más práctico.

Cuando te sientas en el Serie 3 te das cuenta de que estás en el interior de un nuevo modelo, pese a que no ha cambiado radicalmente. Aún siendo de nueva factura, el habitáculo mantiene el estilo BMW con un diseño envolvente de manera que todos los mandos más importantes están al alcance ópticamente. Sobre el salpicadero se encuentra la pantalla de alta resolución, de serie, que muestra toda la información con claridad y que se maneja con el sistema iDrive, situado en la consola central, donde también dispone de un compartimiento para teléfonos móviles, USB y conexión auxiliar para reproductores MP3.

La calidad de los materiales y el impecable acabado están presentes a partir del modelo básico de la gama. Lo cierto es que BMW suele conseguir ese efecto tan difícil de lograr que es que te sientas cómodo con el coche nada más sentarse en él. Los mandos situados en la consola central están muy bien distribuidos y el iDrive es comodísimo en su utilización.

Los asientos delanteros son cómodos y ofrecen una buena sujeción aunque no por ello son incómodos para bajar del coche. Y qué decir de la posición de conducción. Fantástica, con un volante de grosor y tacto impecable en el que se aglutinan un buen número de funciones. En este sentido el Serie 3 sigue siendo uno de los coches que más nos gustan.

Durante la prueba hemos utilizado las diferentes opciones de reglaje que cambian algunos parámetros del vehículo como son la rapidez de respuesta del motor, del cambio (automático), la dureza de dirección y la desconexión parcial del control de tracción. La selección se realiza a través del botón situado a la izquierda de la consola central con los modos Eco Pro (máximo ahorro de combustible), Confort, Sport y Sport +.

Nuestro protagonista también dispone de la función Start/Stop y de todos los argumentos de seguridad como control dinámico de estabilidad, asistencia de frenado en curva, control dinámico de frenada y función de secado de discos y pastillas de freno. Todo ello de serie. No cabe duda que es un lujo poder variar estos parámetros y adaptar el funcionamiento el coche a nuestro gusto o necesidades.

Sin embargo, en esta ocasión nos hemos quedado con las ganas de haber podido cambiar la dureza de la suspensión. No es un secreto que BMW ha hecho un serie 3 “más cómodo” y algo más grande para estar en línea con “lo que se lleva”. Pero aunque soy consciente de que para muchos es un acierto, personalmente prefiero el “tacto” dinámico de siempre. ¿Un error? Igual no. Seguramente es cuestión de gustos...

En carreteras sinuosas, se mueve con soltura, el motor ayuda con una buena respuesta a cualquier régimen, el morro “entra” bien tanto en virajes rápidos como en las zonas más lentas y la dirección -por tacto y precisión-, como siempre en esta marca, excelente. También los frenos cumplen bien su cometido, con un buen tacto y suficiente mordiente. Sin embargo, el tarado de suspensión “estropea” bastante el comportamiento si queremos ir a un ritmo alto -e incluso no tan alto-.

Ignoramos si esta “morbidez” de la suspensión se daba únicamente en nuestra unidad de pruebas o si realmente la suspensión de serie -cuando no escoges la opción de la suspensión adaptativa-, es así de blanda, pero desde luego no está en concordancia con el resto de elementos, aunque sea obvio que en esta versión, especialmente ECO, en ningún momento se busca una aptitud racing. La pena es que incluso a ritmo tranquilo es demasiado blanda pues tanto en las irregularidades de la carretera como en los virajes, el movimiento de la carrocería y de morro es notable.

Aparte de la suspensión, nada que objetar en cuanto a su comportamiento dinámico, especialmente en vías rápidas. Es un coche cómodo, con un tacto general buenísimo, buena estabilidad y muy agradable de conducir. El motor, sin ser "rompedor", responde desde muy abajo con contundencia y de un modo uniforme hasta alcanzar la potencia máxima. Un sobresaliente en este apartado. El cambio automático de 8 velocidades es eficaz, rápido y colabora en gran medida a poder conducir con comodidad y eficacia. Sólo se le podría reprochar que, incluso en posición Sport y en modo manual, cuando llega a 4.800 rpm, introduce la siguiente marcha en vez de cortar encendido.

El nuevo Serie 3 es, sin duda, una de las mejores opciones de este segmento. Ha crecido, ha mejorado en prestaciones y en consumos y ha renovado su estética. La versión que hoy hemos probado, la 320d Efficient Dynamics, ofrece una buena dosis de potencia con un fenomenal consumo que en nuestra prueba no superó los 5.3 litros de media.

Pocos coches de su nivel pueden ofrecer estos consumos. La buena respuesta del propulsor y su eficacia dinámica nada tienen que envidiar a las de sus competidores pese a ser un ECO. En resumen, la gran virtud de esta versión probada es el consumo y el disponer de todo "lo bueno" de los BMW. También "adopta" puntos no tan positivos como el precio y el de las opciones pero, en general, el serie 3 Efficient Dynamics lo tiene todo para ser el elegido si queremos un coche con prestancia, calidad y poco consumo.