Los cambios que ha experimentado el Serie 3 de BMW este mismo año no han afectado de momento a la versión cupé, que se mantiene prácticamente invariable desde su último restyling en 2010.
Es muy posible que próximamente este cupé se beneficie de los cambios mecánicos y estéticos de sus hermanos de gama, pero sinceramente, hoy por hoy no parecen necesarios. Y es que la belleza del Serie 3 Coupé parece ser imperturbable e ir al margen de las modas.
Su carrocería de dos puertas y su estilo más deportivo con respecto a las versiones berlina o Touring lo convierten en una versión con menos compromisos que, sobre el papel, no resulta tan práctica y polivalente pero que a cambio ofrece un aire de individualidad y deportividad superior al de las versiones berlina y Touring. Hemos probado el Serie 3 Coupé con motor diésel de 6 cilindros en línea y 245 CV. Nuestra unidad de prensa además correspondía a la versión con cambio automático y tracción integral XDrive, una de las más altas de la gama. 40 CV por arriba se sitúa la 335d y 40 CV por debajo, 325d, ambas con el mismo bloque de seis cilindros en línea. Como suele ocurrir con BMW, nos ha encantado su comportamiento dinámico y su calidad general de construcción. Hemos encontrado muy pocos defectos. Sólo su elevado precio que, no obstante, está en línea del de algunos de sus principales rivales, Audi A5 Coupé 3.0 TDI o Mercedes-Benz Clase E Coupé 350 CDI, o una dirección eléctrica más dura de accionar de lo esperado, podrían ser puntos susceptibles de mejora desde nuestro punto de vista.
PVP: BMW Serie 3 330d XDrive 54.500 €
Inconfundible BMW
BMW es una marca con una larga tradición en la creación de cupés. Sólo hay que echar un vistazo a su historia para ver cómo a mediados de los años 50 del siglo pasado los magníficos BMW 503 y 507 crearon escuela; O la saga de los BMW CS en los años 60 y 70; Y más recientemente, las diversas versiones cupés del M3, que desde los años 80 hasta hoy en día han sido la referencia en prestaciones deportivas dentro del segmento. Esta herencia estilística y deportiva sigue adelante con la actual versión cupé del Serie 3, que podéis ver en las fotos. Esta variante muestra claras diferencias con respecto al Serie 3 berlina, básicamente por su carrocería de dos puertas, largo capó, columnas A muy inclinadas, gran distancia entre ejes y línea del techo descencente hacia la zaga, características que lo identifican claramente con un cupé y potencian su deportividad. Estas diferencias son ahora más marcadas después de que las versiones de tres volúmenes y la Touring del Serie 3 recibieran un restyling notable. No obstante, este coche mantiene toda su vigencia y belleza, sigue representando el lado más pasional de la marca, alimentando los deseos de aquellos que buscan un Serie 3 pero con un aire más prestacional y exclusivo. Por otro lado, este cupé de BMW mantiene la elegancia innata de la marca con detalles como el cromado de la parrilla doble, el de los marcos de las ventanas, el del embellecedor de la entrada de aire frontal o las llantas de aleación de 18 pulgadas con radios en V dan el toque justo de refinamiento exterior que todo BMW necesita. Como detalle original, los dos faros redondos típicos de la marca están enmarcados en su parte superior por un listón que da al coche una mirada concentrada hacia el asfalto. Mires por donde lo mires, es claramente un Serie 3 de BMW, una marca que sigue fiel a su estilo de diseño de forma muy acertada, desde nuestro punto de vista. Un primer vistazo al interior del coche ya permite hacerse una idea del cuidado que la marca germana ha dado a los acabados del habitáculo. Los magníficos asientos deportivos forrados en cuero, las suaves formas del salpicadero, construido con materiales sintéticos de aspecto y tacto suaves y de calidad, el remate cromado de algunos pulsadores y la palanca del cambio, el volante deportivo multifuncional forrado en cuero o la ampliación de la consola central hacia las plazas traseras, donde hay butacas individuales con excelente ergonomía, crean de buenas a primeras una sensación de calidad percibida muy elevada. La entrada al habitáculo en este cupé es más fácil y agradable de lo que uno espera. La buena longitud de la puerta posibilita que el hueco de entrada para acceder a las dos plazas traseras sea razonable. El abatimiento del asiento delantero también es rápido y sencillo, y el espacio disponible atrás es bueno. Si queremos dejar bultos en el maletero, disponemos de una capacidad de 440 litros, lo habitual en estas versiones. Es un maletero con buena capacidad, aunque la boca de entrada es algo estrecha. Podemos ampliar su capacidad abatiendo los respaldos de las butacas traseras, en proporción 60:40.
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Agradable sensación
Al sentarnos al volante, el coche nos recibe acercándonos de forma automática el cinturón de seguridad, un detalle muy "Premium". Rápidamente adoptamos la postura de conducción ideal, gracias a las múltiples regulaciones eléctricas de asiento y volante, con memorias de posición. Podemos hasta regular el apoyo para los muslos y la anchura del respaldo (opción: 759 euros), para una óptima sujeción. La postura de conducción es muy ergonómica, intachable. El salpicadero está ligeramente orientado hacia el conductor, como ya es norma en la casa, y en él llama la atención la enorme pantalla del navegador, de 8,8 pulgadas y de tipo panorámico. Es la pantalla que corresponde al Navegador Professional, una opción que cuesta 3.458 euros. En la consola central encontramos la pequeña palanca de cambios y el mando del i-drive, con el que controlamos los diversos equipos de sonido, navegación o configuración del coche, de forma muy intuitiva y fácil. Lejos quedan ya aquellos primeros sistemas de BMW en los que para eliminar la voz del navegador, por ejemplo, necesitabas un manual de instrucciones... Los huecos disponibles a nuestra disposición son abundantes, pero excesivamente pequeños. Todo aparenta y está muy bien resuelto en este BMW, que llama a ser conducido sólo con sentarte a bordo. Al arrancar (por botón) cobra vida el motor diésel de seis cilindros en línea, que suena perfectamente acompasado, sin transmitir apenas vibraciones ni ruidos. Este motor, de 3 litros de cilindrada y 245 CV, está construido en aluminio y equipa de serie filtro de partículas sin mantenimiento. Destaca por su buena cifra de par (520 Nm desde 1.750 r.p.m. hasta 3.000 r.p.m.) y soberbia elasticidad en su respuesta. Hace buen equipo con el cambio automático Steptronic de seis velocidades (opción: 2.601 euros), con programa deportivo S y posibilidad de ser accionado mediante levas detrás del volante. El coche invita en un primer momento a conducir con absoluta dulzura, aunque si apretamos el ritmo rápidamente salen a relucir los 245 CV, que empujan el coche con contundencia.
Gran estabilidad y motricidad
En conducción deportiva, el coche hace gala de una perfecta motricidad, gracias a su tracción XDrive que reparte el par de forma automática entre ejes si detecta algún resbalamiento. En condiciones normales, este BMW tracciona en una proporción 40:60 entre ejes, pero puede repartir hasta el 100% de par motriz a sólo un sólo eje si es necesario. El empuje suave pero progresivo de este motor diésel facilita la conducción del coche en todo tipo de carreteras. En las más reviradas este cupé se percibe algo pesado, pero creemos que es más bien el efecto de una dirección que, aunque es muy precisa e incisiva, es algo dura de accionar, obliga a aplicar algo más de fuerza en el volante del esperado. En curva, el coche va sobre raíles, ayudado en parte por la rigidez de la carrocería y por sistemas como el Performance Control, que forma parte del sistema de tracción integral. El Performance Control actúa como un control de tracción, frenando la rueda que pierde motricidad aumentando el par en la rueda que se mantiene en contacto con el terreno, pero a la vez gestiona la potencia del motor para ayudar a mejorar la tracción y facilitar un comportamiento dinámico más efectivo. Esto se traduce en un coche que se "lleva solo" y que genera una gran confianza. También contribuye a ello el óptimo reparto de pesos (50:50) y el buen calzado (neumáticos Bridgestone Potenza 255/35 R18) de muy bajo perfil.
Buena relación prestaciones/consumo
El consumo de este cupé de BMW se sitúa en torno a los 7,9 l/100 de media, según lo que marcó durante nuestra prueba. BMW señala un consumo oficial de 6,5 l/100km. Se sirve de un sistema de recuperación de la energía de frenado para reducir en parte la cifra. En autopista rueda de forma sobrada a velocidad de crucero, a bajas revoluciones y con un consumo contenido, en torno a los 7 litros/100km. Nuestra unidad de pruebas montaba un control de crucero activo, que memoriza la velocidad escogida y si es necesario frena y se adapta a la velocidad del vehículo que nos precede. Esta es otra de las múltiples opciones que podemos instalar en este cupé, cuyas posibilidades de personalización son múltiples, casi tantas como flexible sea nuestro presupuesto.
El segundo audi lo estoy disfrutando ahora. No me parece correcto comparar un BMW 3 con un Mercedes E.. Acaso con un Mercedes C coupe, si