Aprovechando el centenario del nacimiento de Chevrolet, el mítico y renovado muscle-car llega por primera vez a Europa después de vender más de cinco millones de unidades en el mundo desde sus inicios, a finales de los sesenta. Se trata de su quinta generación y uno de los objetivos de su aterrizaje en el Viejo Continente es el de reivindicar el carácter americano de la marca. Y qué mejor manera de hacerlo que con un modelo capaz de proporcionar imponentes prestaciones y una comportamiento radical con un envoltorio más que evocador. Gracias al espectacular motor 6.2 V8, el sonido y las sensaciones al volante cumplen con las expectativas de un superdeportivo capaz de "teletransportarnos" mentalmente a la legendaria Ruta 66 norteamericana en cuestión de segundos. Su potencia varía en función del cambio al que se asocie el bloque, pues ésta es de 432 CV con caja manual y de 405 CV, con caja automática. El Camaro, que ya está a la venta en España, también permite escoger entre carrocerías Coupé y Cabrio.
PVP
Camaro 6.2i V8 432 CV Coupé Manual 43.900 euros Camaro 6.2i V8 432 CV Cabrio Manual 49.900 euros Camaro 6.2i V8 405 CV Coupé Auto 45.900 euros Camaro 6.2i V8 405 CV Cabrio Auto 51.900 euros
Diseño
Podrían ser muchos los evocadores adjetivos empleados para definir el diseño del coupé de Chevrolet, pero si hay uno que lo resume ése es, sin duda, el de genuino. Y es que la inspiración del nuevo Camaro en el que fuera el primero de la saga, de 1969, se percibe al instante. La parrilla frontal en forma de V del mítico muscle-car y los agresivos faros delanteros con anillos de xenón incorporados le otorgan un gran carácter. El ya de por sí amplio capó toma aún más corpulencia debido al abombamiento de diez centímetros en la parte central, símbolo de deportividad.
Las formas musculosas cobran protagonismo prácticamente en toda la carrocería, desde la línea de cintura hasta los pasos de rueda. En los pasos traseros, junto a las ruedas, se pueden observar unas marcas en forma de branquias. Las enormes llantas de 20 pulgadas, montadas sobre neumáticos Pirelli PZero, contribuyen a marcar aún más la deportividad del modelo al mirarlo lateralmente. También contribuye a ello la forma afilada de la carrocería y la altura de la misma, pues sólo mide 1,36 metros.
Los esculpidos hombros posteriores remarcan la fuerte personalidad del vehículo y lo hacen inconfundible también desde la parte trasera. Si se observa desde esta zona, llaman la atención los pilotos traseros LED, insertados en la carrocería y diseñados especialmente para la versión europea del Camaro. En la parte baja se encuentran las grandes salidas de escape cromadas de acero inoxidable. En definitiva, se trata de un vehículo no apto para conductores que busquen pasar desapercibidos, pues su vistosidad es como un imán de atracción de miradas.
Habitabilidad
Una posición baja al volante nos da la bienvenida al habitáculo del Camaro. El asiento deportivo de cuero del conductor, que está dotado de regulaciones eléctricas, muestra un confort excelente. Éste ofrece, además, una óptima sujeción lateral, ya que nos fija el torso a la banqueta independientemente de la velocidad a la que rodemos. El volante multifunción también permite adoptar la postura más adecuada, pues es regulable en altura y longitud de forma manual. Tanto el volante como la palanca de cambios, los asientos y las puertas cuentan con costuras visibles que aportan cierto refinamiento.
Por su parte, el tablier cuenta con una buena distribución de los mandos y combina elementos sofisticados con otros de corte más clásico. Cabe destacar el Centro de Información para el Conductor (DIC), que incluye un velocímetro digital e información sobre el trayecto, así como un gráfico que muestra la presión de los neumáticos. Además, un sistema de retro-proyección sobre el parabrisas permite ver en todo momento la velocidad sin desviar la mirada de la carretera. Su apariencia se asemeja a un holograma que parece flotar sobre el capó.
En general, las botoneras y los mandos situados en la columna central son grandes y fácilmente accesibles, y algunos de ellos disponen de decoraciones cromadas. Curiosamente, el cuadro de instrumentos con los medidores de temperatura y el voltaje de la batería se sitúan en la parte baja de dicha columna, recordando al Camaro del 69.
En el apartado de los acabados, la tapicería de cuero y el ensamblaje de los paneles interiores muestran el buen nivel del vehículo. Sin embargo, la calidad de algunos plásticos está algo por debajo de lo que cabría esperar teniendo en cuenta su precio. Este aspecto sirve como muestra de que su target originario lo integra el conductor estadounidense. A pesar de que estamos ante un vehículo muy largo, queda claro que la amplitud para los ocupantes traseros no supone una prioridad. Por eso, el espacio para las piernas de las dos plazas posteriores es bastante justo, e incluso inviable para personas de una altura superior a la media.
Mecánica
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El llamativo y agresivo diseño del Camaro es, sin duda, uno de los máximos exponentes del modelo. Sin embargo, incluso por encima de este factor se encuentra el verdadero corazón de este americano. Hablamos, cómo no, del espectacular motor de 6.2 litros gasolina de 432 CV, que entrega un par motor máximo de 569 Nm a 4.600 rpm. El terreno prestacional es uno de sus fuertes, ya que es capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en 5,2 segundos.
El motor va engranado a una caja de cambios manual de seis velocidades de desarrollos cortos que saca todo el jugo a la potente mecánica. En caso de asociar el bloque a la transmisión automática, la potencia desciende ligeramente (405 CV) y el par motor es de 556 a 4.300 rpm pero las sensaciones son prácticamente idénticas. El 0-100 es sólo dos décimas inferior. No hay diferencias en cuanto a velocidad máxima, ya que ambos alcanzan los 250 Km/h.
Por debajo de las 3.500 vueltas, la entrega de fuerza del bloque es intensa, pero sin resultar brusca, lo que permite conducir de una forma tranquila sin esperar sobresaltos. Pero a la que se superan estas revoluciones, el sonido del motor se "hace adulto" y sale a flote todo el caballaje que nos aguarda bajo el capó. Es a partir de ese momento cuando el carácter radical del Camaro aparece realmente. Eso también es sinónimo de que el consumo sea uno de los hándicaps del vehículo. Algo, por el contrario, de esperar en una motorización de este nivel. El medio homologado en la versión manual de 432 CV es de 14,1 litros cada 100 km, mientras que esta cifra baja un litro en el caso del la variante automática de 405 CV.
Comportamiento
A nivel dinámico, el Camaro muestra un equilibrio casi impropio de los superdeportivos. Con ello nos referimos a que cuenta con un tarado de suspensión tirando a duro pero que no resulta incómodo, ni quiera al superar baches importantes. Así se consigue algo similar a lo que sucede con el motor, ya que en grandes rectas a velocidad de crucero o a bajas velocidades tiene un comportamiento bastante suave, pero si el trazado y el ritmo se animan, es capaz de agarrarse al asfalto sin contemplaciones. De balanceos, nada de nada. Eso sí, se trata de un automóvil bastante largo y ancho, factores que le restan algo de agilidad en curvas cerradas. En cualquier caso, el paso por ellas puede afrontarse realmente rápido.
Las barras estabilizadoras delantera y trasera se han modificado para lograr un mayor dominio sobre el vehículo en cualquier situación. Además, el sistema de control del chasis del coupé de Chevrolet permite variar entre cuatro modos de conducción en función de las preferencias del conductor en cada momento. El primero se denomina modo básico de control de estabilidad, mientras que también pueden escogerse el control de tracción desactivado con control de estabilidad activado, el modo Sport y, por último, los controles de tracción y estabilidad desactivados. En función de la elección, la intervención de las ayudas será más o menos intensa.
Por otro lado, el Camaro incorpora el sistema de suspensión activa de cuatro canales Stabilitrak, cuyo objetivo es el de interactuar con las ayudas electrónicas para controlar el vehículo en condiciones de baja adherencia o maniobras complicadas. La dirección, por su parte, aporta un alto grado de efectividad y se distingue por ser muy directa, transmitiendo la información necesaria acerca del firme y contribuyendo a ampliar la sensación de dominio sobre el vehículo.
Seguridad
El coupé de Chevrolet dispone de seis airbag de serie, entre los que se encuentran los frontales de doble etapa, los laterales y los de cortina laterales. En el apartado de ayudas, el nuevo Camaro incluye ABS, sistema de suspensión activa StabiliTrak con control de estabilidad, control de tracción y sistema de frenada asistida. De cara a detener un automóvil de tales características, la firma norteamericana lo ha equipado con frenos de disco antibloqueo accionados por pinzas fijas Brembo de aluminio de cuatro pistones. Además, de cara a una posible colisión, cuenta con árbol de transmisión y pedales de freno colapsables y columna de dirección retráctil.
Valoración Final
Está claro que el Camaro será un vehículo nicho en nuestro país debido, en parte, a su precio. Pero hay que tener en cuenta que éste es menor que el de la mayoría de sus rivales equiparables por concepto de automóvil y por potencia. Sensaciones al límite para los amantes de la deportividad pura y una estética que evoca el sueño americano son dos de sus principales argumentos para abrirse camino entre el segmento de los coupés más poderosos.
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