Sugerente SUV
Si estás pensando en comprarte un SUV de tipo “urbano”, de reducidas dimensiones y con un espíritu básicamente utilitario, tienes difícil la elección. La oferta de modelos es muy amplia y crece año tras año, fruto del buen nivel de ventas que este tipo de coches tienen actualmente. Uno de los recién llegados a este grupo es el Chevrolet Trax, que junto con su hermano Opel Mokka (los dos son prácticamente idénticos) plantan cara otros todocaminos como el Nissan Juke, Peugeot 2008, Skoda Yeti, Mitsubishi ASX o Renault Captur, entre otros.
La principal diferencia del Chevrolet respecto al Opel Mokka está en el frontal. El morro del Trax tiene un diseño más agresivo, con una parrilla más grande, unos faros con formas más cuadradas y unos antinieblas de mayor tamaño.
Estos detalles dan una imagen más atlética y robusta al coche visto de frente, aunque el resto de la carrocería no cambie en absoluto en relación al Opel. Como aquel, resulta un todocamino inconfundible gracias a sus grandes pasos de rueda, los protectores de los guardabarros o las típicas barras de techo, entre otros detalles. Tanto el Mokka como el Trax comparten la misma plataforma desarrollada por General Motors. Ya se sabe, la sinergia entre dos marcas pertenecientes al mismo grupo siempre es positiva, especialmente cuando se trata de construir un nuevo modelo compartiendo costes y haciendo que estos sean lo más reducidos posible.
Diésel de prestaciones discretas
Hemos probado un Chevrolet Trax con motor turbodiésel 1.7 de 130 CV el único diésel disponible en la gama. Las otras dos motorizaciones son de gasolina: un 1.4 Turbo y un 1.6, con potencias de 140 y 115 CV respectivamente. La versión diésel es la que tiene más éxito, especialmente en un país como España, donde los motores de gasolina, y más en este segmento, son minoría.
El diésel de este Chevrolet ofrece un consumo muy reducido, algo que unido a las reducidas dimensiones del coche (4,2 metros de longitud) favorecen su uso diario y utilitario. Ojo, el Trax no es un SUV pequeño, se sitúa claramente por debajo del Chevrolet Captiva, pero sólo es un poco más corto que un Nissan Qashqai, para hacernos una idea. Precisamente uno de los puntos interesantes de este SUV es su buena habitabilidad. Chevrolet ha sabido aprovechar muy bien la capacidad del habitáculo, que permite albergar hasta cinco pasajeros (mejor cuatro: el de la plaza central, como siempre,viaja un poco incómodo) con un buen nivel de confort y espacio. Esa es la sensación que recibes cuando entras en las plazas delanteras, y también se traslada a las plazas traseras cuando, por ejemplo, colocas las sillitas de los niños y ves que la distancia entre filas es más que correcta, teniendo en cuenta que este coche tiene el tamaño de un utilitario del segmento B.
El maletero es pequeño, tiene poca profundidad. Su capacidad es de 356 litros y, por lo tanto, se sitúa en la franja inferior en comparación a sus competidores. Un Mitsubishi ASX tiene 442 litros de maletero, y un Renault Captur 455, por ejemplo. No obstante, debajo del piso de este maletero existe un buen hueco para colocar pequeños objetos (ver foto). Si abatimos los respaldos de las filas traseras el espacio de carga aumenta hasta 1.370 litros. Esta operación es muy sencilla, y se realiza en sólo dos pasos. En nuestra unidad de pruebas, con acabado superior, el respaldo del acompañante también podía abatirse hacia adelante. De esta manera, en este SUV podemos colocar bultos de hasta 2,3 metros de longitud. Para ser un coche que mide poco más de 4 metros no está nada mal.
Visibilidad de TT
Al ponerte frente al volante, la primera sensación de calidad percibida es buena. Hay que tener en cuenta que el coche que veis en las fotos es un Trax con acabado LT, el superior de la gama. El moderno diseño del salpicadero, con la pantalla digital del sistema de entretenimiento en el centro, el volante de tres radios con mandos multifunción o la tapicería de cuero de los asientos generan una buena primera impresión. Pero si observas con más detenimiento, verás que algunos detalles son mejorables, como la calidad y el aspecto de los plásticos o el cosido del cuero en algunos puntos, como el del reposabrazos trasero (ver foto). En cambio, la atención al detalle es muy elevada, por encima de lo habitual. En el lado del acompañante hay una doble bandeja, cuyo hueco superior tiene una toma USB para conectar el smartphone o el mp3 y resguardarlo de miradas ajenas. En el centro del salpicadero, en su parte superior, también hay otra trampilla, útil para depositar el móvil, o el ticket de la autopista, por ejemplo. También resulta práctico y capaz el hueco frente a la palanca de cambios, que tiene goma antideslizante, los originales espacios verticales a ambos lados de las rejillas de ventilación o el pequeño cajón debajo del volante a mano izquierda (ver foto).
Una vez te acomodas dentro del coche, ves que la visibilidad es muy buena hacia todos lados excepto hacia atrás, debido a la elevada línea de cintura de la carrocería, especialmente a la altura del pilar C, y la presencia de los grandes reposacabezas de las plazas traseras. Para compensar esta carencia, el Trax equipa una excelente cámara de visión trasera y sensores de aproximación, que facilita enormemente las maniobras y las hace más seguras.
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La posición de conducción es elevada, casi de todoterreno. Esto facilita la visibilidad frontal tanto en ciudad, carretera como off-road, y es uno de los atractivos de este tipo de vehículos. Aunque hay que puntualizar que este todocamino no tiene una carrocería excesivamente alta, ni mucho menos, y el acceso a todas las plazas es fácil.
Bajo su capó hay un diésel que es algo ruidoso al ralentí, pero que una vez en marcha apenas transmite ruidos mecánicos ni vibraciones. Es un motor de humildes prestaciones, especialmente a bajas revoluciones, donde la falta de par es manifiesta. Es el típico diésel que obliga a jugar en ocasiones con el embrague para conseguir que el coche avance con rapidez y fuerza. Hasta que no entra en marcha el turbo, aproximadamente al llegar a las 2.000 r.p.m. la respuesta por debajo de ese régimen es francamente pobre. A partir de ahí, todo cambia: la potencia y el par llegan con bastante contundencia, y sube rápido de vueltas. Un punto positivo de este motor es el consumo, en torno a 5-6 litros en carretera y autopista. En ciudad registró 6,3 l/100. El cambio manual, con una sexta marcha de largo desarrollo, también contribuye a este buen resultado en el consumo medio.
Cómodo en carretera, limitado en off-road
El Chevrolet Trax es un coche cómodo. Sus suspensiones tienen un tarado tirando a blando, que da prioridad al confort, y eso se nota en largos desplazamientos. Pero no me ha convencido el comportamiento del coche en carretera revirada, ya que precisamente esa morbidez de la suspensión no sujeta con total eficacia la carrocería y se produce un pequeño balanceo. Aunque el coche se guía perfectamente y con seguridad, las inercias se perciben claramente en los cambios de apoyo en curva. No es un SUV con un carácter deportivo, está claro. Este Chevrolet prefiere carreteras en buen estado, mejor aún si son vías rápidas.
Estas suspensiones, aunque absorben bien las irregularidades en asfalto, se muestran muy limitadas para un uso fuera de carretera, debido a su corto recorrido. Los ángulos característicos tampoco son buenos para complicarse en off-road, y rápidamente el paragolpes delantero toca con el obstáculo, debido a su poca altura respecto al suelo (ver foto). Al usarlo en el monte, también hay que vigilar para no golpear alguna de sus bonitas llantas de 18 pulgadas. Todo esto es normal en un todocamino de su estilo, desarrollado para clientes que van a usarlo en un 90% por ciudad y carretera. La mayoría de sus competidores también tienen estas limitaciones.
Por lo tanto, las aptitudes TT del Chevrolet Trax sólo dan para circular por pistas en buen estado. Eso sí, se apunta un tanto al equipar tracción total AWD, que nos da la confianza suficiente cuando circulamos por terreno deslizante. Este todocamino confía en un clásico sistema a base de un diferencial central de tipo viscoso que reparte el par motriz entre ejes según sea necesario. El conductor no debe hacer nada, sólo esperar que la transmisión active las cuatro ruedas si hace falta. También equipa de serie un sistema de control de descensos que aporta comodidad y seguridad a la conducción en off-road, especialmente a los menos duchos en la materia.
Chevrolet Mylink
El Chevrolet Trax con el acabado más completo, el LT, incorpora de serie el Chevrolet Mylink, el sistema de entretenimiento característico de Chevrolet que facilita la conexión de dispositivos Smartphone y la conexión de éstos con Internet. Tiene una pantalla táctil a color de 7 pulgadas con la que podemos visualizar imágenes, vídeos y aplicaciones que también podemos incorporar al Smartphone. Nuestra unidad de pruebas no incluía aplicaciones, pero sí te puedo confirmar que la usabilidad del sistema es buena. Todo es fácil de usar, los menús son intuitivos y un iphone, por ejemplo, no plantea ningún problema de conexión. Enchufar y punto.
Con un equipamiento correcto, y un precio de 22.800 euros en la versión que veis en las fotos, con tracción integral, llantas de 18 pulgadas o cámara de visión trasera, entre otros, el Chevrolet Trax resulta muy competitivo en un sector en el que algunos de sus competidores se acercan a los 30.000 euros. Incluso su primo-hermano, el Opel Mokka, tiene un PVP algo más elevado. Este es uno de los aspectos que, sin duda, atraen al cliente que busca un coche de este estilo, y en el que Chevrolet marca la pauta.
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