Citroën C1 Shine 5 p. 82 CV

El segmento del coche urbano no es un territorio con demasiadas ventas por varios motivos: ya sea por las reducidas cotas de estos modelos, la justa habitabilidad que generalmente ofrecen, maleteros relativamente pequeños y mecánicas que en la mayoría de los casos no llegan a los 100 CV de potencia, un hecho que los limita significativamente a la hora de salir a carretera abierta.

Estamos por lo tanto ante un segmento muy selecto, donde apenas acudirán a él los compradores que estén buscando un segundo coche para la familia, jóvenes con el carnet recién sacado en busca de un coche pequeño para desplazarse, generalmente conductoras femeninas, y personas de mayor edad para moverse casualmente en trayectos cortos.

A todo esto hay que sumarle el hándicap de igualarse prácticamente en precio a los utilitarios, coches un poco más grandes, con más maletero, más confortables sobretodo en la segunda fila de asientos y con mecánicas más potentes que aumentan su polivalencia.

Entonces, ¿cómo amortizan las marcas la fabricación de un modelo estas características con unas ventas tan reducidas? Compartiendo desarrollos, plataformas y tecnologías con otras marcas. En la prueba del Peugeot 108 que os trajo Joan Dalmau hace un par de meses tenéis todo esto muy bien explicado. Lectura obligada: Peugeot 108.

Lectura obligada porque precisamente el Citroën C1 es el mismo coche que el Peugeot 108, al mismo tiempo que estos dos son el mismo coche que el Toyota Aygo. Hablamos por tanto de tres coches iguales, con la misma base, el mismo chasis y los mismos motores. La única diferencia que existe entre ellos es la estética y el equipamiento.

Hoy nos centramos en el C1 y lo probamos a fondo con el motor más potente de gasolina. Se trata de una mecánica de tres cilindros PureTech de 1.2 litros de cilindrada y 82 CV de potencia. Además, nuestra unidad de pruebas, está basada en el acabado más alto, el Shine, al que se le han añadido prácticamente todas las opciones que se le podrían instalar.

Sin duda el rasgo diferencial entre estos tres modelos (C1, 108 y Aygo) lo marca su estética exterior. Con la misma estructura de carrocería compartida los diseñadores de las marcas se las han tenido que ingeniar para otorgar a cada modelo un rasgo único que destaque sobre el resto. Indudablemente éste es el frontal.

Mientras que el Pegueot 108 se decanta por una visión más sobria y discreta y el Toyota Aygo apuesta por un diseño más propio de la famosa serie de Marvel X-Men con esa “X” característica, el Citroën C1 ofrece ahora una visión más agresiva con una expresión que se asemeja a un rostro enfadado.

La forma de los faros recuerda indudablemente a la que expone el Nissan Juke. Su formato dividido en dos enmarca en la parte inferior y de mayor tamaño las luces de cruce y de carretera y se reserva para la sección superior las de posición y los intermitentes. Las luces LED diurnas se sitúan a los costados, en las dos hendiduras laterales del paragolpes, y están colocadas de forma vertical.

La parrilla destacan las dos lamas cromadas que se convierten en el logotipo de la marca en el centro y la gran toma de aire inferior, más grande que la de sus hermanos, conjuga a la perfección con el resto de elementos.

Todo lo contrario ocurre en la zaga donde el C1 es quizás el más soso de los cuatro. Presenta un diseño sin extravagancias donde destaca el portón acristalado y los grupos ópticos traseros de diseño 3D.

Las llantas de 15 pulgadas con neumáticos de baja resistencia a la rodadura, los marcos inferiores de las ventanas cromados, los tiradores del mismo color de la carrocería así como los retrovisores exteriores térmicos y regulables eléctricamente son parte del equipamiento de serie del acabado Shine. La pintura Gris Gallium Metalizada y los retrovisores cromados son dos opciones que montaba esta unidad. Al final del artículo tenéis detallados todos los equipamientos extra de este coche con sus respectivos precios.

Para ponernos en situación, el Citroën C1 tiene las siguientes cotas: 3.46 metros de largo, 1,62 m de ancho, 1,45 m de alto y tiene una distancia entre ejes de 2,34 metros. Bien, indudablemente estamos ante un coche muy pequeño, pero esto no significa que no pueda sorprendernos una vez nos subimos a él. Si ya lo decía mi abuela: en el bote pequeño está la buena confitura, pues con el C1 pasa algo parecido.

Sorprende muchísimo por su generosa habitabilidad, siempre hablando de un espacio útil limitado por el tamaño de la carrocería. Los dos ocupantes de las plazas delanteras gozan de un espacio ámplio tanto en longitud como en anchura.

Los asientos tienen los reposacabezas integrados y en nuestro caso estaban forrados de cuero. Además, el asiento del conductor dispone de regulación en altura que permite ajustar mejor la posición de conducción. Por el contrario, el volante sólo cuenta con regulación en altura y el hecho de no disponer de ajuste en profundidad es un hándicap a tener en cuenta para los conductores más altos que deben sentarse con la banqueta más retrasada.

El C1 está homologado para 4 ocupantes de tal forma que en la parte trasera se han dispuesto dos plazas individuales que pueden llegar a albergar a dos adultos de estatura media. La distancia al techo es correcta si no se sobrepasa el 1,80 de altura y la anchura para los hombros está bien resuelta. El único problema es la distancia para las rodillas que, con los asientos delanteras situados en una posición intermedia, queda poco espacio para colocar las piernas. Además, atrás, las ventanillas no pueden bajarse sino que son de tipo compás.

Los modelos de tres puertas suelen gustar más por su diseño más limpio y uniforme, pero la practicidad que proporcionan las dos puertas traseras hace que en este caso nos decantemos por ellas. Es muy probable que este coche se use en muchos de los casos para llevar a los niños al colegio, por ejemplo, y el disponer de dos puertas traseras nos facilitará enormemente la acción de sentarlos en sus sillas o elevadores y abrocharles el cinturón.

El maletero nos ofrece un discreto espacio de carga de 196 litros, suficientes para llevar la compra o transportar una maleta de cabina de avión acompañada de una bolsa de deporte (para que os hagáis una idea). Abatiendo los respaldos traseros en proporción 50/50 el volumen de carga aumenta hasta unos meritorios 780 litros, pero el piso no queda totalmente plano. Si levantamos el suelo del maletero nos encontraremos un kit reparapinchazos o, como es nuestro caso, una rueda de galleta disponible como opción.

Bajo el capó de este C1 se encuentra un motor de tres cilindros en línea de 1.200 cc PureTech. Este propulsor de 82 CV y 116 Nm de par máximo se sitúa como el más potente de la gama, compuesta como única variante alternativa por el 1.0 VTi de 69 CV que ya hemos “vídeo-probado” en el Toyota Aygo.

El pequeño PureTech se presenta, quizás, como la opción más recomendable después de comprobar como al VTi de 69 CV le falta un poco fuerza en según que condiciones. Éste en cambio se presenta franco, con una potencia discreta de poco más de 80 CV pero capaces de mover con mucha soltura los 860 kg de Citroën C1.

Sólo está disponible con cambio manual de 5 velocidades el cual hemos encontrado un poco corto en cuanto a relaciones. Estan pensadas básicamente para moverse por las urbes y sus alrededores pero penalizan con un motor muy subido de vueltas y ruidoso al circular a 120 km/h en autopista.

Si nos atenemos a su ficha técnica vemos como es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 10 segundos y tiene una velocidad punta de 170 km/h. En cuanto al consumo logra homologar sólo 4,3 l/100 km, que en la práctica aumenta hasta los 6 litros si hacemos mucha ciudad y nos movemos por autopista a 120 km/h. Nos hemos acercado a los 4,5 litros sólo cuando hemos circulado constantes a 80-90 km/h en quinta marcha. Por su parte, expulsa unas emisiones de CO2 de 99 g/km, lo que le exime al comprador de pagar el impuesto de matriculación.

A diferencia del motor pequeño, el PureTech 82, nos ofrece mayores garantías a la hora de afrontar trayectos fuera de la urbe. Entrega la potencia de una forma bastane lineal y es por este motivo que parece que le falte algo de “punch”. Si queremos sacarle todo el rendimiento habrá que subir el motor de vueltas y el poco par motor que ofrece obliga en cierta medida a usar con frecuencia el cambio de marchas.

Si tenemos en cuenta su tamaño el C1 es un coche ideal para la ciudad. Con apenas 3,4 metros de longitud se aparca en cualquier sitio, y si además se monta la cámara de visión trasera se puede ajustar aún más en huecos muy justos sin usar “la técnica del golpecito” que nos dejará a la larga el parachoques bien marcado (y el cabreo del vecino si nos ve hacerlo).

Probado por las calles de Barcelona la sensación de agilidad que desprende es genial. "Zigzaguea" como un ratoncillo por las estrechas calles del Born sin apuros y los cambios de carril en las grandes avenidas se realizan en un visto y no visto.

El nivel de ruido percibido en el interior es alto, haciendo gala de un mal aislamiento del motor que además transmite demasiadas vibraciones al volante. No cuenta con sistema Stop/Start, algo incomprensible en un coche destinado para la ciudad donde nos pararemos en un semáforo aproximadamente cada 2 o 3 minutos (con un poco de suerte).

En carretera abierta no defrauda, todo lo contrario, nos ha sorprendido lo divertido que es de llevar por carretera. Las suspensiones se encuentran a medio camino entre el confort y la estabilidad, permitiendo cierto balanceo de la carrocería en curvas cerradas y un aguante constante en virajes de mayor velocidad. Eso sí, se muestran bastante secas ante cualquier roto en la carretera o si pasamos demasiado rápido los famosos badenes. Delante monta frenos de disco y detrás de tambor, una solución suficiente para las pretensiones del C1.

La dirección es el talón de Aquiles de este coche en el apartado de conducción. El volante nos parece un poco grande de diámetro (es el mismo para los 3 modelos hermanos) y su tacto deja serias dudas. El nivel de asistencia es bueno para la ciudad pero resulta muy incómodo en carretera. El guiado no es demasiado preciso, es lento de respuesta y en autopista obliga a corregir más de la cuenta la trayectoria.

Si tenemos en cuenta el nivel de personalización, el C1 no le llega ni a la suela de los zapatos al Aygo. Mientras que al japonés se le puede cambiar hasta el color de la “X” del frontal, el C1 únicamente propone 7 colores para la carrocería bastante discretos, dos tapizados para los asientos (tela o cuero), un kit para pintar de blanco detalles como los embellecedores plásticos de la base del cambio, de la consola central y de la salida de los aireadores e instalar las carcasas de los retrovisores cromadas.

El acabado Shine, el tope de gama para que nos entendamos, incluye un completo equipamiento de serie al que apenas hace falta añadir ningún accesorio adicional. De serie encontramos la regulación en altura del asiento del conductor, el cierre centralizado, los elevalunas eléctricos, el volante de cuero, el sistema Mirror Screen con pantalla táctil de 7 pulgadas y Bluetooth, limitador de velocidad, luces diurnas LED, llantas de aleación de 15 pulgadas, retrovisores exteriores regulables eléctricamente y térmicos, tiradores de las puertas del mismo color que la carrocería, marcos de las ventanillas cromados y kit antipinchazo.

En cuanto a sistemas de seguridad cuenta con 6 airbags, ABS, Asistente a la frenada de emergencia, ESP, ASR y Hill Assist (ayuda al arranque en pendiente).

Nuestra unidad de pruebas además contaba con algunos elementos que se facturan aparte y que acaban incrementando ligeramente el precio inicial de 13.150 euros. A continuación os facilitamos los extras y sus respectivos precios que, sumados, dejan esta unidad en unos interesantes 15.555 €: Color Gris Gallum Metalizado para la carrocería (350 €), asientos de cuero negro (900 €), asientos delanteros calefactables (200 €), retrovisores exteriores cromados (75 €), paquete Easy Auto (550 €) que incluye acceso y arranque manos libres y climatizador automático, cámara de visión trasera (250 €) y rueda de repuesto de tipo galleta (80 €).

El nuevo Citroën C1 ofrece una política de precios acorde con lo que realmente ofrece. Se trata de un coche sencillo para cuatro ocupantes y, eso sí, con poco maletero. Sin embargo como acabamos de ver su nivel de equipamiento es bastante bueno, incluso superior al de alguno de sus rivales, y ofrece dos variantes mecánicas de gasolina perfectas para este tipo de coches. En la versión de 3 puertas el precio arranca en 10.250 euros y en 10.550 € para el 5 puertas. Si tomamos como referente la versión que hemos probado (5 puertas y motor de 82 CV) vemos lo siguiente (tomamos como base el acabado más alto y las versiones 5 puertas si las hay):

El trío de urbanos del grupo Volkswagen (Mii, Citigo y Up!) deberíamos considerarlos como sus principales rivales. Tanto el Seat como el Skoda son ligeramente más económicos en sus acabados más altos (12.251 € el Mii y 12.430 € el Citigo), pero el motor 1.0 de 75 CV no llega a las prestaciones del francés. A su favor cuentan con un maletero significativamente más grande (196 frente a 252 litros). El Volkswagen Up! se descuelga del trío con un precio de 14.075 € para la versión Street equipada con el mismo motor 1.0 de 75 CV.

El Fiat Panda 5p. 0.9 TwinAir de 85 CV en acabado Lounge tiene un motor y un precio muy similar (13.750 €) y el Chevrolet Spark 5p. 1.2 81 CV LTZ cuesta casi 1.000 euros menos (12.175 €). Por su parte, el recién estrenado Suzuki Celerio, equipado con el propulsor 1.0 68 CV y en el acabado más alto sólo cuesta 11.737 euros, pero tanto las prestaciones como la dinámica de conducción y el nivel de equipamiento no pueden compararse con el Citroën. Lo mismo que le ocurre al Kia Picanto 5p. 1.0 69 CV Urban (11.705 €).

Por encima del precio del francés se encuentran los Smart Forfour, sea cual sea la variante mecánica elegida, el Hyundai i10 1.2 87 CV Go (14.500 €) y el más “chic de todos, el Opel Adam, que con el motor 1.4 87 CV y acabado Glam se va hasta los 15.340 euros. Eso sí, con un nivel de acabados y comportamiento dinámico muy superior a la media.

Todo este batiburrillo de modelos, precios, acabados y motorizaciones sólo viene a decirnos que el precio del Citroën C1 es justo y está claramente en la media respecto a lo que se pide en el sector.

Tras probarlo durante esta semana hemos visto como se trata de un coche muy funcional que tiene un motor más que correcto y un nivel de equipamiento realmente bueno. En conjunto estamos hablando de una de las mejores opciones del segmento para el que esté buscando un coche de estas características. Aunque quizás no sea el más bonito de la calle.