Cubismo analítico
El Citroën C3 Picasso recurre a las formas cúbicas para captar las miradas, pero también para aprovechar al máximo un espacio interior versátil, de acabados cuidados y lleno de luz. Con el motor HDi de 110 CV goza de la soltura necesaria para que no dé pereza plantearse recorridos largos. Y la versión Exclusive, la más alta de la gama, dispone de un completo equipamiento. Aunque eso sí, resulta algo cara: 18.650 euros sin extras.
El C3 Picasso es uno de eso vehículos que no pasan desapercibidos, y es que Citroën ha apostado por un estilo desenfadado y un diseño diferenciador para su nuevo monovolumen más pequeño. Un vehículo que estrena en la marca un nuevo concepto de monovolumen basado en unas formas que se desmarcan de lo convencional, el máximo aprovechamiento del espacio interior y el confort de marcha. Claro que estas mismas bazas también las juegan el Kia Soul y el Toyota Urban Cruiser, este último, además con posibilidad de tracción a las cuatro ruedas. Los rasgos estilísticos del C3 Picasso se basan en las formas cúbicas de la carrocería, matizadas por sus ángulos redondeados, pero también cobra especial relevancia la configuración de la superficie acristalada. Todo ello se traduce en una imagen robusta pero, sobre todo, en una sensación de espacio interior superior a lo que consiguen sus medidas: 4,08 m de longitud, 1,73 m de anchura y 1,62 m de altura.
La nota dominante en el interior del C3 Picasso es la sensación de espacio que proporcionan sus formas cúbicas. Una sensación que se ve acentuada por una gran superficie acristalada que llega a los 4,52 m2 si se incluye el generoso techo panorámico que se ofrece como opción. Aunque en cuestión espacio donde encontramos verdaderamente la diferencia en comparación con un vehículo del mismo tamaño, o incluso mayor, es en la capacidad del maletero, pues alcanza los 385 litros en la posición más retrasada de la banqueta trasera. Dicha capacidad puede aumentarse hasta los 500 litros adelantando la banqueta o hasta los 1.506 si se aprovecha todo el volumen después de plegar los asientos posteriores. La visibilidad periférica es tal que al principio cuesta acostumbrarse. Ello se debe a que el parabrisas está situado en una posición muy avanzada, de modo que los cristales de custodia también quedan más adelantados de lo normal, a lo que hay que sumar que prolongan su verticalidad hasta el techo. Consecuencia de lo anterior es un salpicadero muy profundo con espacio para alojar una guantera refrigerada en la que cabe una botella de 1,5 litros.
La oferta en diesel del Citroën C3 Picasso se configura en torno al motor 1.6 HDi, el cual está disponible en sus dos niveles de potencia: 90 y 110 CV, bueno 109 CV para ser exactos. Ambos gozan de la denominación Airdream, distintivo establecido por la marca para aquellos vehículos que, entre otras cosas, no superen los140 gr/km de CO2. La versión más potente, que es la que hemos probado, cuenta con filtro antipartículas de serie y es la única de la gama que asociada a los equipamientos SX y Exclusive monta el ESP de serie. Dispone de un par máximo de 240 Nm a 1.750 rpm pero gracias a la función "overboost" que permite incrementar de manera puntual la presión de alimentación, su par máximo puede llegar a los 260 Nm. La velocidad máxima que alcanza es de 183 km/h y el 0 a 100 km/h lo realiza en 11,2 segundos.
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Con el motor 1.6 HDi 110 el C3 Picasso está perfectamente capacitado para convertirse en un rutero y no limitar su ámbito de utilización a las urbes y sus extrarradios. Su respuesta mecánica cumple sobradamente con las expectativas depositadas en un vehículo de su condición, mucho más pensado para un uso familiar y tranquilo que para una conducción dinámica. Algo que deja patente la suspensión, pues se muestra receptiva a absorber las irregularidades del terreno aportando un buen confort de marcha, a pesar de que los excesivos neumáticos de 205/45 sobre llantas de 17 pulgadas no ayudan mucho, pero, sin embargo, no es capaz de mitigar los balanceos de la carrocería. En cualquier caso, el C3 Picasso mantiene una correcta precisión en el guiado.
Como ya hemos comentado los balanceos de la carrocería se perciben notoriamente en los tramos de curvas o en cualquier otra maniobra que suponga cambios de apoyo, pero esto no significa que el coche sea inseguro. De hecho, aunque en algunas ocasiones este comportamiento puede llevar aparejado cierta pérdida de confianza, la reacciones del C3 pueden calificarse de nobles, es decir, que no responde de forma inesperada. Las ayudas electrónicas a la conducción que ofrece de serie se limitan al ABS con ayuda a la frenada de emergencia y repartidor electrónico de frenada, aunque no es el caso de nuestra unidad de pruebas que al tratarse de la motorización HDi 110 con acabado Exclusive también incluye ESP sin sobrecoste. Esta versión también cuenta dentro del equipamiento de serie destinado a la seguridad con seis airbags: frontales, laterales delanteros, y de techo delanteros y traseros, control de velocidad, faros antiniebla delanteros y ayuda al estacionamiento trasero.
La estética es un valor fundamental en la decisión de compra y el C3 Picasso puede gustar más o menos, pero lo que no se puede negar es que es distinto. Su particular diseño le permite disponer de una capacidad de maletero, con las cinco plazas en condición de ser utilizadas, sobresaliente. A lo que hay que sumar las múltiples configuraciones que permite su interior para ganar espacio de carga, aunque en este sentido encuentra un duro rival en el Honda Jazz. También goza de un buen confort de marcha, y pese a que parte de un precio visual atractivo, el Citroën C3 Picasso no se puede considerar barato.
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