Citroën C5 Crosstourer

Bajo un atractivo aspecto familiar del segmento medio, el Crosstourer esconde una serie de argumentos que utiliza para surcar pistas sin casi enterarse. Además, ofrece un interior muy práctico, inteligente y amplio así como algunas ventajas respecto a la competencia, como una de las suspensiones más eficaces y contrastadas del mercado, un motor suave y contundente a la vez, así como uno de los techos panorámicos más grandes del segmento.

La configuración del Crosstourer hace un guiño a los que comparten el gusto por un modelo de estas características: capaz, con posición de conducción elevada y polivalencia de utilización, pero a los que no les hace gracia renunciar a los placeres de la conducción en el sentido más puro. Para ello se ha tomado como base la plataforma del C5 Tourer y se ha trabajado para adaptarla a las particularidades que exige todo “razonable” SUV.

Estéticamente los cambios que los diferencian de la versión de calle no son muy significativos y se reducen a unos pasos de rueda más anchos rodeados de unas molduras plásticas, a unas planchas para la protección de los bajos que imitan el aluminio, a los espejos retrovisores cromados y a los cristales traseros tintados.

Si lo comparamos con su posible competencia, hay que destacar que mientras algunos de sus posibles rivales buscan acercarse en lo posible a los SUV de ultima generación cuya característica principal es que cada vez están mas pensados para un mayor porcentaje de utilización en asfalto, este Citroën busca la razonabilidad como argumento. Renuncia a la que seguramente seria la premisa obligada de cualquier “todocamino”: disponer de una tracción integral. Si buscamos rivales directos habría que decir que en principio, rivaliza con modelos que persiguen un mismo espíritu pero con planteamientos muy distintos como el Volskwagen Passat Alltrack 2.0 TDi (140 CV / €35.420), el Opel Insignia Country Tourer 2.0 CDTi 4x4 (163 CV / €38.360), el nuevo Volvo XC60 D4 (180 CV / €39.700) y hasta incluso con el Skoda Scout 2.0 TDi (150 CV / €30.340), el más barato de los grupo pero no por ello menos atractivo y eficaz.

Manteniendo pues la configuración de tracción delantera (La firma reserva la tracción total para el C4 Aircross) a cambio ofrece los beneficios de una de las mejores amortiguaciones del mercado, la suspensión Hidractiva III+. Esta suspensión nos ayudara a sortear las trampas y dificultades que se nos puedan presentar en los caminos fuera del asfalto, con una solvencia y garantía que ya quisieran para si muchos de sus rivales. Y si fuera del asfalto no plantea ninguna duda en relación a sus potenciales ventajas, en carretera tiene sus incondicionales y sus detractores. Y para concretar en mayor medida esta última frase vamos a analizar en primer lugar los argumentos que tanto gustan a sus incondicionales. Se trata de una amortiguación que puede variar la altura en función de nuestros gustos, necesidades o circunstancias. Dispone de un reglaje estándar 15 mm más alto que un C5 Tourer “normal” hasta que se alcanzan los 70 Km/h. A partir de esta velocidad se iguala con la versión de asfalto del C5 para optimizar la aerodinámica y el comportamiento.

Cuenta también con una tecla entre los asientos delanteros donde se puede seleccionar una posición mas elevada de hasta 40 mm mientras que no se rebasen los 40 Km/h. Ideal para circular por pistas o incluso carreteras muy degradadas. Si circulamos por debajo de los 10 km/h la carrocería se puede elevar otros 20 mm. más, lo que permite una distancia libre al suelo de hasta 210 mm. Dispone además de una función de reglaje de altura del plano de carga que se acciona con la ayuda de un mando situado al lado derecho del maletero que permite variar la altura de la carrocería en parado desde la posición estándar hasta 50 mm, para facilitar tanto el acceso al habitáculo a personas mayores como para introducir y colocar el equipaje en el maletero.

Ya por último, el sistema mantiene constante la altura de la carrocería respecto al suelo con independencia de los ocupantes o del nivel de carga acompañado de un comportamiento que aísla a los ocupantes casi al 100% de las superficies por la que circule el coche. Y a esta última característica es a lo que nos referíamos cuando hablábamos de sus detractores. Esta carencia de sensaciones respecto al suelo no es del gusto de todos.

A mí personalmente y por el contrario, me ha parecido sobresaliente. De cualquier forma, y por si alguien no queda satisfecho y para dejar un buen sabor de boca a todos, el sistema dispone de una opción “sport” que sacrifica en parte el elevado grado de comodidad y aislamiento, para permitir una mayor dureza de las suspensiones que se traduce en un mayor control, si cabe, de la precisión en la trayectoria unida ahora a un mayor numero de “sensaciones”.

Si la suspensión Hidroactiva III+ puede suponer un “plus” dinámico en el Cross Tourer, su motor diesel se suma a esta percepción. En nuestro mundo dieselizado, disponer de una mecánica que se acerque por sensaciones a las nuevas versiones de mecánicas de gasolina, siempre es de agradecer. Y es que aunque no se trata de una mecánica especialmente potente, sus 163 caballos y 340 Nm a 2000 r.p.m., aseguran unas prestaciones más que razonables junto a un agrado de conducción al que no le falta su punto de calidad y refinamiento en su cuidada acústica y aislamiento de vibraciones.

La entrega de potencia se realiza de una forma suave y progresiva, dando la sensación de que en algunos momentos se trata mas bien de una mecánica atmosférica, ya el turbo se manifiesta sin reservas tan solo en las solicitudes mas exigentes. En la zona baja del cuentarrevoluciones el motor tiene tirón a partir de las 1500 rpm; hacia las 1800 rpm se encuentra a pleno rendimiento y este no decae hasta rozar las 4000 vueltas, momento en el que el motor empieza su declive, tanto en potencia como claramente en par.

Si lo que se pretende es mantener un ritmo vivo en carretera lo ideal es moverse siempre en la banda de las 2000/3500 rpm ya que en ese margen de 1500 revoluciones el motor pone de manifiesto todo lo que es capaz de dar y consigue mantener una excelente velocidad media sin tener que recurrir al manejo del cambio. La caja de cambios funciona muy bien con recorridos claros, suaves e inserciones fáciles de encontrar pero su tacto, por el contrario, a veces resulta un poco “gomoso”.

Las prestaciones son un juez imparcial y en este juicio el C5 sale absuelto con una nota más bien alta. En aceleración 1000 metros, el recién llegado se codea sin complejos con lo mejorcito del segmento. Las recuperaciones son otro tanto de lo mismo, y el cambio de seis velocidades dice mucho al respecto. En carretera los adelantamientos y recuperaciones desde bajas revoluciones se realizan con una gran rapidez y sin ningún tipo de problemas. En el apartado del consumo este modelo también manifiesta una de sus facetas mas destacadas. No se puede decir que sea el que menos consume, pero si que se mantiene entre los mas ahorradores, consiguiendo unas cifras bajas en todas las mediciones a velocidades legales, sin dispararse mucho cuando se exprime al máximo la mecánica, permitiendo autonomías de más de 1000 kilómetros a poco que apure el depósito.

Respecto al comportamiento, cuenta con un bastidor muy elaborado al que es difícil encontrar peros. El Cross Tourer ofrece un comportamiento fuera del asfalto muy satisfactorio, y suficiente para quien tenga que conducir con relativa frecuencia por pistas y caminos; el límite viene impuesto por parte de los neumáticos, claramente pensados para rodar al 100% por carretera.

La altura libre al suelo y el recorrido de las suspensiones no han sido pensados para atravesar zonas excesivamente complicadas, pero tampoco es el objetivo principal de este coche, ni mucho menos. Centrándonos en la conducción por carretera, el CrossTourer resulta prácticamente igual de efectivo que el C5 de calle. La mayor altura de la carrocería no afecta en absoluto a la hora de circular por carreteras viradas, a lo que también contribuye su generosa batalla.

En conjunto consigue una eficacia ciertamente destacable en todo tipo de carreteras y, lo que es mas importante, transmitiendo una alta sensación de seguridad y aplomo al conductor. La carrocería apenas inclina, el tren delantero apunta perfectamente a donde le dirige el volante y el trasero sigue fielmente esta trayectoria incluso aunque forcemos levantando el pie del acelerador en pleno apoyo. El carácter subvirador propio de su disposición mecánica se ve acentuado precisamente por esta falta de ayuda del tren trasero, que no desliza lo mas mínimo. Y esto no es una crítica, ya que lo cierto es que el aplomo y confianza que transmite es merecedor de todo tipo de elogios.

En cuanto a su presentación y acabado interior solo decir que esta muy bien rematado y aunque los plásticos y piezas parecen muy buenos, se deja asomar algún que otro plástico duro.

Por otro lado, el tablero dispone de mucha información que es clara de entender y fácil de encontrar. A esto se suma que todos los botones de la consola central están a la vista y caen a mano. El habitáculo es amplio y cómodo y dispone de unos buenos asientos delanteros tanto por la dureza del mullido como por la capacidad de sujetarnos en las curvas. Y en las plazas traseras más de lo mismo. Resultan muy cómodas tanto por el espacio para las piernas como por la disposición del asiento con la posibilidad de que el respaldo puede ser abatido en 2/3 – 1/3 para conseguir una capacidad de carga totalmente plana de hasta 1.462 litros.

Esta versión arranca con un precio base de 33.260 euros y dispone de un equipamiento de serie de retrovisor interior electrocromo, climatizador automático bizona, freno de mano eléctrico, cortinillas laterales, marcos inferiores de las ventanillas cromados, retrovisores exteriores abatibles eléctricos, pack visibilidad, faros antiniebla delanteros, suspensión Hidroactiva III+, audio conection box (Blue tooth, USB y toma de audio), iluminación diurna por LEDS, red vertical de separación de carga, techo panorámico, lunas traseras y portón sobretintados, regulador y limitador voluntario de velocidad, ayuda estacionamiento (eMyWay / cámara visión trasera), ordenador de abordo, navegador color 7” con cartografía europea, llantas de aleación de 18” más detector de neumáticos poco inflados y barras en techo longitudinales color gris.

El resultado en las pruebas EuroNcap es excelente. El equipo de seguridad de serie no tiene critica. Esta compuesto por siete airbags (frontales, laterales, de cortina y de rodillas, columna de dirección colapsable, ABS, repartidor de frenada electrónico, sistema de ayuda de frenado, ESP, control de tracción (ASR), alerta de cambio involuntario de carril, etc.

Los más de 33000 euros que hay que desembolsar para adquirir esta versión campera del C5 no es una cantidad que se pueda tratar a la ligera. Y mucho menos en los tiempos que corren donde en este nivel de precios las marcas denominadas “Premium” se esfuerzan por ofrecer versiones con mecánicas y equipamientos más que razonables.

Sin embargo, este Citroën ofrece bastante. Un generoso y cómodo tamaño interior, mucha tecnología y unas líneas exteriores que sin ser extravagantes y diferentes como nos tenia acostumbrados la marca de los dos chevrones, no hay ninguna duda que resultan atractivas. A esto debemos añadir una mecánica que bien podría ser de las mejores del mercado tanto por el refinamiento y silencio del que hace gala su motor, como por sus buenas prestaciones, recuperaciones y economía de uso. La dirección funciona muy bien, el cambio ofrece una buena sensación de calidad y precisión y en el capitulo dinámico no hay dudas de su bondad. Habrá otras opciones, eso es cierto, pero también es cierto que su excelente relación tamaño/polivalencia/precio lo hace convertirse en un automóvil muy, muy a tener en cuenta.