Una nueva dimensión para la familia
La tendencia actual a la hora de diseñar berlinas de corte familiar implica una cierta pérdida de capacidad de carga en beneficio de la estética. Esta solución se manifiesta claramente en el C5 Tourer, que ha restado espacio de maletero en favor de un diseño más llamativo, deportivo y aerodinámico. A la hora de adquirir uno de estos vehículos, los padres de familia -con el inefable consejo/imposición de las madres- tienen también muy en cuenta la imagen, además de la capacidad. Las carrocerías cuadradas de corte conservador tan habituales en este segmento han dado paso a otras menos angulosas, más modernas y atrevidas, como lo atestigua la completa metamorfosis experimentada por el nuevo C5 Tourer, que ofrece unos rasgos rebosantes de deportividad y sofisticación, similares a los de berlinas de corte deportivo. Esto se debe al conocido vanguardismo estético del que Citroën hace gala siempre que diseña un nuevo modelo. De esta forma y con estos nuevos parámetros conceptuales, la marca pretende llegar a "tentar" a un público más joven y viajero, y a perfiles de clientes con estilos de vida activos, además de las familias tradicionales con uno o dos hijos pequeños.
El interior del C5 Tourer casa a la perfección con la imagen dinámica que transmiten sus rasgos exteriores. Modernidad y ergonomía no están esta vez reñidas en un habitáculo acogedor que emana calidad y calidez a pesar de un aire de modernidad que invade todo el interior. La estructura y distribución de los componentes ha sido acometida con originalidad a base de formas muy marcadas, materiales de buena presencia y muy agradables al tacto. La sofisticación y el componente de distinción se lo otorgan los numerosos remates en aluminio pulido. Estos pequeños pero importantes detalles son los encargados de dotar a la berlina francesa del empaque del que hasta ahora carecían las anteriores generaciones de familiares de la marca. El Tourer complementa esta agradable sensación a bordo con unas plazas realmente generosas, incluso la central trasera permite viajar cómodamente por la ausencia casi total de túnel central. Delante, los asientos son ajustables eléctricamente por mitades, de tal forma que el respaldo se adapta como pocos a la espalda del conductor. Por lo que respecta al volumen de carga, no es precisamente de los más grandes (505 o 533 litros en función de si lleva rueda de repuesto o kit reparapinchazos) pero sí resulta muy práctico y aprovechable, ya que además de ganchos, redes, argollas y huecos para fijar y colocar la carga, el modelo asociado a la suspensión neumática permite bajar la altura de la carrocería pulsando un botón para facilitar la colocación de los bultos más pesados. El portón, de apertura eléctrica, dispone asimismo de memoria con tres posiciones de apertura para, por ejemplo, no golpear el techo del garaje al abrirlo en los aparcamientos más bajos.
La versión Tourer, con un voladizo trasero mayor -mide 4,86 metros de longitud total- y un peso cercano a los 1.700 kg, es más voluminosa y pesada que el C5 berlina. Estas "limitaciones" estructurales se aprecian, por ejemplo, en sus registros de consumo o prestaciones, que no son especialmente brillantes con la mecánica 2.0 HDI de 136 CV que equipa. Sin embargo, en el plano dinámico, una vez en marcha, el C5 Tourer es más efectivo de lo que puede parecer y no dista tanto de su "hermano" de tres volúmenes, aunque sí presenta diferencias con otros modelos de la competencia de características técnicas similares. El Ford Mondeo Wagon 2.0 TDCI de 140 CV, por ejemplo, tiene algo más de garra, especialmente en la zona media de revoluciones, y quizás su tacto global sea algo más deportivo y ágil como consecuencia de su menor peso y su configuración de suspensión más firme. Existe una versión diésel más potente en la gama del C5 (el 2.2 HDI de 170 CV) pero quizás la variante probada resulta la más equilibrada para cubrir unas funciones más o menos convencionales en un uso diario, con recorridos de tipo estándar. La suavidad de funcionamiento de esta mecánica es quizás una de sus grandes virtudes, junto con un nivel sonoro francamente bajo; el trabajo realizado por los ingenieros franceses a nivel acústico es realmente encomiable.
Si por algo destaca la versión Tourer es por ofrecer unos niveles de comodidad interior y confort de marcha dignos de una berlina de representación. Citroën ofrece dos sistemas de amortiguación diferentes: la tradicional suspensión de muelles helicoidales o la suspensión neumática Hidractiva III+, de ajuste automático o manual, con dos posiciones de marcha (normal y sport). Ambas son una delicia para los pasajeros, que viajan sin apenas notar las irregularidades del firme, aunque es ésta última variante la que ofrece un mejor aislamiento, neutralizando completamente los baches y las rugosidades de la carretera pero también los cambios de rasante, los balanceos, las inercias y las inclinaciones de la carrocería propias de la marcha en cualquier tipo de vía. Además, este tipo de suspensión viene asociada a algunas funciones interesantes, como la de adecuar la dureza de la misma a distintas variables, mantener constante la altura de la carrocería independientemente de la carga y ofrecer al conductor un modo de uso Sport. La dirección, por su parte, posee una asistencia notable para que las maniobras se realicen con la máxima facilidad, si bien en determinados momentos puede transmitir una ligera sensación de imprecisión; aunque en realidad, es más una percepción que una realidad, puesto que la trazada acaba respondiendo al "dibujo" marcado por las manos del conductor sobre el volante. Incorpora también un freno de mano eléctrico y el asistente de arranque en cuesta.
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Con cinco estrellas EuroNCAP, siete airbags de serie -y hasta nueve en opción-, control dinámico de estabilidad de última generación con ASR y ayuda de frenada de emergencia, el C5 ofrece unos niveles muy elevados de seguridad activa y pasiva. Otra de las señas de identidad tradicionales en Citroën -un volante siempre peculiar- se mantiene en este modelo pero ofreciendo una nueva funcionalidad para la seguridad. Al incorporar la parte central fija, permite adoptar un airbag más grande y eficaz y acercar multitud de funciones, mandos y controles a las manos del conductor. Así, para accionarlos apenas es preciso alejarlas del aro giratorio.
Por su naturaleza -espacioso, sofisticado, tecnológicamente avanzado, cómodo y muy seguro- la marca es consciente de que tiene también un amplio mercado potencial no sólo entre los particulares europeos sino también entre las empresas, como vehículo de flota o para directivos. De hecho, las previsiones iniciales de la marca apuntaban a que hasta un 60% de las matriculaciones pudieran provenir del entorno empresarial. Para alcanzar este objetivo era imprescindible superar objetivamente a los rivales directos del segmento con las cifras en la mano -los números acostumbran a ser el único criterio por el que se rigen las empresas a la hora de adquirir sus vehículos de flota, más allá de las consideraciones estéticas-. Es indudable que la imagen y el diseño del C5 Tourer resultan en esta generación especialmente acertados y muy adecuados por su representatividad, pero la marca gala ha hecho un esfuerzo superior por alcanzar, y en algunos casos superar, a la competencia en aspectos decisivos como la fiabilidad, la durabilidad, el precio de venta, el valor de recompra, el equipamiento o la funcionalidad. El resultado es un vehículo con carisma y argumentos suficientes para convertirse en líder. No en vano posee una ventajosa dicotomía que en pocas ocasiones se da: ofrece la imagen elegante y distinguida de una berlina familiar de gama alta pero con las tarifas de una de tipo medio.
Hola Yo tengo un C5 Tourer Exclusive FAP 163 CV y es una autentica maravilla. Conduccion tanquila y segura, comodidad sin precedentes. Equipacion del coche, impresionante y prestaciones muy buenas. El maletero a pesar de ser grande, es comodo de usar