La exclusividad del lujo francés
Citroën ha conseguido posicionar la variante de modelos DS como una sub-marca, o mejor dicho sobre-marca. Los modelos DS, ya sean el DS3, DS4 o el DS5, se caracterizan por ofrecer un nivel de acabado más cuidado y premium que los modelos de la marca generalista no tienen. Y la prueba del éxito de estos modelos es que DS ya se considera una marca diferente de Citroën en el mercado chino y hay planes para que suceda lo mismo en Europa a corto plazo.
Hoy probamos uno de los modelos que mejor representa la filosofía DS, el DS5, pero además lo hacemos en su edición especial Faubourg Addict que añade algunos detalles únicos que lo hacen más atractivo y refinado, según gustos…
El único motor disponible para esta variante es el 2.0 HDi de 163 CV asociado a una caja de cambios automática de seis velocidades, un propulsor que debería aportar suficiente potencia para mover con cierta soltura a este… ¿compacto? ¿monovolumen? ¿cupé? dificil de encasillar.
El DS5 es un coche difícil de encasillar. Mide 4,53 metros de largo, tiene unas proporciones que nos recuerdan ligeramente a las de un monovolumen, una caída del techo al estilo cupé y una trasera del estilo break. Una mezcla que resulta en un coche raro pero a la vez atractivo, capaz de captar la atención de aquél que pasa por su lado.
Detalles exclusivos Faubourg Addict
Este nombre francés hace referencia a los ambientes más exclusivos de la ciudad parisina. Según Citroën, Faubourg Addict, es una expresión que engloba el lujo que se respira en los lugares más mágicos de la ciudad, incluyendo los renovados suburbios que ahora están tan de moda.
La edición más selecta del DS5, que también se aplica al resto de la gama DS, incorpora detalles exclusivos que lo desmarcan ligeramente del resto de variantes de la gama DS5. Este Faubourg Addict se viste con el color berenjena denominado Whisper para toda la carrocería contrastando con los cromados en los protectores laterales, en la parrilla delantera y la decoración que nace en los faros delanteros y que se funde con la primera ventanilla.
El techo panorámico de cristal se ha decorado con un vinilo con la trama característica DS que modifica la luz interior creando bonitas sombras según la incidencia del sol. Este mismo entramado DS también está presente en las carcasas de los retrovisores grabado a láser.
Para esta edición se montan además unas grandes llantas de aluminio de 18 pulgadas acabadas con tonalidades negro brillante que potencian un aspecto exterior cuanto menos curioso.
El máximo exponente de la firma francesa
La línea DS, o mejor dicho la ya marca DS, se separa ligeramente de los modelos generalistas de la firma francesa al ofrecer un aspecto más moderno y, sobretodo, un interior muy cuidado que los elevan hasta prácticamente a la par de los denominados coches “premium”. Eso se nota tanto en el diseño como en la elección de los materiales y en el acabado y ha mejorado en relación a los modelos de lanzamiento.
En el interior puede observarse como el grupo de materiales escogidos para la confección de los diferentes elementos que forman el habitáculo han sido elegidos e instalados con especial esmero para garantizar un ambiente de lujo y confort. Hay bastane plástico, sí, pero de calidad, con un diseño agradable para la vista y un tacto suave al pasar la mano por encima. Los detalles como el reloj analógico o las molduras decorativas le sientan muy bien.
El puesto de conducción lo preside un volante con un diámetro mayor al convencional y con la parte inferior achatada. A través de éste se tiene acceso visual a un cuadro de instrumentos demasiado sobrio comparado con los múltiples detalles estéticos que encontramos por todo el interior. También aporta un práctico Head up Display donde se proyecta la velocidad y diferentes informaciones de interés para no tener que apartar la vista de la carretera.
Los asientos son una oda al confort. Son cómodos, sujetan muy bien el cuerpo y el acabado en cuero es realmente bueno. Los delanteros pueden ajustarse en altura, y además el del conductor cuenta con regulación eléctrica total, incluyendo el apoyo lumbar En los dos también puede ajustarse la longitud de la banqueta para una mayor comodidad en las piernas.
La segunda fila está homologada para tres pasajeros. Sin embargo sus plazas se orientan claramente para alojar a dos adultos sin problemas. Como suele ser más que habitual la plaza central se reserva para un uso esporádico dada su incomodidad.
La consola central alberga los diferentes controles del sistema de infoentretenimiento Citroën eTouch, los del audio, del climatizador y los elevalunas y el freno de estacionamiento eléctrico, bien agrupados y todos a mano del conductor. Algunos botones rompen con la sintonía general al presentarse demasiado simples y de dudosa calidad.
Se echan en falta algunos huecos portaobjetos, en concreto algunos que nos permitan sujetar algún refrigerio para el trayecto. Lo cierto que en las puertas delanteras existen dos huecos destinados a ello, pero a menos que sea una lata convencional los demás no caben. La ausencia de compartimentos, a excepción del típico cofre central entre asientos, se resuelve con otros dos en la consola del techo cockpit que divide los cristales solares. Los mandos situados en ella para abrir independientemente las cortinillas resultan un tanto confusos y requiere de un proceso de adaptación.
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El maletero responde con lo esperado. De entrada nos ofrece una capacidad de 468 litros muy aprovechables gracias a unas formas muy rectas que permiten “jugar al tetris” para introducir todo lo necesario. Con los respaldos de los asientos abatidos se logran hasta 1.288 litros totales. Lamentablemente este maletero no es modulable, aunque no incorpore rueda de repuesto no existe ningún hueco adicional bajo el piso, sólo lo justo para el kit antipinchazo y el gancho para remolcarlo en caso de avería.
Gran rutero
Bajo el capó del DS5 Faubourg Addict se encuentra el motor turbodiésel de cuatro cilindros y dos litros HDI 160, que en realidad entrega 163 CV, y que se presenta como una de las variantes más racionales a la hora de escoger mecánica. La versión 1.6 de 114 CV puede quedarse algo corta de potencia según casos y la más potente en diésel de 181 CV es más cara, gasta más y esos casi 20 CV adicionales apenas mejorarán un poco las prestaciones.
Esta versión especial sólo está disponible con el cambio automático de seis velocidades por convertidor de par del que os daré mi opinión unas líneas más adelante.
Echando una ojeada a su ficha técnica homologada se nos informa de un par máximo de 340 Nm a partir de las 2.000 rpm, una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos y una velocidad máxima de 215 km/h. En cuanto a consumo y emisiones se indica que tiene un gasto combinado de 6,1 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 158 gramos por kilómetro. Visto esto, nos vamos a la carretera.
Al volante se nota el buen trabajo que han realizado los ingenieros de la marca con tal de lograr un excelente aislamiento acústico y una importante reducción de las vibraciones. Aun tratándose de un motor diésel la rumorosidad que llega al habitáculo es muy baja.
Una de las palabras que define el comportamiento es polivalente. Es un modelo que en cualquiera de las vías por las que circulemos ofrece un agrado de conducción muy alto. Sólo en carreteras muy rotas o en calles con adoquines puede molestar un poco el tarado de las suspensiones, que debido a su apreciable dureza los impactos son algo secos.
Gracias a la excelente puesta a punto del chasis es un modelo que permite conducirse de todas las maneras, ya sea calmadamente o efectuando una conducción un poco más deportiva. La dirección es muy directa y si te haces rápido con el diámetro del volante es un coche muy efectivo y con un paso por curva muy bueno.
El motor no defrauda y cumple con su cometido sin esfuerzo. Empuja con fuerza desde abajo y se mantiene durante un buen rango de revoluciones. El cambio, sin llegar a la eficacia del de un automático de doble embrague, gestiona muy bien el momento de engranar una marcha superior o reducirla. Los saltos entre relaciones son suaves, aunque con el coche recién arrancado y en frío puede notarse algún tirón.
Como podéis ver en algunas de las fotografías, probamos el coche incluso en el Circuit de Catalunya y aunque lógicamente no es su hábitat ideal nos sorprendió por sus reacciones neutras al buscarle los límites. En fuertes apoyos a gran velocidad la carrocería ya balancea un poco más pero el tren delantero sigue mandando el recorrido a seguir y cuando llegamos al límite es muy fácil corregir la trayectoria con menos giro del volante. La trasera puede llegar a deslizar pero siempre con previo aviso.
Las ayudas, como el control de estabilidad, cumplen con su función a la perfección. A la que el sistema nota que alguna de las ruedas empieza a patinar se activa y lo recoloca en décimas de segundo. El botón para desactivarlo es algo ficticio, aunque veamos en el cuadro que lo llevamos desconectado siempre acaba entrando en escena.
En términos de consumo no es difícil acercarse a la media que ha homologado el fabricante, aunque si no nos esforzamos en conseguirlo habrá que sumar entre un litro y medio y dos más según el estilo de conducción y el porcentaje de ciudad y carretera que efectuemos. Durante esta semana de pruebas nosotros lo hemos dejado con 7,6 litros a los 100 kilómetros.
Equipamiento y precio
La versión Faubourg Addict toma como base el completo nivel de equipamiento Sport al que añade los detalles estéticos anteriormente comentados como los ribetes del techo, el grabado en los retrovisores, el color de la carrocería y las llantas.
El acabado Sport es el tope de gama e incluye de serie una importante ristra de elementos de primer nivel como el sistema de infoentretenimiento Citroën eTouch, el climatizador bizona, el encendido automático de luces y limpiaparabrisas, faros delanteros bixenón autodireccionales con lavafaros, el Head up Display o el techo tipo cockpit.
A esta edición no se le pueden añadir ni quitar extras por lo que el equipamiento es cerrado. Tiene un precio de 37.940 euros que, según por donde se mire, puede parecer algo elevado pero lo cierto es que este Citroën DS5 Faubourg Addict es uno de los coches más exclusivos que hoy en día puede comprarse, sobre todo por su peculiar diseño.
Si os parece caro compraros el Citroën y no la gama Ds. Es que lo queréis todo. Coche bueno bonito y barato. Esto es un pedazo de cochazo y no tiene nada que envidiar a un audi , BMW o mercedes de semejante precio. Si a este cochazo en vez de poner citroen le ponen BMW todos dirían que es barato y un cochazo.