Te aconsejamos probar el coche antes de comprarlo

El Reglamento para la Distribución de Vehículos no regula las pruebas de vehículos en los concesionarios pero es un servicio que se suele ofrecer aunque no es obligatorio. No te limites a sentarte en los diferentes asientos, revisar el maletero y toquetear el habitáculo: es importante conducir el coche antes de comprarlo. Y si el concesionario no dispone del modelo exacto que buscas, elige entre los vehículos que ofrezcan dando prioridad al motor y al tipo de transmisión ya que estos dos elementos son los que te darán una idea más acertada sobre el disfrute de la conducción.

La prueba de conducción suele tener una duración limitada y el vendedor va de acompañante para que en caso de accidente estés cubierto por la aseguradora.

Dependiendo del uso que le vayas a dar tendrás que fijarte en aspectos más prácticos y funcionales, sobre todo si viajas en familia, o en las prestaciones para los que buscan más diversión al volante. Aconsejamos apagar la música y subir las ventanillas para concentrarse bien en la conducción y escuchar todos los ruidos extraños que puedan aparecer (aerodinámicos, motor, habitáculo...)

Antes de arrancar, fíjate en la facilidad para entrar y salir del coche; si estás cómodo en el puesto de conducción; si el volante y asiento se regulan en altura y profundidad; si los controles son fáciles de usar o si el maletero es lo suficiente grande para tus necesidades.

Una vez en marcha, estate atento al ruido del motor y trata de probarlo por una zona que conozcas para que puedas comparar con otros vehículos que hayas conducido antes. Sería interesante ponerlo a prueba en una aceleración de 90 a 120 km/h en autopista para comprobar sus prestaciones. En relación al cambio evalúa si reduce o sube rápido de marchas, si el recorrido de la palanca es largo o corto y si su relación de marchas es la adecuada. No pases por alto si la dirección se maneja con soltura en ciudad y si es precisa en carretera o en el caso de la suspensión si es dura y notas mucho las imperfecciones de la vía o es muy blanda provocando excesivos balanceos. También es recomendable tomar alguna curva para comprobar el agarre que ofrece el vehículo.

Cuando se trata de un coche de segunda mano es importante fijarse, además, en aspectos como la facilidad de arranque del motor, detectar posibles defectos en la transmisión como tirones o chirridos, comprobar que la temperatura del motor se mantiene estable, que el volante no vibre y que los frenos y freno de mano funcionan correctamente y que no hay un hundimiento excesivo del pedal.

También hay que observar que el color del humo que sale por el tubo de escape no sea negro y te has de fijar si el vehículo pierde algún líquido. Por último es aconsejable comprobar que el motor no ofrece un ralentí irregular y que enciende sin problemas una segunda vez.

Conviene probar cuantos más modelos mejor y no te precipites a tomar una decisión ante un vendedor insistente en cerrar la compra.

Una buena práctica sería hacer una lista de todo lo que hay que comprobar e ir tachando o puntuando para luego recordar cómo fue la prueba; sobre todo si has probado diferentes vehículos.