El Fiat 500C es un modelo de lo más chic. La firma italiana logró un acierto monumental al crear el 500 con carrocería convencional. Tras el espectacular éxito comercial del primero, ahora lanza al mercado la versión descapotable denominada 500C. Por precio es uno de los descapotables más asequibles del mercado. Un coche fácil de conducir y cómodo e ideal para compartir el día a día con él. Opcionalmente existe la posibilidad de montar una caja de cambios automática, todavía más práctica para la ciudad. Aquellos que busquen unas prestaciones todavía más deportivas siempre podrán decantarse por el Abarth 500C. El Grupo Fiat ha resucitado recientemente la marca Abarth, una firma que en los años sesenta era un preparador independiente especializado principalmente en Fiat. El Abarth 500C es una versión de altas prestaciones derivada del 500C normal. Si no necesitamos tanta deportividad el Fiat 500C es más que suficiente.
Diseño
El diseño es uno de los aspectos más destacados del Fiat 500C. Es uno de esos coches que entran por los ojos te gusten o no los coches. El diseño neo-retro de su carrocería, inspirado en el 500 de los años sesenta hace que expertos y no expertos se queden prendados de su belleza exterior. Sus graciosas líneas curvas son una auténtica obra maestra. La carrocería del 500 de 2007 está claramente inspirada en el prototipo Trepiuno presentado en el Salón de Ginebra de 2004. La declinación cabrio es una mera evolución del mismo. La gran diferencia entre el 500 normal y el 500C la encontramos en la parte trasera de la carrocería y en el techo. En lugar de contar con una estructura completamente cerrada, ahora dispone de una capota de lona que cubre la cabeza de los cuatro ocupantes. Los montantes laterales de la carrocería siguen siendo de acero, enmarcando así las puertas y las lunetas laterales traseras. Un tipo de descapotable muy parecido al del Citroën 2 CV. Esta capota también integra la luneta posterior, que es de cristal. Mientras que en un descapotable convencional sólo puedes abrir o cerrar al completo la capota de lona, en esta ocasión podemos abrirlo centímetro a centímetro hasta lograr la posición que más nos guste. De este modo podemos dejar al descubierto sólo la cabeza de los ocupantes de las plazas delanteras, las de las dos filas o incluso llegar a plegar la luneta trasera.
Habitabilidad
No estamos ante el apartado más destacado de este utilitario italiano. Su interior es muy elegante pero a la vez muy pequeño. Podríamos catalogarlo claramente como un dos plazas con asientos traseros para niños. Las reducidas dimensiones exteriores redundan en un habitáculo muy limitado, pero aprovechable. Los acabados son de buena calidad, lejos quedan aquellos años en que Fiat empleaba plásticos demasiado sencillos. Una vez a bordo la primera impresión es de estar en un coche Premium. Delante ofrece una amplitud más que correcta, con asientos bastante cómodos y una anchura entre codos suficiente. Echamos en falta unos asientos delanteros con una base más larga que recoja mejor las piernas de sus ocupantes. El salpicadero alejado hace que el espacio parezca todavía mayor. Los huecos en las puertas ayudan bastante a la hora de repartir los objetos que llevamos habitualmente encima. El espacio para las piernas y para la cabeza de los ocupantes de la segunda fila es bastante limitado. Lo mejor es poder aprovechar los asientos traseros con un par de niños. El maletero es utilizable para bolsas de la compra y poco más. No cabe un cochecito de paseo de bebé.
Mecánica
El motor está algo desfasado, pero sigue ofreciendo un buen rendimiento. Se trata de un cuatro cilindros en línea de gasolina. Con un diámetro de 72 mm y una carrera de 84 mm la cilindrada total de este propulsor atmosférico es de 1.368 cm³;. Dispone de inyección indirecta y 4 válvulas por cilindro. Su relación de compresión es de 10,8:1. El bloque esta realizado en hierro fundido, mientras que la culata es de aluminio. Al tratarse de una mecánica atmosférica de 16 válvulas es un motor que le gusta subir de vueltas para ofrecer un buen rendimiento. El mejor carácter de este propulsor aparece cuando superamos las 3.000 rpm. A partir de este punto empieza a estirarse con gran soltura. No en vano, su par máximo de 131 Nm lo ofrece a 4.250 rpm. La potencia máxima de 100 CV no llega hasta alcanzar las 6.000 rpm. Si bien con los propulsores diesel no es necesario subir demasiado de vueltas, con este gasolina es casi necesario hacerlo. Esta unidad está equipada con una caja de cambios manual de seis relaciones. La posición elevada de la palanca en la parte superior de la consola central permite tenerla muy a mano. El tacto de la palanca es quizás algo blando, pero los recorridos de la misma son precisos. El pedal del embrague es algo gomoso, pero te acostumbras con gran facilidad. Opcionalmente Fiat nos propone, precisamente, para este mismo motor una caja de cambios automática de 6 relaciones denominada Dualogic, muy práctica en ciudad.
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Comportamiento
Estamos ante un coche eminentemente concebido para disfrutarlo en ciudad. Con una longitud total de tan solo 3,5 metros de largo es ideal para movernos dentro de un núcleo urbano. Aparcar con él es como coser y cantar. Esta unidad equipa de serie sensores aparcamiento en el parachoques trasero con lo que podemos completar las maniobras sin poner en riesgo la pintura. La visibilidad es bastante buena gracias a los dos retrovisores exteriores de gran tamaño. La pequeña luneta trasera hace que el retrovisor interior quede bastante limitado en lo que a visibilidad se refiere. El sistema Dualdrive permite cambiar la dureza dirección con solo apretar un botón del salpicadero denominado CITY. Esta solución ya la habíamos visto en el Panda, curiosamente, el modelo que Fiat tomó como base para crear el 500. En modo normal la dirección responde con un tacto relativamente duro. Cuando activamos el modo CITY la dirección pasa a ser ultra-suave. Así podemos mover el volante con un solo dedo, facilitando mucho las maniobras. Las suspensiones del 500 C son bastante cómodas. Se trata de un coche pensado para el día a día. Aquellos que busquen un comportamiento más deportivo lo mejor es que se planteen el más radical Abarth 500 C, con un chasis con suspensiones mucho más duras y por tanto deportivas. En carretera se defiende con gran soltura e incluso podemos circular con gran seguridad por caminos no asfaltados gracias a su buena altura libre al suelo.
Seguridad
Fiat ha incidido mucho en lo que a seguridad se refiere. Este 500 C cuenta de serie con un completísimo equipamiento al respecto: airbag de rodilla para el conductor, airbags frontales, laterales y de techo, fijaciones Isofix detrás, ABS, ESP, ASR, MSR, EBD, Hill Holder, faros antiniebla, luces diurnas,... Desde el primer momento que te sientas al volante del 500 C te sientes seguro y esto es gracias a que el chasis es robusto. La solución de conservar los montantes de las puertas de acero hace, que el habitáculo esté mucho más protegido que en el resto de descapotables del mercado.
Valoración final
Buscas un descapotable de tamaño ultra-reducido para disfrutarlo a diario. No busques más. El Fiat 500 C será tu mejor elección. La seguridad que aportan los montantes de acero laterales, el diseño de su carrocería neo-retro y la calidad de los materiales empleados son sus grandes bazas. Son varias las opciones mecánicas disponibles, el 1.4 16v de 100 CV es un motor muy fiable y sobretodo muy silencioso. Una opción que debemos tener en cuenta es la del cambio automático Dualogic. Sus rivales más directos son Audi A1 y Mini Cabrio.
Con esa cara sí que te tendría que dar vergüenza que te vieran,mucho mecánico ingeniero ahí por aquí que juzga a otras marcas defendiendo a las suyas sin mirar dentro de cada una...... Decís lo típico q si los coches italianos dan fallos eléctricos,que si lls Volvo tienen las mejores carrocerías..... Cosas típicas de toda la vida que las sabéis porque las habéis escuchado