Ford Focus 1.6 EcoBoost 150 CV: La tercera fase

Tras más de diez millones de unidades vendidas desde su lanzamiento, en el año 1998, el Focus estrena su tercera generación. El compacto de la marca estadounidense crece ligeramente con respecto al modelo anterior y busca mantener un lugar de privilegio en el mercado a nivel mundial. El carácter global del modelo queda patente en el hecho de que se venda en más de 120 países distintos. De entre la oferta de gasolina del modelo, el bloque 1.6 turbo de 150 CV ofrece un remarcable equilibrio entre comportamiento y consumo, destacando sobre todo por su gran suavidad. Si este caballaje no es suficiente, también existe una versión EcoBoost de 180 CV, cuyo gasto es idéntico pero mejora ligeramente las prestaciones. En todo caso, la comodidad del nuevo Focus en cualquiera de sus siete motorizaciones, unida a una configuración con ciertas aspiraciones deportivas, le convierten en un modelo capaz de dar buenos resultados en cualquier situación.

A nivel de dimensiones, el nuevo Focus con carrocería de cinco puertas varía muy poco con respecto a la anterior generación. Su longitud es de 4,36 metros, su anchura es de 1,82 m y, su altura, de 1,4 m. Es decir, es levemente más largo (1,6 cm) y bajo (2,1 cm) que su predecesor, pero también un poco más estrecho (1,6 cm), manteniendo los parámetros del segmento compacto. Como es habitual en la marca del óvalo, mantiene las líneas del denominado Kinetic Design. El pronunciado morro del nuevo Focus es una de sus principales cartas de presentación. Además de contar con un importante voladizo, la combinación de formas trapezoidales y triangulares en el frontal le generan un carácter propio, basado en una apariencia muy dinámica y atractiva. Las ópticas se caracterizan por ser muy estilizadas y refuerzan el aspecto fluido del vehículo. Al contemplarlo de forma lateral, se observa una línea de cintura ascendente, que progresa hasta unirse con el techo descendente. También llaman la atención con los típicos pasos de rueda marcados, habituales en las dos generaciones anteriores del Focus, y las llantas de 16 pulgadas de serie. La parte trasera conserva la línea atrevida de todo el conjunto y aporta ciertos toques futuristas, como por ejemplo en el diseño de los faros.

Entre los principales puntos clave del compacto de Ford se halla su vida a bordo. Para empezar, el asiento del conductor se distingue por una buena sujeción y por lograr que adoptemos una postura muy cómoda desde el primer momento. Ello también se consigue gracias al volante multifunción con regulación tanto en altura como en profundidad. Al fijarnos en la consola central y en el panel de instrumentos, veremos que son prácticamente calcados a los de su compañero de marca, el también renovado C-Max. La calidad de acabados ha avanzado con respecto al anterior Focus, cuestión que se percibe en el tacto de las botoneras. El ligero crecimiento de las cotas exteriores ha venido acompañado de un interior algo más amplio, del que se aprovechan sobre todo los pasajeros de los asientos traseros. Destaca, por encima de todo, la altura al techo, que permite que incluso personas de elevada estatura viajen de forma espaciosa. De todos modos, la segunda fila es más adecuada para que viajen dos ocupantes, ya que la plaza central es algo estrecha. El maletero ofrece un buen espacio de carga si lo comparamos con algunos de sus rivales, pues genera un volumen de 363 litros. Sin embargo, la forma del portón hace que la boca de carga no sea todo lo buena que podría, lo que puede condicionar la ubicación de bultos voluminosos.

De entre las motorizaciones disponibles en el Focus, para esta prueba hemos escogido el 1.6 EcoBoost de gasolina con turbo e inyección directa que eroga una potencia máxima de 150 CV a 5.700 rpm. El bloque, que entrega un par motor de 270 Nm entre 1.900 y 3.500 rpm, muestra una óptima conducta desde bajas vueltas, y no le falta empuje cuando se le solicita acelerar. Brinda una excelente suavidad de funcionamiento, aspecto que lo convierte en una mecánica muy equilibrada. Y es que, por un lado, este elástico 1.6 permite una conducción tranquila y sin sobresaltos, pero también puede mostrar su versión más divertida e impetuosa propia de un gasolina turbo si nos planteamos rodar de forma más activa. Todo ello lo alcanza gracias, en parte, al óptimo conjunto que forma con el cambio manual de seis velocidades al que va engranado el bloque. A pesar de sus largos desarrollos permite rodar en marchas altas sin que debamos realizar constantes reducciones. Por otro lado, está dotado de un tacto preciso, que nos facilita el trabajo al realizar una conducción más deportiva. En materia de prestaciones, el nuevo Focus con el motor EcoBoost de 150 CV acelera de 0 a 100 Km/h en 8,6 segundos y su velocidad máxima es de 210 Km/h. Registra un consumo homologado de 6 litros cada 100 kilómetros, cifra a la que contribuye directamente al circular por ciudad la incorporación en el equipamiento de serie del sistema Start/Stop.

La tercera generación del Focus integra la nueva plataforma global de Ford para el segmento C, en la que también se basan el C-Max y el Grand C-Max. Su sistema de suspensión está configurado por un esquema independiente de tipo McPherson con muelles helicoidales en el tren delantero y sistema multibrazo Control Blade, en el eje posterior. Como sucedió en la segunda generación del Focus, el confort de marcha conseguido por el nuevo modelo está a la altura de las expectativas. Dispone de una amortiguación muy equilibrada que evita las posibles oscilaciones de la carrocería al afrontar los apoyos. Para lograrlo, dispone de un tarado más bien firme pero sin perder ni un punto de comodidad. Brinda, además, un excelente copiado de los pequeños baches de la carretera, que pasan prácticamente desapercibidos para los ocupantes. En general, el compacto norteamericano reacciona a la perfección en carreteras reviradas. Se comporta de manera muy ágil en el paso por curva y su estabilidad se asemeja mucho a la de vehículos de segmentos superiores. A ello cabe añadirle un importante aplomo por vías rápidas, más evidente aún que en el anterior Focus gracias al leve incremento de la batalla. Con el nuevo modelo, la precisión de la dirección aún es mejor que anteriormente, lo que genera una remarcable sensación de control sobre el vehículo.

En el terreno de la seguridad, el nuevo Focus equipa airbag frontales, laterales y de cortina, así como ABS, asistencia en frenadas de emergencia y control electrónico de estabilidad (ESP). También dispone de anclajes Isofix para sillitas infantiles. Entre las novedades de la nueva generación se incluye el paquete Tech Titanium, que incluye, entre otros dispositivos, el City Safe Mode, el aviso de cambio de carril Lane Depature Warning, la ayuda para mantenimiento de carril Lane Keeping Aid o el reconocimiento de señales de tráfico Traffic Sign Recognition.

El gran éxito comercial del modelo durante sus más de trece años de existencia supone uno de los grandes avales para el compacto de Ford. Con la aparición de la nueva generación, no solo se moderniza su línea de diseño exterior e interior, sino que recibe motorizaciones más eficientes, entre la que se encuentra la probada 1.6 EcoBoost de 150 CV con cambio manual. Su confort de marcha y su encomiable estabilidad siguen siendo dos aspectos primordiales. Para aquellos que busquen un plus de potencia, la versión EcoBoost de 182 CV puede convertirse en la opción más acertada.