Mejorando lo presente
Con esta segunda generación del todocamino de Ford, fabricado en la planta valenciana de Almussafes, la firma estadounidense ha logrado evolucionar diversos aspectos del modelo para lograr un producto aún mejor. Más allá del nuevo “look” que le aporta una línea más enérgica cabe señalar que los diseñadores de la marca del óvalo han desarrollado un interior más amplio y versátil que en el modelo que conocíamos anteriormente.
Dinámicamente, se ha obtenido un automóvil que cuida la comodidad de sus ocupantes todavía más que antes a la vez que conserva virtudes como su gran estabilidad y su aplomo, lo que le llevan a proporcionar un comportamiento francamente bueno en cualquier tipo de vía. Nuestra unidad montó el motor de gasolina 1.6 EcoBoost de 150 CV, de equilibrado rendimiento pero con un rango de consumo mejorable. Por otra parte, el nuevo Kuga incorpora numerosos avances tecnológicos que suponen un valor añadido, sobre todo en el ámbito de la seguridad y el confort general.
Imagen renovada
La línea estética fue uno de los factores que llevó a la anterior generación del Kuga a ocupar uno de los primeros puestos del segmento SUV en cuanto a popularidad y ventas. Ahora le ha llegado el momento de la renovación, y la marca del óvalo lo ha transformado en gran medida, diseño incluido. El morro del nuevo modelo gana prestancia y carácter gracias a diversos aspectos. Por un lado encontramos una nueva parrilla y tomas de aire de dimensiones considerables mientras que, por otro, destacan unas formas más poderosas y una mirada más agresiva debido a sus ópticas renovadas.
Si seguimos comparándolo con el modelo anterior, veremos que ahora es algo más grande. Exactamente, ha crecido 8,1 centímetros en cuanto a longitud, por lo que ahora alcanza los 4,52 metros de largo. Mientras tanto, la altura también se ha incrementado en 6,8 centímetros en altura. Prácticamente no hay variaciones en cuanto a anchura, si bien esta se reduce en 4 mm.
En el capó resaltan las marcadas nervaduras con las que se acentúa la personalidad del todocamino de la marca estadounidense. Lo mismo sucede en el perfil del vehículo, con líneas laterales que contribuyen a resaltar su estética afilada. Las barras de techo, de serie en toda la gama Kuga en España, le aportan aún más poder estético. De la parte trasera cabe señalar su robustez y la presencia de un protector en la zona baja.
Más amplitud interior
El hecho de que sus cotas sean mayores que antes se ve reflejado en un habitáculo con ciertas mejoras a nivel de espacio. El asiento del conductor es muy confortable y brinda una posición de conducción elevada y con buena visibilidad. En un primer momento, la poblada consola central no resulta demasiado intuitiva, aunque una vez que nos hacemos a ella demuestra que Ford ha pensado a fondo en la ergonomía y el fácil acceso a las botoneras.
Por otro lado, consideramos que la pantalla del navegador es demasiado pequeña y queda en una posición visualmente algo alejada del conductor. Con respecto a los acabados del vehículo, cabe señalar que la marca de óvalo ha empleado plásticos de buena calidad y de tacto agradable tanto en el tablier como en el salpicadero y en los paneles de las puertas.
Si nos fijamos en las plazas traseras, vemos que uno de los avances lo encontramos en la presencia de que sus asientos son correderos y reclinables, lo que hace más confortables los viajes para los pasajeros que ocupen estas plazas. Si bien en esta banqueta trasera viajarán más espaciosas dos personas que tres, por anchura es posible utilizar la plaza central sin que ello suponga demasiadas estrecheces. Eso sí, el respaldo es más duro que el de las plazas laterales.
Dado que la distancia entre ejes sigue siendo la misma que en el Kuga precedente, el espacio para las rodillas prácticamente no ha variado con respecto al modelo anterior. Es decir, sigue siendo correcto, aunque no estaría de más algún centímetro adicional. Una de las ventajas del nuevo Kuga en términos de habitabilidad la hallamos en su maletero, que ha pasado de los 410 a los 456 litros de capacidad. Aquí encontramos una particular novedad pues, llevando la llave del coche en el bolsillo, es posible abrir y cerrar el portón del maletero automáticamente moviendo el pie bajo el parachoques.
Equilibrio mecánico
La gama de gasolina del nuevo Kuga está basada en el propulsor turbo de cuatro cilindros 1.6 EcoBoost, que se ofrece en 150 y 180 CV. Bajo el capó de nuestra unidad de pruebas se encontraba el primero de ellos, que dispone de un par máximo de 240 Nm entre 1.600 y 4.000 rpm. El motor se comporta bien en casi cualquier circunstancia. Responde de forma más que aceptable a bajas vueltas y se estira bastante, aunque observamos cierta falta de ímpetu si rodamos a velocidades de crucero por autopista y la calzada se empina.
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Pese a no haberla probado todavía, seguro que agradeceríamos la potencia extra de la versión de 180 CV de este mismo motor. La cuestión es que el Kuga 1.6 EcoBoost de esa potencia sólo se comercializa con cambio manual y tracción 4x4, lo que supone un desembolso considerablemente superior (4.500 euros) que la versión que hemos probado.
Según Ford, el mayor baluarte que ofrece el renovado todocamino en cuestión mecánica se encuentra en los avances en el ámbito de la eficiencia. Es cierto que la mejora genérica en lo que se refiere a ahorro de combustible si comparamos los anteriores motores de gasolina con los actuales es aproximadamente de un 25%. En este sentido, hay que subrayar que las emisiones de CO2 del 1.6 EcoBoost de 150 CV son de 154 g/km y homologa un gasto medio de 6,6 litros cada 100 km. Se trata de una buena cifra de consumo, pero bastante difícil de conseguir en condiciones normales. Y es que, tras realizar un recorrido variado que incluyó ciudad, carretera de curvas y autovía nuestra media fue de 8,7 litros.
El bloque está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades, que dispone de un buen escalonado de marchas en el que se aprecia el desahogo que produce su sexta relación. En cuanto a prestaciones, como es de esperar no estamos ante cifras extraordinarias pero, con este bloque, el Kuga completa el 0-100 km/h en unos dignos 9,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 195 km/h.
Dinámica aún más avanzada
Una de las grandes bazas del Kuga que conocíamos hasta la fecha se hallaba en sus grandes cualidades dinámicas. Siguiendo esta línea, el renovado modelo no solo las conserva sino que, en determinados aspectos, incluso las mejora. Su grado de estabilidad es excelente, hasta el punto que en ocasiones se nos llega a olvidar que estamos al volante de un SUV. Su eficaz chasis provoca que reaccione con gran neutralidad durante la conducción por vías reviradas, con balanceos mínimos de la carrocería. La suspensión tiende a firme aunque absorbe de manera muy efectiva de las irregularidades del firme.
La dirección sigue siendo igual de precisa que antes, de modo que proporciona una notable sensación de control en todo momento y posibilita, junto con las virtudes dinámicas del vehículo, una conducción animada con buenas dosis de diversión. Por supuesto, también mantiene otras virtudes como su destacable aplomo, que lo convierten en un compañero de viaje ideal.
La motorización que hemos probado sólo está disponible con tracción delantera. Por este motivo, si bien la altura libre del Kuga posibilita abandonar ocasionalmente el asfalto para hacer alguna que otra excursión por pistas sencillas, el límite lo pondrá la adherencia del terreno.
Algunos de los aspectos que han evolucionado para bien vienen de la mano de diversos sistemas electrónicos de nueva factura. Uno de ellos es el Control de Estabilidad Antivuelco, que tiene en cuenta un buen número de parámetros para ofrecer la mejor conducta dinámica en circunstancias complicadas. Y no pasamos por alto otros sistemas de seguridad con los que Ford está dotando a sus modelos más recientes, que han contribuido a que el nuevo Kuga haya recibido cinco estrellas en los tests de Euro NCAP.
Uno de ellos es el Ford Sync con Emergency Assistance que, en determinadas situaciones como tras la activación de un airbag, realiza una llamada a los servicios de emergencias a través de nuestro teléfono móvil conectado vía Bluetooth. En esta llamada se envían automáticamente las coordenadas GPS exactas de donde nos encontremos. También cabe destacar el denominado Active City Stop, que se encarga de detener el coche por nosotros de forma automática cuando detecta otro vehículo delante.
Conclusión
La nueva generación del todocamino de la firma del óvalo ha logrado evolucionar un vehículo que ya se encontraba entre los mejores de su segmento. Con unas reacciones dinámicas en ocasiones dignas incluso de un turismo, recibe por primera vez la generación de motores de gasolina EcoBoost como el de la unidad que hemos probado. Este propulsor 1.6 de 150 CV responde bien en líneas generales y registra un buen nivel de consumo y emisiones, aunque sin llegar a cifras extremadamente ambiciosas. No hay que olvidar que el nuevo Kuga también adopta avanzadas novedades tecnológicas en materia de seguridad así como un mejor aprovechamiento del habitáculo y mejores soluciones en términos de versatilidad.
Yo tengo un diésel y las revisiones son igual de caras y por ahora llevo 10 años y sin averías eso si es un Audi. Ósea que los que hablan de averías comprar coches más fiables. Un gasolina también se rompe.