El generalista que quiere ser premium
Por fin llega al mercado español la cuarta generación del Ford Mondeo, y digo por fin porque “sólo” ha necesitado dos años para atravesar el Atlántico. Recordar que el Mondeo se vende hace un tiempo bajo el nombre de Ford Fusion en Estados Unidos.
Aún y así el Mondeo llega con fuerza a Europa dispuesto a dar mucha guerra a sus principales rivales. Hablamos de las berlinas del segmento D generalista, donde encontramos modelos de la talla del Opel Insignia, el Renault Laguna, el Mazda6, el Toyota Avensis, el Peugeot 508… y al que podríamos considerar como referente en estos últimos años por su liderato en ventas tanto en España como en Europa: el Volkswagen Passat.
Repasando los nombres parece que la competencia es férrea y que, con dos años de retraso, el Mondeo podría llegar con desventaja. La realidad es bien distinta y el nuevo Mondeo apunta directamente al top del segmento gracias a múltiples mejoras que lo acercan peligrosamente a las berlinas conocidas como “premium” y que dominan el mercado en este segmento. Hablo de coches como el BMW Serie 3, el Audi A4 o el Mercedes Clase C, entre otros.
Para descubrir las bondades y los defectos de esta nueva generación la marca americana nos ha cedido una unidad de pruebas bastante interesante. Se trata de la versión de 5 puertas, acabado Titanium, con el propulsor diésel más potente de la gama, el 2.0 TDCi de 180 CV, asociado a una caja de cambios manual.
Esta versión, sin equipamiento extra, se factura a fecha de hoy a 34.200 euros, y la marca además ofrece un suculento descuento de 5.850 euros si se contemplan los siguientes requisitos: Plan PIVE y financiar con FCE Bank. Un excelente precio para un coche que mejora en prácticamente todo comparado con la generación anterior.
Estética imponente
La mejora visual que ha recibido la nueva generación es sin duda un gran acierto de diseño. En vivo la primera ojeada impresiona, y en mi caso rápidamente le encontré un gran atractivo. En este apartado no hay nada escrito y los gustos propios son tan dispares que inequívocamente también habrá una buena parte del público que piense totalmente lo contrario a mí, así que simplemente veamos cuáles han sido los cambios estéticos que ha recibido.
Para empezar, es un poco más grande que el modelo que le precede. El nuevo Mondeo es casi 10 centímetros más largo (4,87 metros), un poco más estrecho (1,85 metros) y también más bajo (1,48 metros). Además cuenta con una distancia entre ejes ampliada hasta los 2,85 metros que le otorga un gran aplomo visual sobre la carretera.
Gracias a estas cotas la silueta es ahora más dinámica con un aire de cupé bastante acentuado. Destaca especialmente el imponente frontal, donde encontramos un nuevo diseño de los faros delanteros, mucho más estilizados y agresivos, una nueva parrilla con lamas cromadas y los faros antiniebla redondos. El capó por su parte parece más abombado y se viste con cuatro nervaduras bien marcadas que le otorgan una buena dosis de carácter.
Visto de costado se puede observar mucho mejor la suavizada caída del techo hasta prácticamente el extremo del portón del maletero, que acaba además casi en los pilotos traseros. Éstos son de nuevo formato aunque conservan la esencia clásica de los de la generación anterior.
La trasera es bastante similar, aunque sí es cierto que todo es nuevo. La tercera luz de freno, por ejemplo, ahora está situada en la parte superior de la luneta trasera y las líneas horizontales se han trabajado mucho más. También se ha modificado la parte inferior y se han incluido dos salidas de escape con embellecedores de formas poligonales.
Más habitabilidad y calidad en el interior
Al acceder al puesto del conductor se observa a la primera como la gente de Ford se ha esforzado para mejorar con nota el diseño y los diferentes componentes que conforman el habitáculo. La zona del salpicadero no presenta un estilo demasiado elaborado pero la calidad de los materiales, su tacto y el ajuste de los mismos es bastante superior a lo exhibido hasta la fecha en Ford.
El volante tiene muy buena ergonomía y a través de él puede observarse el nuevo cuadro de instrumentos que mezcla detalles analógicos, como el velocímetro y el cuentarrevoluciones, y una generosa superficie digital a modo de ordenador de a bordo y donde también se muestran los ajustes del sistema de infoentretenimiento, el control de crucero y diferentes ajustes del vehículo.
Precisamente este último apartado es el que menos me ha gustado. Teniendo en cuenta que Ford por fin se ha decidido a prescindir de aquella pequeña pantalla de 5 pulgadas usada hasta ahora y que la ha reemplazado por otra de 8 pulgadas, táctil, con el sistema SYNC2, los ajustes del vehículo deberían manejarse por medio de esta. Los menús del cuadro de instrumentos son largos y están llenos de opciones lo que obliga a desviar en exceso la atención de la carretera cada vez que queramos, por ejemplo, variar la dureza de la suspensión activa.
La pantalla táctil reduce en gran medida el número de botones situados en la consola central, despejándola, pero olvidando al mismo tiempo el nivel de calidad. Los botones son de plástico básico y su tacto deja bastante que desear.
Los asientos delanteros son de corte deportivo y cuentan con regulación eléctrica y calefacción de serie (acabado Titanium). Son de cuero y Alcántara y destacan especialmente por su gran sujeción lateral. Una vez memorizada la posición del asiento y el volante, también eléctrico, el asiento del conductor retrasa su posición para darnos la bienvenida y facilitar el acceso. Lo mismo ocurre cuando se apaga el motor.
Las plazas traseras ganan en espacio para las rodillas. El aumento de la batalla entre ejes ha permitido retrasar unos centímetros la banqueta y mejorar la habitabilidad. Cuenta con dos plazas laterales bien marcadas, con el revestimiento similar al de los asientos delanteros, y una tercera plaza central sorprendentemente aprovechable. Pese a rebajar la altura del techo, el espacio para la cabeza es generoso y un adulto de estatura media no tendrá problemas para sentirse a gusto.
Como primicia, el Ford Mondeo puede montar cinturones de seguridad traseros con airbag de tórax incorporado (200 €). Este sistema hincha de forma instantánea la zona de cinta que está en contacto con el cuerpo al detectarse una colisión, básicamente como actuaría un airbag. Esta medida reduce el riesgo de sufrir lesiones en las costillas o la clavícula por compresión.
El aumento de las cotas exteriores repercute directamente en una mayor capacidad de carga del maletero. En esta nueva generación el volumen del modelo de 5 puertas se amplía hasta los 550 litros si se opta por el kit antipinchazo o hasta los 541 litros si bajo el piso se dispone de una rueda de repuesto.
Los respaldos traseros pueden abatirse en una proporción 60/40 para mejorar el volumen total, que queda ampliado hasta unos generosos 1.485 litros. El punto negativo es que el piso no queda totalmente plano sino que se produce un pequeño escalón entre el suelo del maletero y el de los respaldos.
Eficiente motor diésel
Como os comentaba al principio la unidad de pruebas que nos cedió la marca estaba impulsada por el motor diésel 2.0 TDCi de 180 CV. Se trata de un cuatro cilindros en línea que también ofrece un buen par motor de 400 Nm. Por el momento se sitúa como el propulsor diésel más potente de la gama a la espera de la llegada del mismo TDCi pero con 210 CV.
Esta mecánica puede asociarse a un cambio manual de seis velocidades, como es nuestro caso, o también puede combinarse con el cambio automático Powershift de doble embrague. En ambos casos la potencia se transmite únicamente al eje delantero.
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Esta versión es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y puede alcanzar los 225 km/h de velocidad punta. Según su ficha técnica el consumo combinado se sitúa en sólo 4,4 l/100 km y unas emisiones de 115 g de CO2/km. En la práctica el consumo oscila entre los 5,5 y los 6,5 litros dependiendo del uso que le demos.
Pequeñas mejoras en el chasis
El anterior Mondeo ya destacaba por ofrecer una gran puesta a punto. Era un coche muy cómodo, que se movía bien en cualquier tipo de asfalto y carretera y considerado posiblemente como uno de los mejores del segmento. La nueva generación incorpora algunas mejoras que han conseguido elevar aún más las prestaciones de éste.
Parte de la “culpa” la tiene la nueva suspensión trasera que es capaz de filtrar mucho mejor los baches de la calzada y evita en gran medida el rebote producido. El esquema es el mismo, una suspensión multibrazo, pero se ha incorporado una bieleta que estabiliza la rueda tras el impacto mejorando así la estabilidad en curva y el confort de marcha.
La nueva estructura de la carrocería en combinación con la plataforma proporcionan un 10% más de rigidez torsional. El chasis se ha mejorado con sistemas activos como el Control Vectorial, la Compensación de Distancias, la Compensación Activa de Agarre, Control de Amortiguación Continuo y Compensación de Giro. Por primera vez la Dirección Asistida Electrónica puede ajustarse según el nivel elegido en el chasis: Confort, Normal y Sport.
Una nueva gestión del ABS más precisa permite detener al coche con mayor eficacia. Según los ingenieros de la marca a 100 km/h se ha conseguido reducir la distancia de frenado en más de un metro.
Al alcance de unos pocos
Me ha impresionado de forma destacable la gran calidad de rodadura que transmite este Mondeo por cualquier tipo de vía y estado de la calzada. Tiene la voluntad suficiente para proporcionar unos viajes por autopista muy cómodos con la modalidad Confort activada.
Las suspensiones se encargan de “comerse” literalmente cualquier tipo de resalte en la carretera y mantener la carrocería como si estuviera suspendida, flotando, de forma que apenas notaremos nada en el interior. La insonorización también es excelente manteniendo en todo momento unos niveles acústicos muy bajos.
Personalmente no soy muy de configuraciones tipo Confort, suelo mantenerlas en modo Normal o Sport según convenga, pero en este caso para vías rápidas no hay una combinación mejor.
El motor diésel cumple a la perfección con su cometido. Tiene buenos bajos y una zona media de revoluciones donde enseña su potencial. Dado el elevado peso del Mondeo, casi 1.600 kg, las prestaciones que habéis leído antes no parecen demasiado sorprendentes pero en la práctica este motor es mucho más aprovechable. Recupera muy bien y una vez lanzado empuja fuerte.
La relación de marchas me ha parecido todo un acierto. La primera, la segunda y quizás un poco también la tercera son bastante cortas, dejando las tres últimas con largos desarrollos para mantener cruceros a altas velocidades rodando a muy pocas revoluciones por minuto y ahorrando combustible.
En carretera sorprende aún más. Un coche de casi 5 metros de largo, pesado y configurado para ofrecer el máximo confort posible difícilmente podría pensarse que fuese tan bien en carreteras reviradas.
En este caso sí que active el modo Sport para sacarle todo el jugo y hay que decir que se nota bastante. Entre el modo Normal y Sport hay que hilar bien fino para encontrar diferencias, pero entre el Confort y el Sport la cosa cambia muchísimo.
Las suspensiones y la dirección se vuelven más rígidas y permiten trazar las curvas con suma facilidad. La carrocería balancea un poco pero se mantiene mucho mejor que lo que cabría esperar.
A ritmos altos es ligeramente subvirador, lo que vulgarmente se conoce como “se va de morro”. Una entrada en curva demasiado rápida o acelerar fuerte en marchas cortas con la dirección girada se traduce en pérdida de tracción en las ruedas delanteras, algo que rápidamente se encargan de corregir los diferentes sistemas de asistencia a la conducción.
Los frenos se portaron bien pero iban perdiendo algo de eficacia al enlazar frenada tras frenada. Dándoles un uso normal os puedo asegurar que tienen muy buena respuesta y en caso de necesitarlo mucha contundencia al pisar a fondo el pedal.
Completo equipamiento y gran precio
Por último queda destacar el buen nivel de equipamiento que se ofrece con este nivel de acabado. Actualmente se proponen dos variantes: Trend y Titanium, siendo esta última la más alta y la de nuestro coche de pruebas.
De serie, con el Titanium, vienen las llantas de 17 pulgadas, los sensores de aparcamiento, los faros antiniebla, los retrovisores eléctricos, los asientos deportivos calefactados, el sistema SYNC 2 con la pantalla de 8 pulgadas, el arranque sin llave, el avisador de cambio de carril, el reconocimiento de las señales de tráfico y la iluminación de varios colores en el habitáculo, por ejemplo.
A continuación podéis ver qué equipamientos adicionales montaba nuestra unidad de pruebas con sus respectivos precios: Color Rojo Rubí para la carrocería (550 €), Paquete cuero parcial negro (1.400 €) que incluye los asientos de cuero con regulación eléctrica, Paquete Hi-Fi Luxury (1.800 €) que añade 12 altavoces, cámara trasera y sistema de aparcamiento asistido, Paquete Tech Premium (2.300 €) con suspensión adaptativa CCD, control de crucero adaptativo ACC, asistente pre-colisión con detección de peatones, detector de ángulo muerto BLIS, retrovisor izquierdo electrocrómico y sistema de apertura sin llave Keyfree, asistente de frenada en ciudad (300 €), cinturones de seguridad traseros inflables (200 €), portón del maletero eléctrico (500 €) y las llantas de aleación de 18 pulgadas (400 €). Los faros LED dinámicos actualmente vienen de serie como promoción.
El Ford Mondeo 2.0 TDCi de 180 CV con cambio manual tiene un precio base de 34.200 €, al que hay que restarle un suculento descuento que ofrece Ford de 5.850 € si se puede optar al Plan PIVE y si se financia el coche con FCE BANK, por lo que se quedaría en 28.350 €.
Sumando todos los extras nuestra unidad de pruebas se va hasta los 42.200 euros sin descuentos o 36.350 € contando con todos ellos.
Ja ja ja 28.000 euros ni en sueños Yo lo he comprado el modelo turneo titaniun de 180 cv y casi 40.000 euros asi que mucho descuente te an hecho para el precio que me dices