El S-Max es un monovolumen de los grandes, pero no uno cualquiera pues muestra sin tapujos una clara inclinación deportiva. Esto es algo que lo diferencia, por ejemplo, del Ford Galaxy, Kia Carnival, Renault Grand Espace y otros modelos próximos en tamaño. Y es que el Ford S-Max Titanium S persigue el dinamismo no solo a través de sus trazos sino también a través de su equipamiento y, por su puesto, de su comportamiento.
El Ford S-Max con acabado Titanium S y el cambio automático de doble embrague Powershift tiene un precio de 39.450 euros sin contar opciones.
Diseño exterior
La línea exterior es de lo más característico en el S-Max pues loga un aspecto más dinámico de lo habitual en un monovolumen de su tamaño: 4,80 metros de longitud (con el kit de carrocería), 1,88 metros de anchura y 1,66 metros de altura. El Galaxy apenas le saca 2 centímetros de largo, aunque es casi 10 centímetros más de alto.
Tras su reciente actualización el S-Max luce un capó con marcadas nervaduras en los extremos, un parachoques más bajo (con luces LED de serie en los acabados superiores) y una parrilla con una nueva terminación. Esto en lo referente al frontal, porque visto de perfil no pasa desapercibida la tira cromada que bordea toda la superficie acristalada. Mientras que en la zaga se ha rediseñado el portón y los grupos ópticos incluyen luces LED.
Habitabilidad
De serie dispone de 5 plazas, todas ellas individuales pues las de la segunda fila se pueden desplazar longitudinalmente de forma independiente y también disponen de dos posiciones para reclinar el respaldo. Asimismo, cada asiento se puede plegar conformando una superficie plana. Lo cual permite una gran modularidad interior. Opcionalmente está disponible una tercera fila con 2 asientos, que aunque tienen un diseño prácticamente igual al resto, la posición de la banqueta más cerca del suelo sumado a un espacio más reducido hacen que sean menos cómodos para adultos. En la configuración de 5 plazas tiene una capacidad de carga tan grande que llega a los 864 litros. Con 7 plazas el maletero se queda en 285 litros.
El enfoque deportivo del acabado Titanium S, el más alto de la gama, se pone de manifiesto con la exclusiva tapicería combinada en piel con pespuntes en rojo, la consola central en "negro piano" y algunas aplicaciones con terminación de aluminio.
Mecánica
El S-Max ha sido, junto con el Galaxy, el primer vehículo de la gama Ford en beneficiarse de la evolución del motor diesel Duratoq 2.0 TDCi. En este caso monta la variante de 163 CV, esto es, la más potente; y va asociada al cambio automático de doble embrague Powershift de seis velocidades.
Dispone de un par máximo de 340 Nm entre 2.000 y 3.250 rpm, alcanza una velocidad de 202 km/h y para llegar a los 100 km/h partiendo de 0 necesita 10,2 segundos.
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El consumo medio que homologa es de 6 litros a los 100 kilómetros pero en nuestro caso se convirtieron en 7,7 l/100 km.
Comportamiento
El S-Max tiene un comportamiento más propio de una berlina con tintes deportivos que de un monovolumen de 4,80 metros de longitud. Bien es verdad que tiene un centro de gravedad algo más bajo que los de su clase, pero esto no sería suficiente si no fuera acompañado de una regulación de la suspensión firme - mucho más por supuesto en el modo "Sport" que en el "Normal" y el "Confort" y de una dirección precisa, aunque hay que decir que resulta un tanto sensible a las irregularidades del asfalto debido al bajo perfil de los neumáticos (235/45 R18).
La posición de conducción es obviamente más alta que en un turismo y eso permite disponer de una buena visibilidad pero en este punto conviene hacer un matiz, y es que como el pilar A es ancho y tiene una posición muy avanzada dificulta la visión periférica en los giros cerrados. La parte positiva de este diseño es que la resultante inclinación del parabrisas, que prácticamente continúa la línea marcada por el capó, le facilita una menor resistencia al viento, lo cual es bueno de cara al consumo y al dinamismo general del vehículo.
Seguridad
No es necesario irse a la versión tope de gama para disponer de un completo equipamiento en seguridad. De hecho desde el modelo de acceso el S-Max incluye de serie siete airbags, reposacabezas activos, anclajes Isofix en la segunda fila de asientos, ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado y ESP.
Pero sí será necesario si queremos tener opción a incorporar, por ejemplo, el detector de ángulo muerto, el asistente de cambio de carril, los faros bi-xenon, el detector de presión de neumáticos, la cámara de visión trasera y el sistema de suspensión activa, entre otras cosas.
Valoración
El S-Max es espacioso y con una gran modularidad interior, pero esto es algo común en los monovolúmenes, sobre todo, si son de tamaño grande. También es una característica propia de los de su clase transmitir esa sensación de superioridad que da sentarse en un puesto de conducción elevado.
Pero lo que no es tan corriente es que su comportamiento en carretera se asemeje al de una berlina ágil y dinámica, y esto es precisamente una de las cualidades del S-Max. Hasta el punto de que casi te olvidas de que conduces un monovolumen.
Tengo un smax nuevo 2.0 150 cv. El sync 3 me da muchos problemas y tuve que cambiar las ruedas de fabrica con 17.000 km con conduccion normal. Es normal estes pocos km??