Amplio, eficiente y de línea original
Éste es el segundo lavado de cara que recibe el Honda Civic desde el cambio de generación que aterrizó hace tres años. Si bien es poco profundo, llega con algunas interesantes novedades que le hacen subir un escalón en materia de equipamiento y polivalencia. Si el espacio interior del Civic Tourer, en general, es bueno, el del maletero, en particular, es realmente fantástico, algo que no cambia en este restyling.
Bajo el capó de esta unidad se encuentra, sin duda, la mejor elección mecánica de la gama. Se trata del propulsor 1.6 i-DTEC, que no sólo rinde muy bien sino que además gasta poco. El acabado del Civic probado es el Lifestyle, el segundo más equipado, sólo por debajo del Executive. Incluye un generoso equipamiento, aunque el precio es algo elevado, pues su importe de serie es de 26.100 euros. Entre sus rivales del segmento de compactos familiares se encuentran modelos como el Volkswagen Golf Variant, el Seat León ST, el Toyota Auris Touring Sports o el Peugeot 308 SW.
Personalidad propia
El diseño sigue siendo uno de los puntos clave del renovado Civic Tourer, un modelo que, al igual que su versión corta, se ha caracterizado por distanciarse de los parámetros estéticos de la mayoría de sus rivales en cuestión de apariencia. Y es que, en el lavado de cara que acaba de recibir el modelo japonés mantiene su “look” sofisticado y original, si bien incorpora ciertas novedades que le aportan un carácter aún más deportivo que antes.
Al echar un vistazo al morro del vehículo se aprecia, en primer lugar, que la parrilla se encuentra en una posición algo más baja, para lo que ha sido necesario un cierto rediseño del paragolpes. Por su parte, el tamaño de las entradas de aire ha aumentado. También se han modificado las luces de iluminación diurna de tipo LED, que ahora se unifican con las ópticas, situándose justo sobre ellas a modo de “ceja.”
En lo que respecta a la trasera del Civic en versión familiar, hay que tener en cuenta que las novedades son mucho menos significativas que en el frontal. En cualquier caso, cabe señalar que los pilotos posteriores pasan a ser de tipo LED y que el paragolpes está una posición inferior con el objetivo de hacer más sencilla la carga del equipaje. Exteriormente, en esta unidad hay que destacar la pintura blanca metalizada opcional (500 euros), que ya existía en el modelo anterior.
Muy bien equipado y con magnífico maletero
Dentro del habitáculo hay que prestar mucha atención para observar los cambios de este remozado del Civic Tourer, pues se reducen a detalles como algunas ornamentaciones del salpicadero y en los paneles interiores de las puertas, además del nuevo tejido de la tapicería. Por lo demás, mantiene un buen nivel de acabados, si bien algunos plásticos podrían resultar más agradables al tacto. Al igual que el anterior Civic Tourer, dispone de un original panel de instrumentos doble, con una parte situada tras el volante al estilo convencional y otra por encima, integrada en el salpicadero.
Esta disposición deja la pantalla del ordenador de a bordo en una posición inhabitual. La gestión del ordenador no ha mejorado y sigue siendo complicada y poco intuitiva. Este es un problema generalizado en los Honda que la marca de momento no ha resuelto.
En cuanto a las plazas posteriores, ofrecen espacio considerable para las rodillas y pueden alojar cómodamente a dos adultos. Sin embargo, la central no es tan confortable. Se trata de un vehículo muy versátil desde el punto de vista de la capacidad para el equipaje, pues cuenta con uno de los volúmenes de maletero más ambiciosos de su categoría con 624 litros con todos respaldos levantados. Si se abaten los asientos traseros, esta cifra llega a los 1.668 litros. Mención especial merece el notable espacio que queda bajo el plano de maletero, que brinda 117 litros.
Hay que resaltar además que el Civic Tourer dispone del sistema Magic Seat que permite elevar la banqueta de los asientos traseros y plegarla contra el respaldo de los mismos, que se mantienen en su posición normal. Con esta solución se crea un espacio entre las dos filas de asientos muy alto y bastante ancho para cargar bultos accesible, eso sí, sólo desde las puertas laterales traseras que mantienen, dicho sea de paso, los tiradores escondidos en el montante. Estos tiradores son poco apropiados para su uso por parte de los niños ya que quedan muy arriba y son más difíciles de manipular además de precisar de más fuerza a la hora de accionarlos.
La unidad probada pertenecía, como ya indiqué, al acabado Lifestyle (el segundo más equipado), que se distingue por un completo equipamiento y cuenta con elementos adicionales a la terminación anterior (Elegance) como los faros diurnos de LED, los sensores de aparcamiento delanteros y traseros, la suspensión adaptativa ADS que mantiene estable la altura al suelo de la parte trasera y se endurece al cargar el coche (sólo se monta en el eje posterior) y cristales de privacidad. Entre la dotación de serie en el ámbito de la seguridad se encuentran airbags frontales, laterales y de cortina, controles de estabilidad y tracción, sistema de ayuda de arranque en pendiente y sistema de frenado activo en ciudad (que antes era opcional).
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También incorpora llantas de aleación de 17 pulgadas, control de crucero, climatizador automático bizona, asientos delanteros calefactables, cámara de visión trasera, volante multifunción y pomo de cambio de piel, pedales deportivos, entradas USB, ocho altavoces y sistema Honda Connect con pantalla táctil de 7 pulgadas. De éste sistema hay que destacar que ha mejorado tanto en funcionamiento como en gráficos, así como en lo que se refiere a aplicaciones disponibles.
Paradigma diésel
La gama del Civic Tourer integra una única alternativa diésel. Se trata del motor 1.6 i-DTEC de 120 CV y está dotado de un par motor máximo de 300 Nm a 2.000 rpm. Sus excelentes cualidades lo convierten en uno de los mejores propulsores diésel que existen si tenemos en cuenta sus rangos de cilindrada y potencia. La respuesta que proporciona al hundir el pie en el acelerador parece superior a la de su caballaje.
Su comportamiento a bajas revoluciones es muy bueno y se muestra bastante elástico, lo que le permite mover el vehículo con una soltura más que destacable. Este motor sólo está disponible con caja de cambios manual de seis velocidades. No hay posibilidad de transmisión automática. El cambio manual dispone de un escalonado muy equilibrado y un tacto suave y preciso. En términos prestacionales, con este motor diésel el Honda acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y su velocidad máxima es de 195 km/h.
La eficiencia es otro de sus puntos fuertes pues el modelo nipón homologa sólo 3,9 litros cada 100 kilómetros con el 1.6 diésel. Y, a diferencia de lo que sucede a menudo, la diferencia entre el consumo real y el de la prueba fue mínima, ya que obtuve una media de 4,3 l/100 km, apenas 4 décimas por encima. Para apurar al máximo en conducción urbana, el modelo cuenta con sistema de arranque y parada automático Start-Stop de serie, que tiene un funcionamiento bastante rápido.
Buscando aún mayor estabilidad
El lavado de cara del Civic Tourer ha venido acompañado por ciertas modificaciones en materia mecánica. Se ha reajustado la suspensión con el objetivo de reducir todavía más las oscilaciones de la carrocería, que ya eran bajas. Asimismo, se ha incorporado el sistema AHA (Agile Handling Assist), cuyo cometido es el de frenar ligeramente alguna de las ruedas cuando se considera necesario, lo que se traduce en un incremento de la motricidad.
Con tal de optimizar el tacto de la dirección a ritmos altos, los ingenieros de Honda han mejorado su asistencia. Gracias a ello, ahora se obtiene una sensación de mayor precisión y control. De cara a ajustar el comportamiento dinámico del vehículo a las circunstancias de cada momento el vehículo equipa, como su predecesor, el mencionado sistema de suspensión adaptativa de serie.
A través de un mando situado en la consola central es posible variar entre los modos Confort, Normal o Sport. El primero de ellos es el más suave y está más pensado para conducción por autopista. A la hora de afrontar carreteras de curvas, el modo Sport se encarga de aportar una mayor firmeza de suspensión, lo que desemboca en una estabilidad superior y permite un paso por curva más rápido. Mientras tanto, el modo Normal es el más equilibrado y es el que ofrece un mejor rendimiento al rodar por zonas urbanas.
Conclusión
En definitiva, el Civic Tourer es un vehículo espacioso, con un habitáculo polivalente y un maletero enorme para su segmento así como un generoso equipamiento de serie. Su estética original le aporta un aire diferente que lo distingue de buena parte de su competencia aunque es muy cierto que provoca reacciones encontradas. Por su parte, el propulsor diésel 1.6 i-DTEC se distingue por ser uno de los mejores de su clase, tanto por rendimiento como por eficiencia. Asimismo, proporciona un muy buen nivel de confort y un comportamiento destacable en zonas reviradas. Uno de los pocos “peros” es el precio, elevado en relación a la competencia.
Que diseño mas feo y poco acertado.
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